miércoles, 28 de febrero de 2018

Ojo por ojo



Los certámenes, premios, festivales y demás postureos y/u onanismos, cada vez me interesan menos, hasta el punto de que, efectivamente, me la sudan. Dicho esto, no sé si la triunfadora en los oscar de este año será THREE BILLBOARDS OUTSIDE EBBING, MISSOURI, pero el señor Martin McDonagh nos ha regalado, sencillamente, una película maravillosamente construida, planteada y rematada, lo que no es poco en unos tiempos de colorín sonrojante, donde hasta en las películas de Woody Allen hay CGI... ¿? Es necesario no ir al meollo del argumento para no destrozar la ruda delicadeza con la que McDonagh, autor asimismo del guion, utiliza dicha premisa principal para disparar la historia en múltiples direcciones, algunas francamente inesperadas. Nada ni nadie sobra en una amarga fábula acerca de la pérdida, una ausencia que notamos en cada detalle, en cada gesto y frase; y una certeza que queda explicitada desde muy al principio en los tres carteles publicitarios sobre los que gira, por increíble que parezca, todo el peso del film. Lo que vemos no son héroes ni villanos, vemos personas heridas, dignas, dispuestas a defender lo que otros han olvidado que era su deber; y cuando creemos haber identificado al malo, McDonagh es capaz de humanizar cada centímetro de la pantalla, y recordarnos que, a ojos de otros, quizá no seamos tan buenos... o tan malos.
Olvídense de los Coen, les digo. Podría despistarles ver a Carter Burwell casi rozando el larguero de MUERTE ENTRE LAS FLORES, tanto o más que la descomunal interpretación de una Frances McDormand que traspasa la pantalla, y que lo mismo no le dan un oscar que es suyo. No, porque McDonagh elabora su película más redonda precisamente obviando un montón de referencias obvias, y la que más se ha comentado es la de los autores de FARGO y similares. Yo, modestamente, creo que que sería más justo, o ajustado, hablar del mejor Eastwood, del dominio del matiz de un Melville, e incluso de un Capra que asoma tras esa comedia amarga que resuena tras una historia repleta de truculencias, algunas simplemente insoportables.
Véanla.
Saludos.

martes, 27 de febrero de 2018

Wajda. Brillo y dominio #26



PANNY Z WILKA (LAS SEÑORITAS DE WILKO), de 1979, es una de las cumbres narrativas de Andrzej Wajda, por su claridad, ritmo e intensidad dramática, diseminado todo ello en el idílico pero asfixiante marco de la casa familiar en la que habitan cinco abúlicas hermanas en la Polonia de principios de los años 20. El libro original de Jaroslaw Iwaszkiewicz narraba la llegada de un antiguo amigo de la infancia y las vacaciones, que vuelve inesperadamente tras combatir en la I Guerra Mundial y al enterarse del fallecimiento de otra hermana, de la que siempre estuvo enamorado. La llegada de este "extraño conocido" supondrá un acontecimiento que sacude las aburridas vidas de las mujeres, ya que o son solteras, divorciadas o presas de un matrimonio inservible. Y, como si del reverso calmado y reflexivo de THE BEGUILED se tratara, Wajda se muestra más íntimo y observador que nunca, atento a las miradas, insinuaciones y subterfugios de un Daniel Olbrychski impresionante en uno de sus papeles más memorables. La catarata de emociones que se desprende vacila entre la confesión arrebatada al desprecio de quien se sabe dominante, y resulta difícil adivinar si la intención del recién llegado es la seducción indiscriminada o más bien la búsqueda del reflejo de la amada muerta en cada hermana adulada y cortejada. Aquel año, Wajda logró llegar a estar incluso nominado al oscar de habla no inglesa; contribuyeron decisivamente a ello, además, la envolvente música de Karol Szymanowski y la esplendorosa y detallista fotografía de Edward Klosinski.
Magnífica.
Saludos.

lunes, 26 de febrero de 2018

Manual de lucha y libertad #13



MADRID, de 1987 (no confundir con el film de David Trueba), abundaba en la hibridación entre ficción y documental que Basilio Martín Patino manejaba como coartada a su alergia a las dramatizaciones innecesarias. Y de nuevo también el trasfondo de la Guerra Civil, la transición, la añoranza de la República en el Madrid de Tierno, ya fallecido; la Movida a retazos, las protestas de entonces, tan parecidas a las de ahora. Un fresco acaparador y agónico a la hora de engullir un presente, dejar constancia, casi premonitoriamente, de que la fiesta empezaba a tocar a su fin. El pretexto argumental es el rodaje de un documental sobre el medio siglo de la guerra para una cadena alemana, lo que permite conocer a Hans, que trabaja con un equipo español y que, a medida que se va impregnando del espíritu e idiosincrasia de la ciudad que filma, olvida el tono aséptico y neutral encargado por la cadena y cae rendido ante los poemas, las canciones y esa mezcla de dignidad, alegría y tristeza de la capital española. Luego está la enorme dificultad de naturalizar una ficción que termina resultando inane, y la pareja compuesta por Rüdiger Vogler y Verónica Forqué no desprende precisamente química, quedando como una anécdota más o menos interesante, y resonando mucho más las imágenes del trabajo mismo de documentación, filmación y montaje. Otra anécdota: el constane trasiego de personajes famosos a lo largo del film. Por allí aparecieron Antonio López, Javier Sádaba, Juan Barranco o diversos rostros de la ya agonizante Movida. Además, supuso el debut cinematográfico de la hoy ultratelevisiva Ana Duato, que en tres minutos de actuación le da tiempo a quedarse completamene desnuda y hablar un inglés deplorable... Cómo no...
Saludos.

domingo, 25 de febrero de 2018

Rincón del freak #302: El despropósito balcánico



Es simplemente imposible que salga nada mínimamente coherente de una incoherencia como THE RIFT, una película (y me estoy pasando de generoso) hecha en Serbia, cuyo delirante argumento (sigo tirando la casa por la ventana) gira en torno a una agente serbia cuyo hijo acaba de morir de cáncer, un agente americano al que habría que preguntar quién le sufragaba el desplazamiento, un profesor de algún tipo de ciencia desconocida que no para de toser y otro tipo que quizá sólo hacía relleno. Y todos se van a un lugar en ruinas donde pasan cosas que no se sabe qué son. A partir de ahí, los personajes andan despacito, sujetan la pistola con las dos manos y se asoman con cautela po las esquinas. Pero no pasa nada. Nada, excepto que sale un astronauta ahí parado y un niño enchaquetado que no habla. Terror en estado puro, vaya.
Se dice que David Lynch rodó gran parte de INLAND EMPIRE en Polonia... No sé si tiene algo que ver, pero ¿qué más da?...
Saludos.

sábado, 24 de febrero de 2018

Aquel pedazo de esta Europa



Vamos hoy con un clásico de los de toda la vida. TARAS BULBA partía de la novelita original escrita por Nikolai Gogol, aunque, para quien la haya leído poco o nada tiene que ver. Más centrada en los aspectos espectaculares, las batallas y los escenarios épicos, la United dejó el guion en manos de Waldo Salt y Karl Tunberg, que "omitieron" el corazón central de la historia original, básicamente el papel decisivo de los cosacos cuando en el siglo XVI apoyaron la ausa polaca para arrebatar lo que hoy se conoce como Ucrania a los turcos. Pero claro, es difícil cuando tu pareja protagonista la componen dos e los mayores iconos del Hollywood de entonces, Yul Brynner, impecable como gran jefe cosaco, y Tony Curtis, que, siendo francos, ahí no pegaba ni con cola como el hijo de Taras Bulba, pero cuyo tirón romanticoide se aprovechó, guardándole un montón de escenas empalagosas junto a Christine Kaufmann, que de hecho se convertiría en su esposa. Hay tres o cuatro escenas realmente espectaculares, como los saltos a caballo sobre el precipicio, la fiesta cosaca en la que se divertían paseando sobre un foso con osos o levantando caballos... Además de unas batallas con miles de extras en esplendoroso Technicolor. Uno de esos "grandes films menores", ideales para una tarde de Sábado, y que además contenía una imponente partitura a cargo de Franz Waxman, que no se llevó el oscar de 1962 básicamente porque un tal Maurice Jarre hizo algo para un tal David Lean...
Saludos.

viernes, 23 de febrero de 2018

Las entrañas del cineasta



¿Qué otro nombre podría usarse para resumir toda la carrera de uno de los directores de cine más famosos, influyentes y respetados de todos los tiempos? SPIELBERG es una apuesta tan ambiciosa como necesaria de la HBO, un documental elefantiásico, desbordante, intimidante de alguna forma, pero que, visto en perspectiva, muestra que no hay otra orma de acercarse a este gran cineasta. Grande, porque no debe haber vergüenza ni dudas en afirmar que así es, que Steven Spielberg ha sido, y sigue siendo, el creador de imágenes que con mayor verosimilitud entendió y asimiló los profundos cambios que la industria hollywoodense comenzó a experimentar a principios de los años setenta. Buena muestra de ello dan los valiosos y esclarecedores testimonios de aquel "grupo de mocosos" que formaron DePalma, Scorsese, Coppola, Lucas y el propio Spielberg; cuya insolencia y desenfado sacudió los cimientos de un dinosaurio condenado a reformularse o extinguirse. Hay tiempo para la intimidad, para comprender cómo influyó su situación familiar para decidirse a hacer películas, a lo importante que es el núcleo familiar para él (actualmente tiene siete hijos), pero lo más importante es el intenso y exhaustivo recorrido por su obra, cómo ha evolucionado de una forma natural, desde un contexto más íntimo hacia otro más espectacular, o al revés, o todo mezclado. Las películas de Spielberg no paran de comunicarse entre ellas, y se encuentran rastros inequívocos entre obras aparentemente antagónicas. Sus dos horas y media pueden resultar agotadoras, pero creo que Spielberg, los que nos consideramos seguidores suyos desde hace tantos años, merecemos una experiencia como ésta y poder disfrutar su cine desde un punto de vista aún más completo, si cabe.
Saludos.

jueves, 22 de febrero de 2018

Una cierta y relativa reformulación



Es poco dificultoso explicar THOR: RAGNAROK, sobre todo después de asistir a esa catarata de reformulaciones del género de superhéroes que hasta el momento compone el díptico GUARDIANES DE LA GALAXIA. El film de Taika Waititi está construido en base a una amalgama de sketches, montañas rusas narrativas y momentos cumbre inteligentemente diseminados por un metraje que, sin aburrir, se puede hacer estomagante para el no-fan. La jugada podía haber salido rana, la serie de comics dedicada al Ragnarok (el fin del mundo escandinavo) es sombría, épica, desesperanzadora y muy muy cruel; y lo que propone el director de LO QUE HACEMOS EN LAS SOMBRAS tiene mucho que ver con aquella gozosa y ultrairónica revisión del género vampiresco en clave bufa. Así que es mejor no esperar nada parecido al argumento original, que proponía el apocalipsis desatado por Hela (una brillante pero desaprovechada Cate Blanchett), la destrucción de Asgard y la definitiva ascensión al trono de Thor. Quizá resultaba difícil resistirse a irse a un planeta alienígena de colores chillones, música extemporal y chistes cubistas... ¿Les suena de algo?... Pues eso.
Es bonita, es ligera, es intrascendente y seguimos envidiando al bueno de Chris Hemsworth, pero el Ragnarok quizá merecía algo un poco más sobrio...
Saludos.

miércoles, 21 de febrero de 2018

Cuando fuimos los mejores



MICROBE ET GASOIL es uno de esos títulos destinados a permanecer indelebles en nuestra memoria sentimental... aunque todo depende de la edad con la que nos pille su visionado. El director Michel Gondry realiza un fascinante retorno a la adolescencia, a sus gozos, pero también a sus sombras, y lo encuadra todo en la emocionante amistad entre dos chavales que pasarían por raros, pero sólo porque son los dos únicos con verdadero talento de su clase. Uno dibuja, tiene un hermano punk, una madre "coelhiana" y no consigue ligar con la chica que le gusta porque aparenta menos edad de sus catorce años. El otro es un literato genuino, que rechaza las convenciones, lo vulgar, y que desprende generosidad por los cuatro costados. Ambos construyen un vehículo que es como una casa con ruedas, y se marchan en vacaciones a recorrer el país por su cuenta, lo que terminará siendo un viaje iniciático y de descubrimiento personal. Gondry lo filma con un tono nada relamido, acentuando donde corresponde, en la emoción incierta de tener una edad en que todo es posible, y al mismo tiempo todo parece a una distancia sideral. Una película que ha pasado injustamente desapercibida en nuestro país y cuyo sentido de la moral, el honor y la camaradería me remite directamente a un Robert Louis Stevenson, igual de seguro de que lo que cuenta es lo correcto...
Saludos.

martes, 20 de febrero de 2018

Wajda. Brillo y dominio #25



BEZ ZNIECZULENIA (SIN ANESTESIA), de 1978, abundaba en la fuerte crítica política que por entonces acaparaba todo el pensamiento artístico de Andrzej Wajda. Para ello, contó con la colaboración en el guion de la directora Agnieszka Holland, con la que construyó la figura de un famoso e influyente periodista, que luchó toda su vida contra la intolerancia y la falta de libertad, mientras su vida personal se sumía en el caos y la autodestrucción. Wajda confronta inteligentemente ambos aspectos y erige a su protagonista como un busto parlante y omnipresente en las pantallas de televisión, destrozando con su dialéctica un régimen opresor y gris. Después, en la "vida real", su mujer le abandona por un amante mucho más joven, sus compañeros de profesión le retiran su apoyo y la inquietud de la ruina económica ondea al final de una vida nada ejemplar. En lugar del héroe, Wajda, gran humanista, prefiere bajar a ras de suelo para observar las grandezas y miserias de sus personajes, que guían con sus actos y palabras un panorama arrasado y trágico.
Saludos.

lunes, 19 de febrero de 2018

Manual de lucha y libertad #12



Es complicado el visionado hoy día de LOS PARAÍSOS PERDIDOS, obra de transición (nunca mejor dicho) en la que muchos no han dudado en ver la genuina e inevitable continuación de madurez de las "nueve cartas". Sin embargo, el poso dramático (no digamos ya el estético) difiere por completo, y la deja en un preocupante abismo sensorial, donde es casi imposible detectar una intención legítima, por muy preclaros que sean sus motivos argumentales. Por dentro, Charo López (bellísima, pero como extraída de cincel) regresa desde el extranjero para reivindicar la memoria intelectual de su padre, fallecido en el exilio, y buscar financiación para organizar una fundación. Por dentro, Patino emplea el mismo conductismo de la voz en off, esta vez con el recitado del Hiperión de Hölderlin, que la protagonista lleva tiempo traduciendo, mientras de fondo suena "La Pasión según San Mateo" de Bach. La dificultad estriba en el concilio de lo sublime y lo terreno, en mostrar como naturales las cargas poéticas con unos diálogos a veces forzados por lo verborréico, y finalmente en aunar ambas vertientes en una sola corriente expresiva sin que rechine. El resultado es desigual, con la protagonista extenuantemente omnipresente y el resto de personajes gravitando con no mucho peso, y en algunos casos rozando el cameo.
Curiosa, desigualmente hermosa, hija bastarda de sus predecesoras y, sobre todo, una de esas películas que, en aquel momento de estridencias festivas, reivindicaba una intelectualidad sosegada pero firme.
Saludos.

jueves, 15 de febrero de 2018

Escribir el tiempo



¿cómo se puede filmar el paso del tiempo? ¿O el tiempo mismo? ¿Cómo puñetas se hace para que la imagen vista sea intemporal, y al mismo tiempo nos muestre el paso de los minutos, las horas, los años, los siglos?... Es un reto inalcanzable, creo yo, y así debe seguir siendo, pero nos quedan las emociones como manecillas desplazándose, la humanidad como segundero implacable, despidiéndose de sus propias huellas y celebrando lo irrisorio de su curso. Yo no puedo más que rendirme ante una obra maestra insólita, inabarcable y fascinante, probablemente, y sin que lo sepamos aún, una de las obras cinematográficas más maravillosas que un maestro como Marco Bellocchio ha tenido la gentileza de legarnos para siempre. SANGUE DEL MIO SANGUE no puede ser descrita, ni como fantasmagoría, ni como poema, ni como fino historicismo; si acaso, lo que más podrá acercársele sería la audacia y el anhelo de retener la imagen última, solo que a través de ojos que han visto demasiado. Tenemos brujas enamoradas, quizá condenadas por ello,pero mucho más pías y humanas que los hijos de puta que se dedicaban a ahogarlas, a quemarlas o emparedarlas. Tenemos vampiros que se han hecho viejos, y que creen ver rastros de glorias pasadas en un rostro joven, que le recuerda que, por mucho que se empeñe, ya no está ahí. Tenemos a las personas que creen estar haciendo lo correcto cada vez, mientras escriben un par de líneas de la Historia antes de diluirse, sin saber que casi todo ha sido erratas. Tenemos, en definitiva, una película inasible y abismal, pero curiosamente cálida y cercana, muy lejos de estratagemas puramente esteticistas. Y tenemos, de eso estoy seguro, a uno de los directores más importantes de Italia aún haciendo maravillas como ésta... No la dejen pasar.
Saludos.

miércoles, 14 de febrero de 2018

El mal en frascos



Ya tocaba una serie, aunque tenga que ser THE EXORCIST, el muy mediano (por ser benévolos) acercamiento al universo creado por William Peter Blatty, y más recordado por el escalofriante film dirigido por William Friedkin. No esperen encontrar aquí un genuino conflicto entre el bien celestial y el mal infernal, porque lo que propone esta producción de la Fox es apenas la traslación de aquella iconografía a un estadio mucho más confortable. Así, este "exorcista" contiene un esqueleto estándar tras sus (medidos) momentos de impacto; podríamos afirmar que con su estructura bien cabría una trama policíaca, una intriga política o hasta un superdramón familiar. Todo ello cabe, y todo le resta empaque a diez capítulos (no creo que me ponga con la segunda temporada) que narran el acoso al que el temible Pazuzu somete a una familia, cuya madre (una recuperada Geena Davis) alberga un pasado lleno de secretos. Los encargados de enfrentar al demonio son un exorcista británico que parece un viejo cantante de tecnopop y un aspirante hispano, que pasaría por galán de telenovela...
No sé, tiene algunos momentos entretenidos, pero la historia se alarga en exceso y la tensión queda relegada a tres o cuatro momentos concretos, pero que saben a un sucedáneo demasiado evidente, como si se supiera qué rodar, pero no tanto cómo rodarlo.
Sólo se la recomendaría a seriófilos impenitentes...
Saludos.

martes, 13 de febrero de 2018

Wajda. Brillo y dominio #24



CZLOWIEK Z MARMURU (EL HOMBRE DE MÁRMOL) ha pasado a la historia como una de las películas más controvertidas d su director; de hecho, pese a los reconocimientos internacionales, Andrzej Wajda apenas pudo distribuir esta monumental obra hasta pasados cuatro años de su realización. Su acerada crítica hacia el comunismo, toma forma aquí en la figura de Birkut, un albañil que en los años 50 llegó a ser un héroe nacional por batir todos los records estajanovistas, y que misteriosamente desapareció de la vida social polaca, sin que a nadie le preocupara lo más mínimo. La curiosidad infinita de una joven estudiante de cine, que intenta realizar un documental pese a todas las dificultades, es lo único capaz de rescatar del olvido a un hombre convertido en paradigma del totalitarismo, primero elevado a la categoría de héroe, pero desahuciado en cuanto mostró alguna disconformidad con las decisiones del régimen. Así, Wajda pone en paralelo a ambos personajes, y a lo largo de dos horas y media transforma lo que parece un mero trabajo de documentación cinematográfica en una disección sin piedad de la crueldad del comunismo. Él, repudiado incluso por los compañeros que defendió, lo perdió todo excepto la dignidad. La misma dignidad y constancia que son las únicas armas con las que la joven aspirante a directora sorteará todas las trabas y dificultades de un entorno que ni siquiera cree tomarla en serio.
Una de las mejores películas de Wajda y un film que se mantiene, como su protagonista, como ejemplo preclaro de la lucha contra la ignominia.
Saludos.

lunes, 12 de febrero de 2018

Manual de lucha y libertad #11



INQUISICIÓN Y LIBERTAD fue realizado en 1982, y constaba de abundante material bibliográfico, con el que una voz en off relataba el que ha sido uno de los pasajes más oscuros de la historia de España; su génesis tras la bonanza de las conquistas, la significación política y la alargada sombra de la que bien podría ser precursora de la policía política. Escritores, historiadores y teólogos dan su particular visión sobre una máquina de poder y control terrible, y cuyos crímenes han sido sistemáticamente silenciados, en una limpieza de imagen incomprensible. De nuevo atendiendo a esa España negra, más que inquietante, el director salmantino, acompañado de su inseparable José Luis García Sánchez, da una vuelta de tuerca más y ofrece un documental con muchísima más importancia de la que la oficialidad le ha terminado otorgando.
Saludos.

jueves, 8 de febrero de 2018

Una terrible infancia



En INCOMPRESA, Asia Argento logra un autorretrato nada complaciente, rozando la denuncia hiriente aunque sin llegar al despecho emocional. Si su infancia fue así debió ser terrible, pero es encomiable que la hija de Dario Argento no se acomode en el exabrupto escabroso y prefiera construir una película con armas cinematográficas, que no es poco. Su mirada es perturbadora, a veces extrañamente incómoda, y es en esa incomodidad, en el rechinar de un mundo dominado por la superficialidad, donde brilla con luz propia Aria, que ve aplastada su sensibilidad extrema por un entorno que, efectivamente, no la comprende, sino que la escupe de un lado a otro. Un padre narcisista y engreído, una madre que parece recién llegada de alguna parte, unos amigos que se burlan de ella, unas hermanas que simplemente la odian. Aria es una niña obligada a crecer a toda velocidad, dejándose muchas cosas por el camino, pero entendiendo antes que nadie que las relaciones humanas (y muy probablemente las familiares) están asentadas en un crujiente adorno de hipocresía, maldades y egoísmo. La imagen de esa niña, incomprendida, pero también incapaz de comprender qué le está pasando y por qué, rodeada de adultos que apenas reparan en ella, es la foto fija de este sorprendente y necesario film, una declaración de principios o un exorcismo sin ánimo de ajustar cuentas, más bien con el propósito de ensayar la caricia de cicatrices que nunca llegan a cerrarse del todo.
Nadie que se sienta solo debería perderse esta maravillosa joya escondida.
Saludos.

miércoles, 7 de febrero de 2018

Trabajos de graduación perdidos



DIG TWO GRAVES es un ejemplo muy claro de lo que significa un debut a tientas, con magníficas intenciones pero resultados decepcionantes, sobre todo por lo mucho que le cantan las influencias, que la convierten en un remedo sonrojante de algunos (demasiados) títulos perfectamente reconocibles. Es una mezcla atropellada de western contemporáneo, drama generacional, intriga policíaca y thriller sobrenatural, sea esto último lo que sea. La intención del director, intuyo, es captar una cierta atmósfera, alternando unos flashbacks que aportan poco o nada a la inteligibilidad de una trama sorprendentemente confusa, puesto que no tiene un desarrollo complejo, sino que se limita a repetirse hasta lo humanamente soportable. Hay pasados oscuros, sortilegios arcanos, personajes estrambóticos y otras cosas sin importancia. Los actores tampoco ayudan mucho a la credibilidad, excepto Ted Levine, un buen actor con pocas oportunidades de lucirse, pero tan pésimamente dirigido que parece estar recitando los diálogos de un film de los Coen... Sin los Coen, claro.
Apenas la recomendaría para cinéfilos impenitentes.
Saludos.

martes, 6 de febrero de 2018

Wajda. Brillo y dominio #23



UMARLA KLASA (CLASE MUERTA) fue un impactante experimento que Andrzej Wajda llevó a cabo en 1977, un innovador formato que mezclaba cine, teatro y televisión filmada en directo, y que adaptaba la obra original de Tadeusz Kantor. Con claras reminiscencias beckettianas, el complejo libreto hablaba nada menos que de la identidad polaca, tomando de partida la controvertida relación que los polacos siempre han tenido con las diferentes culturas y naciones que los han conquistado a través de los siglos. Una clase, pupitres; personajes duales, personas que portan maniquíes, o quizá sea al revés. Citas ininteligibles, a veces en idiomas inventados, por parte de un maestro que hace gala de su ignorancia, e incluso la pavonea. La nación reducida a la confusión de la arenga nacionalista; la oscuridad de unos alumnos que se lo tragan todo impávidos, pero no tienen la capacidad de asimilar ni analizar la información, entre otras cosas porque tampoco es una información que importe.
La expriencia merece la pena como inmersión conceptual, y, pese a tratarse de un metraje sumamente raro (apenas si se ha representado fuera de Polonia), puede encontrarse íntegro y con subtítulos en inglés en YouTube.
Saludos.

lunes, 5 de febrero de 2018

Manual de lucha y libertad #10



Pasaron los Goya, sin pena ni gloria. Vayamos con Basilio Martín Patino, que merece bastante más la pena. Y hagámoslo recordando RETABLO DE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA, obra cuasi conceptual que recogió, allá por 1980, gran parte del material de archivo que el director salmantino había venido utilizando regularmene; un material de valor incalculable y que cobraba un nuevo sentido al exponerse como un solo bloque, separado en segmentos que venían a significar la territorialidad durante la guerra civil, las diferentes batallas y, finalmente, el panfletismo de ambos bandos y la constatación de la vicoria del bando nacional (el documental se ciera con el inquietante certificado, firmado por el generalísimo). Un documental, como todos los de su director, que continúa teniendo absoluta vigencia, ahora como hace 38 años, cuando se exhibió en el Palacio de Cristal del Retiro.
Saludos.

domingo, 4 de febrero de 2018

Rincón del freak #301: Parodia y decadencia del torture-porn



La imagen de alguien atado a una silla, escuchando con expresión aterrada todo lo que su captor promete que le va a hacer, es cada vez más recurrente, casi como un recurso estilístico, que no sé si puede tener alguna connotación psicológica más allá de su sadismo y truculencia. Películas que contengan estas escenas las hay a millares, pero eso es una cosa y otra es apoyar todo el peso de una historia sobre eso; confiar en que la tensión y la extrañeza brotarán de esa desigualdad implícita, para convertirse en una sinfonía de lo explícito. Estoy siendo tremendamente generoso, porque el caso de hoy no hay por dónde cogerlo; porque aunque su arranque promete algo de interés, muy pronto se despejan las dudas: no hemos venido a presenciar un tortuoso y crudo análisis de personalidades extremas, sino a ver hostias, cortes, amputaciones, violaciones y otras cosas que les dejo a su imaginación. Es decir, WE ARE MONSTERS suple su infantil guion con escenas sumamente desagradables, y el resultado son 80 minutos que parecen cinco horas, y que no dan nada de miedo, pero sí te hacen replantearte en qué diablos estamos empleando nuestro tiempo algunas veces.
No, no la vean.
Saludos.

sábado, 3 de febrero de 2018

No sabemos nada de los otros



THE ONES BELOW es una película terriblemente desaprovechada, que podía haber sido un clásico contemporáneo, pero se limita a habitar lugares comunes que no pasan desapercibidos  para un espectador medianamente entrenado. Una típica casa de dos plantas británica sirve como escenario casi único para narrar la progresiva angustia vital de una pareja tras el nacimiento de su hijo. Antes, en los minutos clave del film, conocen a la pareja que se ha mudado abajo, con la particularidad de que ella también se encuentra embarazada. En una cena de bienvenida organizada arriba, un terrible accidente ocurre y los vecinos de abajo deciden irse indefinidamente, dejando una gran incertidumbre tras ellos. Es ahí donde el guion debía haber sido más valiente, pero cada paso dado anteriormente va induciendo a una percepción concreta, que luego es muy difícil de desmontar (o remontar), incluso con argumentos válidos. Se nota la influencia de Polanski, y muy tímidamente aparecen poses vagamente hanekianas, pero el debutante David Farr necesita un mayor empaque visual o un guion menos tramposo. Con todo, es de destacar la brillantez del cuarteto protagonista, curiosamente porque las dos actrices no son británicas, pero bordan sus papeles de madres más allá de la razón, mientras que Stephen Campbell Moore no le pierde la cara en ningún momento al inmenso David Morrissey, al que le bastan unos minutos para demostrar su talento.
Sin ser mala, deja un regusto a que podía haber sido mucho más.
Saludos.

viernes, 2 de febrero de 2018

Del miserabilismo



BRIMSTONE podría resumirse con una sola palabra. O cuatro. Historia de una maldición. Y creo muy necesario sintetizar de alguna forma que sea identificable la morfología cinética de una cinta que se extiende (necesariamente) hasta las dos horas y media, para realizar una pirueta narrativa que se trocea en cuatro partes que van progresivamente hacia atrás hasta la última, que cierra el círculo en tiempo presente. No sería justo limitar su extraordinaria intensidad al impresionante trabajo de los actores, encabezados por un terrorífico Guy Pearce y una superlativa Dakota Fanning, que impregna cada centímetro de la pantalla con un inacabable corolario de emociones, que van desde la dignidad al terror incontrolable, o un odio que casi puede palparse en su mirada. No obstante, el director neerlandés Martin Koolhoven (del que debo decir que no conocía nada) comete el error de rebajar la intensidad desplegada en su primer cuarto, donde se respira una incertidumbre malsana, que no permite al espectador saber a ciencia cierta a dónde se va a dirigir un relato que explosiona tan tempranamente, cuando aún quedan otros tres cuartos más de función.
Fanning interpreta a una mujer muda que vive junto a su marido, su hijo y su propia hija, ya que él está casado en segundas nupcias. Ella se dedica a ejercer de partera en su pequeña comunidad, pero la llegada de un nuevo clérigo la aterroriza con un terror que se ve incapaz de compartir y explicar, pero que la lleva incluso a plantear la huida hacia el lugar más lejos posible. A partir de ahí, la catarsis se interrumpe y el ritmo también, y aunque no se entendería en toda su amplitud sin los dos segmentos centrales, Koolhoven no es lo suficientemente hábil como para evitar caer en una cierta monotonía. Y, sí, no existiría sin esa obra imperecedera que es LA NOCHE DEL CAZADOR.
Si tienen tiempo, no se la pierdan.
Saludos.

jueves, 1 de febrero de 2018

Locura y empatía



Hace un par de años escribí aquí acerca de la grata sorpresa que me supuso CREEP, inclasificable mezcla de horror y mumblecore, con el genio creativo de Mark Duplass detrás y una considerable ristra de premios en el circuito independiente. No hubiese imaginado que el tándem Duplass/Brice se planteara la continuación a una película que dejaba pocos resquicios abiertos, pero lo cierto es que CREEP 2, aun manteniendo muchas de las constantes de su antecesora, abre un camino diferente e igualmente interesante. Lo primero que llama la atención es el concepto de base, pues ya sabemos que el personaje principal es el asesino, y no se nos oculta en ningún momento; pero tampoco a su (única) compañera en la función, una chica que busca desesperadamente una historia impactante para filmarla y relanzar su ignota página web. El juego psicológico propuesto es que intentemos meternos en dos cabezas y sacar nuestras propias conclusiones; desde el inicio, él le dice abiertamente que es un asesino en serie, aunque la veracidad de ello dependerá de ella, de si se quedará para filmarle y ganar un montón de dinero o cree que es un charlatán solitario que pretende engañarla. Ahí radica toda la fuerza de un film con montones de diálogos, en si el guion será lo suficientemente hábil como para enañarnos a nosotros, au disponiendo de toda la información.
Si lo que esperan es un festival de vísceras y truculencias visuales, será mejor que no la vean. CREEP 2 va un paso más allá, y consigue que por momentos sintamos una piedad infinita por un sociópata asesino... El problema es si él interiormente siente lo mismo por nosotros...
Saludos.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!