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jueves, 5 de diciembre de 2019
Ríos de tinta #2
La literatura de Francis Scott Fitzgerald suele tener la cualidad de la cocción a fuego lento, de la urdimbre que aún sosiego y pasión, de un sentido de la justicia que tiende a poner a sus personajes en su sitio, sea éste más o menos agradable. De este sentido trágico dio buena cuenta Henry King, en el que a la postre sería su testamento fílmico. TENDER IS THE NIGHT es una película ridículamente maravillosa, o maravillosamente ridícula; una elegía del pijerío extremo, o de cómo un señor normal, por ayudar a una niña bien, de las de problemas inventados, a tener una vida real, se verá arrastrado por esa sociedad de apariencias y traiciones a su propia auto destrucción. Hay un 99% de la vida del propio Scott Fitzgerald aquí, sus obsesiones y cadáveres bajo llave, y el trabajo de Ivan Moffat no fue sencillo, pero es absolutamente necesario imbuirse (o inmolarse) en sus dos horas y media, para terminar constatando de la dificultad de este guion para no caer en la cursilería y, al mismo tiempo, construir con paciencia de orfebre este febril descenso a la insatisfacción y el desengaño. Hay mansiones en la Riviera, sanatorios en Zurich, batas con escudos y fastuosos vestidos de Balmain. Pero también están unos espléndidos Jason Robards y Jennifer Jones diciéndose lo mucho que se quieren y lo poco que tienen que ver entre ellos. Y una partitura de Bernard Herrmann inolvidable.
Porque como decía Keats...
Saludos.
viernes, 30 de octubre de 2015
Una de piratas
... Y retrocedemos hasta 1942, año en el que la 20th Century Fox produjo THE BLACK SWAN, una de las mejores películas de piratas de todos los tiempos. En apenas 80 minutos, Henry King pone en imágenes la fantástica novela de Sabatini, en la que se narra el controvertido paso del temible pirata Henry Morgan a Sir y gobernador de Jamaica. Aunque no seríamos justos si pensáramos en conspiraciones políticas y traiciones transoceánicas, porque EL CISNE NEGRO es, ante todo, una maravillosa película de aventuras, al viejo estilo, con unos diálogos rápidos y eficaces y un sentido de la concisión que cada vez es más difícil hallar en los "pirateos" actuales. Aunque, de hecho, para ser justos del todo, digamos que ni siquiera el protagonista es Morgan, sino "Little" Jamie, uno de sus inseparables, cuyo sentido de la independencia le dejará al margen de los trasiegos de la corona británica y del disidente Leech, que quiere asesinar a Morgan. En fin, la película es entretenidísima, trepidante, con duelos de espada, cañonazos a estribor, fanfarronería mojada en ron de Maracaibo y un puñado de actores inmensos. Tyrone Power está magnífico en el único papel que le caía bien, el de héroe vulnerable; Laird Cregar, imponente como Morgan; Thomas Mitchell... qué gran actor era Thomas Mitchell. E incluso había un papel secundario para un ya incipiente Anthony Quinn. Y, claro, una jovencísima Maureen O'Hara, convertida ya en una realidad de Hollywood y disputada por todos los grandes estudios. Aquí hacía de niña pija asediada por un Tyrone Power de torso lampiño... imaginen cómo acababa la cosa.
Si no tienen nada mejor que hacer este fin de semana, véanla, acabarán con una sonrisa de oreja a oreja...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
¡Cuidao con mis primos!