Mostrando entradas con la etiqueta Mel Brooks. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mel Brooks. Mostrar todas las entradas

domingo, 13 de octubre de 2024

Rincón del freak #617: Las bondades del cartón piedra


 

Por mantener esta semana con cierta coherencia incluso en domingo, acordémonos de cuando Mel Brooks sublimó la cosa esta del spoof con un western en el que un tipo llamado Heldy Lamarr quiere hacer pasar un ferrocarril por un pueblo, y para desalojarlo no se le ocurre otra cosa que nombrar sheriff a uno de los trabajadores negros, con la desgracia de que el tipo es más listo de lo que piensa, y junto a un pistolero borracho acabará por arruinar sus planes. BLAZING SADDLES ha pasado a la historia, más que por sus bondades cinematográficas, por pasarse por el arco del triunfo toda la mitología del género, para terminar haciendo lo que más le gustaba, un vodevil repleto de números musicales, chistes absurdos y un apoteosis final que derriba la cuarta pared, la quinta y la sexta. Vista hoy, creo que tiene menos gracia que hace unos años, y algunos de sus chistes han envejecido regular, pero también es justo reconocer que Brooks ha sido uno de los comediantes más irreverentes de todo Hollywood, y en sus películas se salvaba poca gente. Verla hoy necesita un poco de indulgencia y relajo moral, pero no es menos cierto que es otra de esas películas que te salva una tarde aburrida con muy poco esfuerzo, y por eso mismo la recomendamos...
Saludos.

lunes, 26 de septiembre de 2016

... Está... ¡vivo!...



... Pues sí, vivo, o al menos de parranda, que es mejor. Tres meses me ha durado la locura de dejar esto, que no es mucho ni poco, pero a mí me ha dado para tragar lodo y hacerme sabio, por estricto orden de inmanencia. He descansado, me he cansado por otros motivos, he visto cine, he visitado algunos bares y me he dado cuenta de que nada era lo mismo sin todos ustedes, así que habrá que engrasar otra vez esta vieja máquina de escribir... Y comprendan el eufemismo...
Y qué mejor retorno que recordando al recientemente desaparecido Gene Wilder en su aparición más antológica y celebrada, la del Doctor Fronkonsteen (creo que era así) en YOUNG FRANKENSTEIN, la que la Historia ha colocado con toda justicia como la gran película del siempre irregular Mel Brooks. Vista hoy, 42 años después, el desparpajo con el que Brooks y Wilder acometieron la inmortal obra de Mary Shelley consigue que su irreverencia se torne inventiva y desbaste el humor grueso, escatológico, decididamente machista, en pos de una inacabable sucesión de gags a cuál más divertido. Wilder, que siempre tuvo ese rictus chapliniano entre la sorna y la piedad, ejecuta su papel más matizado con la réplica perfecta de un inolvidable Marty Feldman, que parecía haber nacido estrictamente para interpretar a Igor. El monstruo, en este caso, era lo de menos, aunque la escena del baile a lo Fred Astaire vaya más allá de lo hilarante; pero por allí aparecían algunos actores geniales, como Kenneth Mars o un irreconocible Gene Hackman, por no olvidarnos de una "relinchante" Cloris Leachman o Madeline Kahn, transformada en una extática "novia" del monstruo que entonaba el Himno de Batalla de la República... Una película, en definitiva, cuyas piezas encajan a la perfección y que se mantiene en perfecto estado de forma precisamente por su estupendo trabajo de montaje, la fantástica fotografía en Blanco y Negro de Gerald Hirschfeld o lo mucho que se cortó Brooks para que en lugar de una joya del cine satírico no hubiésemos visto un chiste de Arévalo demasiado largo...
Saludos.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Rincón del freak #7: Tíos con leotardos por el bosque



Bien, como no podía ser de otra manera una vez llegado el domingo, y teniendo en cuenta lo extenso del monográfico dedicado a la figura de Robin Hood, nos hemos topado por el camino con esta sección tan entrañable que nos presenta todas esas películas que quizá no nos atrevamos a admitir que hemos visto, pero que sí, que las vimos en su momento. Y es que hasta el arquero de Sherwood tuvo su parodia en clave estrambótica justo cuando parecía vivir su momento más álgido, a principios de los noventa y con el estreno simultáneo de los títulos que presentaremos en los próximos días.
No hay mucho que contar acerca de ROBIN HOOD: MEN IN TIGHTS, excepto su carácter chusco, repleto de chistes gruesos y sin el menor sentido de la vergüenza. Mel Brooks, de cuya controvertida filmografía hay al menos dos o tres títulos más que destacables, desbarra aquí de lo lindo amalgamando un puñado de sketches que traspasan la mera incorrección política e ingresan directamente en el escupitajo homófobo, racista, machista y lo que es peor, vulgar. Me gustaría poder destacar algo, pero juro que me obligué a volver a verla hace un par de semanas para poder escribir esto y reconozco que me produjo un sentimiento de una sola dirección: estupor.
Así que ésta "cosa" ni pienso recomendársela a nadie ni me extiendo más, que me están esperando y tengo mejores cosas que hacer. Hala.
Saludos insalvables.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!