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sábado, 5 de junio de 2021

Sobre lo que nos hace iguales


 

Si hay algo que deberíamos aprender del visionado de WOLFWALKERS, no es otra cosa que su hermoso mensaje de hermandad, de comprensión mutua y entendimiento al "diferente". Incluso a través de esa fábula que se arriesga a parecer ingenua, pero que se coloca finalmente en el lado más incómodo, para que experimentemos en primera persona qué significa ser cazador o cazado. El extraordinario film de Tomm Moore va mucho más allá del relato épico de aventuras, por supuesto, y hace hincapié en un abanico de valores que nunca tendríamos que haber abandonado. Es la historia de dos niñas que no comprenden el mundo que les rodea, cada una a su manera, en entornos diferentes, pero con una actitud rebelde y contestataria, alejada de un conformismo organizado, aceptado e impuesto a mayor beneficio de los miedos con los que el señor feudal administra las miserables vidas de sus siervos. Robyn es de origen inglés, y junto a su padre ha de escuchar el desprecio de los otros niños, irlandeses, mientras sueña con ser una gran cazadora, y no acabar fregando una cocina. Mebh es una wolfwalker, un ser mitológico que habita las profundidades del bosque; medio loba y medio humana, encarna una filosofía de libertad y respeto por el entorno, aunque eso signifique mantenerse siempre ocultos en una especie de bosque secreto. WOLFWALKERS habla de todo ello, y pese a desarrollarse en un tiempo pretérito, sus temas son actuales, y nos inquieren sobre fronteras, murallas, miedos, incertidumbres, y de esa invisible ignorancia, de la que sólo podemos salir siendo un poco más esclavos, aquí y allá...
Saludos.

martes, 24 de marzo de 2015

Cuando las cosas cobran su sentido



Había otra joya escondida en las nominadas al oscar a mejor película de animación, otra película de excepcional factura artesanal, que contrasta significativa y enormemente con el nuevo patrón digital, que, cuando no hay una buena historia detrás, tiene sus carencias mucho más expuestas. Por ejemplo, debo decir que SONG OF THE SEA no es una historia que no hayamos visto nunca, desde luego, pero Tomm Moore vuelve a demostrar que su gran virtud no es complicarse la vida con el guion, sino poner éste al servicio de sus bellas, evocadoras ilustraciones. Se trata de una vuelta a los mitos celtas, con sus brujas, duendes, gigantes y el personaje central, una Selkie, que es una especie de sirena, mitad foca, mitad humana, y cuyo canto dota de orden a la naturaleza. La película es una gozada en todos los sentidos y para todos los sentidos, y creo que tiene mucho que ofrecer tanto a niños como a adultos, por sus deslumbrantes imágenes, casi de orfebrería, y ese gusto por ensalzar las pequeñas cosas que me recordaban tanto a Miyazaki. Con ésta y EL SECRETO DE KELLS, Tomm Moore tiene conquistada ya su posición en el complejo mundillo de la animación, donde casi nadie se pone de acuerdo sobre nada, así que seguiremos esperando su próximo trabajo con avidez.
Saludos.

sábado, 28 de abril de 2012

El secreto mejor guardado



En 2009 se presentaron a los oscar, sección animación, tres maravillas del cine como fueron (son) CORALINE, FANTASTIC Mr. FOX y UP (a la postre, ganadora y que incluso estaba nominada como mejor película, a secas); sólo así puede explicarse que una barbaridad como THE SECRET OF KELLS quedase en un lugar profundamente secundario. Coproducida por Irlanda, Francia y Bélgica, se trata de una típica fábula de las que tanto gusta en la tradición gaélica, que transcurre nada menos que en el siglo IX y que narra las aventuras de Brendan, un joven monje que asiste con estupor a la inminente llegada de los vikingos a la fortificación de Kells, por lo que todos sus habitantes tendrán que ponerse manos a la obra para construir una muralla que, sin embargo, nadie confía que pueda ser suficiente para contener el brutal ataque. Brendan, que está siendo adiestrado en el arte de las miniaturas ilustrativas, se internará un día en el bosque siguiendo a un extraño ser mitad lobo mitad niña, y descubrirá un secreto que podría cambiar el curso de los acontecimientos, aunque nadie en Kells le crea, puesto que se trata de un mito muy extendido pero de poca credibilidad. La historia ya de por sí es fascinante, está contada con buen pulso y prescinde de las habituales tonterías infantilistas que suelen poblar este tipo de cine, pero además es que se trata de un trabajo estilístico inaudito, fuera de los parámetros actuales del 3D (yo lo llamaría "celebración de las dos dimensiones") y con un uso del color que personalmente me dejó pasmado. No me la esperaba, sinceramente, y no albergaba grandes expectativas, he de confesarlo; pero voy a remediarlo en la medida de lo posible recomendándola vivamente y esperando, ya con impaciencia, la posibilidad de una nueva colaboración entre estos dos directores, de quienes prometo colgar algo la semana que viene, así que quedan avisados.
Saludos de leyenda.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!