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lunes, 12 de octubre de 2020

Al principio de la escapada


 

La última película de Diao Yinan, uno de los realizadores chinos más interesantes de la actualidad, se titula NAN FANG CHE ZHAN DE JU HUI (EL LAGO DEL GANSO SALVAJE), un demoledor descenso a las veleidades y martirologios de los bajos fondos de una ciudad que, como sus habitantes, no parece tener descanso, y siempre hay tiempo para un trapicheo más. Maestro del ritmo, Yinan embarca a sus personajes en una espiral de crimen y corrupción, partiendo del asesinato de un policía en una antológica escena, en la que literalmente se imparte una clase sobre cómo llevar a cabo toda una red organizada de robos (el encadenado con la policía organizando sus redadas es hiriente e hilarante al mismo tiempo). Ahí descubrimos al personaje central, Zhou Zenong, un tipo mortífero y huraño, pero al que iremos descubriendo una cualidad que no parece abundar: la honestidad. Perseguido por la policía y por las bandas mafiosas, Zhou sólo busca una importante suma de dinero para su mujer, que padece epilepsia, despreciando incluso su propia seguridad. Sin embargo, en lugar de su mujer, quien aparece a su encuentro es una prostituta, que podría ser también policía. El valor del guion reside, además de poner en valor la figura del hombre solo contra todos, en la precisa radiografía de esa China hundida que tan pocas veces vemos, y que tanto le da quien defiende la ley o la quebranta. Además, aunque no sea una sorpresa, el trabajo de fotografía es impresionante, contribuyendo a unas coreografías tan violentas como memorables. Aunque lo que cuenta es sumamente sencillo, su riqueza formal la puede hacer más confusa de lo que es, pero no hay duda de que estamos ante una grandísima película.

Saludos.

lunes, 7 de octubre de 2019

Una mujer sola



Maravilloso y elocuente engarce entre su aún rudimentaria ópera prima y BLACK COAL, posiblemente su mejor film, YE CHE (TREN NOCTURNO) abunda en lo que se apuntaba en una y se magnificaba en la otra. Retrato oscurísimo de una sociedad opresora como la china, lo que Diao Yinan realiza es una poderosa crítica sin enarbolar un solo panfleto, y concentrando todo su discurso en la triste y magnética mirada de la actriz Liu Dan, que encarna a una agente judicial que intenta sobre ponerse a una soledad que sólo le ofrece una monotonía sorda y que se expande sobre unos días que no parecen acabar nunca. Una mujer sola, en China, lo que equivale a decir "un fracaso existencial", o más bien una anomalía del sistema. Esta mujer asiste a bailes, se cita con hombresmediante una agencia matrimonial, e incluso llega a ver el show de su vecina prostituta, que se desnuda cada noche en un local semiclandestino. La resolución, tan inesperada como reveladora, casi ofrece una especie de redención parecida a la felicidad, aunque tenga que ser de la forma más brutal. Postal veladamente masoquista de un país del que tan poco sabemos, sorprende que llegase siquiera a estrenarse, por ello no hay que perder de vista la deriva de este extraordinario director.
Saludos.

lunes, 30 de septiembre de 2019

Cómo desaparecer haciéndote visible



Diao Yinan pasa por ser uno de los nombres más reconocidos del último cine chino, y uno de los que contribuyó decisivamente a los pasos adelante de muchos de los cineastas más jóvenes. Su debut se produjo en 2003 con un trabajo que le acercaba por igual a Rossellini que a Scorsese, y que adelantaba su estilo pausado y enigmático, con algo que decir entre líneas. ZHI FU (UNIFORME) se centra en un tipo apocado y solitario, un sastre de poca monta, que, harto de ser ninguneado por todos, decide apropiarse el uniforme policial que un cliente ha dejado olvidado. Así, descubre el placer del sometimiento y la obediencia, e incluso se atreve a cortejar a una chica que antes ni siquiera le miraba. Es una historia con evidentes lagunas de guion y algunos problemas de ritmo, pero que contiene la esencia del cine de su director: personajes alienados, incapaces de mostrar sus sentimientos ni sentir plenitud, si no es bajo el subterfugio o la suplantación, lo que los deja en un terreno moral bastante pantanoso y nada acomodaticio. Un debut interesante, sin duda, aunque lo mejor de Diao Yinan estaba por llegar.
Saludos.

viernes, 17 de octubre de 2014

Causa en discusión. Fuegos artificiales a la luz del día



Antes de nada, una recomendación: Sólo pidan comida china si de verdad están hambrientos. En el caso contrario, una empanadilla de espinacas, carne y salmorejo les viene que ni de perlas...
Dicho esto, fui a ver BAI RI YAN HUO (BLACK COAL, THIN ICE), el film que ganó el Oso de Oro en Berlín este año, festival que además coronó (merecidísimamente) a su actor principal, Liao Fan. Perfecta y conscientemente revestida del mejor y más reconocible cine negro clásico norteamericano, el que no muestra pero sugiere, se trata de una película áspera, incómoda, de una tristeza casi endémica, que al contrario de lo que suele pasar si el guion flojea, le viene como anillo al dedo a su desolador panorama de seres arrojados al vacío. Uno se apiada tanto del pobre policía venido a menos, alcoholizado y trastornado por un episodio particularmente oscuro y que le obligó a dejar su profesión y sobrevivir como guardia de seguridad, como del potencial asesino en serie que le obsesiona desde hace cinco años y cuya pista, fortuitamente, parece haber vuelto a encontrar. Es entonces, una vez bien definida la trama, cuando Diao Yinan explota su gran baza, unos actores que le dan el tempo justo a sus roles y ¡oh, milagro!, le despistarán por completo, por muy avezado espectador sabueso que usted sea, y eso es hoy día muy difícil de encontrar. Recuerdo que la frase que me vino inmediatamente a la cabeza fue: "Habría sido una gran película incluso sin trama policial de por medio". Así de bien escrita está y así de original (sin contar nada nuevo, es verdad) se nos presenta un film que me parece revelador en cuanto a la expansión que el cine chino está experimentando desde hace ya un tiempo. Ahora bien, estómagos sensibles y ánimos paupérrimos, absténganse, que después no les cabrá ni un mísero rollito de primavera.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!