martes, 31 de enero de 2017

Un animal de la pantalla



Y dándole toda la vuelta a la frase más famosa de ELEPHANT MAN, es cierto, se ha ido uno de los animales cinematográficos más grandes de todos los tiempos. Un actor que, en la línea de los James Stewart o Jack Lemmon, hizo de la normalidad su propia excepción. Palabras mayores, porque hablamos de Sir John Hurt. Y simplemente no podemos abarcar la miríada de títulos que compone la filmografía de este ACTOR, así, con mayúsculas, pero, sabiendo que lo más destacable, por pura lógica, ya ha aparecido por aquí, vamos a intentar dar un par de pinceladas en los próximos días. Y como esto no se lo salta un galgo, y además era la que se me había quedado atrás de Lynch, no puede haber un solo cinéfilo de bien que pueda soslayar la sobrecogedora actuación de Hurt interpretando al desdichado John Merrick, capaz de atravesar kilos de prótesis y maquillaje para ofrecer una lección de humanidad tan grande que ni siquiera el habitual exceso del propio Lynch pudo quedar por encima. ELEPHANT MAN es John Hurt, el resto es apenas un accesorio de lujo, un reparto impresionante puesto en manos del gran enfant terrible de Hollywood. Y eso que secundaba un magnífico Anthony Hopkins, antes de habitar él mismo el Olimpo; y que la fotografía de Freddie Francis es una masterclass sobre la correcta utilización del Blanco y Negro. Y, ya digo, Lynch comedido (en la forma en que Lynch puede ser comedido), y hasta clásico, creando una atmósfera que huele a Lang y a Siodmak, y minimizando sus obsesiones estéticas para que no interfieran en un relato suficientemente potente e impactante. Una historia de soledades, de incomprensión y compasión, y una película que ha sobrevivido dignamente al paso del tiempo, colocándose como uno de esos clásicos atípicos que Hollywood nos regala de vez en cuando (no olvidemos que fue producida nada menos que por Mel Brooks). Para la Historia del cine quedará esa imagen icónica, quizá la que nos enfrenta a lo peor de nosotros mismos cuando rechazamos irracionalmente lo que no alcanzamos a comprender, la del hombre acorralado que reclama su humanidad a gritos, con la desesperación y la ternura que Hurt inyectó en vena de su personaje.
Una barbaridad.
Saludos.

lunes, 30 de enero de 2017

La edad de oro



Me he enterado de sopetón de la muerte de Paloma Chamorro, aquella señora que elevó el depauperado periodismo musical de este país hasta cotas que jamás han vuelto a conocerse. Ustedes conocen su programa de culto, y pensé en ir a lo obvio, a Buñuel, pero no. Voy a dedicarle a la Chamorro una de las mejores películas de lo que va de siglo, una genuina instauradora de una nueva "edad de oro" cinematográfica. KIS UYKUSU (SUEÑO DE INVIERNO), de Nuri Bilge Ceylan, ganadora de la Palma de Oro en 2014. Y podría intentar ponerles en situación internándome en su sinuoso laberinto narrativo, pero me cuesta horrores no dejarme seducir por el exponente máximo, que no es otro que el fascinante encadenamiento sensorial desde ese hotel-hormiguero "en alguna parte de Anatolia" y la correlación establecida con el rechinante mundo interior del protagonista, el dueño del hotel, que es o fue un actor de prestigio, pero que queda desnudo ante las circunstancias que le van aislando cada vez más de quienes le rodean, sean estos quienes sean; familia, amigos o desconocidos van orillándose en su deseo de no ser molestado en absoluto, como si la soledad fuese el único lugar al que poder ir sin máscaras. Este hombre es dueño también de la mayoría de casas arrendadas a gente de baja extracción social, lo que le ha creado una fama impopular; no duda en avergonzar a su joven mujer delante de todos, como venganza a lo que él considera su propia humillación y que sólo se resolverá con el divorcio. Y sin embargo ¿por qué le tendríamos por una mala persona si no fuese por el habitual maniqueismo de las historias que vemos a diario? Es complicadísimo el ejercicio que ejecuta Bilge Ceylan, un intento por no dejarse nada atrás, de comprender hasta el más mínimo detalle las razones por las que un hombre hace lo que hace y qué le va deshumanizando progresivamente, si no es que quizá no sea más que el único hombre de su entorno que es consciente de su propia humanidad, sin alternativa posible para seguir engañando a nadie más.
Cine con unas mayúsculas enormes y de una madurez de categoría proverbial. Un clásico instantáneo, y esos, como el programa de la Chamorro, son los que perduran para siempre...
Saludos.

domingo, 29 de enero de 2017

Rincón del freak #256: Antes de que Don y Vlad se pongan a firmar acuerdos...



Sí, porque no nos extrañaría ver al señor del tupé dorado y al musculoso e imperturbable dirigente ruso ponerse a firmar acuerdos sin ton ni son, así que los productores chinos "Hermanos Huayi" (que no es una cadena de fruterías) ha conseguido lo que hace un par de décadas era demencial: una coproducción entre Estados Unidos y Rusia.
Hasta aquí los datos objetivos. Ahora paso a comentar brevemente qué diablos es HARDCORE HENRY.
A ver, porque hablamos de una montaña rusa (nunca mejor dicho) de sensaciones, que de manera nada disimulada remite a toda la parafernalia de los videojuegos de última generación. Presentada como una "experiencia en primera persona", yo les recomiendo que se tomen una Biodramina antes si sufren de vértigos, porque esa perspectiva es mareante a no poder más. Y aunque es cierto que contiene algunas gotas de buen y desenfadado humor, lo que prima aquí no es otra cosa que ver cómo las manos biónicas del protagonista despedazan, rebanan, mutilan y machacan a todo el que se le ponga por delante, aparte de tirarse en paracaídas (sin paracaídas) o ser atropellado un par de veces por coches blindados.
Lo mejor: el minuto y medio de Tim Roth.
Lo peor: que Putin ya se la ha puesto a Trump... y parece que le ha gustado...
Saludos.

sábado, 28 de enero de 2017

El libro del buen aprendiz



OUTLAWS AND ANGELS se inscribe en la actual corriente de "Neo-westerns", con todos los inconvenientes que esto puede llegar a acarrear si no se encuentra algún elemento de cosecha propia entre lo que habitualmente no son más que refritos, más o menos ingeniosos, de títulos mayores. En este caso, el debutante J. T. Mollner arma un batiburrillo tremendamente descompensado y con evidentes fallos de montaje, que convierten al film en un artefacto extraño y desacompasado, con un arranque original y arriesgado seguido de un paseo por la nada excesivamente influenciado por el último trabajo de Quentin Tarantino, y finalizando en una película que parece otra, como un inserto que hubiese sobrado y parece que va a quedar bien. Menos truculenta que otras, no tan imaginativa, tiene el añadido, al menos, de poner en órbita a Francesca, hija del tito Clint, y quizá de lo poco realmente salvable de una función, ya digo, sólo para muy incondicionales del (sub)género.
Saludos.

viernes, 27 de enero de 2017

Ettore Scola. Un italiano en Italia #6



IL COMMISSARIO PEPE, de 1969, es una de las películas más injustamente olvidadas de la filmografía de Ettore Scola y un trabajo que descubría a un director con un estilo perfectamente reconocible hasta cuando acometía el encargo de adaptar una novela de éxito. Muy en la línea de Claude Chabrol, la trama gira en torno al singular comisario del título, un imperturbable Ugo Tognazzi, cuya reservada y estricta vida contrasta con la de sus convecinos en una pequeña ciudad de provincias. En mitad de un caso insignificante, su perspicacia le llevará a tocar algunas teclas que permanecían ocultas y descubrir una auténtica trama de corrupción, tráfico de drogas y prostitución, y el único que está de su lado es el borracho del pueblo, al que todos toman por loco precisamente por proclamar descaradamente y a la luz del día dichos actos delictivos, señalando a los mandatarios y a los nobles como verdaderos culpables. Pese a un arranque algo dubitativo en tono de comedia jocosa, Scola factura un film interesantísimo, con un pie puesto no sólo en Chabrol, sino en los Taviani y su cine del compromiso, mientras que su construcción de personajes es excepcionalmente rica en matices, desde el aprendiz pelota que jamás llegará a nada a la anciana que sigue invocando los modos de Mussolini en su propia casa, o esa pareja de jubilados que manejan una red de prostitución, la misma que surte de jovencitas a los condes que habitan un lujoso castillo. Una película, como tantas de su director, a descubrir sin ninguna duda.
Saludos.

jueves, 26 de enero de 2017

Postulados para la violación de la realidad #16



A lo largo de diez cortes, una cámara digital, fijada en el salpicadero de un coche, va registrando la vida diaria de una mujer en Irán. Una mujer que conduce en Irán. Una mujer que conversa en el interior de su coche, que discute con su hijo, que no acepta su reciente divorcio y que se vuelva a casar. Una mujer que recoge a una prostituta y no comprende su modo de vida, aún más expuesto que el suyo. Una mujer que observa la vida desde el interior de un coche, y que al mismo tiempo nos permite a nosotros contemplarla a ella, a la mujer, pero también a la ciudad, Teherán, porque no hay mejor modo de saber cómo se siente una persona que escuchándola, lo que no siempre es posible si eres una mujer en Irán. La película-documento-experimento se titula TEN, y es una magistral lección de cine hecha con mínimos medios, pero mucho más es una lección de vida, de cómo resulta imposible disociar el fondo de la forma y cómo ésta puede ser utilizada en término absolutamente contrarios al panfleto, esto es: como rotunda denuncia de las desigualdades que invisibilizan a las mujeres en sociedades puramente machistas.
Saludos.

miércoles, 25 de enero de 2017

Rivette escribe #21



Es una lástima que los pedantes citen a Balzac, que lo citen sin saber el significado de su prosa. Balzac está completamente fuera de la antigüedad o la modernidad, es un cronista lúcido e independiente, una máquina de guerra, un fabricante de daguerrotipos o un estampado indeleble. Mostrar a Balzac en cine, en lo que tragamos como cine moderno, es imposible, de ahí que arriesgarse a ensayar a Balzac en fondo y forma esté más cerca del suicidio artístico que de otra cosa. Pero Jacques Rivette tenía 79 años cuando decidió adaptar "La duquesa de Langeais" con el elocuente título de NE TOUCHEZ PAS LA HACHE, y luego ha resultado ser su penúltimo largometraje. Tengo pocas cosas que decir acerca de esta película, excepto que se trata de una experiencia reconfortante, que reconcilia a los amantes del arte, de las historias contadas con honestidad y de las travesías que guardan la recompensa al final, sin desvelarla. En mi opinión, la gran obra maestra de Rivette, lo cual es mucho y obliga a descubrir su grandeza de miras en virginidad y devoción absolutas. Me niego a desvelar nada más, excepto invitarles a que disfruten de una de las actuaciones más memorables que el cine ha ofrecido jamás y que las circunstancias han elevado a la categoría de regalo. Las cotas de expresión e intensidad alcanzadas por Guillaume Depardieu nos sorprenderían de no conocer su talento, capaz de hacer estremecer una secuencia en un parpadeo ¡Qué gran, inmenso actor nos perdimos sólo un año después!...
Saludos.

martes, 24 de enero de 2017

Gente gato



Hay un elemento esencial en ELLE, la última y estupenda película de Paul Verhoeven, y aunque no lo parezca, enterrado entre las muchas cosas que le ocurren por el camino a Michèle, la protagonista, interpretada por una omnisciente Isabelle Huppert, a mí me parece el genuino "Rosebud" que el director holandés utiliza como apoyo ideológico para dotar de significado y entereza moral a un relato que empuja a la misma moralidad hacia los bordes y se desparrame. Lo más importante en ELLE no es el misterio, a Verhoeven le da igual desvelarlo a mitad de la función, sino hacernos entender por qué cada personaje hace lo que hace, primando la gélida actitud de una mujer a la que parece darle igual lo que le ocurra, a menos que le sea útil para lograr un propósito. Por eso no es de extrañar que el retrato íntimo mute hacia una radiografía, quirúrgicamente certera, acerca de una sociedad que ha terminado por aceptar la monstruosidad como un arpegio cotidiano en su propia sinfonía. Pero no hay rastro de la jocosidad crítica de un Chabrol hacia la burguesía y sus caprichos, sino una sombría desesperanza, como si ya nada pudiera salvar a estos personajes de su propia ruindad excepto la aceptación de su monstruosidad, tanto como de la ajena. Así, es clave el detalle de la indiferente visión felina en el momento de mayor violencia, porque encontraremos esa misma mirada instantes después en la propia víctima, como si sólo pudiésemos procesar el trauma desde una posición correcta: la humillación animal.
Saludos.

lunes, 23 de enero de 2017

La oscuridad tras la risa



TICKLED es un documental neozelandés que escarba profundamente en un asunto que sólo puede denominarse como "raro". Extraño por lo que es, por cómo ocurre y también por el enrarecido poso que deja su visionado. Y les explico brevemente. El periodista neozelandés David Farrier está especializado en todo tipo de cosas anómalas, las que a menudo suceden en los márgenes del periodismo convencional; por lo que no podía resistirse a indagar sobre algo tan bizarro como unos videos acerca de competiciones de cosquillas... Como suena. Esencialmente no se trata más que de eso, muchachos ataviados con ropa deportiva, que atan de pies y manos a uno de ellos con tal de aplicarle cosquillas hasta el límite de su resistencia. Sin embargo, la presentación no puede ser más cercana a cualquier video pornográfico, y además la cosa se complica cuando Farrier decide buscar una entrevista con la persona o personas detrás de la realización de dichos videos. Es ahí cuando todo se complica y adquiere tintes de pesadilla. No sólo recibe fuertes amenazas, llegando a utilizar la condición homosexual del propio Farrier como inaceptable, sino que los pocos intervinientes a los que logra acceder han visto sus vidas destrozadas desde que se negaron a seguir grabando videos, y todo sin que se llegue a saber la identidad definitiva de quien parece una solitaria mujer de negocios, una organización o quizá un demente caprichoso. Farrier se desplaza a Estados Unidos, incapaz de resistirse a un juego cada vez más intrincado e indescifrable, y este fascinante documental es la prueba, una vez más, de que la realidad supera a la ficción, e incluso a la idea de lo que solemos tener como "realidad"...
No se la pierdan.
Saludos.

domingo, 22 de enero de 2017

Rincón del freak #255: Los deseos irreconciliables y los errores del serpenteo



Seguir la trayectoria de Adam Wingard es encontrarnos con un director joven, inconformista y que ya desde sus inicios hace una década, con un puñado de interesantísimos cortos low cost, estaba llamado a engrosar las filas de nuevos talentos del cine independiente yanqui. Su primer trabajo de entidad fue YOU'RE NEXT, cinta de terror con un pie en John Carpenter y otro en Sam Peckinpah; pero incluso admitiendo que sus errores y licencias eran motivados por su comprensible bisoñez, no era difícil intuir dónde íbamos a verlo un lustro después. Y es que dirigir una cosa titulada BLAIR WITCH es como escuchar un mitin de Monedero en el Corte Inglés, algo digamos que ligeramente indefendible. Y es sencillo incluso sin verla, porque, obviando el simulado de etalonaje en autotune molón de camaritas encima de la oreja ¿?, la chicha del asunto se limita a ver a seis pazguatos caminando por el bosque mientras nos van contando el argumento de la peli de 1999... Y es posible que, si no la han visto todavía, lo primero que les venga a la mente será la imposibilidad de concebir un desenlace como el que finalmente termina siendo. Yo ya les aviso por si acaso, pero a Wingard parece que nadie le está avisando. Él sabrá.
Saludos.

sábado, 21 de enero de 2017

Guerra Mundial C



Ya me he pronunciado en multitud de ocasiones para demostrar mi nula adhesión al fenómeno zombi, que desde hace algunos años azota las pantallas con machacona insistencia, quizá para aprovechar las múltiples variantes que este género ofrece, aunque pienso a menudo en esa preocupante banalización del mal, borrando si identidad y focalizándolo en una masa anónima e incapaz de razonar, y la frase me asalta constantemente: "corrección política". Luego está el cine, claro, y a mí me gusta el cine. Y todo el mundo venía hablando muy bien de BUSANHAENG (TREN A BUSAN), que triunfó en Sitges y llegó a colarse en una muy discutida sección oficial de Cannes. Por eso me parece perentorio distinguir ambas cualidades dentro de un mismo cuerpo, para evitar la "zombificación" de la crítica, ya que estamos ante una refinada mezcla de 28 DÍAS DESPUÉS y GUERRA MUNDIAL Z, representando la primera el estado rebelde y la segunda el conservador, e intentando su director conciliar ambos extremos a lo largo de dos horas que no se hacen largas ni aburridas, pero tampoco invitan a reflexiones sociales y filosóficas, como he leído a algunos iluminados por ahí. En lugar de pajearnos, invito a los cinéfilos inquietos a que descubran los trabajos anteriores de Yeon Sang-ho, todos animados, y que desde la fastuosa THE KING OF PIGS hasta la magistral THE FAKE constituyen una de las filmografías más interesantes del país oriental. De hecho, animo a echar un vistazo a la versión animada de ésta, la estupenda SEOUL STATION, porque merece la pena.
Saludos.

viernes, 20 de enero de 2017

Ettore Scola. Un italiano en Italia #5



En 1968, Ettore Scola se fue a Angola a filmar una película de título imposible y trama inclasificable, una amalgama de géneros tan desbordante como generosa y, según lo que contaron Alberto Sordi y Nino Manfredi, una experiencia que les acompañó durante mucho tiempo. Y es que (¡atentos!) RIUSCIRANNO I NOSTRI EROI A RITROVARE L'AMICO MISTERIOSAMENTE SCOMPARSO IN AFRICA? (o MÍSTER SABATINI... ÁFRICA... ALLÁ VAMOS) es exactamente lo que su título (cualquiera de los dos) explica: un tipo gris, de clase alta, harto de vivir en, por y para el trabajo, harto de su familia, de su mujer y sus amigos, harto de vivir en la intrascendencia, aprovecha un extraño suceso para cumplir su sueño dorado. Y es que resulta (y no es un chiste de Eugenio, créanme) que su cuñado ha desaparecido misteriosamente en África, y él, transmutado en aventurero y cazador de leones y acompañado por su contable... ¡!... pretende reavivar el espíritu de las aventuras "conradianas" y, de paso, traerlo de vuelta.
La película no es corta, y en sus dos horas hay prácticamente de todo, Sordi con un atuendo descacharrante, cacerías que aburren a los leones, mercenarios portugueses, Nino Manfredi disfrazado de rastafari y erigido en gurú de una tribu perdida y hasta nuestro Manolo Zarzo, que para eso era una coproducción... Una película excesiva y anárquica, que parece gozar de su intrascendencia justo hasta su impensable desenlace, marca de la casa, en el que Scola desata su genio para dotar de entidad a lo que parece no tenerla.
Una curiosidad más que sorprendente.
Saludos.

jueves, 19 de enero de 2017

Postulados para la violación de la realidad #15



Abbas Kiarostami ha sido uno de los directores de cine que más y mejor han retratado la mirada infantil, tan banalizada en el cine, cuando no directamente objeto de explotación. En el año 2001, él y su equipo recibieron la invitación de una organización en Uganda, encargada de cuidar de los miles de huérfanos que a diario deja el VIH, para recoger el material suficiente que les permita montar un documental que haga visible la precariedad en la que se encuentran estos niños. Pero Kiarostami no es un documentalista cualquiera, su mirada no se pliega ante la imagen, sino que la indaga con honestidad y fiereza hasta extraer de ella su significado real, quizá sin lograrlo, pero siempre haciéndola más accesible a nuestros ojos. Y en ABC AFRICA, que no es más (ni menos) que un montaje en crudo de estas imágenes, el director iraní parece investirse del espíritu del gran Jean Rouch, mezclándose con esta gente estoica y alegre, que enfrenta inalterable una cotidianidad repleta de enfermedad y muerte. Y de esta mirada dos conclusiones nos asaltan inmediatamente, sobre todo al ver al matrimonio austríaco que ha movido cielo y tierra para adoptar a una pequeña y al asistir a la heroicidad de una abuela de sesenta años que cuida sola de todos sus nietos tras perder a todos sus hijos por el SIDA: Qué lejos seguimos estando de estas culturas, y qué poco necesitan nuestra caridad... Si acaso un poco de atención.
Saludos.

miércoles, 18 de enero de 2017

Rivette escribe #20



VA SAVOIR, de 2001, fue la antepenúltima película que rodó Rivette, una comedia muy al "estilo Lubitsch", con una excelente dirección de actores y en la que dio rienda suelta a muchas de sus obsesiones como director, crítico y cinéfilo. Aunque lo más resaltable, creo yo, fue la inesperada reconciliación obtenida por parte de la crítica más refractaria a su cine, y que encontró, quizá, algo más de aire fresco, fundamentalmente el aportado por la pareja protagonista, unos sobresalientes Jeanne Balibar y Sergio Castellitto, que interpretan a una pareja de actores (en las tablas y en la vida real) que trasladan su representación más famosa de Pirandello desde Roma hasta París, lo que va a suponer una prueba de fuego para ella, francesa, que abandonó su país para borrar una tumultuosa vida pasada. Rivette se explaya en dos horas y media que son puro goce creativo, mezclando las divertidas representaciones a tiempo real con los múltiples enredos provenientes de un turbio intercambio de parejas supuestamente involuntario, pero que dejará al descubierto las debilidades y miserias de unos personajes más preocupados de las apariencias que de la plenitud.
Es éste un Rivette aposentado, tranquilo y conocedor del oficio, que siéndose fiel a sí mismo (aquí encontraremos multitud de rastros de todo su cine) es capaz de seguir alimentando un universo propio, al tiempo que teoriza sobre cierto estado del cine de principios de este siglo, pero lejos de ejercer de santón cascarrabias, ayudando a expandir surcos narrativos para las generaciones venideras, lo que supone un acto de generosidad impagable. Además, he leído que a Boyero hasta le gustó...
Saludos.

martes, 17 de enero de 2017

¿Es usted actor?



Es la pregunta a la que se ve sometido Gérard Depardieu en un momento que debería haber supuesto un punto de inflexión en el monótono devenir de VALLEY OF LOVE, la película con la que Guillaume Nicloux concursó en el último Festival de Cannes. Pero no, porque apenas estamos ante una potente idea de partida y un desarrollo mosqueante, abstruso y demasiado acelerado; una especie de reverso luminoso de la tenebrosa TWENTY NINE PALMS, de Bruno Dumont, otra mirada francesa fascinada por los paisajes desérticos de la Baja California, aunque no concibo dos trabajos más distanciados, en fondo y forma. La enclenque trama arranca con el encuentro entre Depardieu e Isabelle Huppert, que encarnan a un matrimonio divorciado tiempo atrás, pero que han sido citados en el Valle de la Muerte por su hijo, fallecido varios meses atrás, mediante una misiva que envió a ambos por separado. A Nicloux se le nota un pulso tembloroso, que sorteó admirablemente en su anterior trabajo, EL SECUESTRO DE MICHEL HOUELLEBECQ, escudado quizá en su armazón de falso documental, pero que a la hora de elaborar una ficción pura no se sostiene, ni siquiera con dos colosos de la interpretación, protagonistas absolutos de la función y que pocas veces habrán estado tan mal dirigidos. El final es de traca, y lo podría firmar tranquilamente un Jorge Bucay de la vida, aunque me atrevo a afirmar que hará las delicias de los "leedores" compulsivos de memes arreglavidas en Facebook. No me extraña que el inmenso (nunca mejor dicho) Depardieu conteste enfadado al insidioso norteamericano que le formula la pregunta, no es para menos...
Saludos.

lunes, 16 de enero de 2017

Mi querido señorito



VERGINE GIURATA es la ópera prima de la italiana Laura Bispuri, que apenas contaba con un par de cortos desde hace más de un lustro. Presentada en el pasado Festival de Berlín, es, a grandes rasgos, la historia en primera persona de una mujer que atraviesa un drástico proceso de transformación, solo que al estar contado en clave de flashback puede que irrite al espectador menos dispuesto a estar pendiente de su mínima, casi inexistente argumento a tiempo real. La premisa es interesante, puesto que parte de una zona rural y deprimida de Albania, donde las mujeres son menos que un perro (esto es literal) y a algunas les queda un extraño método de salvación para no acabar sometidas y anuladas: jurar su virginidad y adoptar los modos y apariencia de un hombre. Hana, la protagonista, aparece un día en la puerta de su hermana, que huyó a Italia tiempo atrás, pero debe guardarle el secreto, porque ahora es Mark, un primo lejano.
Y hasta ahí el argumento, interesante, exótico, sujeto a interpretaciones culturalmente jugosas. El problema es que el film es un plomazo de tomo y lomo, sin ritmo, sin sorpresas, sin aditivos. Una especie de suma respetuosa, de mirada torvamente antropológica y cuyo nivel general apenas si puede sostener la estremecedora interpretación de Alba Rohrwacher, que es lo más sobresaliente de una película que se hace larga sin serlo y que expone la bisoñez de su directora, a la que habrá que seguir atentamente en futuros proyectos, esperemos que más pulidos y esmerados.
Saludos.

domingo, 15 de enero de 2017

Rincón del freak #254: El ninja "reloaded"



Me encuentro con una película que se titula NINJA ASSASSIN, y por ese nombre lo más que podría recibir es mi desprecio más abismal y rotundo. En cuestión de minutos estoy frente a la pantalla, viendo NINJA ASSASSIN... ¿Por qué?... Buena pregunta, que podría contestarse con dos nombres propios: Andy y Larry... Perdón, Lana. Sí, porque aunque esté producida por Dark Castle, el sello que fundaron a finales del siglo pasado Joel Silver y Robert Zemeckis, la verdadera razón de ser de esta película es el universo Matrix, tanto en conceptos estéticos como ideológicos. Y ya a estas alturas os estaréis preguntando si me estoy quedando con el personal o no, porque la cosa, en un principio, pinta muy mal... Y, sí, es muy mala. Es mala porque su argumento, su guion, su desarrollo, sus personajes, sus motivos y reacciones, todo, es barato de narices, solo que con un barniz electrodigital que aspira a tapar cualquier tipo de imperfección. Esto puede funcionar con guionistas hábiles, pero lo único que nos encontramos aquí es una típica cinta de artes marciales viejuna mezclada con un gore de bastante mal gusto y unos actores capaces de otorgar a Steven Seagal una expresividad soberbia, con que imaginen... Me la vendieron, y caí. Mamporros y descuartizamientos en Blu-Ray bajo la lluvia y a cámara súper lenta; caviar de plástico o mosto barato embotellado como un Calvados. Los nuevos tiempos imperan, pero no importa languidecer con un bagaje suficiente de buen gusto en las retinas, eso nos salvará de perecer por asfixia visual... Están avisados.
saludos.

sábado, 14 de enero de 2017

Una sensación extraña



Me decidí recientemente a ver la segunda temporada de FARGO, la variante ideada por Noah Hawley para la cadena FX a partir de la película original de los hermanos Coen. Primero porque la primera temporada me sorprendió gratamente, teniendo en cuenta que no se trata de una de mis favoritas de sus autores, pero también porque todo lo que leía sobre esta continuación eran alabanzas unánimes. Mi opinión es que esta segunda temporada alterna psicóticamente momentos brillantísimos de altura cinematográfica con algunas licencias y referencias que, sin estar mal del todo, reverberan en el subconsciente medianamente entrenado y se convierten en insertos, que en una serie de diez capítulos le resta credibilidad y coherencia. Los que la hayan visto sabrán que me refiero al extrañísimo desenlace, contenido en el los dos últimos episodios, y que no desvelaré ni un ápice. El resto está bastante bien, todo muy Tarantino, con una nueva pareja de polis bonachones y hogareños (Patrick Wilson y un recuperado para la causa Ted Danson) y un extenso corolario de malhechores, fundamentalmente los miembros de la familia Gerhardt y sus acreedores de otro estado, que envían a su sicario más mortífero (y deslenguado), un negro llamado Milligan (excepcional Bokeem Woodbine) para acabar de una vez con el clan mafioso. Aunque la reacción en cadena parte de un hecho accidental, el atropello del benjamín de los Gerhardt cuando trataba de asesinar a una juez y la estrambótica ocultación del cuerpo en la casa del carnicero local y su mujer (una absolutamente memorable Kirsten Dunst). La serie, ya digo, pese a su marciano arranque, transita con facilidad pasmosa los terrenos del thriller sofisticado y lenguaraz, y tiene algunos momentos de brillantez que efectivamente faltaban en la primera entrega, pero le puede su dispersión, como si no se pudiese dar cabida y minutos de calidad a un elenco tan extenso, lo que termina dando un conjunto de bloques autónomos que funcionan muy bien por separado, pero que se enfría en el encadenado, repleto de flashbacks y elipsis que no siempre son bien entendidos. Aunque para "marciano" su final, ya saben...
Lo bueno: que dura diez capítulos y no se hace pesada. Lo malo: que hay momentos en los que no se sabe dónde hay que prestar atención...
Saludos.

viernes, 13 de enero de 2017

Ettore Scola. Un italiano en Italia #4



En 1966, Scola filmó una comedia acerca de un diablo llamado Belfegor, que es enviado a la Florencia de los Medici con la intención, básicamente, de liarla parda y lograr un clima de enfrentamiento entre la sociedad civil y los poderosos estamentos eclesiásticos. Descrito así, más que comedia podríamos estar ante un intenso drama histórico con tintes sobrenaturales... Pero nada más lejos, porque L'ARCIDIAVOLO es un delirante slapstick en technicolor y a la mayor gloria de sus dos protagonistas, nada menos que Vittorio Gassman y Mickey Rooney, en plena aventura italiana, interpretando a esta escurridiza y hedonista pareja de diablos, amantes del vino y las mujeres y que se parten de risa hasta cuando son quemados en una hoguera. Y Scola, sumido en el trajín de los estudios imperantes en Roma, aún tendría que esperar para pulir, madurar y consolidar su libro de estilo, que en producciones como ésta apenas puede apreciarse en la buena dirección de actores y la imaginativa puesta en escena. Un título menor pero francamente divertido.
Saludos.

jueves, 12 de enero de 2017

Postulados para la violación de la realidad #14



Personalmente, me plantea un dilema mayor que en otras ocasiones el visionado de BAD MA RA KHAHAD BORD (EL VIENTO NOS LLEVARÁ), el film de Kiarostami que en 1999 ganó el Fipresci en Venecia, tan sólo para aumentar la diferencia entre los que la consideran una obra sublime y los que bostezan apenas ven su, por otra parte hermosísima, carátula. Sin tenerme en un grupo ni en otro, desmerecería la poca cavilación que le he prestado a la forma (insisto, arrebatadora), por sumirme cual enólogo disfrutado en el crucial punctum de su fortísima crítica social. Alentada por el verso de Farrokhzad al que alude en el título, se trata de una compleja osmosis referencial acerca de la inhumanidad de quienes se acercan al entorno rural tan sólo por cumplimentar un trabajo, incapaces de ver y sentir la maravilla de la baja intensidad de la naturaleza acogiendo al hombre que la habita y, por tanto, la respeta. Algo del más hosco Berlanga hay en el patetismo del ingeniero audiovisual (sobre todo en él) y su equipo, hartos de esperar a que se muera una anciana para poder concluir su trabajo, que no es otro que la filmación de un entierro tradicional. Kiarostami logra hallazgos visuales que desbordan lo preconcebido y que deberían figurar en uno de esos masters inútiles que las escuelas de cine presentan como un abigarrado anaquel de renuncias semánticas. Pero el director iraní no deja nada al azar, y su trasiego de caminos de pasto oceánico no es en absoluto contemplativo, sino que sirve como conductor incansable hacia una reflexión máxima: ¿Qué hacemos realmente en cada sitio en el que estamos?...
Rotunda película, a la que aún, ya digo, me resisto a aupar más alto de lo que creo que ya está, quizá porque a mí también me tapa algo el paisaje.
Saludos.

miércoles, 11 de enero de 2017

Rivette escribe #19



Suele pasar, que los autores totales, los que apenas varían su discurso a lo largo de una obra extensa, son poco o nada entendidos cuando deciden que llegó la hora de diversificar su propuesta, alentar las múltiples caras que laten bajo el artista que ha basado la práctica totalidad de su obra en imperceptibles variaciones que no son más que caras de una misma figura. Rivette no iba a ser menos, por lo que se puede considerar SECRET DÉFENSE su película (perdónenme quienes tengan que hacerlo) menos rivettiana; una especie de extensísimo thriller picado de las viruelas de las grandes intrigas familiares y traspasado por la circunspección que despiden las interpretaciones de Sandrine Bonnaire y Jerzy Radziwilowicz, que distan mucho de rozar la intensidad de, por ejemplo, LOS SOBORNADOS, con la que pretende tender puentes. El argumento gira en torno a una investigadora de laboratorio que recibe la noticia de la muerte de su padre, dueño de una gran empresa de seguridad y con el que se llevaba regular; al poco, su hermano (el siempre agradecible Grégoire Colin) le dice que va a matar al actual director de la empresa, que heredó el puesto y al que acusa directamente de asesinato. Sin embargo, la historia dará un giro radical cuando ella se adelante a su hermano, temiendo lo peor, y descubra la terrible verdad por sí misma.
A muy duras penas podríamos concebir las casi tres horas del metraje empleado por Rivette, para algo que sabemos que Lang despacharía en menos de la mitad, y que además reserva pocas sorpresas formales. Oscura y austera, puede afirmarse que, ya en 1998, su director se la podría haber ahorrado y no se habría notado.
Saludos.

martes, 10 de enero de 2017

La marmota mecánica



Después del fiasco sin paliativos de su última película, me di cuenta de que había pasado por alto la inmediatamente anterior, y que había pasado nada menos que un lustro entre ambos trabajos. Y todo para constatar que a Duncan Jones aún le queda una barbaridad por aprender, sobrer todo si pretende apuntar tan alto como parece que hará con su próximo film. SOURCE CODE era un cruce imposible entre MATRIX, LOOPER (que es de un año después, pero resulta superior en todo), MEMENTO y algo de Schwarzenegger que no me acuerdo ahora; un ingenuo bucle de sucesos repetidos hasta el paroxismo, que deberían esclarecer la trama a medida que continúan inmisericordes, pero que al final parecen sólo eso, repeticiones de relleno. La idea original no está mal como concepto (y no hay spoiler que valga): Un militar participa en un arriesgado experimento que consiste en llevarle hasta un punto temporal en el pasado, concretamente en el interior de un tren donde va a ser detonada una bomba. Su misión es encontrar al terrorista y detenerlo, pero el problema es que si "muere" puede volver a intentarlo, solo que despojado de su memoria anterior... Un lío tremendo, porque al guion se le va de las manos ubicarnos en todo momento y, sobre todo, dominar el tempo (nunca mejor dicho) narrativo para que el final no termine siendo tan frío y desangelado. Lo bueno es que se le nota que está hecha con un presupuesto más que ajustado y que Jake Gyllenhaal dota de veracidad cualquier cosa que emprende, pero no pasa de un entretenimiento de calidad que quiere jugar a ser mayor, y no lo es.
Saludos.

lunes, 9 de enero de 2017

Los agujeros por los que dios nos mira



De vez en cuando surgen películas capaces de insuflar un agradable y esperanzador ánimo al espectador cansado de la papilla audiovisual. Películas pequeñas, hechas con honestidad y en las que se agradece, entre otras cosas que ahora pasaremos a relatar, la implicación de esas grandes estrellas, que parecen estar en otra dimensión, pero que no dejan de ser actores y actrices con ganas de seguir transmitiendo emociones. Las "Macadam stories" son un grupo de novelas escritas por Samuel Benchetrit que contaban la vida de un muchacho en un suburbio de los años 80; él, su vida, su visión del mundo entonces. Esos escritos han cuajado en un film veladamente episódico y titulado ASPHALTE. Alrededor de un desvencijado bloque de viviendas, Benchetrit intenta el complejo arte de conjugar lo extraordinario y lo cotidiano en tres historias que suceden al unísono sin que lleguen a mezclarse. Todo comienza con una reunión vecinal en la que se va a aprobar la instalación de un nuevo ascensor, con la única oposición de un vecino, solitario y gris (literalmente), que vive en el primero y no cree que vaya a usarlo. Un poco más arriba, un adolescente pasa los días solo en el apartamento que comparte con su madre, a la que no vemos jamás. Mientras tanto, un astronauta realiza un aterrizaje de emergencia en el tejado del edificio, ante la mirada atónita de dos tipos muy fumados... Aparentemente, podríamos pensar que estamos ante el enésimo proyecto de comedia "moderna" por episodios, que aquí tiene a Juan Cavestany como gran y reciente ejemplo, pero el guion va más allá, saca del encasillamiento a sus personajes y nos regala algunos momentos impagables, y lo que es mejor, que funcionan por autonomía de recursos. El primer vecino sufre un ataque y vuelve a su casa en silla de ruedas, por lo que, avergonzado, sólo sale de madrugada para alimentarse de las patatas fritas de un hospital, donde conoce a una enfermera de guardia cuando sale a fumar, y, emulando al Eastwood de LOS PUENTES DE MADISON, la convence de que es un fotógrafo del "International Geographic". Frente al piso del adolescente se muda una señora de mediana edad, intuimos que es una actriz que conoció mejores glorias trabajando con autores de alta intelectualidad, pero que ha cambiado su residencia por motivos económicos que jamás admitirá, aunque el chaval termine por cambiar su perspectiva vital. Por último, el astronauta, desorientado, llama a la puerta de una señora de origen argelino y que tiene a su único hijo en la cárcel; tras contactar con la NASA, ha de pasar un par de días en ese piso, donde la desarmante humanidad de la mujer consigue lo imposible: el entendimiento entre las dos personas más alejadas del mundo y la comprensión de que todos vivimos en un inmenso bloque de pisos, que es este planeta, solo que aún no hemos tenido la suerte de conocernos...
Saludos.

domingo, 8 de enero de 2017

Rincón del freak #253: "Juego de Frozens"...



A ver, que vengo mu malito de las navidades y estoy ya mu mayor para estas cosas. Me encuentro con THE HUNTSMAN: WINTER'S WAR y, curiosamente, emulando una novela cualquiera de K. Dick, tenía ya toda la película en mi mente, completa, simétrica, incontestable. Pero soy tozudo, y curioso, y además me gusta probar el caldo para constatar que está rancio. Aún le estoy dando vueltas sobre a quién le puede gustar semejante desfachatez, porque creo que los grupos demográficos revientan ante un batiburrillo sin pies ni cabeza, sin ritmo, con unas interpretaciones penosas y algunos momentos de ridiculez dignos de figurar en una antología de los razzie. E insisto: no veo ni a niños, ni a adolescentes, ni a garrulos amantes del "atodogas", ni a camisetistas de R.R. Martin, ni a exégetas del lavado de cara disneyano, ni a curtidos del colorín digital, a ninguno lo veo disfrutando de verdad con una película que simple y llanamente es mala de solemnidad, aburrida y la manera más imbécil de enriquecer a unos actores de primera línea (apunten: Hemsworth, Theron, Chastain, Blunt...) al tiempo que añaden un borrón considerable a sus carreras. A mí, que me lo expliquen, pero si esto es un conato franquiciable que no cuenten conmigo...
Saludos.

sábado, 7 de enero de 2017

La cabeza sobre los hombros



Si sorprendente fue la noticia del fallecimiento de Carrie Fisher, aún más lo fue el de su madre, la gran Debbie Reynolds, sólo un día después. Reynolds ha sido, es y siempre será una excepcional actriz pegada a un papel, el de CANTANDO BAJO LA LLUVIA. Y por ello es una lástima perderse un puñado de magníficos trabajos suyos a lo largo de más de cincuenta años de actividad. Siempre ha estado injustamente catalogada como "esa joven pizpireta que canta y baila", cuando tiene trabajos tan sólidos como el que hizo en 1956 en THE CATERED AFFAIR, una de las mejores y más olvidadas películas de Richard Brooks, otro enorme artista al que nunca se ha reconocido como merecería. Y no se trata de una empresa fácil, Reynolds tuvo que brillar con luz propia a la sombra de dos monstruos, nada menos que Ernest Borgnine y Bette Davis, que literalmente revienta la pantalla en unos primeros veinte minutos magistrales y que ya le hubiese gustado dirigir al señor Iñárritu... Y es curioso, porque aparentemente estamos ante un drama familiar de aspiraciones modestas, y no ante un depurado ejercicio de estilo, pero se nota la potencia del texto original de Paddy Chayefsky y la ágil adaptación que hizo Gore Vidal para contarnos la historia de una chica de extracción humilde que va a casarse con un muchacho de familia bien, pero que han decidido tener una boda austera para no incomodar a nadiel, e incluso aprovechar el viaje de un amigo en coche a California como improvisada luna de miel. A partir de ahí, el excepcional guion nos introduce en ese puñado de vidas en alguna parte, que podríamos ser nosotros, y que podría ser ahora mismo; la madre sueña con darle una buena boda a su hija, ya que ella no pudo tenerla, mientras el padre ve esfumarse la posibilidad de poseer su propia compañía de taxis, tras veinte años ahorrando pacientemente. Sin levantar la voz, sin grandes alardes, pero con unos actores inmensos (por ahí estaba el mítico Barry Fitzgerald, desatadamente "fordiano"), Brooks conduce con maestría este pequeño gran film, una joya que merece la pena por su insólito maridaje entre crónica social y melodrama. Como si Cukor hubiese conocido a Loach, o algo así...
Saludos.

viernes, 6 de enero de 2017

Ettore Scola. Un italiano en Italia #3



En 1965, Ettore Scola se embarcó en un curioso proyecto impulsado por el inefable Dino de Laurentiis titulado THRILLING y que consistía en tres episodios, todos en clave de comedia negra y un poco estrafalaria. La primera, precisamente dirigida por Scola y titulada "El victimista", tenía a Nino Manfredi en el papel de un tipo bastante hipocondríaco y que percibe cada acto o palabra de su esposa (la bellísima Alexandra Stewart) como una sentencia de muerte. Es un Scola bastante primario y acelerado, pero a mí es el episodio que más me gustó.
El dirigido por Polidoro tiene el sugerente título de su protagonista, "Sadik", y es una miniatura pop acerca de un historietista y su mujer, enganchada a los comics. Sumidos en una crisis, él descubre la pasión de ella por el dichoso personaje, pese a su dudosa reputación con las mujeres, por lo que ambos ensayan una farsa, como si la mujer viviera realmente una aventura con el tal "Sadik"... Con impredecibles resultados...
El tercero, pese a ser a priori el más interesante, es el más banal, y presenta a un esforzado Alberto Sordi interpretando a un tipo bastante despreciable, un caradura que no respeta nada, y menos a las mujeres. Tras sufrir una avería, se ve obligado a quedarse unos días en un hotel, donde va a descubrir que quizá, por primera vez en su vida, él puede ser la víctima.
En suma, una curiosidad de la época, en la que estaban tan de moda las películas por capítulos, aunque no pasará a la historia, excepto por su trío protagonista y la oportunidad de ver a este incipiente Ettore Scola refinando su gusto por la comedia.
Saludos.

jueves, 5 de enero de 2017

Postulados para la violación de la realidad #13



Abbas Kiarostami conquistó la Palma de Oro en 1997 (compartida con Imamura) con una durísima película acerca de un hombre que quiere suicidarse. Y poco más se puede añadir al argumento de TA'M E GUILASS (EL SABOR DE LAS CEREZAS), un seco y cortante retrato de una personalidad acabada, desesperada, del que ni siquiera llegamos a conocer qué importantes motivos le han llevado a tomar una decisión tan drástica. La cámara de Kiarostami no se separa del rostro implorante de este hombre, mientras conduce en busca de alguien que le ayude a completar su misión, comprobando al día siguiente que finalmente el suicidio ha sido consumado y enterrándole. No existe un discurso moral, ni un pesado adoctrinamiento filosófico en este film, el director iraní parece estar interesado solamente en hacernos llegar la imposibilidad del ser humano para aceptar su finitud, y no sólo la propia, sino que el estupor es inherente a cada persona que el protagonista va recogiendo para explicarle su macabra propuesta. Cada uno tiene sus razones para no hacerlo, y difícilmente alguna coincida, pero Kiarostami recoge esa incomprensión y rechazo con la misma naturalidad que podría filmar un árbol o un camino zigzagueante. Y quizá no sea su película más redonda, y es seguro que hace veinte años había trabajos superiores compitiendo en Cannes, pero el sabor de estas amargas cerezas se queda pegado al paladar mucho tiempo después de su visionado.
Saludos.

miércoles, 4 de enero de 2017

Rivette escribe #18



Rivette accesible, juguetón. Rivette dispuesto, con menos máscaras y una visión más optimista del ser humano. HAUT, BAS, FRAGILE es otro envoltorio demoníaco, cierto, compuesto de una trama principal que se trifurca y expande hacia otros territorios, para hacer de su argumento un juguete jaspeado de emociones y que va desde el musical "diegético" hasta la intriga detectivesca o flirtear (y esto es raro) con esencias desentrañadas directamente de las heroicidades de la Nouvelle Vague; porque pocas veces se vio a Rivette tan embriagado por una época de la que luego renegó todo el tiempo, hasta el punto de rescatar a una Anna Karina francamente deliciosa. Se trata de una película para disfrutar con los cinco sentidos, dejarse llevar por las situaciones absurdas y los trampantojos que, efectivamente y a conciencia, no llevan a ninguna parte, o al menos a ningún lugar común, sino a un lugar secreto del que sólo el propio Rivette poseía la llave. El problema es que pocas veces ha estado tan dispuesto a abrir y dejarnos pasar, y merece la pena echar un vistazo a sus imágenes, a sus canciones, sus mujeres y sus fragmentos de felicidad moderada...
Maravillosa.
Saludos.

martes, 3 de enero de 2017

En manos del estilista



Se me hace especialmente complicado hablar un poco sobre Carrie Fisher, teniendo en cuenta que tengo comentada toda la saga de Star Wars y su trayectoria como actriz ha sido, como mínimo, discreta. Otra cosa sería hablar de su semidesconocida faceta como escritora, de cine y de lo otro, pero eso va a tener que ser en otro blog. Yo rescataría (por lo curioso) el que fue su debut ante las cámaras en SHAMPOO, de Hal Ashby, una película que el tiempo ha tratado injustamente (no así por la Academia, que la multipremió) y que está repleta de equívocos, por lo que me atrevo a afirmar que casi nadie ha entendido, ni siquiera los que en su momento la apreciaron. SHAMPOO no es una comedia, y esto es importante, puesto que todo lo que contiene parece estar dispuesto para que así sea, pero ni su tono, ni sus diálogos, ni su puesta en escena encajan en una comedia, sino en un ácido y nada complaciente fresco sobre la mezcla de intereses en la era Nixon (la campaña de su elección sobrevuela todo el metraje). Luego, es un film de 1975, pero lo que cuenta sucede casi una década antes, y ya lo dijo Truffaut (si no me equivoco): "Es más fácil ubicar una película hace 300 años que seis o siete"; es una película sobre los sesenta contada desde el desencanto de los setenta. Además, el aspecto de Warren Beatty y su actuación desmañada no ayudan precisamente, y cuesta ubicarlo con un secador en las manos. El punto fuerte es el endiablado guion de Robert Towne y la anárquica dirección de Ashby, causando un extraño efecto desorientador en el espectador, que quizá esperaba otra cosa y no los avatares de un adicto a las mujeres de usar y tirar. SHAMPOO no se ceba con nadie en particular, sino que otorga a cada personaje sus propias razones para hacer lo que hace; el trío femenino abarca tres décadas, desde la esposa del millonario que lo dejaría todo por irse con el peluquero, la velada señorita de compañía que intenta olvidarse del peluquero ahora que entra en la madurez e intentarlo con el millonario y la jovencita que inocentemente cree que el peluquero siente algo real por ella. Y todos hacen lo que hacen por algo, quizá porque no pueden hacer otra cosa, por ver en el egoísmo una tabla de salvación, o porque simplemente son mucho más estúpidos de lo que aparentan ser. El desenlace no puede ser más trágico y cortante, sin moralejas y sin reflexiones grandilocuentes, porque sólo hacen lo que pueden hacer...
Y, hombre, Carrie Fisher sale unos diez minutos con un vestido de tenis Lacoste, pero claro, está Julie Christie, maldita sea...
Saludos.

lunes, 2 de enero de 2017

Las que tienen que servir



Cerramos, por el momento, el repaso a las películas chilenas que se pudieron ver en la pasada edición de la Seminci con la que creo que es la más importante de todas, y desde luego la que con más firmeza ha hecho avanzar dicha filmografía a lo largo de todo el mundo. LA NANA es una película que descoloca al más pintado, y esa es su gran virtud, no permitir que el espectador se acomode en sus referencias, porque lo que se intuye es mucho más poderoso que lo finalmente mostrado. Esperaríamos un film lúgubre, tenso, repleto de imágenes duras; un poco en el terreno de Haneke y un poco en el de Lars von Trier, en el horror de lo cotidiano y en la negación de la bondad como principio activo de la discordia. La nana del título es Raquel, una superlativa Catalina Saavedra, que compone un personaje simplemente insondable, del que puedes esperar cualquier cosa, o nada en absoluto; una mujer que ha pasado media vida sirviendo en la misma casa, criando a los hijos de otros, negándose a sí misma la posibilidad de una vida propia y limitándose a ejecutar los mismos ritos con eficacia suma. Pero Raquel cae enferma, y los dueños de la casa contratan a una ayudante, y eso dispara el instinto de supervivencia de la nana, que intuye su posición en peligro, por lo que seremos testigos del oscurecimiento de su carácter, repleto de actos crueles, casi infantiles, en la manera que un niño defiende su espacio. Y, sí, todo parece indicar que la historia virará a ese terror psicológico de nueva hornada, pero Silva, coautor del guion, remata expandiendo el relato e incorporando elementos que no parecían ni tan siquiera latentes, acabando de forma más que sorprendente y que revela a su autor como un narrador de tremenda madurez e imaginación. LA NANA no termina como la película que podríamos esperar al principio, sino como una consecuencia lógica que luego sabemos que es parte indivisible de su personaje principal, porque precisamente es su evolución lo único que nos hace comprender a alguien que quizá no tenga interés en hacerse entender.
Saludos.

domingo, 1 de enero de 2017

Rincón del freak #252: El síndrome del Soldado del Imperio



Uno se hace ya mayor y se repite más que el ajo, pero no sé si antes había tirado de un tópico que a mí me gusta mucho y que a menudo me ha servido para darme cuenta de qué películas, por malas que fueran, merecían la pena y cuales no. Tampoco es muy original, y creo que el propio George Lucas lo ha dicho alguna vez: "Si tienes que dispararle a mucha gente, procura que no tengan cara". Algo complicado de encajar si por un lado tienes la violencia extrema del cómic original y por otro el cine cipotudo y baconiano (por el tocino, digo) de David Ayer, que se hace la pisha un lío y, qué quieren que les diga, para mí que el que se puso a dirigir fue Will Smith. SUICIDE SQUAD es un despropósito lo cojamos por donde lo cojamos, sea por las coletas del papel más ultramachista que he visto últimamente, por la imbecilidad de poner a un francotirador infalible que sólo se preocupa por hacer los deberes con su hija y no mata a nadie que se peine (vuelvan al título de la reseña) o por un Joker que ya ni se ríe... ¡El Joker no se ríe!... En fin, que este es un fiasco (otro) y de los gordos, y la DC lleva ya unos cuantos, y creo que hay un momento "agujero de gusano" curiosísimo e insólito en la historia del cine, en el que resulta imposible saber a quién nos apetecería aplastarle la cabeza con un yunque de herrero...
Ya saben, nada mejor que una sobredosis de colores saturados y sonidos chirriantes para el día después de Nochevieja...
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!