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martes, 29 de abril de 2025

Los extravagantes cotidianos


 

No he visto todavía un relato en cine plenamente satisfactorio sobre la pandemia, y mucho me temo que tampoco lo ha logrado un cineasta tan reputado como Cristi Puiu, que en MMXX resbala en todas y cada una de las contradicciones que, con firmeza y convicción, nos quiere administrar como certezas o descubrimientos indubitables. No le cae bien el formato episódico, que funciona en algunos tramos, pero parece una proeza de conversos imaginar conexiones que, yo al menos, no veo. Por separado, sin embargo, Puiu brilla en esos largos, exigentes parlamentos, radiografías certeras de un estado de las cosas que se revela cada vez más atroz, como cargas de profundidad ocultas en frases de terrible elocuencia. Como si de un paseo social se tratara, vemos el absurdo de unas terapias en las que el paciente sólo se escucha a sí mismo, para descubrir que la terapeuta en realidad es una mujer sumisa y arrastrada por masculinidades tóxicas, tanto como la indiferencia con la que su pareja escucha a un compañero de trabajo mientras le revela un importante secreto. Uno se pregunta si el director rumano no debería haberse centrado en el epílogo, un crudo y seco interrogatorio policial que, sin mostrar nada explícitamente, llega a poner los pelos de punta. Es, me lo parece a mí, un film irregular, encorsetado quizá por aquel momento de restricciones que pretende plasmar, y que termina dejando la sensación de que mucha información importante se extravía en frases interminables y respuestas vagas.
Buen trabajo, correcto, pero muy lejos de dos cimas como SIERANEVADA y LA MUERTE DEL Sr. LAZARESCU.
Saludos.

sábado, 21 de octubre de 2017

Gangbang



Cristi Puiu es, en mi opinión, el gran maestro del cine rumano, un director superdotado e inclasificable, embarcado en una búsqueda imparable del relato total, quizá más emparentado con la literatura y, por tanto, con directores (no tanto en lo formal) como Béla Tarr o Lav Diaz. Su cine no es complicado, es tan sencillo que casi prescinde de motivo argumental y simplemente deja que sus personajes interactúen entre ellos como lo harían ante nuestros ojos y no ante una cámara. Ese es el gran dilema que hace su cine tan fascinante como exigente para el espectador, obligado a mirar y pensar en múltiples direcciones y hecerse cómplice de una intencionalidad que surge con naturalidad. Puiu no repite fórmula, y en SIERANEVADA (el título, significativo, no es más que una ínfima nota a pie de página) monta una magistral y asfixiante coreografía en el espacio único de un piso, donde una familia va a celebrar, según su tradición, los cuarenta días del fallecimiento del padre. Es cierto que Puiu nos introduce mediante el personaje principal, Lary, el hijo, y despide la función haciéndolo entrar en catarsis, pero el reto consiste en el incesante trasiego de puertas abiertas y cerradas, los personajes entrando y saliendo de escena sin que parezcan responder a las encorsetadas leyes de la puesta en escena.  Y entre líneas, desplegándose como un monstruo perezoso, cada conversación y opinión urde las diferencias ideológicas de un país y las confronta con el terrible estado del mundo, con los ataques terroristas del 11S y Charlie Hebdo de fondo. SIERANEVADA no "habla de", tan sólo habla, nos interpela a nosotros mismos y nos pregunta qué haríamos nosotros de estar ahí, en esas interminables orgías familiares, donde aflora todo el resentimiento acumulado y todo se echa en cara tan sólo para ahogarlo más tarde con un brindis o un nuevo postre. Lo que Cristi Puiu pretende contar no se hace con el formato habitual, con actores replicándose; las fieras no se replican entre ellas y ni el mejor crítico se encerraría en una jaula con una fiera. A dentelladas, una de las grandes obras maestras de este siglo...
Saludos.

jueves, 7 de octubre de 2010

Seguridá sosiá



Primer e indeleznable absoluto: ¿Una peli buena?, una que sea capaz de hacerte llorar con la misma facilidad que te hace reír. Definición de comedia: Sólo existen las buenas comedias; las malas no pueden ser comedias sino dramas mal pergeñados. Entonces, recomiéndeme una peli... si puede ser de este siglo, hombre: Cómo no. Apunta, niñato: MOARTEA DOMNULUI LAZARESCU, o 150 minutos de Kafka en estado puro; una obra de arte tan inocente en las formas como afilada en su discurso de denuncia. Lazarescu es el nuevo Joseph K., aumentado y actualizado, para que podamos percibir perfectamente que la podredumbre que sustenta la base de la existencia humana sigue perfectamente vigente.
Lazarescu es un sesentón al que descubrimos en su cochambroso apartamento; tiene una camiseta raída, unas zapatillas de paño y un gorro de lana. Le vemos dormitar en un destartalado sofá, darle de comer al gato y beber un extraño líquido a granel en botellas de agua mineral. Lazarescu vive solo; telefonea a su hija, que está en Canadá, pero ésta no quiere saber nada de él. De repente, Lazarescu se encuentra mal y baja a casa de sus vecinos para que le presten una pastilla; en lugar de eso, y viendo un empeoramiento, llamarán a urgencias. Ahí comienza la odisea particular del señor Lazarescu por las calles de Bucarest. Acompañado por una auxiliar, la única que de verdad se preocupará en adelante de él, Lazarescu iniciará un interminable recorrido por diversos hospitales, donde le verán varios médicos y le atenderán otras tantas enfermeras. No parece haber ningún diagnostico claro para su enfermedad, en algún sitio incluso dudarán de que exista tal dolencia y no se trate de un simple caso de embriaguez; mientras tanto, asistimos al ballet de los hospitales, con pacientes esperando eternamente en los pasillos y médicos que se enzarzan en inútiles discusiones sólo para demostrar que están al mando.
Supongo que algunos de ustedes se imaginarán el desenlace de esta maravillosa y terrible película; yo, cuando la vi, no pude quitármela de la cabeza durante días, porque ...LAZARESCU tiene el aroma inconfundible de la concisión y de la tradición esperpéntica, con una enorme y agradecible paciencia a la hora de desarrollar sus pequeñas intrahistorias, que terminan por ser el verdadero motor de un film que es ya un clásico contemporáneo. No se arrepentirán si la ven.
Saludos enfermos.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!