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miércoles, 18 de diciembre de 2024

Rojo sangre oscura


 

Es muy curiosa la relación de Hellboy con el cine, y parte de culpa la tuvo el exceso de fandom de Guillermo del Toro, que confundió el amor al personaje con serle fiel a su verdadero espíritu, que no es otro que dinamizar el lore superheroico con historias sobrenaturales, gracias a la potente irreverencia del personaje creado por Mike Mignola, quien (afortunadamente) coge las riendas del guion de esta HELLBOY: THE CROOKED MAN, de la que de momento se desconoce cuándo se estrenará en nuestro país, cinco meses después de que lo hiciera en Yanquilandia, con una acogida digamos "dividida". Brian Taylor (responsable de la franquicia CRANK, o la interesantísima serie HAPPY) encuentra al fin al Hellboy tétrico y vulnerable de los comics, y pese a una producción mejorable, por desprolija, el relato de terror funciona como encadenado inesperadamente pulp, a lo que contribuye un festival de canciones de época, que nos traslada a un entorno de horror y brujería. No es ni mejor ni peor que las anteriores, sino que suple sus carencias invirtiendo en aspectos que, por ejemplo, Del Toro no logró aprehender todo lo visceralmente que hubiese debido. La cosa es ¿se estrenará? ¿irá directa a plataformas?...
Saludos.

miércoles, 12 de mayo de 2021

Metafísica a mamporros


 

Tenía mucha curiosidad (a mí la curiosidad siempre es algo que me sobreviene a lo loco) de indagar acerca de posibles conexiones cinematográficas con el universo creativo de Grant Morrison. El autor escocés, conocido principalmente por haber firmado algunos de los mejores comics de los últimos 30 años, ha logrado su propio lugar en el Olimpo, con un estilo que fluctuaría desdela tiranía demiúrgica de Alan Moore, hasta las mitologías replegadas de Neil Gaiman, entendiendo este triunvirato como el más importante salido de las islas británicas. Morrison parece, desde luego, tomarse menos en serio a sí mismo, y conjuga gozosos momentos de expansión lúdica (exageradísima incluso) con agudas observaciones metafísicas, que interpelan al propio espectador como parte más que importante de la propia existencia de la narración que le es ofrecida. Así, me encontré con HAPPY!, una serie producida por SyFy allá por 2017, y que fue cancelada tras su segunda temporada, sin que llegase a trascender (se puede encontrar en Netflix) a este lado del charco. Barroca, absurda, desbordante, y más inteligente de lo que parece hacernos creer que es, HAPPY! es una sinfonía de iconos, que van desde la Navidad a los falsos dioses televisivos, pasados por el fino bisturí de Morrison, y plasmados en una figura y un actor que parecen hechos el uno para el otro. Christopher Meloni interpreta a Nick Sax, un ex-policía politoxicómano, y con una visión de la vida un poco más allá del nihilismo. La serie transita un lugar de contrastes infinitos, del slapstick al horror cósmico, de los mafiosos sin escrúpulos a los espectáculos infantiles. De hecho, sus dos protagonistas son este mercenario desencantado y borrachuzo, y un unicornio azul imaginario... Me abstengo de contarles más, por supuesto. 
Sin embargo, no todo son buenas noticias. Les prevengo de la sustancial diferencia cualitativa entre la T1, más brutal y sorprendente, y la T2, en la que intuyo que Morrison quiso dar un giro aún más descabellado, y el resultado es decepcionante. 
Tiene algunos momentos memorables, casi todos entonados hacia unas coreografías destructivas, y otros directamente de piloto automático. Aun así, y aunque sólo sea por lo desapercibida que ha pasado, merece la pena echarle un vistazo.
Saludos.

lunes, 16 de agosto de 2010

Plásticos y decibelios



Paradigma y reflejo de cierto cine comercial de ultimísima hornada, GAMER contiene todos y cada uno de los argumentos que nos pueden ahorrar saliva y neuronas en caso de que nos enfrasquemos en uno de esos bucles espacio-temporales mejor conocidos como "discusión cinéfila en la que nuestro oponente se empeña en defender lo indefendible"... Porque no, ni con un subidón de ácido a las cinco de la mañana, ni GAMER es el BLADE RUNNERdel siglo XXI, ni Gerard Butler alcanzará jamás los registros de Harrison Ford, ni (y este "ni" es importante) estamos ante una cinta mínimamente entretenida, que es lo menos que uno busca cuando decide emplear hora y media de su vida y algunos cuartos, que en este caso podrían y debían haber tenido mejor desenlace y acomodo.
Lo rechinante del asunto es que el trepidante y enrevesado arranque de GAMER es capaz de encender una tenue chispa en el espectador menos avisado, pero se trata, como luego puede comprobarse, de algunas buenas intenciones que quedan bien pronto enterradas bajo la silicona visual y las estridencias de todo tipo. GAMER propone un megalómano ultrajuego online, en el que los usuarios controlan personas de carne y hueso y les hacen luchar hasta la muerte; tras algunos mamporros y disparos, el supuesto interés de este what if? se disuelve en su propia incapacidad para ahondar en los escabrosos dilemas morales derivados de su propia propuesta; porque, no nos engañemos, GAMER está realizada por los típicos adalides de la torpeza y prepotencia yanqui, y eso cuela para las consolas, pero no para la pantalla grande...
Saludos jugones.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!