Mostrando entradas con la etiqueta Craig Zobel. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Craig Zobel. Mostrar todas las entradas

jueves, 23 de enero de 2025

La ciudad y el tullido


 

Conveniencias e inconveniencias de una serie como THE PENGUIN. Expandir el universo, ya desmarcado, que vimos en THE BATMAN, aunque si obvias la caracterización de Colin Farrell estaríamos hablando de "una nueva serie de gangsters y otras hierbas". La conveniencia es comprobar que aún hay productos para la pantalla pequeña con presupuestos más o menos holgados, pero la inconveniencia es que la sensación final es la misma de tantas otras series: contentar al máximo público posible, diluyendo la potencia del montante. THE PENGUIN es una buena serie, que suponemos tendrá continuación, pero no creo que sea ese punto y aparte que los más entusiastas se han adelantado a señalar, poniéndola en lo más alto del espectro televisivo de ficción. De hecho, todas las idas y venidas para poner en contexto el ascenso al poder de Oz Cobb, se topan con la necesidad de introducir una ingente cantidad de secundarios, la mayoría meras comparsas, que no ayudan a agilizar un ritmo ya de por sí un pelín deslavazado. Por contra, el guion, una vez centrado en su protagonista, consigue evitar las bobadas de la corrección política, con las que flirtea constantemente. Lo mejor, por tanto, me parece ese equilibrio que lo hace un producto satisfactorio tanto para quienes no saben nada de este "universo expandido" de D.C., pero también respeta al fan que viene de comprender los aciertos del gran giro que supuso el film de Matt Reeves.
¿Es buena? Es buena ¿Es grande? No, no es grande.
Saludos.

viernes, 21 de mayo de 2021

Dar la vuelta al calcetín


 
Lo primero que me vino a la cabeza tras la trepidante primera media hora de THE HUNT, fue una asociación de ideas que me llevaba directamente hacia el delicioso y sorprendente conductismo de LA CABAÑA EN EL BOSQUE. Algo de eso hay en esta explosiva mezcla de survival, comedia negra y un discurso político, que pretende ir más allá de lo irónico, pero se queda sospechosamente incapaz de superar los mismos prejuicios que pretende contextualizar. Ya digo, el arranque descoloca a cualquier espectador medio, y seguramente lo incomodará al revocar lo que está "socialmente aceptado"; en este caso, los roles asumidos por demócratas y conservadores, que quedan supeditados a una pregunta cuanto menos incómoda: ¿Y si los "buenistas" de la izquierda, hartos de soportar a los arrogantes negacionistas de la derecha, decidieran exterminarlos sin medias tintas? En el repensado de esa idea está lo más interesante de este film; desgraciadamente, Craig Zobel no es Drew Goddard, y la subversión argumental va diluyéndose hacia lo que temina copando la pantalla, que no es otra cosa que la inefable coreografía de mamporros, un poco más sanguinolentos, pero igualmente amortiguadores de un guion que tenía muchas posibilidades de ir un paso más allá.
Saludos.

jueves, 16 de enero de 2020

Parque temático 2



Acabo de terminar la segunda temporada de WESTWORLD, enterándome de que la tercera tiene inminente fecha de estreno en HBO, lo que me deja un par de sensaciones contrapuestas. Por un lado, la frescura que destilaba la primera temporada brilla aquí por su ausencia, y a Jonathan Nolan y agregados les cuesta una barbaridad hacer avanzar una historia basada en una miríada de referencias a la primera, pero que parece prepararnos para un apoteosis final. La traca existe, ciertamente, pero se reserva un último cartucho para recordarnos que no todo acaba aquí, y no sé cómo tomarlo, e incluso dudo mucho que me vaya a atrever a seguir indagando en algo que creo agotado, o a mí me lo parece. Desaparece la reflexión filosófica sobre la vida artificial, y en su lugar hay vueltas y más vueltas en torno a la posibilidad de que nada sea lo que parece, con el problema añadido de que las barreras entre el mundo virtual y el real desaparecen, y el rumbo de la narración se desnorta y se pierde entre datos que no aportan claridad, mientras los personajes aparecen y desaparecen sin previo aviso. No discuto la calidad técnica ni las de nuevo sobresalientes interpretaciones, pero me pregunto por el verdadero propósito de la serie, de la misma forma que el personaje interpretado por un soberbio Ed Harris parece ser, incluso en su intrínseca maldad amoral, el único con un poco de lucidez en un mundo que termina por semejar un mareante tiovivo.
No sé, ya veremos.
Saludos.

sábado, 26 de agosto de 2017

¿Qué puede matar a un dios?



Era necesario, casi indispensable, que en el sugestivo, libérrimo y renovador marco de las series televisivas apareciera el genio creativo de Neil Gaiman. Su extraordinario y desbocado talento apenas ha encontrado acomodo más allá de las páginas del cómic; no lo suficientemente valorado como novelista y prácticamente desconocido en su faceta de guionista, era una noticia que quienes le hemos seguido durante tres décadas hemos recibido con júbilo, pero también con no poca perplejidad. Las expectativas, he de decir, tenían sus reservas, pero AMERICAN GODS es una de las mejores series que uno puede encontrar en el oceánico marasmo en el que se ha convertido la ficción catódica. Extendernos sobre los detalles sería exhaustivo y contraproducente, pues acabaría por desvelar aspectos fundamentales para disfrutar de este, digamos, "thriller sobrenatural", paseo descomunal por la América mitológica, credencial y expansiva, convertida por sí misma en crisol de culturas, religiones y pactos atávicos que cada cual interpreta en su propio beneficio. De esa América de los mayas y aztecas, que una vez fue hollada por vikingos y luego por españoles, que conservaba intactos a los ídolos animales de las tribus del norte, es de lo que trata aproximadamente (y es un término aproximado) la novela original. Pero Gaiman va aún más allá y confronta a aquellos dioses, los que han sobrevivido y los que quedaron enterrados cuando ya no quedó nadie que los idolatrara, con los verdaderos "nuevos dioses", los que incontestablemente rigen el curso de nuestras vidas y a los que, quizá sin darnos cuenta, rendimos una pleitesía incluso más fervorosa y fanática que la de aquellos otros dioses. Ésta es la crónica de la guerra entre deidades más antiguas que el hombre y dichos nuevos cultos, los nuevos dioses que tienen su altar en los mass media, la imparable tecnología e incluso el muy polémico concepto de globalización, encarnado en el personaje más misterioso de todos.
Me resisto a desvelar más para quien no la haya visto aún o no esté familiarizado con los comics o la novela, pero es una serie no sólo deslumbrante conceptualmente (¡esas intros!), sino que está excelentemente interpretada (ojo al omnipresente papel, nunca mejor dicho, del gran Ian McShane) y está repleta de sorpresas, como una convención/cóctel de diferentes encarnaciones de Jesucristo o una viscosa historia de amor necrófilo...
Véanla, son ocho episodios que caen en un fin de semana y se sabe que la segunda temporada está en camino.
Saludos.

viernes, 23 de octubre de 2015

Tríos, bricolaje y apocalipsis



Hay un cine que compite en los márgenes, que prefiere apoyarse en el trabajo honesto de los profesionales antes que en grandes promos y alardes inconsecuentes con su acabado. Esto, sin embargo, no es sinónimo de excepcionales resultados, no tiene por qué serlo; hay, efectivamente, un cine que busca el consuelo de Sundance, del de ahora, que tampoco es que sea el de antes, pero que mantiene un interesante cable extendido entre la comercialidad bien entendida y la independencia de magnitud. Z FOR ZACHARIAH es el tercer trabajo del director Craig Zobel, tras las interesantísimas GREAT WORLD OF SOUND y, sobre todo, COMPLIANCE; y la sensación general que queda es de un extraño desánimo, no por el tono calmado de sus imágenes, que intentan dar cuenta de una especie de ínfimo paraíso que ha logrado mantenerse al margen de un "posible" fin del mundo a causa de una lluvia radiactiva masiva. De hecho, lo que menos importa es esto, ya que se trata de un film atento a los diálogos y a encadenar correctamente las situaciones entre los pocos personajes que intervienen, exactamente tres. A grandes rasgos, se nos cuenta el día a día de una chica (la estupenda Margot Robbie) que vive sola con su perro en dicho valle, al que llega un ingeniero (Chiwetel Ejiofor), que logra ganarse la confianza de la chica; y más tarde, un tercer sujeto, con una historia turbia que cuenta a medias y que no termina de caer del todo bien, pero que será admitido para que ayude en la construcción de una gigantesca rueda para extraer agua y fabricar conductos eléctricos. Esa es la sinopsis, y lo primero que choca es que en ningún momento explote la tensión acumulada, tanto emocional como sexual; los personajes se limitan a un cotidiano tarareo y a un par de momentos que a lo mejor escandalizarían a un seminarista, pero en confianza... En fin, una especie de drama postapocalíptico, de esos que se llevan tanto ahora, pero que cambia los efectos truculentos por una especie de psicología alterada, lástima que el guion sea tan flojito, porque los actores están francamente bien y hay una fotografía en modo alguno desdeñable. Habrá que seguir a su director, aunque le vendría bien a él mismo salir del "valle" de Sundance...
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!