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martes, 22 de octubre de 2024

Descenso y filtración de una pobre diabla


 

Acabó Sitges, reseñemos Sitges, empecemos este año por lo gordo, nada nos lo impide. La ganadora ha sido DES TEUFELS BAD, del ya consolidado tándem Franz/Fiala, y que nos sirve para considerar este certamen como el reverso inquietante del pasado; en absoluto por este film, que pasa de puntillas por una especie de folk horror que en realidad sirve como excusa para apuntalar un tristísimo acotamiento a una mente incapaz de soportar su propia deriva existencial. Esto hoy día tiene psicoanalistas, pastillas de esas y terapias chorras, pero en mil setecientos y pico, en un entorno rural y apartado, era otra cosa más soterrada y pendiente de las veleidades de la resignación y el arrepentimiento como único asidero para un día a día toscamente inamovible. No esperen encontrar aquí un film de terror al uso, aunque su premisa es terrible, y mira directamente a esa angustia existencial que destilaba Bergman desde, por ejemplo, LOS COMULGANTES, que sí me parece la influencia más directa para descifrar este desesperanzado estudio sobre la depresión, la incomprensión y la incapacidad que los entornos cerrados ofrecen para un mínimo desarrollo sensorial, a menos que se acepten los sacrificios diarios como parte de la vida misma. 
No me parece una grandísima película, y su tono puede dejar frío a espectadores con pocas expectativas intelectuales, pero sí creo que es un camino acertado para unos cineastas que se resisten a ser encasillados en un género.
Saludos.

sábado, 16 de mayo de 2020

Amalgama maratoniana



THE LODGE es una película que se descalifica ella sola. Tras la estupenda e inquietante ICH SEH, ICH SEH, las cineastas austríacas Fiala y Franz vuelven a los ambientes apartados y claustrofóbicos, para poner en pie un relato no tan original como se presume, y que remite a multitud de títulos universalmente conocidos (por citar alguno, EL RESPLANDOR, LA MANO QUE MECE LA CUNA o LOS OTROS), pero con un problema fundamental y que no le permite respirar su propio aire. Todo lo apuntado en el demoledor arranque (lo mejor del film, sin ninguna duda), empieza a tambalearse cuando llega el momento de las explicaciones y los personajes deben interactuar con un mínimo de coherencia. Además, me basta con dar una pequeña sinopsis para que sean ustedes quienes juzguen: Te vas a divorciar de la mujer con la que tienes dos hijos, para casarte con una mujer más joven, pero a la que (fíjate tú qué cosas) has estado investigando, porque es la única superviviente del suicidio masivo de una secta, que dirigía su propio padre. Hasta ahí, hay que confiar mucho en la propia narrativa para no caer en lo meramente extravagante; la habilidad de las directoras para crear una atmósfera francamente malsana, es lo que mantiene el interés, pero hay otro salto mortal sin red, al llevar al extraño matrimonio y los reticentes hijos de él hasta una casa en el culo del mundo, rodeados de nieve. Y para colmo, el remate, que es el padre yéndose a no sé qué cosa y dejando solo a los niños con una mujer a la que apenas conocen. No sé, podría haber sido una bomba si el galimatías se hubiese resuelto con originalidad e ingenio, pero hay muchos lugares comunes y muchas referencias, lo que la deja en un aceptable artefacto, que asoma la cabecita por un par de escenas, pero que son a todas luces insuficientes.
Saludos.

martes, 25 de octubre de 2016

Trauma



Estaba cantado. De entre la vorágine de películas de terror con niños (entrecomíllenlo y les sale un género nuevo), estaba convencido de que los austríacos eran los que tenían una última palabra por decir, al menos antes de que esto ya se convirtiera en plaga. ICH SEH, ICH SEH (VEO, VEO sería su traducción correcta) participa del último cine del país de Mozart, y recoge la claustrofobia y la crítica social de su máximo exponente, que no es Haneke, sino Ulrich Seidl. Con más de lo primero que de lo segundo, el tándem Franz/Fiala, que dos años antes entregó el sorprendente documental KERN, realiza un inquietante relato de terror psicológico en el que nunca queda claro qué es exactamente lo que estamos viendo y qué consecuencias está teniendo sobre los protagonistas, de hecho los únicos integrantes del reparto: una mujer y dos gemelos. La mujer llega a casa con el rostro vendado y la esperan dos niños, sus hijos, pero el comportamiento extraño de la madre nos/les indica que podría tratarse de otra persona, una impostora que se hace pasar por su madre y que aspira a quedarse con todo lo que poseen e incluso acabar con ellos... así que no van a permitirlo.
A partir de aquí, resulta imposible continuar desvelando nada más de la sinopsis, tan sólo les diré que deben enfrentarse a este film con los sentidos alerta y la mente abierta para aceptar cualquier giro que se produzca, y en verdad son muchos y muy significativos. Una película seca, truculenta, agitadora, y que quizá pierde un poco de fuerza al final, cuando la violencia ya no es sugerida sino explícita, pero en cualquier caso constata que la corriente germana de horror extremo sigue ofreciendo producciones e incuestionable calidad.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!