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jueves, 5 de mayo de 2022

Los rompehuelgas


 

Y como ya les he dicho que conmigo es siempre un todo o nada, aquí va otra serie (jeje...). DAMNATION tiene ya unos cinco años, y llegué a ella por casualidad, alentado por un argumento que a priori parecía interesante. En clave de western tardío, ya en unos años 30 donde se amalgaman el racismo y el paro, alimentándose mutuamente, nos cuenta la historia de dos hermanos de pasado turbulento, que vuelven a encontrarse en una situación extrañamente incómoda para ambos. Uno es el cura de un pueblo granjero de Iowa, y sus ideas revolucionarias chocan con las de los patrones, que exprimen sin compasión. Ante la amenaza de una huelga indefinida, un extraño pistolero de métodos expeditivos, llega para romperla y devolver el orden. A ello se suma la intervención de la "Logia Negra" (trasunto del KKK), que acabará por detonar un cima insostenible. 
Con este argumento es difícil que algo salga mal, pero DAMNATION se alarga durante sus diez episodios y se vuelve innecesariamente confusa, con algunos momentos de gran brillantez y otros insoportablemente rutinarios. El reparto, igualmente irregular, se nutre fundamentalmente de la dupla protagonizada por Killian Scott y Logan Marshall-Green, pero se diluye en una amalgama de secundarios que no llegan a su altura.
Bien para quienes degusten este tipo de pseudo-westerns, pero finalmente olvidable para el resto.
Saludos.

martes, 28 de febrero de 2017

Nos faltan los motivos



Nos conformamos con poco. O es eso o vamos a tener que replantearnois los oscar como unos premios que vienen a ser como el All Star en la NBA, un espectáculo en el que lo de menos es el resultado y en el que incluso meteduras de pata tan vergonzantes sirven para que la frase favorita de los americanos cobre sentido. "Show must go on". Es por ello que una película como HELL OR HIGH WATER ha pasado totalmente de puntillas por el certamen, cuando probablemente (y sin el probablemente) era la propuesta más sólida de todas. Aunque también debo dar mi opinión al margen de esta pantomima de competición, y mi opinión es que el último trabajo del escocés David Mackenzie no es una película tan grandiosa como en un principio parece prometer. Ni Jeff Bridges será recordado por un papel que ha repetido decenas de veces, ni su pareja antagonista, Chris Pine y Ben Foster, consiguen reventar la pantalla. Esta historia de perdedores crónicos tiene mejores intenciones que resultados, y se aprovecha del McGuffin más empleado en la última década, la crisis económica y la salida heterodoxa de la misma, pero le falta algo para ser realmente grande. Le falta empaque, y algún giro de guion no le habría venido mal, y su exceso de pudor se nota incluso en el desaprovechamiento de la excelente banda sonora de Cave y Ellis, que por supuesto tampoco pintó nada en un año que se ha destacado por un horripilante uso de la música. Curiosísimo asunto éste. Y aun así, y siendo la que he elegido para abrir lo de los oscar de este año, a mí me parece que era la más entretenida de todas.
Saludos.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Barrotes



Por no-emparentarla con otros filmes de temática carcelaria que ya aparecieron aquí no hace tanto, digamos en favor de STARRED UP que no comulga ni con el hiperdrama de CADENA PERPETUA, ni con la hipertruculencia de HUNGER; y aun así, no son pocos los elementos que extrae de ambas, puede que más de la segunda,por ubicación y tratamiento. El último trabajo del británico David Mackenzie sigue los pasos de sus momentos más inspirados, diseminados en un puñado de irregulares películas que parecen más bien el gran esbozo de ésta. STARRED UP toma en consideración a dos personajes poderosos, padre e hijo que se encuentran en la misma cárcel, y los enfrenta ante la imposibilidad de cualquier tipo de entendimiento entre ambos. La película inicia así un difícil recorrido por un lugar inhóspito, donde apenas una exigua terapia de grupo puede ser la única válvula de escape. Entre palizas, aislamientos y muuuuuchos tacos (llegué a contabilizar ocho "fuck's" en una frase de apenas quince palabras), lo mejor es el ritmo, incesante, seguro de atrapar al espectador con sus nada tópicas sorpresas de guion; lo más desechable: que llega un momento en el que ni siquiera sabemos qué diablos quiere cada personaje, excepto cortarle la cabeza al de enfrente. Así las cosas, a lo mejor a la que más se parece es a la estupenda CELDA 211... Mire usted por dónde.
Muy entretenida y no apta para según qué pabellones auditivos.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!