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viernes, 23 de julio de 2021

Películas para desengancharse #90


 

Y también, por supuesto, PREDATOR. Summum del blockbuster por la cara, a la mayor gloria de Arnold Scwarzenegger, que se confundía con los árboles no sólo por el camuflaje, sino por tener ambos casi las mismas líneas de diálogos. Hoy día puede parecer casi una boutade, pero si hay algo que no le falta a este mítico título son defensores a ultranza. Y no les falta razón. McTiernan no engaña a nadie, ni intenta creerse mejor director de lo que es, y mucho menos un director diferente. Lo suyo es la efectividad, el ritmo, los golpes de efecto bien medidos, y llevar de la mano a la estrella de turno, para que se endiose lo preciso. Si obviáramos al bicho (convenientemente invisibilizado durante gran parte del metraje), estaríamos ante una cosa de esas de guerrillas, que tanta aceptación cobraban en los ochenta. La diferencia aquí es, por increíble que parezca, cuestión de sutilezas; como jugársela al dotar de entidad propia a cada personaje, o priorizar a un monstruo que es cualquier cosa menos tonto, y que, sabiéndose superior, destila un inusitado espíritu deportivo. El resto es historia, con las sucesivas sorpresas, introduciendo este film en el universo de ALIEN, o con la horda de imitadores que intentaban replicar al "cazador de hombres". Más allá de los musculitos en primer plano, las chorradas machirulescas, o lo artesanal de algunas soluciones aportadas por el gran Stan Winston, PREDATOR ha quedado como lo que apuntábamos al principio: un entretenimiento con algún momento de goce visual, y bastante carnaza para un montón de gifs...
Se puede ver, sin duda, y no ha envejecido tan mal como podría esperarse.
Saludos.

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Hora de aventuras


 

Y si de romper lanzas se trata, vuelvo por mis fueros para reivindicar una película que en mi opinión ha sido injustamente tratada. THE 13th WARRIOR es uno de esos títulos que uno recuerda envuelto en un halo de indiferencia, asomando por un fondo de catálogo en cualquier dvdstore de los de entonces, y hundida sin que casi nadie la haya reclamado desde su estreno, allá por un 1999 que nos parece ya tan lejano. Sin embargo, la falta de pretensiones hace que sea necesaria una revisión, más que nada porque yo he visto cosas mucho menores desde entonces y nadie ha dicho nada. Como tampoco se dijo nada de la barrabasada de Michael Crichton cuando decidió, con la película ya rodada, que el proyecto era suyo, que había que cortar por no se sabe qué motivos, y que John McTiernan pasaba a ser un mero figurante. Afortunadamente, el material de McTiernan era lo suficientemente poderoso como para ser un desastre, pero algunos nos preguntamos qué habría sido de este film de haber tenido al menos media horita más. Al final lo que queda es una cinta de aventuras a la vieja usanza, con un guion que no inventa nada pero se va desarrollando con gran eficacia. Y no era fácil, partiendo de lo inverosímil de enclavar a Antonio Banderas, con turbante, en tierras vikingas en una Edad Media oscura y brutal. La película se parece a la novela de Crichton "Devoradores de cadáveres" como un huevo a una castaña, y su fraseo es más primario y menos detallado, precisamente dos de los grandes valores del cine de McTiernan, que suele ir al hueso y dejarse e rodeos. Luego, es verdad que el argumento es arquetípico, con el extranjero que llega para echar una mano, casi por casualidad, a una amenaza que se intuye terrible. Lo mejor, como suele suceder, es el sentido de la oportunidad, un ritmo que no decae y un saludable sentido del humor, donde se nota que tampoco hay que tomársela al pie de la letra. 
Merece la pena echarle un vistazo y pasar un rato de entretenimiento sin más.
Saludos.

lunes, 2 de noviembre de 2020

Hundir la flota


 

THE HUNT FOR RED OCTOBER contiene ese inconfundible aroma a "éxito porque sí". Nada podía fallar, desde el masivo best seller de Tom Clancy, el valor seguro de John McTiernan, o un reparto estelar, en el que todo el mundo está más que correcto, pero donde la presencia de Sean Connery se eleva de manera majestuosa, encarnando a ese capitán de submarino soviético, devenido en icono inmortal. La película es lo que es, un thriller de espionaje llevado hasta las profundas aguas del Atlántico, donde un gigantesco submarino (el "Red October" del título) se dirige desde la Unión Soviética hacia Estados Unidos, sin que la agencia de inteligencia americana sepa discernir con exactitud si se trata de un ataque o una huida. Tampoco se desvela qué trama el capitán Ramius junto a su segundo (también magnífico Sam Neill), lo que queda plasmado en una estupenda secuencia que no desvelaré, aunque termina con Ramius poseyendo las dos llaves que dan acceso al armamento del "Octubre Rojo". La película es grande, en el más amplio sentido de la palabra, y se abre con gloriosos planos de este monstruo de las profundidades sucando la superficie, mientras Connery otea el horizonte y suena de fondo la maravillosa música del gran Basil Poledouris. Es decir, cine superlativo, orgánicamente desmesurado, y con el único pero de que todos sabemos (lo sabemos ahora) que Harrison Ford se come con patatas a Alec Baldwin. Sirva para continuar honrando la memoria de Sir Sean Connery, por supuesto...
Saludos.

jueves, 26 de diciembre de 2019

Deja que...¿nieve? #3



Habrá a quien le parezca que no, pero a mí me mola DIE HARD WITH A VENGEANCE, tercera película de la saga, que volvía a poner a John McClane en órbita un lustro después, aunque con un par de ases en la manga. Volvía a la dirección McTiernan, y se nota en sus característicos chispazos de humor, aunque su fuerte nunca haya sido mantener un tono coherente. Aunque ¿a quién le importa? Este antihéroe de la magulladura y el oprobio, de la camiseta de tirantas y el pitillazo, empieza fuerte, con una resaca que parece de verdad (a juzgar por su careto) y una escena que parece sacada del mismísimo Tarantino, con Bruce Willis portando un cartel contra los negros en mitad de Harlem. Y de ahí parece provenir la ocurrencia de incluir a un Samuel L. Jackson que resulta ser todo un acierto dándole réplica a Willis, como si de unos improbables Quijote y Sancho Panza se tratara. Luego, el malo es Jeremy Irons, y su papel (sorpresa incluida), como toda la película, gana enteros en la primera mitad, mientras no vemos su rostro, sino que es una voz al teléfono desquiciando a los protagonistas con unas pruebas cada vez más complicadas, al estilo "Simon says". En definitiva, una peli de acción por todo lo alto, con las constantes en plena forma, pero sin nieve... y sin Holly esperando ser rescatada... Pero en fin, un film más que digno para cerrar una serie, aunque no lo hizo, claro...
Saludos.

lunes, 23 de diciembre de 2019

Deja que nieve #1



Es Navidad, los sentimientos afloran, y me he dado cuenta, más de 11 años después, de que no había puesto ni una sola película de John McTiernan... Dadas las debidas disculpas, entenderán que la combinación terroristas-héroe descalzo-fechas entrañables no se encuentre entre mis preferidas. De cualquier forma, nunca es tarde para recuperar el visionado de DIE HARD, sobre todo porque no son pocos quienes la han tildado de "película navideña", antes que de cúspide de la acción ochentera. Lo mismo puede ser una cosa que la otra, pero no hay duda de que a nadie se le había ocurrido hacerla antes, y quizá por eso lleva más de treinta años siendo elegida como una cinta eminentemente entretenida, o que en ningún momento se cree más lista de lo que es. Se saben el argumento perfectamente, Bruce Willis se convirtió en icono con una camiseta de tirantas mientras todos sufríamos con esos pies, y Alan Rickman apuntó alto con un villano que puede ser muchas cosas menos tonto. Luego se hicieron unas cuantas más, y las iremos comentando, ya puestos... Pero ésta es la mejor. Ustedes lo saben, yo lo sé...
Saludos.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!