viernes, 31 de julio de 2009



¡ME VOY DE VACACIONES!... ¡Y NADIE PUEDE IMPEDIRLO! ¡JAJAJAJAJAJAJA!...


... Seguiremos informando...

lunes, 27 de julio de 2009

Amor, contraste

Vamos a hablar hoy, diez años después de su estreno, de una película excepcional, basada en una novela magistral del genial Graham Greene ¿Qué podría salir mal?... Nada, supongo. Los actores están espléndidos, el relato mantiene la tensión y no decae, la ambientación está cuidada.
THE END OF THE AFFAIR fue la segunda adaptación de este relato de amor intemporal basado en la necesidad de ser libre para alcanzar la plenitud; pero sólo nos quedaríamos en la superficie de una historia de infinitos matices, dura y delicada al mismo tiempo, rabiosamente actual pese a necesitar del marco de la segunda guerra mundial, y más concretamente de los bombardeos sobre Londres. Aquí, se produce un intenso y desconcertante "juego" a tres bandas con el romance sostenido casi místicamente por el fogoso y liberal escritor interpretado por Ralph Fiennes y la insatisfecha pero dolorosamente leal esposa, una impresionante Julianne Moore nominada al oscar. Aunque me gustaría, ahora que puedo, resaltar al tercero en discordia, Stephen Rea (actor fetiche de Jordan) encargándose de un rol francamente complicado y que Greene sitúa en la novela casi como un alma en pena, el marido impotente y beato que ama con locura a su mujer pero se ve incapaz de satisfacerla, por lo que el encuentro entre éste y el escritor-amante (amigo a su vez) es un prodigio de sutileza narrativa, provocando la ira del personaje de Fiennes, que no entiende la tranquilidad y abnegación del marido ultrajado; el marido que comprende perfectamente que la felicidad que desea para su mujer sólo puede ser plena aceptando su propia derrota. Todo ello salpicado de esa dualidad Fe/Falta de fe que es una temática casi omnipresente en el complicado imaginario de Greene.
Notablemente superior a la versión de 1955 de Edward Dmytryk (mucho más recatada y complaciente que la de Jordan), THE END OF THE AFFAIR supone un paso adelante a la hora de enfrentar el relato clásico con las armas actuales; sin renunciar a la potencia de la narración y explotando recursos visuales y sonoros. Esto se encuentra patente en la cruda e inolvidable escena de la casa bombardeada con los dos amantes dentro. Impresionante.
No cuento nada, sólo recomendarla para quien no la viese en su momento. Una de las mejores obras de su autor y posiblemente de toda la década pasada.
Saludos aventurados.

Galaxina

domingo, 26 de julio de 2009

Haciendo amigos

Porque sí, porque sé que en la blogosfera hay multitud de fanáticos de BEAUTIFUL GIRLS (He visto incluso blogs dedicados por entero a esta cinta...), así que no sé si va a caer bien o mal lo que viene a continuación.
¿De qué va BEAUTIFUL GIRLS aparte de mostrar el amor por los karaokes de Ted Demme? ¿de perdedores?, unos perdedores la mar de felices, en todo caso ¿De nieve y calefacciones en la pared? ¿De quitanieves conducidos por filósofos que además son perdedores y felices? ¿De matrimonios que no son tales? ¿De "qué solo estoy pero siempre estoy con alguien"? ¿De que las chicas guapas también se agarran melopeas de órdago como cualquier otro perdedor feliz, además de filosofar acerca de la soledad y la conveniencia o no del matrimonio? ¿O puede ser que Demme buscara una excusa para llevar a cabo su secreto inconfesable? ¿Sería éste nada menos que filmar a Natalie Portman patinando antes de la mayoría de edad? En cualquier caso, sin que pueda sonar a falso testimonio, se habrán dado cuenta de que me parece una película de lo más sobrevalorada; no mala, no. Mala es BLOW. Mala es LIFE. Mala es SNITCH. Mala es THE REF. Es decir, todo lo demás, TODO, que filmó. Y acabo con otra preguntita ¿Es entonces Ted Demme un buen director de cine? Creo que no. Ni siquiera se ha buscado un lugar en la posteridad al morir joven. Su legado ha sido un tanto anodino; esa retahíla de bodrios y un artefacto con la capacidad de encandilar a una generación que se quedó sin himnos generacionales. Y hasta eso nos cogió mayores.
Saludos mu bonitos.

Any second now

viernes, 24 de julio de 2009

No rebobine, por favor

Y Gaspar Noé lo volvió a hacer (búsquese crítica de SOLO CONTRA TODOS en estas mismas páginas), volvió a dividir a la crítica y al público; así que generó debate, no a una escala significativa, se trata de Noé, no Spielberg, claro. Pero en estos tiempos de asquerosa tibieza no está mal que te tilden de genio o de farsante, sin medias tintas. A la espera de poder ver su nuevo trabajo, grabado en Japón, hoy voy a hablar de su segundo film, otra vuelta de tuerca a la sinrazón y la iniquidad del hombre contemporáneo.
IRRÉVERSIBLE será recordada (lo que no es justo) por la escena que Noé enclavó justo en la mitad y que mostraba cómo un tipo violaba nada menos que a Monica Bellucci en un túnel subterráneo y a tiempo real, sin cortes ni cambios de plano. Una escena de unos diez minutos de duración y que habla a las claras de que Noé es un director que se la juega en cada plano, lo que a veces es magnífico y otras no tanto. Pero quedarse sólo con esta escena sería injusto y sesgado, precisamente porque no creo que sea lo más interesante de la narración, sólo algo que el director debía mostrar crudamente para que pudiésemos comprender qué significa exactamente una película que está contada al revés. La diferencia fundamental entre IRRÉVERSIBLE y, por ejemplo, MEMENTO es que aquí empezar por el final (y el título, claro) responde a la obsesión del franco-argentino por la angustia de que todo está escrito tal y como debe suceder y nada puede reescribirse, incluso en una obra artística. IRRÉVERSIBLE no es una película bonita, no, ni uno va a aprender lección moral alguna; su cometido es de otra naturaleza: golpear al espectador para que éste abra los ojos y vea un espectáculo de podredumbre instalado en esa "normalidad" que creemos vivir cada día. Ahora bien, esto no es BAD LIEUTENANT, y Noé alterna momentos de terrorífica intensidad con otros verdaderamente sonrojantes, de una pedantería pocas veces vista, sobre todo cuando los personajes tienen que abrir la boca y decir algo, es lo peor del film. Mejor le sale un Vincent Cassel enloquecido, en busca del autor de la violación como un caballo desbocado, amén de la crudísima y arriesgada apertura en el club de S&M gay, quizá lo mejor junto a un final desconcertante, como si de otra película diferente se tratase. Hay quien literalmente tuvo que taparse los ojos, estáis avisados.
Inevitables saludos.

Cursed sleep

jueves, 23 de julio de 2009

Carajaula vs Mamporrero Kid

De verdad que me aburro, sólo se me ocurre esa explicación para haberme puesto a ver T4 (y la llamaré así para no gastar más tinta de la necesaria). Dos horas de ¡Bum! ¡Catacroc! ¡Flash! en una de las cosas más incomprensibles que he podido ver últimamente; porque llamarlo película es insultar al director de fotografía que trabajó con Budd Boetticher o Nicholas Ray o al iluminador de Lubitsch o al montador de Frankenheimer, independientemente de su nombre, porque en realidad me refiero a la profesión y a un trabajo que va en busca de un fin más o menos artístico, porque no todo el mundo puede ser un gran artista, como Kubrick o Bresson, pero sí quedar como un profesional solvente y concienzudo, como Carpenter o Lumet. Por tanto, no es que T4 sea peor que cualquier otra basura salida del descomunal vertedero llamado "industria"; por no ser no es ni la más cara; por no tener no tiene ni al actual gobernador de California, al que recrean digitalmente en un final espantoso de los de verdad. Ver T4 es ver un videojuego donde no hay cabida a la sorpresa porque todo lo que ocurre ya lo sabemos de antemano, es la misma secuencia lógica de eventos que chisporrotean y brincan y logran mantener a una persona alejada de cualquier pensamiento crítico. Todo esto, aparte de conseguir que esté tardando más de lo normal en escribir esto, queda nítidamente reflejado en un desarrollo incomprensible, deficiente siendo muy benévolos y que llega hasta un final que me gustaría resaltar, porque yo no he hablado muy bien de artefactos como MATRIX, sin embargo, son cosas como ésta las que hacen buenas a otras, porque toda la ampulosidad que se le presupone a la saga de los Wachowski termina con un aceptable "tiremos la casa por la ventana"; sin embargo, después de aguantar una hora y media insufrible ni siquiera hay un final de traca... Qué va. Nos dicen que se ha desatado una guerra mundial entre hombres y máquinas (¡toma ya!), las máquinas cosechan a los humanos y se los llevan a un sitio que es como una factoría gigantesca, así que suponemos que aquello será la leche (insisto, en MATRIX había millones de bichos de esos)... No, sale un robot ¡UNO! ¡UNO! ¡UNO!... Me cago en la leche... ¡¿Que eso no es engañar?!...
Saludos... Voy por un trago de Marlotina...

Lisztomania

miércoles, 22 de julio de 2009

No soy yo, sino el que me mira desde el espejo

Philip K. Dick es el gran pope de lo alternativo, de lo alternativo como opción a lo oficial; siempre se ha hecho preguntas en sus excelentes novelas, donde nada es, ya no lo que parece, sino lo que se supone que debe ser. Y muchos de su legión de incondicionales piensa, no sin razón, que A SCANNER DARKLY es su obra cumbre.
La adaptación a la pantalla, tras años de infructuosos intentos, con nombres como Charlie Kaufman o Terry Gilliam sonando, recayó hace tres años en un director más taimado, menos poliédrico, aunque de sorprendente y variada trayectoria. Y Richard Linklater eligió la controvertida técnica del rotoscopio para dotar de un mayor aura de alucinación (si cabe) una historia que tampoco es tan complicada si se la despoja del artificio, que es mucho.
Más o menos, lo fundamental es la lucha del estado contra una droga que convierte a los adictos en paranoicos esquizoides; para ello, infiltra a una serie de agentes de los que nadie sabe la identidad (impagable el traje que usan para presentarse en público) y los vigila en su devenir con los drogadictos. Todo en A SCANNER DARKLY es retorcido, de doble sentido y bastante pesimista. El agente en cuestión resulta ser también adicto, pero como la mitad de la película los personajes están colocados pues tampoco sabemos qué ocurre en realidad y qué es una alucinación. De desarrollo irregular, el film es un escaparate de extravagancias, empezando por el personaje de Robert Downey Jr. o las extrañas visiones de insectos y demás; el problema es que no consigue terciar entre su lado más lúdico y el politizado, ya que se apunta una especie de conspiración gubernamental que en la novela está mejor equilibrada y en el film, que a veces es de una ligereza irritante, parece una broma privada del director.
Ya digo, no es tan complicada, sólo que Linklater no es un mago de los desarrollos; además hará las delicias de los frikis que pedían a gritos ver a Keanu Reeves y Winona Ryder en plan drogota.
Saludos de mi... esto, él...

A day

martes, 21 de julio de 2009

Borrador

Un par de aclaraciones y otro par de contradicciones, necesarias por otra parte, para evaluar convenientemente esta película que no es tal, sino un interesantísimo trabajo de graduación; si nos ponemos graciosos, incluso muy por encima de gran parte de la bazofia oficial estrenada cada año. El nombre de su director/aspirante/estudiante es J.T. Petty, que desde los diez años transcurridos desde este boceto en imágenes ya ha dado algunas muestras de su singular y nada acomodaticio talento.
Bien, la cosa en cuestión se llama SOFT FOR DIGGING y sólo unos cuantos han podido acceder a ella en pequeños pases y festivales cuasiamistosos. Es cortita (74-75 min.) y una paranoia absoluta. En clave casi muda (creo que la línea de diálogo abarca tres frases), cuenta de una forma inquietante la monótona vida de un señor anciano que vive solo con su gato en un apartado bosque y tiene algunas costumbres tales como ir a recoger el periódico que cada día le lanza un chico desde la bicicleta o tomar una taza de té en su destartalado porche. Sin sobresaltos hasta que un día al gato le da por escaparse y el tipo, enfundado en una estrafalaria bata púrpura, lo sigue a través del bosque. Al llegar a un claro, es testigo de una extraña escena: un hombre le da la espalda junto a un coche, del que sale una niña vestida de colegiala; el hombre agarra a la niña por el cuello en la imagen que ilustra este texto y el anciano, asustado, echa a correr. Hasta aquí se nos han mostrado unos treinta minutos de buen suspense narrativo, el problema viene dado cuando hay que seguir contando cosas y el contundente inicio deriva en una parte final deudora de un Sam Raimi de saldo totalmente prescindible.
De todas maneras, con sus defectos de principiante, supone un aceptable boceto de presentación para un director que luego, y siempre con nula distribución, ha firmado algunos trabajos verdaderamente interesantes. Recientemente pude ver THE BURROWERS, un curioso cruce entre western y horror que puede dar una idea sobre su prometedor futuro inmediato.
Saludos desde una ciudad donde hace cuarenta y tres grados, está nublado y ha empezado a llover... No digo más...

Disfruten del silencio

lunes, 20 de julio de 2009

Perrea, perrea...

Estamos, queridos indéfilos, en el puto corazón del verano; hay quien se tuesta sobre la arena, quien suda subiendo la montaña y hasta el que teclea nada más desayunar en casita... En fin...
Hoy está nublado y además flota un olorcillo indescriptible a causa del monumental desatasco que se está llevando en la plaza donde vivo, así que, como no sabía de qué hablar hoy, se me ha ocurrido dar alguna cabida a esos otros films que también he visto (nadie es perfecto, Lemmon dixit) y cuya calidad da hasta miedo tener que evaluar con un mínimo de criterio.
Así que hoy le va a tocar a OUTLANDER, el típico producto para no comernos mucho el coco con sandeces como "giro argumental" o "dirección artística"; ideal para ir cogiendo el sueñecito poco a poco o hacer la lenta y pesada digestión del gazpacho veraniego. Lo malo de todo esto es que, en un principio, ésta podía haber sido una digna película de acción al más puro estilo PREDATOR o ALIENS (la de Cameron), pero se le va toda la fuerza cuando hay más de un personaje en pantalla y además (válgame el señor) tienen que hablar coherentemente.
Para no extendernos mucho, la cosa va de que un señor (Jim Caviezel) se estrella con su nave del espacio y lo hace, claro está, en la Tierra, sólo que en la Escandinavia vikinga. Esto, bien conducido, podía haber sido una buena baza; extraterrestres y vikingos, hmmmmm... Pero no. A partir de los primeros minutos todo es repetición de una serie de fórmulas que en Hollywood se siguen exprimiendo obsesivamente. Hay un bicho que, probablemente por falta de presupuesto, sólo se ve difusamente, y que parece un tiovivo con dientes... El chaval del espacio exterior ha llegado para salvarle el culo a John Hurt (sí, sí, créanselo) y compañía, mientras asistimos a unos festejos vikingos la mar de entretenidos, con mucha cerveza y mucha pelirroja buenorra. Total, que si uno ha logrado llegar a la última media hora, los personajes ya habrán dicho aquello de "¡La batalla final!", pero lo único que realmente queremos es que se acabe ya el engendro para poder ver ACCATONE y QUERELLE; porque, al fin y al cabo, nos gusta el cine ¿no?
Saludos desde los fiordos.

Voice of the sax

domingo, 19 de julio de 2009

Películas que me hicieron temblar #6

Con la dudosa duda de dar por terminado aquí el monográfico más extraño de los que he acometido hasta ahora o continuarlo la semana que viene, llegamos hoy hasta la peor clase de cine, al menos el más irritante: el pedante.
Y eso que seguro que películas como KEN PARK han contribuido a que una legión de monstruitos sin oficio ni beneficio hayan llegado a creerse realmente que les gusta esto del cine, aunque sólo hayan visto cosas como ésta.
Acojonante; y si no, atentos.
Comienzo: un chaval patina por esos sitios tan chulos de California (digo yo) y, en un momento dado, se para, mira a izquierda y derecha, saca una pistola, sonríe y se pega un tiro...
Así empieza. Luego, otro patinador, pero anillado, llama a una casa, le abre una niña y entra; la madre, una especie de conejito Playboy, le hace pasar al dormitorio y cierra; seguidamente hay una escena con un cunilingus y nos enteramos de que se está acostando con la madre de su novia. Hay otro chaval, que curiosamente está loco por los monopatines, que es insultado por su padre, que bebe una media de cincuenta cervezas al día y por las noches se va con un colega a buscar putas. El padre le llama maricón, pero una noche intenta violarlo... Hay una chica que vive con su padre viudo y que tienen una estricta formación religiosa; cuando papi no está, ata a su novio a la cama y mantienen unas amenas charlas acerca de la reproducción humana; además, sin saberse muy bien por qué, al final de la película, se acuesta con el anillado y con el insultado, a la vez, aunque no se ven en todo el metraje, pero muchos pajilleros habrán visto este engendro sólo porque había escenas como ésta. Pero lo mejor de todo es un tipo (ninguno pasa de los 17, seguro) que ya es la monda; vive con los abuelos y casi nunca sale de su cuarto, donde pasa el tiempo viendo tenis femenino con un perro cojo. Un día le da por imitar a David Carradine y se hace un soberano pajote (filmado en primer plano) mientras se autoestrangula con un foulard... La abuela suele entrar en su cuarto sin llamar y el abuelo le hace trampas en el Scrabble, así que una noche coge un cuchillo y los mata... Jeje! Es todo tan destroyer ¿verdad? Qué chulo, con las casas prefabricadas al atardecer... y las pistas de skate...
Lo peor de todo esto es que a muchos les habrá picado la curiosidad y se pondrán a buscarla.
Ah, y Ken Park es el que se pega el tiro al principio, luego explican que había dejado preñada a la novia... En fin...
Saludos calidísimos.

Rincón exquisito

sábado, 18 de julio de 2009

Películas que me hicieron temblar #5

Los que me conocen lo saben. Mi TERROR visceral a las grandes masas de agua es capaz de sacudirme incluso a cientos de metros de la playa, por ejemplo. No es aversión al agua, no se vayan a pensar que las moscas son mis amigas; sólo cuando hay mucha agua, mucha mucha.
En ese sentido, me cuesta bastante ver películas cuyo desarrollo sea precisamente en un océano o mar... No, TITANIC no puedo verla entera por otros motivos más mundanos...
Así, tanto MASTER AND COMMANDER como por supuesto JAWS me han exigido un sobreesfuerzo psíquico considerable. Sin embargo, y pese a que títulos marítimos los hay y muchos, ha sido una modesta película de hace seis años la que más me ha hecho temblar a causa de esto que acabo de describir. Algunos recordarán OPEN WATER, cuyo inesperado éxito provocó que luego se rodara una prescindible segunda parte y cuyo argumento es tan simple como aterrador. Una pareja de yuppies agobiados se toma un "kit-kat" en las Bahamas haciendo submarinismo en alta mar; sin embargo, la lancha donde estaban el instructor y el resto de submarinistas comete un grave error y los olvida allí, en medio del océano... Dios ¿no es lo más aterrador que se pueda concebir? A partir de ahí, el director, un señor del que poco se ha sabido luego, peca de inexperto y pone a los dos abandonados a discutir de tonterías, como si estuviesen en el salón de casa. Lo mejor es que sólo dura hora y cuarto y que al final consigue transmitir un terror puro y primitivo, sin tirar de efectos especiales y enseñándole a los frikis que los tiburones no suelen atacar a las personas de primeras, pero que poco a poco les va "picando la curiosidad". No, no es muy realista un tiburón de 30 metros, pero sí un reducido grupo de escualos de metro y medio rondando por lo que podría convertirse en su cena.
Lo pasé mal, sí, pero me gustó ver una película que lo basa todo en una tensión creciente sin llegar a mostrar prácticamente nada truculento. Al final, la sensación de agobio e impotencia es verdaderamente angustiosa.
Saludos en remojo.

The gathering sky

viernes, 17 de julio de 2009

Películas que me hicieron temblar #4

Cuidado, los que van a temblar hoy son ustedes; ustedes, chicos y chicas ya talluditos, que viajan en pantalones sueltos y aromas de diseño. Porque ustedes también vieron TOBI... Sí, la vieron junto a Sabadabadá, La cometa blanca y Pista Libre... Siguen vivos, es cierto, pero su psique aún está afectada, y algunas veces tienen visiones de chalequitos rojos con el cuello blanco llenos de pelotillas, y el Frigodedo, el Frigopie y el Drácula, y los vaqueros Quenk de Modas Isabel con el dobladillo descaradamente de otro color, pantalones de siete años que ya no caben. Y la cartilla Rubio y los libros de Santillana, llenos de círculos concéntricos por fuera y cuadraditos naranja por dentro. Y el 131 de papá y el 1500 del abuelo... Y los Telefunken Palcolor y Verano Azul, claro... Pero antes de que todos lloráramos como idiotas con unos pijos en bicicleta, Antonio Mercero, un friki con vocación de persona normal, realizó uno de los films más descabellados e incomprensibles de la historia. Sí, era un niño rubito como los de los anuncios al que un día le salen alas. La imagen cenital del querubín corriendo en pelotas por La Gran Vía desierta es ya un clásico del bizarrismo cinéfilo y objeto codiciado de pederastas sin fronteras, porque hace treinta años estas cosas eran normales... La cosa estaba clara, exprimir la gallina de los huevos de oro, que era el niño al que ya habían explotado antes en LA GUERRA DE PAPÁ y del que luego poco o nada más se supo, y todo en base a un humor casposo y castizo, grueso de cojones, donde todo vale, hasta el niño cagándose en el casco de un policía o un científico que parecía salido de la Hammer, con collarín y todo.
¿Lo mejor? Un par de chistes, cuando el padre, con esa cara de Maxwell Smart, le dice a aquella señora que decía que era actriz y que se llamaba María Casanova que eso era por darle tanto pollo de comer al niño.
¿Lo peor? Todo lo demás. Brrrrrrrrrr!
Saludos emplumados.

Carmen Celeste

jueves, 16 de julio de 2009

Películas que me hicieron temblar #3

Muy de vez en cuando, en mitad de un inmenso océano de películas mediocres, prescindibles, asquerosamente rastreras, aparece un "elemento desestabilizador", como yo lo llamo. Muy de vez en cuando.
En una fantástica borrachera con mi amigo Charly, hará un par de meses, saqué a colación un film ciertamente extraño y que no podía quitarme de la cabeza; intenté darle una idea aproximada del torrente de emociones encontradas a lo largo de su metraje, pero me resultó de todo punto imposible y sólo pude hacerle un torpe resumen superficial. Bueno, y porque tuve un par y la vi en francés sin subtítulos, lo que no tiene demasiada importancia ya que no hablamos de una película "francesa" al uso, de interminables diálogos. No, diría que SOMBRE es más una experiencia sensorial fuera de lo común y que es capaz de evaluar si el espectador está preparado o no para dicha experiencia.
¿Y de qué va? Si nos quedamos en la superficie diríamos que SOMBRE no es más que otro tortuoso viaje al infierno personal de un asesino en serie... Sí, puede ser. Pero hay algo indefinible en su oscura fotografía, en su ansia por retratar parajes naturales obsesivamente, hasta lograr que algo bello nos parezca amenazador. Philippe Grandrieux, curtido en el mundo de la videoinstalación, coloca a un personaje fuera de todo discurso moral, un hombre que asesina prostitutas sin énfasis ni emoción, como si sólo pudiera hacer eso. Luego, este hombre, cuyo trabajo consiste en asustar artificialmente a los niños con sus marionetas (magistral la secuencia de apertura), conoce a una chica que le confiesa su virginidad y a su promiscua hermana; logra su confianza hasta que se revela brutalmente mientras se bañan en un lago. Seguidamente, inmoviliza a la hermana y se lleva a la chica a una especie de verbena en el pueblo, donde se emborrachan y bailan, pero no hay nada de festivo en ello, como si la tragedia flotase constantemente en el ambiente. Allí conocen a un par de tipos, ebrios también, que les llevan a casa de uno de ellos... Y entonces... me quedé literalmente pegado a la pantalla con una de las escenas más intensas que recuerdo haber visto. No, no tiene nada de especial, son sólo esos cuatro personajes, bebiendo, bailando el Bela Lugosi is dead, en un juego oscurísimo de rechazo y flirteo que acaba con el asesino defendiendo a la joven de una posible violación y recibiendo una brutal paliza, mientras ella aprovecha para huir y liberar a la hermana.
Al final he tenido que echar mano de la narrativa (algo que uso poco) para poder plasmar todas las sensaciones derivadas de este film duro, áspero, inquietante pero fascinante; y es que es francamente complicado dar una idea aproximada del mismo a alguien que no la haya visto. Mención aparte es la nula distribución en nuestro país de este director que debutó hace doce años con la que nos ocupa, continuó con la también inédita LA VIE NOUVELLE y acaba de estrenar este mismo año su nuevo trabajo, UN LAC, que se pudo ver en Las Palmas.
Es cine incómodamente necesario o necesariamente incómodo. No para cualquier espectador, desde luego.
Saludos en la sombra.

Marquee moon

martes, 14 de julio de 2009

Películas que me hicieron temblar #2

Adivina adivinanza... ¿A qué película pertenece esta imagen?... Difícil ¿eh?, pero seguro que se les habrá ocurrido alguna peli de estas de intrigas políticas o de invasiones multitudinarias... Pero no, nada de eso; este fotograma tan típico y tan tópico es de una película que me ha hecho temblar las dos veces que la he visto; y he temblado por algo que cantaba el gran Manolo Escobar mientras meneaba la cabeza con esa sonrisilla suya: "Todo es posible en Granadaaaa...".
Porque sí, porque hubo una película llamada 2001 que confirmó dos cosas: que la ciencia ficción puede ser arte y que Kubrick era un genio más allá de consideraciones mundanas. Y sin embargo, un señor llamado Peter Hyams, con una filmografía discreta, dedicada al entretenimiento sin complicaciones, decide que 2001, esa obra de mil interpretaciones, debía tener una continuación... La pregunta es inevitable: ¿una continuación de qué?, no había nada que continuar; incluso se trataba de una libre adaptación por parte de Kubrick de la novela El centinela, adobada con algunas naves y música clásica... ¿qué carajo de continuación? En 2010 (me cuesta trabajo hasta escribir el nombre) se hace buena esa impresión que los europeos tenemos de que la mayoría de los norteamericanos no se entera de la mitad de lo que pasa, ni falta que les hace, sino que se monta su propia historia según le convenga. Y Hyams decide que lo importante en 2001 era que la tripulación del Discovery había desaparecido y había que ir para allá a investigar... Así que Hyams tritura de un plumazo toda la parte inicial de 2001, la de los monos, la parte crucial, pero también la más enigmática ¿me siguen? Encima resucita a mi primo Hal y lo redime ¡Pero si era mu malo! Encima el prota era el pesao de Roy Scheider, un señor que no cambia el gesto de ligón del imserso aunque lo persiga un tiburón gigante. Y encima pone a Helen Mirren a hablar con acento ruso. Y encima repite el final de la otra pero liándolo todavía más, con Keir Dullea pasando de viejo a bebé por la cara. Como para no temblar... ¿Pero qué le pasó a este señor por la cabeza para hacer esto? Pero si ni Mel Brooks se atrevió con ella...
En fin. Saludos gravitacionales...

Knife

lunes, 13 de julio de 2009

Películas que me hicieron temblar #1

Bueno, pues de vuelta presento este nuevo monográfico que tiene poco de monográfico. Miren el título. No, no tiemblo con películas de terror, quizá con alguna, pero son otros motivos los que logran inquietarme de manera plausible ¿O no les da más miedo enfrentarse al tocho existencialista El ser y la nada que a cualquier cuento de S. King? Pues a eso voy, y durante esta semana me pienso estrujar la sesera para exponer los motivos por los que films aparentemente inocuos (no todos, claro) me hicieron, literalmente, temblar. Y qué mejor título para empezar que uno de esos "caramelos envenenados", mordaces, poliédricos y dotados de un humor con bastante mala uva.
El director Gary Ross debutó hará poco más de diez años con un título extrañísimo, inclasificable, y que, sin embargo, aparentemente, semeja no ser más que otro titulito comercial de la New Line con el que hacer una aceptable caja y, de paso, sacar una parejita mona y joven para la próxima década. Pues nada de eso, porque PLEASANTVILLE es un cuento de terror metafísico que exige del espectador una gran atención para no perderse entre sus infinitos niveles narrativos. PLEASANTVILLE es una aparente gilipollez, porque su premisa es la historia de un par de jovenzuelos que se introducen por la cara nada menos que en una serie de televisión estilo Peyton Place, para entendernos; de repente, están en una de aquellas aparentemente idílicas ciudades de los cincuenta, donde los chicos invitan a las chicas a tomar un helado y se asiste a misa de Domingo puntualmente ¿me siguen? Aquello es su mundo, su nueva vida... y además en blanco y negro; pero no sólo un blanco y negro visual, sino un blanco y negro vital, donde no existen los matices porque todo es una eterna repetición de una serie de valores establecidos por un único patrón de corrección robótica. El asunto es engañoso por su almibarado envoltorio, pero si podemos ver un poquito más allá los plácidos habitantes de PLEASANTVILLE son como autómatas o zombis, incapaces de tomar una decisión por sí mismos, lo que queda de manifiesto inteligentemente al "colorear" a aquellos personajes que han tenido emociones auténticas al haber entrado en contacto con los dos recién llegados; es donde entran las relaciones sexuales, el deseo o el odio y la furia, sentimientos que no existían en esta ciudad de cartón piedra. Personalmente, este extravagante cóctel me dejó un mal cuerpo bastante difícil de explicar, pues no está acostumbrado uno a que los yanquis se compliquen tanto la vida ni a que coloquen espejos en la antesala de la autocrítica. Lo cierto es que ha pasado el tiempo y PLEASANTVILLE sigue teniendo la vigencia de las obras arriesgadas, cosa no menos curiosa si tenemos en cuenta la escueta y errática carrera posterior de su director.
Saludos sin colorines.

Debonair

viernes, 10 de julio de 2009

Innisfree

Hoy, antes de largarme a la sierra, permítanme que les deje con una de esas películas que han hecho grande esto del cine; más que nada porque siempre echo mano de ella para cualquier contratiempo. A veces surge la pregunta molesta, inquietante "¿Cuál es la mejor película de la historia del cine?"... No, no se puede contestar a eso, no se debe, es inmoral; además, no creo que THE QUIET MAN sea "La mejor...", no hace falta, da igual. THE QUIET MAN es, simplemente, un manual, al servicio de quien pretenda dedicarse a ser director, sobre cómo hacer una obra maestra absoluta. Lo malo es que por cientos de veces que se vea siempre hay algo que se escapa a la comprensión humana, debe ser magia, pero John Ford era un irlandés borrachín y bromista...; bueno, era alcohólico y bastante cabrón... Lo que quiero decir es que ésta es la historia de un pueblecito irlandés y de un hombre que vuelve de América para establecerse en ese idílico paraje, pero topa con un tozudo rival que le pondrá las cosas difíciles; mientras tanto, se enamorará de una pastorcita de roja cabellera, que es al mismo tiempo indomable y sumisa. Sencillo, se ha hecho cientos de veces, pero John Wayne baja del tren y uno siempre espera a ver cómo se las ingenia el viejo maestro para arrancar el motor; y la escena inicial es vaselina auténtica, todo el film se desliza y encaja con perfección irrebatible. Encima, asistimos a una pelea filmada donde hay más elementos de comedia que de violencia y que termina siendo una secuencia de varios minutos. Hasta las escenas supuestamente románticas nos arrancan sonrisas, nunca ha sido Wayne tan tierno, ni tan patoso, ni tan determinado, pero ¿quién no caería rendido ante Maureen O'Hara? Sólo échenle un vistazo a la foto que ilustra esta reseña. Para rematar, en Innisfreee se bebe por los codos, es decir, que se bebe más que se habla, y se habla muchísimo, hasta Wayne es incapaz de mantener su seriedad ¿Hablamos entonces de una comedia?, no ¿De un western?, no, es en Irlanda ¿De un melodrama?... ¿melodrama?... Entonces ¿pertenece THE QUIET MAN a algún género? Francamente, ni lo sé ni me importa; puede que en este caso sean los géneros los que hayan caído rendidos ante la potencia narrativa de un genio, quizá el más grande genio del séptimo arte.
Y para estas vacaciones rescátenla si pueden, es una gozada.
Saludos desde el prado.

Tranquilo majete

jueves, 9 de julio de 2009

Mamotetro

Pues sí, señores, ayer fui a ver TETRO. No se equivoquen, TETRO no es de Coppola. TETRO es un monstruo de siete mil cabezas que gustará a unos y disgustará a otros. No busquen algo de Corleone o Kurtz, ni siquiera de Peggy Sue o Tucker... No, no hay rastro del Coppola que encandiló con su DRACULA o del que se arruinó con CORAZONADA. Pero entonces, se preguntarán ustedes, ¿qué carajo es TETRO? Bien, como buen film de personalidad múltiple, el magnífico arranque lo podría haber filmado Godard, o Garrel, o van Sant, o Kore-eda, o Ferrara... y luego la cosa va desembocando en una ligereza dramática que roza a Risi, McKendrick, Mikhalkov o (y esto es importante) Almodóvar, del que F.F. reniega casi obsesivamente y del que coge no pocos elementos para esta deslavazada histori(eta)a que pretende contar "una grande cosa" con humildad, paciencia e imaginación, y que termina con la inquietante sensación de que la telenovela sólo la elevó a la categoría de arte don Douglas Sirk. ¡Sirk!... ¡De Sirk a Coppola! El problema está en que esta historia, una vez vista, no le interesa a nadie, excepción hecha del propio Coppola; y se nota en el trazo grueso empleado con, por ejemplo, lo de que el padre sea director de orquesta. Es obvio ¿no? Los personajes están dibujados caprichosamente; Tetro es un tipo arruinado mentalmente en La Colifata (sí, la de la radio de Aquarius) y luego rehace su vida junto a la Verdú, que le animaba en su retiro... El hermano pasaba "casualmente" por Argentina en un barco que se estropea, qué casualidad, así que va a ver a su hermano, al que no ve desde hacía una enormidad. Y así, entre manuscritos que son geniales pero que Tetro no quiere que nadie vea, sesiones de cabaret de una cutrez sonrojante, confesiones a medio camino entre CELEBRACIÓN de Vinterberg y Pasión de Gavilanes ¿? o flashbacks en color (la peli es en B&W), llega el espectador medio exhausto, medio confundido, medio mirando de reojo a los otros valientes que han ido a las seis de la tarde a gastarse cinco euros, llegamos, como decía, a un final de traca que ha borrado de un plumazo toda la potencia dramática del principio y donde uno nunca hubiese querido ver a Carmen Maura, porque si Coppola quería humillar a una actriz pues se coge a otra y ya está.
Y nada, esto es TETRO; una película que no habla de nada en concreto, que sólo es capaz de parecer lo que de ninguna manera puede ser, más que nada porque Coppola nunca ha sido un buen guionista, ni siquiera para hablar sobre sí mismo.
Saludos de "la familia"...

Milonga del ángel

martes, 7 de julio de 2009

Para chuparse los dedos

Vamos con otra excentricidad, que para eso nos ponemos a escribir cuando más calor hace.
RAVENOUS fue una curiosa película dirigida por la británica Antonia Bird, hará unos diez años ya, y donde se abordaba el inquietante y tema del canibalismo. A caballo entre el western y el terror fantástico, la primera parte, magníficamente ambientada, nos muestra a una serie de personajes en constante conflicto, y destaca la buena descripción de los mismos, sin caer en tópicos facilones, lo que a la postre resulta beneficioso para entender algunos puntos oscuros ya al final. Todo gira en torno al descubrimiento de un escabroso asunto por parte de un capitán (Guy Pearce) que es enviado a un fuerte donde han sucedido "cosas extrañas". El encuentro de éste con un tipo sumamente extraño (Robert Carlyle) dará como resultado que éste le cuente a aquél cómo logró sobrevivir tras un aislamiento provocado por un alud y que duró semanas. Insisto en que la narración siempre intenta salir de lo opaco y no le importa dejar al descubierto sus cartas desde un principio, pues lo importante son los supuestos motivos que un hombre puede tener para dejar a un lado su moral y regirse solamente por sus necesidades físicas. Puede que la cosa esté un poco magnificada e incluso se roce la parodia "consciente", pero da la impresión de que la directora británica no quiere eludir el tono bufonesco, a lo que ayuda el excesivo Carlyle en un alarde de gesticulación, así como algunas situaciones casi surrealistas (al final, uno no sabe si lo que están comiendo es un sabroso venado o...).
De todas formas, se trata de un título que se sale de los gastados parámetros comerciales y, sin caer en la serie B, es capaz de resultar entretenida sin tener que caer en ridículas incongruencias. A tener en cuenta la extraña (también) e intemporal banda sonora compuesta al alimón por dos tipos tan opuestos como Michael Nyman y Damon Albarn.
Me suena el estómago, así que... saludos.

Ravenous, ravenous rhinos

lunes, 6 de julio de 2009

Suavemente me mata...

Hoy, tras dos merecidos días de descanso, voy a dar una nueva versión de mí mismo. Voy a demostrar varias cosas que parecían indemostrables. Que puedo hablar muy bien sobre cine oriental; incluso cine oriental del que quiere dar miedito; incluso de cineastas coreanos... o más o menos.
El artefacto capaz de obrar tamaña perversión intelectual es un curioso film firmado por tres directores y que se estrenó hace unos cinco años. Su nombre global: THREE EXTREMES.




En el primer capítulo, llamado Dumplings, el hongkonés Fruit Chan, director habitualmente insoportable y soporífero, entrega un "sabroso" mediometraje donde se cruza la tradición macabra de Poe con un insano gusto por lo escatológico. La trama, muy sencilla: Una señora adinerada acude a un barrio miserable donde se dice que hay una mujer que tiene una receta para la eterna juventud. La receta son los dichosos "dumplings", una especie de empanadillas albinas que crujen y que la buena señora (muy buena, por cierto) prepara en su misma casa. La sorpresa (bastante desagradable, por cierto) viene dada cuando la clienta descubre el misterioso relleno de las empanadillas... No cuento nada, pero concluyo con lo importante, que es haber visto al fin un trabajo dinámico y refrescante de este tipo, autor de barrabasadas tales como ese par de trilogías, de las que no conozco nadie que las haya visto enteras.





En el segundo segmento, titulado Cut, también temíame lo peor; nada menos que mi "adorado" Park Chan-wook, del que ya me sé de memoria hasta el nombre y apellidos. Es el más flojo de los tres, pero aun así, he de decir que me sorprendió el alarde de paciencia de este habitual del histerismo fílmico. Con un magnífico trabajo de puesta en escena, reducido a una sola habitación, el coreano comienza su relato de forma fascinante, con un recurso de "cine dentro del cine dentro de..." que tiene su continuación en un cuadro típico, por ejemplo, y para orientarnos, de la serie SAW; donde un tipo es obligado por un majara a cometer una serie de atrocidades para salvar los deditos de su novia, que es pianista. Todo muy calculado y muy retorcido, hará las delicias de los amantes de este tipo de cine. Yo, sinceramente, creo que es de lo mejorcito de su excesivo director






Pero lo mejor estaba aún por llegar. No soy seguidor del prolifiquísimo (más de tres pelis por año) Takashi Miike, ni sé exactamente cuáles son los parámetros de su cine, ni la calidad que le es atribuida por su legión de entusiastas. El caso es que su episodio de este todo, titulado Box, es una extrañísima y delicada pieza de cámara de la que no sabemos nada mientras transcurre, ni nos importa. Sólo vamos dejándonos llevar por esa atmósfera de ensoñación mientras observamos a una misteriosa escritora que entrega un manuscrito, una especie de sueño recurrente donde aparece un pequeño circo en medio de la nieve; un espectáculo igualmente extraño y delicado, con dos bailarinas de cortísima edad y un señor enmascarado que oficia trucos de magia en base a una caja. No intenten buscarle un sentido, da igual. Yo me quedé fascinado por esa manera de filmar tan marciana y con una narrativa en la que nada es lo que parece y sueño, realidad y pesadilla marchan de la mano, sin quedar nunca claro cuál es cuál. Por cierto, el final... el final es caso aparte. UNA BRUTALIDAD... Estoy abierto a sugerencias, porque en menos de media hora yo le había dado no menos de cinco significados diferentes.


Saludos por triplicado.

Extreme ways

viernes, 3 de julio de 2009

Cop shoot cop

James Gray es un valiente, de eso no hay duda. En un mundillo, el cinematográfico, y más concretamente el yanqui, los supuestos renovadores de los géneros (algo absurdo en su misma concepción) suelen escudarse en embrolladas tramas y complejos juegos de ingeniería para enmascarar una total ausencia de ideas. Gray, en cambio, se tira a la piscina y muestra su amor por los tipos que hicieron de este negocio algo grande. Debe mejorar, y mucho; al lado de sus amados Scorsese, Coppola o Peckinpah, James Gray aún es un aprendiz rebosante de vitalidad, con ganas de hacer cine "de verdad", pero con algunos puntos flacos que hay que señalar para no caer en un entusiasmo facilón. En WE OWN THE NIGHT se encuentran todos los vicios y virtudes de este prometedor cineasta. Su ambición, sin ser desmedida, es patente desde el comienzo, con una soberbia escena general en un club a finales de los ochenta, cuando las sustancias corrían sin problema y las guerras entre narcos y policías eran habituales. En esos primeros quince minutos queda perfectamente trazado el personaje de Joaquin Phoenix, un tipo que cada vez me convence más aunque siga esperando su "gran salto" particular. Phoenix regenta el club, propiedad de un simpático abuelete ruso, y realmente "posee" la noche, entre fiestas continuas, dinero fácil y Eva Mendes, que no actúa ni falta que le hace. En el otro extremo se encuentran el padre de Phoenix, un sólido Robert Duvall, y su hermano, Mark Wahlberg con su habitual cara de Airgamboy. Phoenix se encuentra atrapado cuando se produce una redada en el club y debe decidir de qué lado está. Como digo, la historia es lo suficientemente rotunda y está bien contada, así que no se hace larga, pero sí es larga; llegado cierto punto, uno tiene la dudosa sensación de que Gray no hace más que dar vueltas en círculos sin avanzar, así que la buena idea de partida acaba por desembocar en una parte final demagógica a más no poder y, ya en pleno mareo de "Nosotros somos los buenos y ellos los malos", para rematar, Gray se desinfla incomprensiblemente y acaba la película con un tiroteo que podría haber filmado tranquilamente Chuck Norris. Una sensación extraña, ya digo, porque un film que quiere ser grande se ve incapaz de crecer cuando sus influencias se hacen demasiado evidentes. Lo que equivale a decir: "¡Qué grandes siguen siendo Coppola y Scorsese!"
Saludos noctámbulos.

La noche no es para mí

Video de Video grabado en video... ¡Toma ya!


jueves, 2 de julio de 2009

Cegados por el sol

Confieso que SUNSHINE me pasó totalmente desapercibida en su momento (escasos dos años); lo cierto es que Danny Boyle lo tengo enfilado desde lo de THE BEACH, lo que vino luego y, ya para rematar, lo de los oscar. No la había visto y luego la rescaté por cosas que había leído en los blogs. La conclusión es la siguiente: Yo no compararía la ciencia ficción según Boyle con el espectáculo ruidoso de Hollywood, pero muchas cosas nos lo recuerda. Tampoco me iría de la olla y mencionaría a Tarkovski, que no, que no... Entonces, muchas dudas se esclarecen por sí solas. SUNSHINE pasó desapercibida porque era incapaz de contentar a unos y a otros; es un cine de entretenimiento que juega a ser inteligente y hasta esteticista y no una obra de arte para todos los públicos. La idea inicial, tan trillada como "Salvemos el mundo", está bien planteada y resuelta mientras la cosa está templada (nunca mejor dicho), pero llega un momento en el que el guionista debe dar un golpe de timón y hacer creíble y digerible una tontería como un hipotético viaje al sol. Encima, Boyle no puede evitarlo, corríjanme si no: El Sol se apaga y La Tierra se muere, la única opción consiste en enviar una tripulación al astro rey y soltar allí una bomba que lo reactive, o más o menos; la cosa es que de entre siete mil millones de personas no había otros que fueran más pazguatos (se equivocan constantemente), engreídos, violentos (¡Se acaba el mundo y se pelean como colegiales!) y terriblemente imprudentes. Que sí, que si no es así no hay intriga que valga, pero mi única duda tras su visionado fue: ¿Pero realmente hay que seguir gastando el dinero en estas cosas?
Saludos soleados.

Sunshine of your love

Vaya espectáculo, ya no se hacen temas así...


miércoles, 1 de julio de 2009

Sólo ofende el que puede

Pues sí, también en la excelsa cinematografía francesa hay de vez en cuando alguna que otra cagadita; así que hoy voy a ello y doy fe de que allá, al igual que acá, hay mamarrachos por doquier.
El año pasado, en Sitges, hubo una película que era la comidilla del festival; todos los años pasa lo mismo, pero la memoria, además de frágil, es selectiva. Se decían cosas como "La gente abandonaba la sala en estado de shock" o "Una experiencia intimidante". Vale.
La película es MARTYRS, como muchos habréis adivinado, y con un buen y efectista montaje de promoción, digamos que tuvo sus quince minutos de gloria; a día de hoy, creo que sería complicado encontrar a alguien que se acordara de este cúmulo de despropósitos.
Normalmente, cuando lo único que ofrece un film es sangre, tías en pelotas y más sangre y más tías en pelotas, puede suceder que alguien diga que es mala. La idea es sugerente, no original, y gravita sobre los mártires, aquí gente torturada sin motivo aparente por una serie de sádicos que disfrutan con ello. No hay mucho más, si acaso el típico momento que odio por encima de cualquier otra cosa y que consiste en que tras un baño de sangre la señorita en cuestión se salva por los pelos, pero en vez de salir por patas del sitio se queda por allí oliendo las sábanas que le recuerdan a su difunta amiguita. Sí, lo que haría cualquiera en su sano juicio. Como no hay ningún elemento verdaderamente original, el tipo que se llama a sí mismo director pega un plomazo de tres cuartos de hora en plan HOSTEL, o escena con Willis y Rhames de PULP FICTION, pero sin gracia ni salero, sólo una tipa en una habitación a la que regularmente va un maromo a darle caña... ¿cine?... No, ni por asomo. Ahora sí, venga a rodar cámara en mano, una cámara de esas modelnas donde se realza el brillo y el satinado de una camiseta sudada y manchada de sangre. Esto se hizo en Francia, que no todo va a ser Godard, Rivette ni Garrel... Hombre.
Saludos pero que muy martirizados.

Sevillanas Billy

Herederos del gran Silvio, de Veneno, de Pata Negra, los últimos irreverentes que ha dado esta tierra mía tan contradictoria... Los mejores mártires... los del compás... No ni ná...


... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!