En caída libre y sin paracaídas, cual legionario rondando a la parca, me dispongo a explicar cuáles son las razones (intentaré no omitir ninguna) por las que EL LABERINTO DEL FAUNO me parece una mala película.
Lo primero, y más significativo, es el tremendo descenso de autoexigencia de Guillermo del Toro desde aquella lejanísima CRONOS, deudora del mejor Cronenberg, originalísima aproximación al vampirismo con fuertes connotaciones existencialistas, su mejor obra, vaya.
Del Toro se marcha a U.S.A. y allí empieza su conformismo incomprensible. MIMIC es un subproducto para probar técnicas de animación digital y poco más; en 2001 alarga un tentáculo hacia nuestro país y filma una aburrida nueva vuelta de tuerca sobre el fantasmeo, EL ESPINAZO DEL DIABLO; de BLADE II y HELLBOY prefiero no hablar, por temor a soltar sapos y culebras. Y en estas llegamos a EL LABERINTO DEL FAUNO.
Y comenzaré con la verdadera clave de su éxito: el márketing. Del Toro no para de bombardearnos con imágenes calculadamente recortadas y tenemos faunos hasta en la sopa; es decir: la película hay que verla sí o sí.
Bueno, pues me voy a verla y ¿qué me encuentro? Dos películas en una, o peor; dos medias películas intentando desesperadamente complementarse para formar un todo. Un todo que nunca llega, pero es que tampoco llega, ni siquiera, un buen desarrollo de alguna de esas mutilaciones. Como si de un monstruo de Frankenstein fílmico se tratara, asisto incrédulo a una magistral interpretación de Sergi López haciendo todo lo posible por no desentonar con una Maribel Verdú de chiste, después de chuparse trescientos sketches de Marianico el corto ¿?
Sin tiempo para ir al baño, una niña más sosa que un cocido australiano se mete (por la cara) en un mundo paralelo, donde (estaba claro) el amigo del Toro realiza la habitual exhibición de maquillaje, vestuario y animaciones varias. Vale, bien, es original porque lo otro era la guerra civil y todo eso, pero ¡cojones!, ya que todo es de la misma película ¿por qué me estaba dando la sensación de que el conjunto estaba deslavazado, metido con calzador? ¿También ésta es de las que dicen al final que todo estaba en la imaginación? Coño, pues entonces no molestes la impecable carrera de Sergi López y déjale en sus personajes emocionalmente extremos. Calma, calma...
Lo que de verdad me irrita es que el 90% de los espectadores ha sucumbido al hechizo de otro nigromante de la pantalla, tan hábil que es capaz de no contar nada interesante, dividir la nada en dos (acojonante) y, encima, meter con calzador a un maestro como Federico Luppi en los últimos cinco minutos vestido de rey mago ¡!
Mira, hombre. Lo único que lamento es que el tipo ese con los ojos en las manos no trincara a la niña y hubiesemos tenido un cortometraje. Aunque conociendo la habilidad de del Toro para alargar lo inalargable, podíamos haber asistido al nacimiento de un nuevo género: el cortometraje de dos horas.
Por cierto ¿no parece una botella de Coca-Cola lo que se vislumbra en primer término de la foto que incluyo?
Indignados saludos.
3 comentarios:
desde mi muy humilde punto de visto a mi me parece una buena película el laberinto del fauno, creo también que el cine debe transmitir y trascender y creo que lo logro, es extraño desvirtuamos el trabajo de la gente, el mundo se transforma, cambia y del Toro a logrado éxito, y sigue fiel a su estilo, a decir verdad solo hellboy 2 si me parece demasiado cirsí y aún así podría rescatar gran parte de cosas chidas.
No desvirtúa, en mi modesta opinión, quien desde hace quince años ha seguido con curiosidad (las más veces) y con admiración (las menos) a este director que pretende llevar la imaginería comiquera al celuloide. Un grande de esto, como es don Dave McKean, también fracasa de pleno al conferir movimiento real a sus pesadillas. El problema llega cuando se ha visto demasiado cine y casi nada logra sorprenderte; entonces es el turno de los AUTORES. Y me parece que del Toro, al igual que aquellos lejanos soñadores de la Hammer, tiene bien poco de AUTOR. Aun así, ojalá que siga deleitando a sus seguidores largo tiempo, de corazón.
A mí El laberinto del fauno no me parece mala del todo, tampoco es que sea muy fan de Guillermo del Toro, es más, sus pelis americanas me parecen atroces. Pero El laberinto tiene un punto que me gusta. Tienes razón en cada uno de tus argumentos, la niña sosa, la madre aún más sosa (Ariadna ¿por qué?), la historia de buenos y malos... pero no creo que sea un mal papel de Maribel Verdú. Creo que la historia de los faunos se vio comida por la verdadera historia (al estilo El espinazo del diablo) y el conjunto se ve irregular. La ambientación es buena sin embargo, con todo lo que conlleva de vestuario, maquillaje, decorados, etc... Modesta opinión, se suele decir, no? Un saludo.
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