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domingo, 4 de octubre de 2020

Rincón del freak #424: #yo también (soy un ama de casa aburrida)


 

Ahondando en la procelosa filmografía de Barbara Peeters (esto sólo se me ocurre a mí), me encuentro con que uno de sus primeros trabajos fue un infinitesimal tratado lésbico, en clave de angst femenino, que en realidad quería suponer un alegato a favor de la liberación de esas mujeres que no sabían qué diablos hacer con sus vidas mientras el marido estaba fuera trabajando. Sin embargo, THE DARK SIDE OF TOMORROW (que así se llama la cosa), iba a ser un pseudoporno financiado por un potentado israelí, David Novik, que soñaba con ser el gran pope de las salas X. En lugar de ello, Peeters, activista lésbica a su manera y forma, cambió el guion enviado por Novik y lo transformó en lo siguiente: Denise y Adria son amigas, dos amas de casa que pasan el tiempo yendo de compras y jugando a las cartas, mientras sus maridos ganan perras fuera... o lo que sea. En un momento dado, y teniendo en cuenta que estamos en la California de 1970, ambas dos descubren que el amor libre, y más concretamente el lésbico, es un antidepresivo mejor y más sano que el prozac, así que invierten sus ratos de ocio en retozos y lubricados de media tarde. Y Peeters, que no deja de tener su guasa, riza el rizo, despechando a una de ellas cuando la otra da el giro definitivo y, tras poner los cuernos al marido con la amiga, redobla las astas con un desconocido que pesca salmonetes. Así las cosas, la amiga se enfurruña y prueba en otros montes venusianos, porque los cuernos nunca duelen hasta que nos los ponen...

Almodóvar no lo hubiera hecho mejor.

Saludos.

domingo, 20 de septiembre de 2020

Rincón del freak #422: Atún y algas


 

Vista hoy, HUMANOIDS FROM THE DEEP se tolera con una mezcla de indulgencia y tierno escepticismo, e incluso se comprende por qué poner monstruos de pacotilla en una película que empieza como un soportable drama local, con algunos apuntes de odio racial y denuncia medioambiental. Sí, la película parece otra, con Doug McClure y Vic Morrow intentando sostener algunas escenas de cierta intensiad dramática. La cosa es ¿quién podría resistirse a desnudar jovencitas, cubrirlas de sangre y hacerlas correr mientras son perseguidas por unos bichos que parecen algas mutantes? Puede que la respuesta esté en el extraño binomio de realizadores, la activista de cine proto-lésbico Barbara Peeters y el animador Jimmy T. Murakami. Entiendo que la productora, en un arrebato de lucidez, pensó que una mostrara pechos turgentes y el otro se hiciera cargo de los bichos y la sangre. Sin llegar a ser un desastre absoluto, es una película capaz de provocar muchas risas involuntarias, y que vista cuarenta años después deja una pregunta interesante en el aire: ¿Cuándo se volvió el cie americano tan circunspecto?...

Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!