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domingo, 7 de julio de 2024

Rincón del freak #606: El requetehomenaje


 


¿Cómo se hace un homenaje a tu máximo referente cinematográfico, sin copiar nada, pero manteniendo intacto el espíritu del original? Hay ejemplos, la mayoría fallidos, que no consiguen hacer pensar en la idoneidad del remake disociándolo de lo que no es más que una burda copia. Lo que hizo Frank Oz en 1986 con LITTLE SHOP OF HORRORS es celebrado por extraño, por tratar con respeto la proeza de Corman, adaptarla a los espectadores de 25 años después, y además afrontar un musical que dinamiza todas las partes. La película está ahí, como un fotograma mejorado, con un reparto maravilloso, capaz de solventar los números musicales con la comicidad grotesca que impone la enfermiza relación entre Seymour (perfecto, Rick Moranis) y una Audrey espectacular, que necesitó de un amplísimo equipo que la hiciera posible, y a la que ponía voz nada menos que Levi Stubbs, vocalista de los Four Tops. En resumen, todo un ejemplo de cómo abordar una película de culto, precisamente para construir un culto diferente aunque similar, y que para la historia ha dejado momentos icónicos, como el protagonizado por Steve Martin y Bill Murray, dando justa réplica a aquel jovencísimo Jack Nicholson. Merece la pena buscar la versión del director, en la que Oz ya alude al desparrame que Corman no podía permitirse por cuestiones de presupuesto, con un ejército de Audreys adueñándose del planeta al que llegaron desde una modesta tienda de flores.
Ideales para ver en sesión doble.
Saludos.

jueves, 19 de mayo de 2011

Cuando la magia es cine



El otro día me dispuse, no sin algo de nerviosismo y curiosidad, a rescatar THE DARK CRYSTAL, aquella fábula hecha de marionetas que el maestro Jim Henson ideó allá por 1982 para deleite y disfrute de nuestros inocentes e infantiles ojos. Han pasado casi 30 años y el milagro del cine, del buen cine, vuelve a producirse una vez más y en plena era del "proto-audiovisual digital". THE DARK CRYSTAL es imaginación pura, un cuento enclavado en una tierra imaginaria donde un gran suceso está a punto de suceder tras mil años de oscuridad. "El Cristal Oscuro" es una fuente de poder que posee la cualidad de mantener el siempre difícil equilibrio de un mundo sumido en la oscuridad tras ser dañado dicho cristal, que es custodiado por los siniestros Skekses en su inexpugnable fortaleza. Los Místicos, que son los seres luminosos y que anhelan la vuelta de la luz al mundo, ponen en manos de un Gelfing, el último de su especie, la difícil tarea de encontrar el fragmento escindido de cristal y reponerlo antes de que los Skekses se hagan con el control total de la fuente de poder. Los más avispados no habrán tenido que estrujarse mucho la sesera para encontrar similitudes más que evidentes con la obra más famosa de J.R.R. Tolkien, algo que pasa más a menudo de lo que creemos; sin embargo, Henson prescinde, como a lo largo de toda su propia obra, de cualquier aire de grandeza, y THE DARK CRYSTAL transita por lo que busca sin embozo, que es entretener al público más joven dándole una preciosa lección de tolerancia y respeto por los demás. El trabajo técnico es asombroso, mucho más realista y creíble que algunos bodrios digitales de ahora; destacando la dualidad entre los Skekses, una repulsiva mezcla de buitres e insectos, y los Místicos, cuyas formas suaves y apacibles nos remiten directamente a aquellos entrañables e inmortales Teleñecos, aquel otro gran legado que este maestro de las marionetas nos dejó antes de su prematuro fallecimiento hace algunos años. Estoy seguro de que a los chavales de hoy les puede sorprender algo tan decididamente orgánico, mientras que los que crecimos a la sombra de esta maravilla no podemos sino esbozar una sonrisilla cómplice mientras murmuramos... "Qué tiempos..."
Saludos oscurecidos.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!