Mostrando entradas con la etiqueta Chris Kentis. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Chris Kentis. Mostrar todas las entradas

sábado, 18 de julio de 2009

Películas que me hicieron temblar #5

Los que me conocen lo saben. Mi TERROR visceral a las grandes masas de agua es capaz de sacudirme incluso a cientos de metros de la playa, por ejemplo. No es aversión al agua, no se vayan a pensar que las moscas son mis amigas; sólo cuando hay mucha agua, mucha mucha.
En ese sentido, me cuesta bastante ver películas cuyo desarrollo sea precisamente en un océano o mar... No, TITANIC no puedo verla entera por otros motivos más mundanos...
Así, tanto MASTER AND COMMANDER como por supuesto JAWS me han exigido un sobreesfuerzo psíquico considerable. Sin embargo, y pese a que títulos marítimos los hay y muchos, ha sido una modesta película de hace seis años la que más me ha hecho temblar a causa de esto que acabo de describir. Algunos recordarán OPEN WATER, cuyo inesperado éxito provocó que luego se rodara una prescindible segunda parte y cuyo argumento es tan simple como aterrador. Una pareja de yuppies agobiados se toma un "kit-kat" en las Bahamas haciendo submarinismo en alta mar; sin embargo, la lancha donde estaban el instructor y el resto de submarinistas comete un grave error y los olvida allí, en medio del océano... Dios ¿no es lo más aterrador que se pueda concebir? A partir de ahí, el director, un señor del que poco se ha sabido luego, peca de inexperto y pone a los dos abandonados a discutir de tonterías, como si estuviesen en el salón de casa. Lo mejor es que sólo dura hora y cuarto y que al final consigue transmitir un terror puro y primitivo, sin tirar de efectos especiales y enseñándole a los frikis que los tiburones no suelen atacar a las personas de primeras, pero que poco a poco les va "picando la curiosidad". No, no es muy realista un tiburón de 30 metros, pero sí un reducido grupo de escualos de metro y medio rondando por lo que podría convertirse en su cena.
Lo pasé mal, sí, pero me gustó ver una película que lo basa todo en una tensión creciente sin llegar a mostrar prácticamente nada truculento. Al final, la sensación de agobio e impotencia es verdaderamente angustiosa.
Saludos en remojo.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!