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sábado, 14 de junio de 2025

El ascua a la sardina


 

ALICE IN WONDERLAND es, a casi 75 años de su estreno, la película que puso definitivamente a Disney en la cúspide de la animación, y su influencia ha sido decisiva para entender muchas producciones posteriores. Partimos de la certeza de la imposibilidad de adaptar la complejísima obra de Lewis Carroll, repleta de simbología, neologismos y otros retos lingüísticos, lo que ha obligado a que cada versión, por diferentes que sean entre sí, hayan tenido que conformarse con la capa narrativa más externa, la que nos habla de las peripecias de la joven Alicia en un mundo, imaginario o no, pero con unas leyes que se salen de lo común. Carroll nos hablaba dela transformación, física y psicológica, del despertar sexual, los viajes lisérgicos, o una anarquía disruptiva del relato, sublimando la palabra interior en una época donde pocos autores se atrevían a tanto. La Alicia de Disney es una magnífica película para cualquier edad, con un uso de la animación brutal para 1951, y que ha abierto el camino, por ejemplo, para los temas esenciales abordados, con aún más audacia, por Hayao Miyazaki. Intento revisitarla cada vez que puedo, y teniendo en cuenta que es una de las favoritas de siempre de mi hija, no he podido resistirme a disfrutarla en privilegiada compañía.
Imprescindible.
Saludos.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Candidato a nada en especial



Y ahí me encontraba yo un día, incomprensiblemente tras los atracones diarios de películas de Disney que he de tragarme por mi renacuaja (sí, por eso me cuesta tanto comentar alguna aquí, porque estoy hasta el gorro de ellas), repantigado ante una de esas rarezas que el mítico estudio produjo justo en tiempos de posguerra, cuando la situación económica era más ajustada y había que buscar fórmulas novedosas y, sobre todo, más baratas.
No, no es gran cosa esta MELODY TIME, correspondiente a 1948, y se le notan demasiado las forzadas (y forzosas) costuras, como si cada segmento estuviese con el resto por motivos desconocidos. Hay mucho romantiqueo, animalitos saltarines y pizpiretos que parecen decirte "Ay, payo, dame argo..." Y también salen Los Tres Caballeros (que es una peli anterior que a mí me mola y estoy intentando que le mole también a la peque...) a ritmo de salsa, un barquito que no pega ni con cola y hasta un experimento muy en la línea de FANTASIA con los árboles como protagonistas, que al final es casi lo más entretenido. Lo malo de este tipo de películas es siempre el mismo, que para el público para el que estaba destinado (el infantil), ahora se ha quedado bastante obsoleto, al tratarse de una especie de repetición de los grandes clásicos, mientras que los adultos, por muchas ganas cinéfilas que le pongamos, lo olvidamos prácticamente al instante, sin rencores. No sé, pueden probar a verla, pero igual me quieren pegar luego, así que... ustedes mismos con su mecanismo...
Tiempo de saludos, sí señor...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!