martes, 30 de junio de 2009

¿Aceptamos barco?

Aparte de ser una raza apreciadísima de caballos, APPALOOSA es el intento de Ed Harris por seguir los pasos del maestro Eastwood con una sólida historia alrededor de tres o cuatro personajes y sin evitar en ningún momento cada visible tópico del western más asequible. Pero hay algunos problemas que Harris no puede solventar, primero porque no es Eastwood (ni creo que llegue a serlo jamás), pero sobre todo porque uno tiene la sensación de estar ante una apacible reunión de viejos amigos; asunto éste que se puede perdonar si se habla de un joven principiante sin recursos ni precedentes. Pero claro, hablamos de un tipo que, si bien su bagaje como director sólo incluye un precedente, a día de hoy es un peso pesado de la industria. Y eso que la película comienza bien, con una sólida pareja (Mortensen y Harris) prestando sus servicios a un pueblo para librarles de los forajidos, algo mil veces visto en este tipo de cine, pero que no importa si se sabe mantener la atención y la tensión, y el gran ejemplo sería INFIERNO DE COBARDES, de Eastwood. Sin embargo, parece como si a Harris le costara mantener el combate cuerpo a cuerpo y prefiriese expandir responsabilidades. Su personaje, en principio frío e implacable, cae como un adolescente ante una Renée Zellwegger en uno de los papeles más ridículos y peor interpretados del año; así como el villano (Irons ¿quién te ha visto y quién te ve?), que también empieza fuerte y se va diluyendo hasta un final supuestamente glorioso y que provoca risitas de estupor. Puede que sólo Viggo Mortensen sea capaz de mantenerse sobrio en esta borrachera de despropósitos, aunque en su debe está un pasotismo que tampoco parece muy lógico.
En fin, que supongo un esfuerzo por parte de Ed Harris por demostrar que también sabe hacer cine de género, pero tendría que haber practicado un poco más en vez de llamar a los amigotes para espolvorearlos durante poco menos de dos horas. Mejor le salió la cosa dando vida a Pollock, pero aquello era una cuestión de poder interpretativo, al repartir es más difícil mantener la fuerza.
Saludos de cowboy.

Power

Ahí van unos vaqueros salidos del mismo infierno...


lunes, 29 de junio de 2009

En una galaxia muy muy lejana...

Me van a permitir ustedes que utilice este título... Ahora que lo pienso, nunca he hablado aquí sobre STAR WARS... Es curioso...
Bueno, hoy voy a hablar de una película que me parece magnífica y sonrojante a partes iguales, dependiendo de cuál sea el momento elegido de su extenso metraje. Y es que ahora que miles de personas parecen haber (re)descubierto la narración de posguerra con un producto manierista a no poder más y que, para más señas, se emite después de comer, uno no entiende cómo algo de tan escasa calidad es líder de audiencias mientras el único director de cine capaz de trasladar aquel tiempo a una pantalla ha sido sistemáticamente machacado. Pero vamos a dejarnos de estas cosas, que no llegan a ninguna parte. TIOVIVO C.1950 es la colmación de las aspiraciones cinéfilas de José Luis Garci, o eso podría parecer. Un inabarcable fresco de un momento concreto que elude inteligentemente tomar partido por un bando, acaso por la dignidad, y Garci entiende (y yo también) que la dignidad se puede encontrar en cualquier parte y no sólo mirando en una dirección. La dignidad según Garci es un tipo que calcula como una máquina pero sin máquina; y otro que vende libros clandestinamente en los baños de un Café y recita las ediciones de memoria; o la chica que debe vendarse los ojos para sus pruebas de mecanografía; y la vieja beata que vende santos para sufragarse el chinchón; y Alfredo Landa haciendo de Landa; o el equívoco de una cita que no es tal, sino sólo una clase de baile; o el poeta hambriento que come sólo en los recitales; o el reventista secretamente enamorado de la taquillera de un cine; o el director de banco cinéfilo y con vocación de guionista de cine, que va a producir una "coproducción" y acaba trastocando todo el proyecto; y el conserje que escribe a sus padres al pueblo diciéndoles que ha llegado a director de banco. Pero hay una escena inolvidable en TIOVIVO C.1950, quizá la mejor que ha rodado Garci jamás; aquélla en la que asistimos a un insólito espectáculo sólo para privilegiados, un primitivo trasunto de lo virtual, tan manido cincuenta años después. En una sala de fiestas de lujo, un supuesto torero enseña a escasos metros de señoras enjoyadas y puros humeantes cómo se mata un toro; el toro, por supuesto, no es más que un tipo llevando una cornamenta, pero saltan los olés y la cosa termina con una virtual estocada; y es un momento extraño, digno de Buñuel, porque fuera de juicios de valor, esa escena por sí sola es capaz de trasladar a quien no hubiese vivido aquellos años a un momento concreto. Podemos mirar a otro lado, pero estas cosas pasaban. Afortunadamente, ya no.
Saludos alrededor de...

Merry go round

Estos dos sí que deberían conocerse... Me refiero a Doherty y Garci... ¿a que sí?


domingo, 28 de junio de 2009

Un sentido y merecido homenaje

Sí, puede que esté abusando de alguna manera de un cine ciertamente comercial y en su mayoría estadounidense, pero tenía una lista "congelada" desde hace meses y he querido echar mano de ella antes de acometer el próximo monográfico, que será... Bueno, paciencia; pero prometo que no va a dejar a nadie indiferente.
Hoy vamos con un tipo de esos que se ha convertido por derecho propio (y muy conscientemente) en un standard del sistema de producción hollywoodense. Desde luego, si alguien tiene la ocurrencia de llamar "autor independiente" a M. Night Shyamalan, es que no sabe de qué va la cosa. Pues ya he recalcado suficientemente que con este señor o me llevo muy bien o me llevo muy mal; aún espero una película suya que ni me entusiasme ni me haga querer asesinarlo. Y me da la impresión de que he tenido pocas coincidencias al respecto con la mayoría de gente, pues sólo me entusiasman SIGNS, LADY IN THE WATER y UNBREAKABLE; y estoy seguro de que es esta última la que creo que es su mejor trabajo hasta ahora. Y por muchas razones. Primero porque esas interpretaciones "de piedra" tan suyas, aquí cobran gran sentido; es una película sobre un superhéroe que no sabe que lo es, pero también sobre los cómics de superhéroes, sobre toda la impertérrita idiosincrasia de los mismos; y, por si fuera poco, Shyamalan eleva un magnífico homenaje al coleccionista de comics y a ellos les regala los mejores momentos de la película. Así, hay momentos impagables como el que presenta a un incrédulo Willis pidiéndole a su hijo que le siga poniendo peso en la barra para levantarlo, cosa que sigue haciendo, claro; o el encuentro en la tienda de Don Cristal, todo un canto a la mitomanía comiquera. Pero quiere Shyamalan rematar la faena con la mejor escena que ha rodado hasta ahora, una escena que le acerca a los parámetros de Fincher o Scorsese y que muestra a Bruce Willis encapuchado recorriendo la casa donde un psicópata tiene retenidos a sus propietarios. Su resolución, que será también la del film, consigue algo bastante complicado en estos tiempos: mostrar una gran violencia casi con movimiento cero. En UNBREAKABLE, todo esto cobra gran vigencia, pero repetido acaba por cansar ¿Es posible que Shyamalan sea un director que visualiza sus escenas como si de viñetas se tratara? Desde luego, el homenaje está ahí; de ser así, gran parte de su "mística" se vendría abajo.
Saludos irrompibles.

Break

¡Otros!... Niño, deja de contar, que los hacen como churros...


sábado, 27 de junio de 2009

El apócope de visionario

Es curioso que una película como SAVING PRIVATE RYAN sea capaz de abrir varios frentes de discusión; el mismo Spielberg parece eludir cualquier posible controversia que pudiera sacudir sus sólidos planteamientos y convicciones, y no sólo profesionales. Me atrevería a afirmar que hay un Steven Spielberg anterior a este trabajo, ya insalvable (sólo una coincidencia), y otro, el que ¿disfrutamos? actualmente y desde entonces, aparentemente más hermético, oscuro y polémico. Desde el punto de vista estrictamente lúdico, Spielberg nunca ha dejado de entretener, y personalmente no me molesta que esto sea así, sí cuando quiere ser el nuevo Costa-Gavras de un occidente libre y de altos ideales. Un buen reflejo de esto es el esquizoide montaje de SAVING PRIVATE RYAN, capaz de aglutinar en sus casi tres horas los grandes aciertos y errores del último cine comercial. Así, el film se inicia como un tsunami que no permite una bocanada de aire; la impresionante recreación del desembarco de Normandía es, por derecho propio, el mejor filmado de la historia y Spielberg podría decir sin embozo: "Ahí queda eso". Y es que pasarán otros cincuenta años hasta que alguien logre otro alarde técnico semejante. Pero, claro, aquello dura lo que dura, y luego todo se desploma, Spielberg debe seguir narrando ya sin el apoyo de la acción, pero además siente que debe desembarazarse de sus habituales coletillas humorístico-familiares y recoger de SCHINDLER'S LIST, lo cual queda un poco forzado tras la borrachera bélica. No podría hablar de un mal film, sí de un film rollercoaster, con subidones y bajones igual de precipitados y que además tiene dos errores de bulto. Uno: nadie va a creerse un despliegue así por un soldado del que sólo se sospecha que siga con vida. Dos: no he encontrado nadie que haya podido dotar de sentido su poco menos que surrealista final, en el que todo desemboca en una ingenuidad tan infantil que uno incluso llega a pensar en cierta impostura premeditada.
Así que me reitero en lo de los dos Spielberg, cosa que me irrita y fascina a partes iguales; todos sabemos que de niños eran sus películas las que amábamos.
Salvemos un saludo.

Goodnight rose

... ¡Wow!...


viernes, 26 de junio de 2009

El ignorante

Algunas veces me da por revisar cómo fue algún que otro año la cosa esa de los oscar, más que nada por comparar, pues mantengo mi teoría de que la calidad de las premiadas ha ido en picado. El año 1975 fue tremendo, la ganadora absoluta fue uno de los mejores films de la historia, así de simple ¿Les suena THE GODFATHER II? Eso es por no hablar de que en el apartado de habla no inglesa una obra maestra se quedó sin estatuilla ¿Saben quién se la arrebató? Un tal Federico Fellini con AMARCORD, minucias... Pero la película a la que me refiero hoy es otro título mayor, LACOMBE LUCIEN, o cómo retratar la ambigüedad sin ambigüedad.
Louis Malle da una lección de cristalina narración resucitando al maestro Renoir y cargando todo el peso en un joven, Pierre Blaise, del que nos maravillamos de su naturalidad... Simple, Blaise ni siquiera era actor. Natural, sí, pero grandísima interpretación cargada de honestidad y de una brutalidad nunca gratuita sino al servicio de una historia francamente impactante. La historia de un trepa, sí, aunque les choque; un tipo mezquino que, sin embargo, no creemos que pueda ser consciente de su mezquindad, y supongo que la confortabilidad de la ignorancia ayuda a reforzar esa inquietante atmósfera de ambigüedad, sobre todo moral. Les explicaré que el tipo en cuestión es un pueblerino que trabaja en el campo en plena ocupación nazi y que irá poco a poco convirtiéndose en una especie de espía, chivato sería la palabra correcta, de un grupo de franceses colaboracionistas con los alemanes ¿Y por qué? Olvídense de grandes gestas ni complicados juegos psicológicos, lo que Lacombe Lucien busca es sobresalir de la forma que sea, y para ello no dudará en delatar a sus vecinos, resistentes clandestinos; incluso irá por todas partes pavoneándose de su nueva condición de "agente de la policía". Pero todo cambiará cuando se enamore, o se encapriche, todo en este personaje parece surgido del puro capricho, de la hija de un sastre judío, momento en el que asistimos a la tremebunda confusión de un tipo que sólo es maligno en su inconsciencia, que se da cuenta de la miseria y maldad de la guerra cuando debe evaluar de qué lado está. Actualmente, un relato así sólo podría ser visto desde cierta frivolidad panfletaria y lacrimosa, todo sea por el espectáculo; lo digo para que no se ilusionen demasiado pronto con el último show de Tarantino y, si la ven, al menos acompáñenla de esta obra maestra que tuvo la mala suerte de tener que convivir con demasiados títulos grandes.
Saludos francos.

The day Lassie went to the moon

Sí, habéis oído bien, amigos...


jueves, 25 de junio de 2009

El amor de una bestia

Algunos de ustedes dirá que vaya emperre que llevo con los vampiros de los cojones... Pues sí, puede; lo que pasa es que en el monográfico intenté salirme por la tangente sin mencionar lo obvio y, además, la de hoy me parece un caso único, por su cosmogónica visión del mito como por suponer cierto "canto del fénix" para su autor, como luego ha terminado por demostrarse.
Pero, fundamentalmente, BRAM STOKER'S DRACULA es una grandísima película a la que sólo un genio como Coppola podría haber dado forma sin convertirla en otro TITANIC. Un ambicioso proyecto, irregular, expresionista, excesivo, renovador, clasicista... único dentro de los cientos de trabajos sobre el mito vampírico. Y con un añadido: Oldman aparte, las interpretaciones no revisten mayor importancia; podía haber sido cualquiera, Reeves y Ryder eran las estrellas del momento y Hopkins tampoco sale mucho, pero da igual. Sólo haber tenido la suerte de ver a Gary Oldman en estado de gracia, en el papel de su vida, donde todos sus tics y poses adquieren un sentido necesario, ya es otra cosa. Oldman sostiene él solo todo lo que el film tiene de importante y lo salva de la autocomplacencia; todas sus caracterizaciones han pasado a la historia y han marcado cierto camino a la hora de enfrentar un personaje que aquí se revela en todo su barroquismo. Y es que este Dracula es un monstruo aterrador que se enamora y toda la segunda mitad del metraje está enfocada a mostrarnos su condena, pues su amor, pese a ser inmortal, es imposible de realizar. En una película tan metamórfica como ésta, los que la adoran lo hacen por muy distintas razones; unos eligen la espectacularidad del primer y anciano vampiro, donde Coppola fusiona valientemente a Nosferatu y a Lugosi, mientras que otros prefieren una segunda parte con el vampiro rejuvenecido y seductor y la lucha de éste por quedarse con una Winona Ryder igual de sosa que siempre. Yo, personalmente, creo que técnicamente es deslumbrante, pero me encanta ese destello de humanidad tan característico de Coppola que le permite no hundirse con tanta solemnidad y, para los que leen entre líneas, avanzar muy subrepticiamente en qué iba a convertirse este grandísimo director de cine: un tipo que, aun renovando al cansado Hollywood, hizo que éste recuperara su antiguo esplendor, para acabar cansado de ese sistema y abrazar una visión más europea del espectáculo; y sus dos últimos trabajos dejan esto muy a las claras.
¿Una obra maestra contemporánea? Por supuesto.
Saludos eternos.

Love song for a vampire

Y Annie Lennox le cantó al amor de un vampiro.


miércoles, 24 de junio de 2009

Manual de inmortalidad

Ya tenía yo ganas de dejarme de pamplinas y tocar alguna vez en el hueso; es inquietante la cantidad de basura que uno debe tragarse hasta dar con algo verdaderamente grande.
Es posible que los hermanos Coen sean los realizadores más comentados en los foros de discusión de internet; su perfecto equilibrio entre clasicismo y modernidad, inteligencia y entretenimiento, les han hecho acreedores de una fama que a lo mejor sólo Tarantino puede lucir allá donde va. No soy mitómano y por tanto tampoco seguidor habitual y enfermizo de tal o cual autor, por lo que la obra de estos hermanos me convence como si de otro cualquiera se tratara, sin que medien influencias meramente "apriorizadas"; así, igual que destrocé sin miramientos la alabada NO COUNTRY FOR OLD MEN para inaugurar estas indéfilas páginas, otro día debía ser el turno de la que, a día de hoy, es su techo cinematográfico y uno de los más grandes filmes de la historia. MILLER'S CROSSING (¡Qué gran título! ¿Por qué lo cambiaron?) es la historia de cómo se puede sobrevivir entre hijoputas: siendo el más hijoputa. Aquí no hay medias tintas ni guiños al público familiar, no hay un solo minuto de descanso en sus cortísimas dos horas ¿Qué clase de héroe encarna el tremendo Gabriel Byrne? ¿Sólo por ser capaz de demostrar un resquicio de sentimientos, de bondad? "¡Mira en tu corazón!, le implora un desecho humano (grande Turturro) que es capaz de engañarnos hasta a nosotros; no queremos que le mate y poco después nos damos cuenta del error; la escena vuelve a repetirse en un salto al vacío narrativo que o es magistral o cae en el ridículo. Pero hay mucho más. Un soberbio Albert Finney encarna al gangster sabio, hondo, circunspecto, capaz de tener un único amigo (Byrne), y volvemos a caer en la trampa, todo está dispuesto para que corra la sangre y poco a poco el espectador recupera un cine que parecía muerto y enterrado, aquél donde James Cagney era el rey de los cabrones y Bogart arrastraba su mirada indolente antes de tirarle el whiskey a la cara a Lauren Bacall, ¡Todo un universo! MILLER'S CROSSING es una película de cinéfilo de los de antes, que obliga a no perder de vista las referencias y a saborear los hallazgos, que aquí son muchos. Hay uno de los tiroteos mejor filmados que he podido ver; un face to face... bueno, más de uno, que corta la respiración, donde la suciedad moral embadurna cada palabra; la música de Carter Burwell, de corte irlandés, es suave y se agradece la supresión de los habituales ruidos ensordecedores. Todo está aquí construido con gusto, un gusto por el cine, por la honestidad a la hora de narrar, por remarcar la diferencia de un personaje a otro, por enseñarnos que aunque el 75% de lo que produce es basura, se pueden seguir haciendo obras maestras en Hollywood.
Saludos muy muy a gusto.

King's crossing

Otro de esos incomprensibles mártires contemporáneos. Aún se le llora...


martes, 23 de junio de 2009

Pretensiones

Llámenlo hastío veraniego producido por el calor (yo debí haber nacido en Finlandia), hastío de convaleciente (estoy en el coñazo de la rehab) o simple inconsciencia por mi parte, pues no estoy vacunado para según qué cosas. Y sé que estas cosas tendrían que ir en el otro blog, pero todo se andará... "¿Y de qué carajo habla éste?", dirán ustedes mientras no le pierden ojo a Depp y al niño... Pues nada, que el otro día vi un programa (sólo un trozo, eh) de esos del corazón (los llamarán así por los infartos que provocan) donde un tipo sin pelo pero de grandes napias decía que no tenía un duro, que le esperaba la cárcel y que antes (después suele ser difícil) iba a suicidarse... (pasa la bola de los westerns)... Tuve que apagar aquel despropósito antes de ir yo mismo y matarlo con mis propias manos ¿Que siguen en la inopia de lo fundamental? No pasa nada. El caso es que el horripilante shock que me produjo tamaño gilipollas me hizo, además de maldecir al ente catódico, acordarme de una curiosa película de hace algunos añitos y de la que nadie se acuerda. Muy curiosa si decimos que es la única hasta la fecha dirigida por el propio Johnny Depp, que contó en ella con su amigo Marlon Brando en una de sus últimas apariciones y, por encima de todo, por un argumento tan controvertido como irritante, tan fascinante como difícil de creer.
THE BRAVE narraba la historia de un indio nativo americano sin recursos económicos que recibe una propuesta de lo más sugerente: su familia no volverá a ser pobre nunca más. Sólo hay un pequeño requisito para ello: debe permitir que se grabe su asesinato.
Francamente ¿qué podría haber sido de esta película si la hubiese decidido rodar Haneke, o Eastwood, o Godard?... Torpezas de principiante aparte, lo cierto es que uno no sabe qué quiere contar Depp. Casi todo el metraje es gratuitamente ocupado por el dulzón cariño de ese indio por su familia, contrapunteado a veces por los improbables encuentros con quien debe convertirse en su verdugo. Una lástima, porque ya digo que uno lee la sinopsis y se queda automáticamente paralizado, y espera ver una nueva vuelta de tuerca, pero se queda, dos horas más tarde, con la sensación de haber visto ese tipo de cine miles de veces en forma de telefilm lacrimógeno de sobremesa; de ahí lo molesto cuando se empiezan a imaginar posibilidades paralelas, sin duda más interesantes y aprovechables. De todas formas era 1997 y Depp no ha vuelto a ponerse detrás de una cámara hasta el momento...
Saludos antitele...

Honest mistake

No son muy conocidos en España, pero en las islas son lo +.


domingo, 21 de junio de 2009

Divide y perderás

THE SIGNAL pasó por Sitges hará un año y constató un par de cosas: que se puede (y se debe) seguir apostando por la frescura y el riesgo y que este tipo de propuestas suele venir de principiantes inconscientes que acaban por enterrar ellos mismos ideas novedosas, más que nada por una gran torpeza en los desarrollos. Y he aquí un film con el que se pueden explicar perfectamente este compendio de vicios y virtudes.
Lo primero es que está firmada a tres manos, pero a diferencia de títulos insignes como CREEPSHOW o TWILIGHT ZONE, THE SIGNAL intenta componer un todo, una sola historia pese a que sus tres partes están marcadas a trazo grueso. El comienzo es antológico, la continuación no tiene nada que ver con el principio y el final ya no puede remontar porque el daño está hecho. Una curiosa forma de demostrar que las democracias no siempre funcionan...
Así y todo, los primeros 30-40 minutos es de lo mejor que pudo verse en Sitges aquel año. Firmada por David Bruckner, tiene un arranque arrebatador que presenta a dos amantes que deben despedirse, y aunque él le pide a ella que se escapen juntos ella termina por volver a casa. Es entonces cuando en la televisión sólo se emite una psicodélica señal luminosa y por teléfono se oye un extraño zumbido. La chica se pone los cascos con el "Perfect Day" de Lou Reed y sale a la calle, en el garaje se da cuenta de que algo no va bien. La cosa es que la dichosa señal parece haber despertado instintos homicidas en toda la población; la gente se mata unos a otros sin motivo aparente. Lo mejor que le podía haber pasado a THE SIGNAL era haberse conformado con ser un mediometraje de lujo o haberlo dejado todo en manos de Bruckner, porque lo que viene a continuación es otra cosa. Copiando descaradamente al Tarantino más gamberro (algunas escenas son descaradas), Dan Bush pierde el norte y recrea un slasher en clave humorística que no llega a Raimi ni al refinamiento de FOUR ROOMS, así que se queda en una anécdota que destroza una buena idea de salida. El final, de Jacob Gentry, intenta por todos los medios que volvamos a conectar con el principio, con el amante buscando a la chica por un lado y el marido, celoso y enloquecido, por otro, para acabar de manera trillada y edulcorada lo que había empezado siendo una pesadilla a tiempo real. Una pena, la verdad, con lo mal que está últimamente este tipo de cine.
Saludos señalados.

Signal to noise

Este fue el épico tema con el que Scorsese cerraba GANGS OF NEW YORK.


sábado, 20 de junio de 2009

Mitos y leyendas

Hay pequeñas rencillas que uno debe saldar cuanto antes, en esto del cine hay mucho de coletilla ingeniosa que sirve, claro que sirve, pero de la que no se debe abusar si no se quiere caer en la mediocridad de la repetición. Por ejemplo, Ridley Scott se ha convertido en una especie de cabeza de turco de lujo; sus producciones son de todo menos mediocres, tiene todo a su alcance para ejercitar su talento, pero parece que éste le abandonó hace ya demasiado tiempo. Es curioso que Scott haya ido derivando hacis todo lo contrario de lo que le hizo grande, el género fantástico, en busca perpetua de un cine de género que acaba por agotar en una terrible circunspección; porque a Scott, aparte del talento, lo del humor como que no va con él. Pero como siempre he defendido los inicios de este caso de laboratorio, vuelvo a nadar contracorriente y confieso mi subjetiva fascinación por LEGEND... Y sé que explicarlo sin caer en el ridículo no va a ser fácil. Añado a esto que no le ayuda demasiado que hasta un tipo tan sospechoso como Tom Cruise haya dicho repetidas veces que se avergüenza de su papel, aunque lo cierto es que es de lo peorcito, las cosas como son. LEGEND es un barroco y extraño caramelo envenenado, seguro que fueron muchos tiernos infantes like me los que en su estreno, 1985, acudieron con sus papás (yo iba con mi abuelo, y nunca se lo agradeceré lo bastante) a un supuesto cuento de hadas, con unicornios y princesas, caballeros y hadas, y encontraron un cuento, sí, pero totalmente imbuido del espíritu cruel y espectral de las más famosas leyendas europeas de antaño. He visto, sobre todo últimamente, toneladas de productos huecos, vacíos en su torpe búsqueda de un cierto tono visual; en esto, Ridley Scott se sale, porque hace bueno precisamente ese lastre de carecer de sentido del humor y muestra el mundo perfecto de fantasía contrapunteado por otro mundo, P.E. los infectos pantanos, donde sólo habita el mal, al igual que ocurre en un final que sólo falla por lo atropellado (la cinta fue sucesivamente mutilada) pero que seguro que le habrá puesto los dientes largos con esa impresionante puesta en escena a algún Chan-wook que otro. Mención aparte merecen unas caracterizaciones que me siguen dejando perplejo. La bruja del pantano es sencillamente terrorífica y guarda no pocas similitudes con el monstruito de ALIEN; mientras que el maravillosamente excesivo Tim Curry, en una aparición injustamente breve, es capaz de realizar un soberbio trabajo de voz como ese imponente demonio que pretende corromper a la virginal Mia Sara (y quién no...).
En suma, una película que casi nadie menciona y que sin embargo es mil veces más entretenida que AMERICAN GANGSTER (y dura tres veces menos).
Saludos de leyenda.

Save room

Una de las voces más interesantes del new soul.


viernes, 19 de junio de 2009

El placer de escribir sobre cine

Es así. Antes está la película, evidentemente; esto que hacemos tiene menos importancia. La suya, pero menos. Aun así, a veces, es un placer.
Hoy doy cuenta aquí de una cinta de esas que, por encima de cualquier otra consideración, deben hacerse. THERE WILL BE BLOOD es necesaria, y más aún ahora mismo; y es única en su especie, un leviatán que no hubiese tenido sentido hace cincuenta años, sólo a lo mejor un Griffith... Confieso que Paul Thomas Anderson no es un cineasta que me fascine, es demasiado bueno y metódico para ello; ahora bien, esta película es más que una cima, es un microcosmos autosuficiente al que no le hace falta mirar a otros autores (hablemos sin pudor de autoría; Anderson no es Wyler), aunque si me tuviese que mojar diría que Ford, de momento, es intocable, yo miraría a otro lado, a Kubrick. E intentaré explicarlo.
Los primeros minutos de THERE... son pura fascinación por el cine mudo, apenas unos cuantos ruidos; hombres trabajando en silencio, contra la roca, a vida o muerte. Fascinante. Luego hay un transitar de más de dos horas muy complicado de mantener en pie; la película flojea, es inevitable, Anderson se la juega en cada fotograma. Daniel Day-Lewis es el único Daniel Plainview posible y probable; te irritará, te engañará, te hará amarlo con lujuria y odiarlo con auténtico asco; Plainview es América. América. Sabes que si no hubiese sido de esta forma los amos del mundo serían otros; e insisto: es algo que repele y atrae a partes iguales. THERE... es la verdadera película "anti-Obama", no juega en la liga del nuevo y popular presidente, ni siquiera necesita oponerse a él, su rotundidad habla por sí sola. Quizá Day-Lewis sea demasiado grande y su sombra no permita desarrollarse a otros personajes, sobre todo a ese improbable predicador interpretado por el joven Paul Dano, pero también al excelso Ciaran Hinds, aquí inédito. Pero sigue dando igual, hablábamos de Kubrick; la escena final es una trampa mortal, lo mejor que he visto en décadas. Esa escena final, donde todo está metronomizado, es inesperada en su exactitud, un juego que pone a prueba la capacidad cinéfila del espectador ¡Es Kubrick, dios mío! Muy poco podría yo añadir desde aquí, sólo que habrá que evaluar su influencia de aquí a algunos años, quizá hasta el próximo trabajo de su director.
Si ya están hartos de mediocridad, aquí hay una obra que no les dejará indiferentes; es barroca, es insoportable..., es genial.
Saludos desde el pozo.

Child is my name

Hoy traigo a otros que pudieron ser, pero... Son de Finlandia, tomaron su nombre de un equipo de hockey hielo ruso y hay que escucharlos con los bajos bien sintonizados (sin segundas)...


jueves, 18 de junio de 2009

Sobre la encuesta 4

Pues sí, vosotros lo habéis elegido, que el tipo de la derecha haga cola en el INEM de su pueblo... Lo que íbamos a disfrutar algunos si lo viéramos ¡Jeje! Es curioso, muy curioso, pero hasta cierto punto inevitable, algo cantado; porque los comienzos de James Cameron eran prometedores. Comenzó siendo un notable director de producción a las órdenes de John Carpenter, un tipo en las antípodas de Cameron en cuanto a concepción cinéfila, hasta que, tirando de las enseñanzas del maestro, se sacó de la manga un título hecho con cuatro duros pero suplido con creces a base de montaje y más montaje. TERMINATOR fue una conmoción hace 25 años, hizo millonario a Cameron y marcó la única directriz que se podía usar con ese armario llamado Schwarzenegger... Lástima que luego pensó que era actor y todo. Incluso tuvo valor para atreverse con la secuela de otro gran mito del Sci-fi, ALIEN. Y es que ALIENS, que así se tituló, es una excelente cinta de acción, carente de la maestría de la de Scott pero con un ritmo más trepidante y algunos efectos especiales francamente adelantados a su tiempo. Aquello fue un espejismo, Cameron sufrió mal de alturas pensó que todo lo que tocara iba a ser maravilloso; y ABYSS fue prueba de ello. Nada más que un ridículo cruce entre su anterior cinta y un edulcorado toque "a lo Spielberg". Pero lo peor estaba por llegar. En seis años, este "visionario" fue capaz de demostrar él solito hasta qué grado puede llegar la memez humana en forma de legión de seguidores del Mesías. Rodó la segunda parte de TERMINATOR, se volvió a forrar, devolvió a Chuache su deseo de ser el bueno de la peli y embelesó a un montón de gente con explosiones mal rollo apocalíptico. Luego roza el ridículo con una historia que parece el borrador de AMERICAN DAD, con gente que salta de un caza supersónico... en fin... Y, por fin, ¡Ta-chán! La película con menos vergüenza de la historia: TITANIC. Que TITANIC es una basura ya se sabe, a mí lo que me da rabia es que esa gilipollez de más de tres horas eclipsó a una obra maestra absoluta, quizá la última obra maestra del cine negro, como L.A. CONFIDENTIAL... Y hay que joderse... Bueno, pues el mismo número de estatuillas que ganó este gañán, once, es el número de años que llevaba sin darnos la tabarra; yo creía ingenuamente que estaría con su camisa floreada en Hawaii, tomando daiquiris, jugando a la ruleta y contándole chismes de la alfombra roja a cuanta jovencita se le pusiera en la hamaca de al lado... Pero no... ¡Cameron vuelve! Y otra vez va a revolucionar el cine a base de mucho ruido y muchas luces y mover mucho la cámara; y otra vez otros dos mil millones de personas que nunca van al cine gastándose los cuartos; y otra vez Cameron haciendo caja... aunque esta vez es por el bien de la humanidad, no lo olviden. La solución propuesta por este tipo es acojonante: En vez de intentar resolver nuestros problemas ¿por qué no reunir a unos cuantos elegidos y los mandamos a otro planeta para empezar de cero?... ¿eh? ¿eh?... Me juego el cuello a que uno de los "elegidos" iba a ser él mismo. Menudo veranito nos espera...

Porque el mal también existe

HÄXAN se ha convertido en eso que hace que cualquier cinéfilo enfermizo y abnegado se frote las manos con avidez: una verdadera y genuina cinta de culto.
Y es que todo lo que rodea a este curioso film que ya cumple ¡87 años! nada menos, es extraño, arcáico, como si el cine hubiese tenido entonces la oportunidad de ser otra cosa, narrar de otra manera, y hubiese preferido el camino fácil y condescendiente.
Porque ¿qué es HÄXAN? Aparentemente se trata de un falso documental dramatizado de índole meramente didáctica, en el que su director, Benjamin Christensen, tiene la osadía (estos desvergonzados nórdicos) de contarnos en qué consistían las prácticas de brujería, los encuentros con el demonio... Y, pese a jugar la baza desde un cierto punto de vista descreído y científico, lo curioso es que todo es mostrado sin pudor; desde un demonio tentador que se cuela en las alcobas para reclutar a esas "casquivanas esposas" directamente desde el lecho, hasta las típicas y abigarradas estancias en las que las brujas mezclan sapos, culebras y arañas para ultimar sus conjuros. Hay escenas francamente sorprendentes, como una hilera de adoradoras de Satán que guardan turno para besar el culo de su amo (esto es literal); el demonio orinando en una casa para maldecirla o las interminables orgías en el bosque, observadas con incredulidad por los inquisidores, que también tienen su parte en este "tratado" de brujería y satanismo, que a veces es extremadamente ingenuo, por ejemplo al principio, donde hay una clase teórica (con varita y todo) sobre el origen del universo y del bien y el mal, pero que es capaz de dejar con un palmo de narices al espectador moderno, que cree haberlo visto ya todo. HÄXAN se ha vuelto a editar en DVD, lo que constituye una excepcional oportunidad para adentrarnos en una inquietante propuesta, pero sobre todo en una manera de entender el cine que ahora mismo nos puede parecer descabellada.
Saludos del Maligno.

Am i demon

Algunos los recordarán... Pudieron ser grandes, pero se quedaron en anécdota...


martes, 16 de junio de 2009

Como la vida misma

Bueno, indéfilos, calor y calor, no queda otra. Mientras voy pensando el próximo monográfico y auspiciado por la estupefacción de la última entrada, hoy hablaré de la otra cara de la moneda; aunque estoy seguro de que Medem está convencido de que es un autor independiente y hasta arriesgado.
Esto es otra cosa; aplaudida en Cannes hace un par de años y ninguneada en nuestro país, la ópera prima de Pedro Aguilera es el (otro) ejemplo perfecto para asentar algunas bases para entender qué está pasando aquí.
LA INFLUENCIA es un salto al vacío en todos los sentidos. Tomando elementos del mejor Haneke, del maestro Bresson y dando su propia versión del cine según Rosales, Aguilera disecciona casi sin palabras la caída de una mujer, una mujer cualquiera un día cualquiera, a un pozo sin fondo. Muy poco a poco, como el que no quiere la cosa, se nos muestra un fuerte proceso depresivo. En largos y estáticos planos, esta mujer abre su tienda de cosméticos donde prácticamente no entra nadie; fuma sin parar, toma pastillas. En su casa, donde vive con su hija adolescente y otro de unos cinco años, también se habla poco; hay cenas frugales y desatendidas, un oscuro tedio parece dominarlo todo. Una mañana, la mujer recibe un ultimátum: lleva varios meses sin pagar el alquiler de la tienda y será desalojada. A partir de ahí todo cae. La mujer evita ir a la tienda, consume pastillas sin parar, gasta el dinero en regalos inútiles, sus hijos deben abandonar el colegio de pago, se acuesta con desconocidos... hasta que silenciosamente va apagándose, un día ya no se levanta.
Se produce la anarquía, los niños se dedican a pintar en las paredes, comen chucherías mientras la madre continúa en cama hasta un desenlace opaco y de múltiples interpretaciones, quizá lo más controvertido de este film casi autista.
Pasó desapercibido, nadie conoce a Pedro Aguilera, ni sabe que el director mexicano Carlos Reygadas produjo LA INFLUENCIA de forma kamikaze e incluso accedió a la petición de Aguilera de usar gente sin experiencia dramática y localizarla en Arganda del Rey. Como dije, en Cannes no pasó desapercibida, al igual que ocurriera un año después con Rosales y Serra; dato significativo, porque ¿tenemos aquí un festival que esté a esa altura? La señora Sinde podía pronunciarse... para variar, vamos.
Saludos sin influencias.

Flight

Ésta va para los que a estas alturas aún no los conocían.


domingo, 14 de junio de 2009

Películas que no entiende ni el que las hizo# 7... (La guinda)

Esta es muy buena, es genial, tremenda, yo la cuento y cada uno que interprete.
Una chavala de esas neo-hippies, que ni estudia, ni trabaja, ni tiene hipoteca, ni falta que le hace, está sufriendo mucho mientras baila en una discoteca con cara de haberse metido de todo. Empieza a ver romanos, tuaregs, gente disfrazada vamos, y hasta un minotauro que le saca su poderosa minga ¿Qué se habrá metido la chica? Al día siguiente, en el puesto donde la nena y su papi, un alemán que se hartó de la VW, venden cositas, llega Charlotte Rampling hablando español de anuncio de colonias y suelta lo siguiente: "Soy una messenas; tu higja se viene conmiggo dos o tres agnos...". Después de una cena ligerita en la cueva donde viven (Sí, una cueva), la chavala ya está instalada en un palacete del centro de Madrid (lo normal, vamos) y Medem decide que es capaz de adaptar X-MEN con su genio arrollador. Todos son jóvenes talentos que hacen lo que les da la gana; fuman porros, follan unos con otros, hacen performances, pintan chorraditas... todo subvencionado por ese Charles Xavier con la cara de la Rampling que parece salida de una recepción al embajador. Está Bebe, la musa del buen rollito, que dice que los hombres somos violadores y las mujeres putas... y quiere ser videoartista, como Bill Viola ¿?, está un saharaui que parece un modelo de Versace que además estudia cinco carreras y sufre por su pueblo. Pero el poder más alucinante lo tiene Anita la del ColaCaos, que, aparte de pintar cuadros chorras, se ha reencarnado miles de veces a lo largo de la historia ¿Que cómo se da cuenta? Pues de una forma mundana, igual que todo el mundo se da cuenta de esas cosas. Resulta que la Rampling se los lleva a todos a un restaurante de lujo a comer marisco (Marisco, lo juro) y junto a su mesa hay una artista (otra más) que es conocida (claro) y además un hipnotizador; a Anita le da un chungo cuando ve las langostas y el hipnotizador la hipnotiza... así de sencillo. Luego resulta que el saharaui se ha largado y la chica pues no tiene con quién desfogarse (Es encomiable la de cosas que pasan y que esta actriz nunca cambie el gesto de orgasmada múltiple del OPUS...). Se me olvidaba decir que de vez en cuando hay una cuenta atrás, pero da igual. El caso es que Anita se va a ver a su padre, que tiene cáncer y se muere mientras Antonio Vega actúa en una velá de barrio; pero como es un espíritu libre, decide, en vez de quedarse con el moribundo, teletransportarse (literalmente) al barco del padre de Bebe, que va a Nueva York. Durante la travesía, Anita pone cachondo al cincuentón porque tiene la costumbre de tomar el sol en pelotas; además le dice que nunca había estado a solas con un hombre de verdad... Pero como Lluís Homar es mu buen tipo, pues no se la beneficia, sino que la lleva a la Gran Manzana. Allí, sentada en un banco, llega el hipnotizador... ¿Cómo? ¡Y yo qué sé! El mundo es un pañuelo... Al minuto siguiente (lo juro) están haciendo una excursión a un poblado indígena del desierto ¿cuál? No lo sé. Allí también está Xavier... digo la Rampling, y todos unidos dan con la solución al enigma: Anita es la reencarnación de una diosa del amor, o la fertilidad... del buen rollo, vamos. Si se hubiese acabado ahí a lo mejor un servidor no quiere presentarse con Jigsaw en casa del mequetrefe éste, pero a Medem le debían sobrar algunos milloncejos de las subvenciones y alarga la cosa hasta las dos horas. Le da tiempo de hacer que aparezca otra vez el saharaui para el último polvo, que Anita trabaje haciendo Crepes en el Bronx y se tiña el pelo color ciruela salvaje. No, aún hay más. Lo de la última escena ya no tiene nombre. Anita consigue (y no me pregunten cómo) cagarse (es literal, se ve la mierda) en la cara de un émulo de Dick Cheney ante la atónita mirada de su guardaespaldas. Y.............. FIN.
Yo hacía mucho tiempo que no me avergonzaba tanto de ver una película.
Saludos y... lo siento.

Tu perrito librepensador

¿Os acordáis de Aventuras de Kirlian? ¿O de LeMans? Pues eso... Dedicado con todo mi cariño a Julito Medem...


sábado, 13 de junio de 2009

Películas que no entiende ni el que las hizo# 6

En fin, como lo prometido, para un servidor, siempre es deuda, aquí va la de Lynch. Me podía haber decidido por MULHOLLAND DRIVE, pero más que rara me parece una tomadura de pelo; la que debería estar aquí es, indudablemente, INLAND EMPIRE, pero es que ya la comenté (creo que fue la tercera entrada de este blog) con un cabreo encima que aún me dura. Así que me quedaba ésta, que también tiene lo suyo, también...
Vi LOST HIGHWAY cuando se estrenó, yo era (soy) un enamorado de BLUE VELVET, así que me jodió bastante no enterarme de nada. La revisé un poco más calmado cinco o seis años después y seguía sin pillar de qué iba la cosa. Luego, tras ver las dos antes mencionadas, empecé a darme cuenta de algo: una película sólo es una buena película si te gusta, si te estremece, si te emociona. El otro día la volví a ver porque estaba decidido a incluirla aquí; en V.O. y sin subtítulos, con un par. No se engañen, LOST HIGHWAY es otra tomadura de pelo, la primera de tres; no es tan críptica como la última, que es la leche, pero tiene la fórmula para cabrear al personal. LOST HIGHWAY es un thriller mal planteado, de serie menos que B, sin interés, sin intriga y sin poder contar, al menos, con un buen elenco ¿Dónde coño está Bill Pullman? ¿Y Patricia Arquette, que ni sabe hacer de Veronica Lake ni de Jane Russell? ¿Qué fue de aquel prometedor "new Jimmy Dean" llamado Balthazar Getty? El único que se salva es Baretta con la cara pintada; por ahí podía haber tenido una gran historia el señor Lynch. El problema es que cuando lo hace bien es de los mejores y cuando se lo pasa todo por el forro es exasperante. Y es que este film contiene una escena memorable, en la que Pullman habla por teléfono con el mismo tipo que tiene delante en una fiesta; todo se embrolla a partir de ahí, no sabemos si es una peli de terror o de gangsters o de jóvenes rebeldes. Y no lo sabemos porque Lynch renuncia a la realidad... ¡Todo está en la mente del tipo en cuestión! ¡Ole tus huevos, Lynch, ole y ole! Siempre la misma jugarreta. No puedes pasar por un director "original", "arriesgado", "turbador" cuando lo justificas todo, cualquier cosa, diciendo que es un reflejo mental... Porque entonces ocurre una cosita muy curiosa y que al de Montana a lo mejor no se le ha ocurrido: si yo digo que la película es una mierda, es posible que sólo se trate de un estado mental alterado transitorio, en realidad me encanta, pero ¿qué importa la realidad cuando Lynch anda desatado?
Saludos muy perdidos.

Incursiones

Otros que no los conoce nadie. Otro de los mejores grupos actuales de la escena española. Si hubieran empezado hace doce años, Lynch los habría fichado en vez de al pesado de MM.


viernes, 12 de junio de 2009

Películas que no entiende ni el que las hizo# 5

Una fábrica de montajes en cadena, de transistores parece; un montón de operarias, vestidas iguales. Una de ellas pone ojos de majara, se hace un corte en el antebrazo y como si tal cosa coge unos cables pelados y se los introduce en la herida (¿a que les va sonando a la japonesa del otro día?); para rematar la faena, enchufa los cables.
Un manicomio que parece Port Aventura, con unos jardines de ensueño... como todos los manicomios. Los pacientes entrando y saliendo libremente de cualquier habitación; los médicos que hablan como aquel tío que gritaba tanto en las secuelas de ACADEMIA DE POLICÍA ¿saben quién digo?. Llega un momento en que es imposible saber quién es quién. Un tipo siempre lleva máscaras de cartón; otro pide perdón por todo; otra está obsesionada con la piel humana; otra inventa las vidas de los demás; otro dice que le han robado su infalible saque de ping-pong y otra canta al estilo tirolés. La protagonista, que lleva la coronilla teñida de azul y las cejas de color amarillo ¿?, dice que es un cyborg y que si come se estropea, así que no come sino que dedica el tiempo libre a chupar pilas, que es lo que se lleva en Corea aparte de los rábanos encurtidos, un misterioso alimento que convirtió a su abuela en una rata antes de que la ingresaran también.
SAIBOGUJIMAN KWENCHANA (I'M A CYBORG, BUT THAT'S OK) es lo que Park Chan-wook entiende por ser tierno. Ergo: ser normal no sólo es aburrido sino hasta un asunto patológico. Ahora creo que empiezo a entender un poco qué pasó realmente con Corea del Norte.
Ah, no se pierdan la matanza de médicos; a la chica en cuestión le salen cañoncitos de los dedos...
Saludos... o eso creo...

Irina no sabe que es un robot

Como ya señala el Sr. Blas en su recomendable blog, aún hay esperanza para la música en este país. Espero no equivocarme cuando le auguro a AT! un futuro más que prometedor.


jueves, 11 de junio de 2009

Películas que no entiende ni el que las hizo# 4

Bueno, lo de hoy es raro, y tildarlo de raro es difícil de sostener... y que nos llamen raros por ver este tipo de películas no debería tener comparación con lo raro que debe ser un tipo que decide hacer una película como ésta. Quizá me estoy liando, puede que quien no haya visto esta película (y la llamaremos así) no sepa de qué hablo, así que apelo a los valientes que sí se decidieron. Ahora bien, TRISTRAM SHANDY: A COCK AND BULL STORY no es una experiencia tan traumática como pudieran ser las otras que comenté antes; ni siquiera tan traumáticas como alguna otra de Winterbottom, un señor que me cae definitivamente mal y con el que difícilmente voy a congraciarme.
Ahora el argumento: no hay. Así es. Por no haber no hay ni película, porque esto es como si Winterbottom, en un ataque de pretenciosidad, le da por adaptar la inadaptable novela de Laurence Sterne, que es un cruce entre Ulysses y El Castillo pero más lioso aún, se da cuenta por el camino de que la cosa pinta mal, de que nadie, ni él mismo, cree en el proyecto y como es un genio posmoderno decide intercalar las imágenes que se toman durante el rodaje del mismo rodaje e incluso cuando ya no se rueda... ¿Se me entiende? Pues aún hay más. No contento con el experimento, Winterbottom muestra al protagonista ¿?, el conocido cómico Steve Coogan, en su hipotética vida real, discutiendo con su mujer, con sus hijos, sopesando diferentes ofertas de trabajo con su agente... Y entonces me pierdo definitivamente, porque una cosa es mostrar el off the record de un rodaje, pero la cámara sigue entonces a Coogan, entra en su casa, así que no puede ser la misma cámara. Ya sé que usted es muy moderno y yo alguna vez he defendido aquí a Garci, pero ¿qué quiere que piense de todo esto? Podría empezar diciendo que es malísima, pero tampoco es eso, las hay mucho peores; es sólo que el enrevesar el producto no tiene por qué hacerlo más interesante. Aparte, Sterne es inadaptable, así que puede que todo esto no sea más que por el orgullo de decir: "¿Véis? Lo hice". La suerte de MW es que esta novela la han leído cuatro eruditos (él incluido, por dios), lo que reduce considerablemente la crítica en su contra.
Lo mejor: El talento para la comedia de Coogan. Lo peor: todo lo demás.
Saludos de un genio de los blogs... (Es como se despediría cierta persona)...

The weaver's answer

Increíblemente nunca trascendieron demasiado, pero eran un ataque frontal sónico ya en aquellos tiempos y más cercanos a CAN que a Jethro Tull, por ejemplo. Esta barbaridad fue tomada en directo en el festival de la isla de Wight, en 1970. Sobre todo atención a ese espectacular vocalista...


miércoles, 10 de junio de 2009

Películas que no entiende ni el que las hizo# 3

Hoy creo que va a haber bastante gente que me va a dar la razón; otra cosa sería caer en la pedantería o la presunción más insoportable ¿no? Porque, a ver, que levante la mano el que se quedó con la copla después de ver PRIMER; no el que se quedó fascinado ni el que empezó a palmotear como un loco diciendo "¡Lo sabía, lo sabía!"... No. Sólo los que me puedan explicar qué narices pasa durante todo ese tiempo en el que dos tipos que no se cambian de camisa dialogan eternamente acerca de aspectos técnicos poco menos que arcanos y nos hacen ver que han construido un artefacto con el que se viaja en el tiempo. Hay una cosa que me irrita muchísimo de esta película. Y me da pena, porque aplaudo que un tipo sea capaz de tanto con un millón de pesetas de presupuesto y sus colegas actuando, pero (y creo que fue Norman Mailer quien lo dijo) si cuentas una mentira, al menos ponle sentido del humor. Lo que Shane Carruth cuenta es mentira; vale, da igual, STAR WARS también, pero disfrutas de la mentira. PRIMER es como esos niños repelentes que se te quedan mirando con cara de asco y pensando "¿Pero cómo no entiende esta ecuación logarítmica, con lo fácil que es?"... Pues eso, un sabelotodo hermético y altivo, un niño repelente con doce doctorados pero incapaz de escribir un poema... ¿lo pillan? Ése es el problema de esta película, que quiere narrar como si tal cosa no ya un hipotético viaje en el tiempo, sino todos y cada uno de los tecnicismos necesarios para hacerlo; lo cuál es tramposo e ingenuo, puesto que tampoco se explica nada inteligible, ni siquiera para un ingeniero físico nuclear, vamos. Así que la película, cuyo único acierto es ser cortita, no hay quien la entienda, pero ha fascinado a mucha gente que la ha elevado a la categoría de cinta de culto, lo que me hace seguir preguntándome si en realidad el tonto soy yo o lo del traje invisible del emperador es lo más perfecto que ha parido madre. Esto me pasa por ser tan curioso...
Saludos... ¿o debería decir: "Hoy creo que va a haber bastante gente..."?

Hiedra venenosa

Camilo Lara, otro maravilloso excéntrico, es el cerebro del Instituto Mexicano del Sonido; una institución sobre la no-cordura, la sí-libertad y la de-volución... Uno de los tipos a los que habrá que seguir muy de cerca...


martes, 9 de junio de 2009

Películas que no entiende ni el que las hizo# 2

Y no podía faltar el elemento nipón, cuya críptica forma de ver el séptimo arte es capaz de retorcer hasta lo más cándido. Ahí está el hentai para corroborarlo.
He visto cosas mu raras, pero que mu raras, y una de las que se llevaría la palma (y no la de oro) sería este artefacto esquizoide y malsano que atiende al nombre de TETSUO, y que tiene ya sus buenos veinte años, por lo que, como no podía ser de otra forma, ha pasado a engrosar esa lista capitalina de films "de culto"; templo casi inviolable de ratitas de cineclub y mosca cojonera que va a contracorriente de todo lo que sea normal, aunque un día habrá que definir qué es normal y qué no, pero esa es otra historia. La que nos ocupa hoy la voy a contar tal es, igual que ayer, a ver si alguien me ilumina...
Y eso que el principio no pinta tan mal. Un tipo se pasea por un desguace (no esperen justificaciones, que todo pasa por la cara), recoge un tornillo enorme, se raja el muslo de arriba abajo y se lo introduce en primer plano... Vale, lo normal. Al cabo de un tiempo, el estropicio está infectado y lleno de gusanos y el tipo se asusta y sale corriendo... ¿Pero qué tenemos ahí arriba, alma de pollo...? Bueno, después otro tipo está sentado en un banco junto a una mujer, hay una cosa en el suelo como un motor en miniatura, la mujer lo toca y se convierte en una loca con costras. Persigue al asustado tipo por toda la estación. Luego, estos mismos (sí, sí, los mismos) están en casita haciéndose arrumacos; a partir de ahí la cosa se desquicia. Al tipo le van saliendo tuberías, chapas, tubos de escape, cables... yo qué sé, y la guinda: un súper-taladro gigante en lugar de pene... ¿? Aquello parece una de zombis, hay sangre, caras raras, gritos miles; todo rodado a híper-velocidad y con una banda sonora que hará las delicias de los seguidores de Einstürzende Neubauten.
Era 1988, lo de los ciberpunks, AKIRA hacía furor... de acuerdo, pero el stop-motion tiene un límite, si quieres simular acero no uses papel albal, y, por encima de todas las cosas, haber evitado ese final a lo Power Rangers hartos de coca... Los tíos ahí dándose mamporros con los trajes esos de metal, las calles convenientemente desiertas... un dislate, vamos
El problema es que hay un montón de gente que la adora, así que debe ser que no he entendido nada. Ah, y creo que la tercera parte está rodándose... Que Gasset nos coja confesaos.
Saludos del chatarrero.

El acero del partido

Y ahora, una bonita tonada de sobremesa...


lunes, 8 de junio de 2009

Películas que no entiende ni el que las hizo# 1

En fin, queridos indéfilos, que le hemos cogido el gustillo a esto de los monográficos; así que esta semana va a mantener un cierto hilo conductor, aunque ciertamente inclasificable, como inclasificables son las películas que lo van a componer. Como no me gustaría que algunos lectores me tomaran por una especie de entendidillo sabelotodo, que desprecia el cine comercial y babea con planos fijos de siete horas, aquí van algunos films (algunos me cuesta hasta llamarlos así) que, francamente, entre ustedes y yo, no hay por dónde cogerlos. Y se admiten interpretaciones, a ver si sacamos algo en claro.
La primera es una cosa con la que me topé por casualidad mientras indagaba en la biografía de un director, Edmund Elias Merhige, que a este paso va a ser el rey de los monográficos. BEGOTTEN, que traducido sería algo así como "engendrado", es un experimento demencial de 75 minutos, en un blanco y negro que parece como echar lejía en una cinta de Cinexin, muda, con apenas algunos ruidillos como chicharras en el campo y con una ralentización deliberada de los fotogramas; conjunto éste que exaspera al más bizarro de los espectadores, palabra. Pero lo más acojonante es su presunto argumento... Ahí va...
Primera secuencia: En una cabaña ruinosa, en mitad de ningún sitio (ni falta que hace), un tipo con una especie de túnica y una máscara que sólo deja ver los ojos está sentado en una silla de ruedas; se convulsiona mientras va rajándose con una navaja de barbero y diversos chorros de sangre (suponemos) lo van dejando todo hecho un asquito. Parece que el tipo estira la pata y algo como mierda le baja por la pernera... Luego una mujer vestida de zíngara y con una máscara de carnaval sale de debajo de la túnica del tipo, ni corta ni perezosa le realiza un soberano pajote al difunto y se restriega el semen por sus partes pudendas... y peludas. Vale...
Segunda (y última) secuencia: La señora sale al exterior, sólo hay campo, y de repente aparece un tipo en el suelo cubierto de barro o cualquier otra inmundicia; éste es otro que no puede controlar su epilepsia ya hasta los títulos de crédito. En lontananza, surgen otros tres o cuatro vestidos (es un decir) con harapos, tan tapados que no se distinguen manos ni caras ni nada. A partir de ahí (aprox. min. 35) hasta el final los desharrapados se dedican a zarandear al que va cubierto de barro y a la mujer, los fustigan, los atan con lianas, un tormento, vamos...
... y eso es todo... Bueno, en un momento dado sale un ataúd de pie, que tampoco da muchas pistas, y al final... o al principio, no me acuerdo, hay un letrero en el que el director dice que esto es algo fuera del tiempo y de las leyes de los hombres, que se mantendrá vigente eternamente y... En fin, he intentado no ser malévolo, pero es que la cosa no me da para más. Si alguien la ha visto y le ha encontrado un sentido pues que me lo explique; algo he leído por ahí de algún rendido y embelesado admirador que la califica de obra maestra, yo no aventuraría tanto.
Pues nada, mañana seguiremos con otra, y que conste que no estoy juzgando por calidad, sino por inteligibilidad.
Saludos marcianotes.

Black steel

Llevaba tiempo queriendo poner este video aquí, de los que más me gustan de este tipo.


domingo, 7 de junio de 2009

Estrenos TV DeLuxe

Estoy seguro de que alguno de ustedes la habrá visto. No sé exactamente a qué nivel, pero lo cierto es que MAN FROM EARTH supuso una pequeña revolución en cuanto al concepto de Made in Hollywood imperante. Primero porque recupera un saludable gusto por la puesta en escena teatral, dando cancha a los actores para que sean ellos quienes expliquen y no un montón de efectos de saldo. Y añadiré que si hubiera caído en manos de James Cameron, por ejemplo, ni me dignaría a comentarla.
MAN FROM EARTH es una excelente historia de ciencia ficción sin efectos especiales y con el único escenario de una cabaña, en la que un profesor que ha ejercido durante diez años en un pueblo reúne a sus colegas para despedirse. Entonces, en un arrebato de sinceridad, o no se sabe, este hombre inicia una especie de juego de hipótesis en el que deja caer, nada menos, que lleva 14.000 años vivo, desde la edad de piedra, vamos. Todo el mundo se queda perplejo, claro, pero van entrando en el juego y cuestionan, rebaten, entretejen, hasta que poco a poco van intuyendo que quizá ese hombre que llegó hace diez años y que se marchaba de repente podría estar diciendo la verdad. Y éste es el fascinante argumento que sustenta durante hora y media un loable intento de hacer cine de entretenimiento inteligente, sin fuegos de artificio ni estrellas eclipsantes. Se podría haber hecho mejor, por supuesto; los actores son algo irregulares y a veces te da la sensación de que falta naturalidad, pero la verdad es que se echan de menos este tipo de propuestas, más cercanas a aquellos lejanos seriales como TWILIGHT ZONE o ALFRED HITCHCOCK PRESENTS, capaces en su humildad de salida de poner en cuestión toda una cultura del derroche.
Muy recomendable para una tarde lluviosa y aburrida, sí señor.
Saludos desde la tierra... o eso creo.

El hombre y la tierra

Bueno, estaba claro que algún día iba a caer. Aquí está la impresionante partitura del maestro García Abril para aquel programa mítico e irrepetible.


sábado, 6 de junio de 2009

El uso adecuado de la lupa

No se puede contar más en menos tiempo... ni mejor. En 1953, cuando Sam Fuller fue contratado por la Fox para dirigir un panfleto anticomunista (así, como suena), las películas que no pasaban de los 75 minutos eran serie B automáticamente, lo que venía a significar una menor distribución y apoyo. Uno ve PICK UP ON SOUTH STREET ahora y sigue babeando de placer. Hay de todo: unas interpretaciones maravillosas, de múltiples matices, como Richard Widmark encarnando a un carterista de poca monta, Jean Peters (Dios, qué mujer) como la bella ingenua que es utilizada por el resto de personajes en su beneficio o la inolvidable Thelma Ritter en uno de esos papeles que pasan a la historia, el de una apacible ancianita que es la mejor confidente de la policía y cuyo único afán consiste en reunir el dinero suficiente para comprarse una tumba digna y no acabar en una fosa común. Fuller dirige con mano maestra este trepidante thriller en el que la premisa original era una floja historia sobre el robo casual de una especie de fórmula secreta que debía ir a parar a manos de los comunistas; pero hay tantos matices, tanta complejidad moral, que Fuller logra lo impensable: zarandear al espectador de un lado a otro hasta que lo del microfilm es lo de menos. Hay una imposible historia de amor masoquista entre el amoral y violento carterista que busca limpiar sus antecedentes con el trueque y la chica sin mucha sesera, que cree haber encontrado al fin el amor. Hay unos geniales diálogos entre la anciana confidente y los agentes de policía, en los que poco a poco les va sacando billetes por información. Hay un par de secuencias magistralmente rodadas en las que Widmark ejerce su "oficio", secuencias que más tarde recrearía Robert Bresson con no menos maestría en su obra maestra PICKPOCKET, pero recuerden que primero fue Fuller.
En definitiva, una gozada de cine del que ya no se hace, o cómo convertir una serie B panfletista en un clásico inmortal. Cosas de genios.
Saludos con la mano en el bolsillo... por si acaso...

The richest man in Babylon

Cada vez me gusta más este grupo ¿por qué será?


viernes, 5 de junio de 2009

Lugares no comunes

1974. Yo nací en 1974. No recuerdo nada de 1974. Nada de Franco, aunque sigo viendo su fantasma en algunos sitios, en algunas personas. En 1974, quedaba muy poco para que el régimen cayera, pero quién iba a saberlo...
Primeras secuencias: un chaval bien parecido, jovial, asiste a reuniones clandestinas de un grupo anarquista en el que se conspira de forma no poco ingenua, se destapan filias y fobias, se conoce a los primeros amores... La forma de la aventura antes de que la magia se acabe.
SALVADOR es una película que empieza a transcurrir así, en sitios y modos perversamente familiares, porque el asunto descrito está más sobado que el monedero de una abuela. Sin embargo, existe un punto de ruptura en el que el material filmado deja de ser televisivo e ingresa poderosamente en el cine con mayúsculas. Me refiero (para los que la hayan visto) a la excelente y cruda escena de la detención de Salvador Puig Antich a manos de unos policías cercanos a un perro de presa. A partir de ahí, SALVADOR es una de las películas españolas más importantes de los últimos tiempos. Se narra el ingreso en prisión, el timorato acercamiento al agente de prisiones que debe vigilarlo, la paulatina transformación de éste, cada vez más asqueado con el putrefacto sistema de coacción. Todo ello magníficamente interpretado por unos actores que huyen del gesto gratuito (Daniel Brühl inmenso, Tristán Ulloa y Sbaraglia irreconocibles) y con un notable dominio del "tiempo" por parte de Manuel Huerga, que ya avisó con ATLÁNTIDA cuales eran las líneas maestras de su cine.
Pero lo mejor estaba por llegar, pues SALVADOR tiene una parte final que es imposible de olvidar, absolutamente insoportable por cuanto el sufrimiento y desesperación desprendidos por el personaje de Daniel Brühl (ojo con este chaval) le aleja de los tópicos de este tipo de escenas y golpea directamente al espectador, que, francamente, no se lo esperaba al principio.
Huerga tardó once años entre una y otra película, y no quiero ponerme pesado, pero me parece más que significativo ¿Para qué carajo sirven las putas subvenciones? ¿Para las comedias costumbristas que no son más que episodios piloto de futuras series de corta vida? ¿Para insustanciales y costosísimas "historietadas" de época que no van a ninguna parte? Entonces estamos todos locos.
Salud, compañeros.

Saturday saviour

Pasaron sin pena ni gloria a finales de los noventa; escucharlos ahora da cuenta de la injusticia.


jueves, 4 de junio de 2009

Volver a la tierra

Bien, como veo cierta tendencia a magnificar el último cine estrictamente comercial, vamos con una de radical poesía, uno de esos títulos que nunca van a trascender más allá de la pírrica etiqueta "cultureta"... una joya, vamos.
Pero quiero dejar clara una cosa, MOGARI NO MORI (en español, EL BOSQUE DEL LUTO) no me parece nada del otro mundo; acaso la constatación de que su directora, la japonesa Naomi Kawase, sigue en su empeño de labrarse, entre festivales y correspondencias, un cine propio, con la dificultad que ello conlleva. Kawase es deudora de su compatriota Kore-Eda; en Europa hablaríamos sin embozo de Antonioni y, yendo un poco más allá, de Sokurov y hasta Tarkovski; en los U.S.A. podríamos remontarnos al primer Malick o, extrañamente, a James Benning, lo que ya es aventurar bastante.
Pero vayamos con esta película. Habrá a quien le encante una forma de narrar ausente, contemplativa, casi espiritual; eso está muy bien cuando se nota que el director tiene en todo momento el toro por los cuernos y la cosa no va a desmandarse. EL BOSQUE DEL LUTO comienza con una secuencia fascinante que parece ser menor en el conjunto, un ritual funerario en medio del campo y con una persistente campanilla al fondo. La continuación intenta trasladarnos a una especie de asilo muy parecido al mostrado por Miyazaki en su último film, donde se nos presenta con gran economía a los dos personajes que serán el sostén de la película: una joven enfermera y un anciano con demencia senil. Durante este primer encuentro asistimos a un periplo cámara en mano, de largos planos, muy en la línea del von Trier de LOS IDIOTAS, mientras se intercalan pequeñas "pistas" acerca del porqué de la angustia que embarga a la enfermera y el estrambótico comportamiento del anciano. Luego, adentrándonos en la parte final del film, y tras algunas bellísimas escenas panorámicas, hay una ruptura que no puede dejar de parecerme forzada, lo siento. Ambos personajes ponen el colofón en lo que pretende ser un trascendente poema visual sobre las ausencias no asimiladas y la necesidad de consuelo humano... Muy japonés todo, vamos. Y, sí, a alguien, como dije antes, le recordará a alguna escena de Tarkovski o de Sokurov. Hay lluvia, hay fango, hay lágrimas, hay fantasmas que se resisten a irse, abrazos, empujones, miradas, monosílabos... Muchas cosas, o casi nada, depende. No es recomendable si se está de bajona, mejor después de algún cascajo de Kevin Costner, lo que le hará, inevitablemente, sumar puntos.
Lo digo muy sinceramente: puede que sea una obra maestra, pero le falta alma, algo que es importantísimo.
Saludos en reposo.

Mourning air

Bueno, otra vez en casa y con ganas de escribir. Empecemos con un aperitivo de lujo...


lunes, 1 de junio de 2009

Don Juan en chándal

Jim Jarmusch llevaba seis años sin asomar su singular talento (COFFEE & CIGARETTES es un extraño experimento), justo desde la minusvalorada GHOST DOG, cuando decidió aportar su granito de arena a esa especie de "estudio sobre un rostro" en el que se ha convertido la carrera de Bill Murray. Esto algunas veces resulta exasperante cuando se pretende dotar de trascendencia, es el caso de LOST IN TRANSLATION, pero se torna eficaz cuando hay una situación perfectamente reconocible al principio y que da pie a un posterior desarrollo más o menos sorpresivo y que extrae su propio interés de la adecuada concatenación de dichas situaciones. Es éste el caso de BROKEN FLOWERS, casi un punto y aparte en el devenir de Jarmusch, la constatación de que sólo partiendo de una (auto)crítica se pueden asaltar nuevas propuestas tras una carrera de casi treinta años. BROKEN FLOWERS es simple en su argumentación inicial pero terriblemente compleja, complejamente terrible, cuando logra que nos identifiquemos con un personaje que no es ni bueno ni malo, sino como cualquier otro, un tipo que eligió la falta de compromiso y que un par de pasos antes de la vejez paga las consecuencias. La idea de partida es tan fascinante como desoladora: Murray, abandonado por su última amante, recibe una misteriosa carta en la que se le informa de la existencia de un hijo ya adolescente. En mitad de un pseudodepresión, el antiguo conquistador, convertido ya en un cincuentón embutido en chándal, decide ir a visitar a sus antiguas conquistas. Todo es antiguo, todo es nuevo, la sorpresa de no saber cómo reaccionarán, la familiaridad recuperada casi artificialmente. Todos estos elementos, aparentemente banales, como piadoso retrato de madurez, sirven perfectamente a Jarmusch para reinventarse a sí mismo y dejar constancia de que hace mucho que dejó de ser "un raro" para convertirse en un contundente autor, uno de los pocos ejemplos de verdadera autoría en la tierra de los asalariados.
Saludos florecientes.

Flowers on the wall

Tarantino la rescató hace unos años y demostró que se podía ser novedoso con premisas antiguas.


... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!