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jueves, 3 de julio de 2025

Ay de los bienintencionados


 

Me sabe mal no ensalzar más una película como MALDOROR, que en Sitges dejó igualmente dividido a un público que se debatía entre la incuestionable calidad del film y la urgente necesidad de una sabia tijera en su montaje, que extendía su metraje hasta unas dos horas y medias no tan excesivas como mal repartidas. Fabrice Du Welz, cineasta tendente a recrear lo escabroso sin medias tintas, se sumerge aquí en uno de los casos más terribles acaecidos en Bélgica en los años noventa, cuando una red de pederastia, que incluía a políticos, magistrados y policías, estuvo campando a sus anchas precisamente por una incomprensible política policial, que diluía las competencias en burocracias sin sentido. Du Welz lo dramatiza con su estilo, a la vez conciso y barroco, a la búsqueda de un "gran policial" de altos vuelos, un relato total que no sólo expone una trama repleta de personajes miserables, sino que actúa por y mediante la mirada de su protagonista, un joven policía que se resiste a formar parte de un sistema que literalmente parece mirar al lado más cómodo, con tal de no mancharse. Aquí todo está manchado, corrupto, atravesado por una miseria moral que casi puede tocarse, y en la que el idealista Paul inicia un descenso a los infiernos nunca súbita, sino penosa, como caminar en arenas movedizas. 
La recomiendo pese a todo, a su extraño discurrir, que por momentos es detallista sólo para dejar esos detalles suspendidos; y pese a que Welz no consigue encontrar un tono exacto, divagando entre el thriller ponzoñoso y un relato de terror anclado en lo cotidiano. La distribución, ya se sabe, tampoco le ha hecho justicia, pero ya contábamos con eso.
Saludos.

miércoles, 8 de mayo de 2019

Remedando



Fabrice Du Welz, director belga y autor de títulos tan sugerentes como CALVAIRE, cambia por completo su registro y se enfunda el traje de Paul Schrader. El problema es que el guion de MESSAGE FROM THE KING no le llega ni a la suela de los zapatos a TAXI DRIVER, sino que se queda en el terreno que marcó Tony Scott hace ya unos años con MAN ON FIRE, y visto el resultado, ni siquiera roza a aquélla. Se trata de el enésimo thriller sobre alguien que llega a un sitio buscando a alguien y por el camino se topa a gente muy chunga que se lo va a poner todo muy difícil. Supongo que se sitúan. Du Welz, que normalmente es capaz de sugerir atmósferas cargadas de extrañeza, se queda en un puñado de imágenes que parecen todas sacadas de películas que se han hecho antes, aunque para abreviar lo dejaríamos en "falta de personalidad", y ya está. Lo mejor es el papel de Chadwick Boseman, del que la cámara no se despega ni un segundo, que encarna a un tipo que llega directamente desde Sudáfrica a Los Angeles para buscar a su hermana desaparecida. Mientras no sabemos nada la película funciona, con una intriga que funciona bien y que despierta nuestra curiosidad; lo malo es que luego hay que dar explicaciones, dar profundidad a los secundarios y resolver una trama que directamente desemboca en lo ininteligible. No sé, apenas la recomendaría si les gustan los films de este tipo, pero hay otros y mucho mejores...
Saludos.

lunes, 4 de junio de 2012

Nehorror



Varias cosas. Primero, perdón por el palabro del título, pero debía ponerlo. Después, entre HAUTE TENSION y CALVAIRE hay un mundo (o varios) de calidad e intención, incluso de impostura. Prosigo. Entre el principio y el final de CALVAIRE (nunca el título de una película fue tan elocuente), uno atraviesa un único estado de ánimo, llamado desasosiego, pero hay toda una gama cromática en cuanto a climas, ases en la manga, dominio del ritmo y clarificaciones inmediatas. Concluyo. CALVAIRE, ocho años después de su realización, no se ha estrenado ni distribuido en España ¿Las razones?... Pues no sé, la verdad, pero no creo que pueda atribuirse a su (falta de) calidad... como si eso importara aquí... Resumiendo. CALVAIRE es una película realmente terrorífica, y lo es porque pese a ir de cabeza hacia todos y cada uno de los topicazos del cine de terror reciente, y más concretamente el europeo, y aún más concretamente el francés, los elude todos con soltura e imaginación; básicamente por dos cuestiones, que son el extraordinario trabajo de los actores (grandes actores, por cierto), sobre todo un trío compuesto nada menos que por Laurent Lucas y Jackie Berroyer, que soportan casi todo el peso protagonista en un tour de force espectacular, y el grandísimo Philippe Nahon, que aparece ya al final pero que da la puntilla con acierto. CALVAIRE no es más (ni menos) que el enésimo relato acerca de un incauto que se adentra en territorios apartados (aquí un estrafalario cantante que actúa en geriátricos) y cae víctima del loco de turno, al que iremos descubriendo poco a poco y sin que su culpabilidad quede clara hasta casi el final. Es precisamente esta paciencia, nada habitual en el género, la que da al film ese sabor tan especial a película madurada, pensada y ejecutada en plenitud de facultades. Además, hay varias secuencias que a mí sí que me resultaron impactantes y que curiosamente no son estruendosas ni, como suele pasar; Du Welz prefiere que la imaginación del espectador funcione por sí misma la tensión no estalle, sino que se muestre con toda su macabra dureza, que en este film es mucha. Perentoria recomendación que les hago si es que no la han podido ver aún (que sería lo más normal), pero si lo pasan mal a mí no me culpen. Avisados quedan.
Saludos sufridos.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!