Mostrando entradas con la etiqueta Mariano Ozores. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Mariano Ozores. Mostrar todas las entradas

domingo, 25 de mayo de 2025

Rincón del freak #649: Bingoooooooo!!!...


 

Tengo serias dudas para pensar que, aparte de Quentin Tarantino, haya alguien allende nuestras fronteras que haya visto LOS BINGUEROS. La misma certeza que nos habla de uno de los fenómenos de taquilla más morrocotudos del cine patrio, y por tanto una de esas películas "que conoce hasta tu abuela". Cine del destape, exploitation ibérico, exprimir hasta las últimas consecuencias a la pareja más famosa de aquella discutible transición, cuyo volumen de caspa fue tal que aún obtiene soterrados "homenajes", y creo que todos sabemos a quiénes nos estamos refiriendo. Dos caraduras, gilipollescos hasta la caricatura, con lamparón de brandy y salvado de Brummel, presentando eso tan nuestro del "pelotazo", esta vez a base de cantar líneas y bingos en locales de cenicero humeante y conejitas con peluca. Todo muy saludable, adornado con tetámenes y felpudos de pseudoactrices (sólo digo "Norma Duval" y me piro), para demostrar que lo zafio vende, aquí y acullá, pero aquí los que vendían eran Pajares y Esteso. Y, sí, básicamente esto es lo que le dio un nombre a Mariano Ozores, como les decía ayer...
Perfecta para un club de pajas entre amigos.
Saludos.

sábado, 24 de mayo de 2025

El placer de los guiones


 

Con casi cien años, nos ha dejado Mariano Ozores, nombre mítico de una sección de la cinematografía española que, si les digo la verdad, se me hace muy cuesta arriba defender, no por los valores que pudiese tener ese "cine del desarrollismo", sino por ejercer de incomprensible dique de contención a propuestas de mayor calidad y enjundia. Todo ello, sumado a una filmografía descomunal en tamaño, hace que mi homenaje sea pequeño, pero puede que sorprendente. Porque Ozores filmó en 1963 un película impresionante, sin duda la mejor suya, y uno de los más grandes ejemplos de cómo enfrentar la ciencia ficción sin efectos especiales, tan sólo con un puñado de buenos actores y actrices y un sólido y metronómico guion, por cierto obra del propio director. Quizá sea arriesgado tratar a LA HORA INCÓGNITA de cine de autor, pero a mí me parece una obra personalísima, que engancha desde su impactante premisa argumental, en la que un misil nuclear en pruebas se ha desviado de órbita, con el cálculo de que en pocas horas impactará en una población determinada. Lo que hace el film, muy acertadamente, es una semblanza a nivel personal de las pocas personas que se han quedado atrás en la evacuación, que sirve a Ozores para trazar un interesante retrato de una sociedad que, como queda de manifiesto, sólo mostraba su verdadera cara cuando ya no tenía nada que perder. Un borracho que ha dormido la mona en una zanja, un ladrón al que le puede la codicia, dos adúlteros que al fin se pueden ver a solas, una prostituta y un fugitivo de la justicia, una joven empleada de grandes almacenes y su tiránico jefe, dos genuinas "urracas" que aprovechan para cotillear las casas vacías de sus vecinas, y hasta un viejecito que busca a su gatito desaparecido. Aun con todas sus licencias (la censura y sus gilipolleces), carencias y tono semiteatral, es una película de verdad admirable por el clima de inquietud y desconcierto (ligeramente buñueliano en su tramo final) que es capaz de generar con una producción tan modesta. Y culmino diciendo a los que babeáis con la serie esa de los hongos, echad un vistazo a esta anomalía y os enteráis de cómo se escribe un guion en condiciones...
Saludos.

domingo, 19 de mayo de 2019

Rincón del freak #356: Aquellas joyas de la transición



Quienes sigan este blog desde una distancia temporal lo suficientemente prudente sabrán que no ha sido el así llamado "cine del destape" una de mis prioridades argumentales, pasando por el mismo muy de soslayo y casi podría decir que con algo de condescendencia. Es difícil enclavar la monstruosa producción que fue gestándose desde que el dictador Franco languidecía y se despedía tras cerca de cuatro décadas de restricción ultracatólica, pero tampoco me parece que el camino para sacudirse de encima a la censura tuviese que ser mediante un aluvión de guiones cavernícolas, señoritas desnudándose porque sí y comediantes que enterraban su talento teatral bajo líneas de subdesarrollo intelectual. En fin, sea como fuere, de vez en cuando me descuelgo con alguna de estas cosas, y una de las que más tirón tuvieron a principios de los ochenta (de hecho, sigue ostentando una de las taquillas más importantes de este país) es EL LIGUERO MÁGICO, una tropelía pretendidamente sainetesca, en la que se conjugaba el carisma de Andrés Pajares, una troupe de actores muy reconocible, un guion que emulaba al cine de terror clásico y un par de señoras a las que se les veía todo. No sé, es que es complicado ponerse a desgranar esto, sobre todo porque casi cuarenta años después sigue siendo legión la gente que alucina con este tipo de cine y lo defiende a capa y espada, para seguidamente esgrimir el poco edificante discurso de que "no todo a a ser Bergman". En fin, ahora que el sentido común y el talante reflexivo se encuentran bajo mínimos por culpa del asilvestramiento de los inacabables debates políticos, aquí les dejo esta "perlita", quizá hasta se sientan melancólicos viéndola...
Saludos.

domingo, 12 de enero de 2014

Rincón del freak #139: Cuando los despelotes dominaban la tierra...



Este es un curioso país, incluso para los que llevamos toda la vida en él y tenemos el culo pelao... que diría otro. Tenemos un rey que se ríe de la gente y la gente lo quiere. El Partido Popular saca mayoría absoluta y luego resulta que nadie le ha votado. Y LOS CHULOS es una de las películas más taquilleras de todos los tiempos y ahora resulta que es porque los señores y señoras de 1981 eran más estúpidos y tenían menos preparación que los de ahora; aunque la película más taquillera de "ahora" (como si el tiempo pudiese relativizarse hasta la paralización eufemística) es TORRENTE y secuelas. LOS CHULOS es un tipo de cine que sigue haciéndose, con otras caras quizá, sustituyendo nalgámenes y pezonzuelos por sarcasmo subrayado de extrarradio (Aída y toda la bazofia derivada), pero con el mismo espíritu alienador y cobarde. Claro que el término "comedia" ha sido capaz de maquillar la incapacidad discursiva de un trazo excesivamente grueso, pero no es menos cierto que el terror siempre proviene del espejo fijo ante nosotros, y ahí es donde debería comenzar una valentía que yo, sinceramente, no veo por ningún lado. Abominar de "esto" significa ingresar en una élite ficticia, tanto, o peor, que aborregarse en una vida muelle de chonis sin varices bajo el escote. Tanta culpa tenía Mariano Ozores como Jesús Hermida, o el 1... 2... 3..., o el deseo de que lo oculto cobrara carne repentina, pero no crean que hemos mejorado mucho, sólo hemos aprendido lo del "No compre sin Thom ni Son"...
Saludos.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Rincón del freak #77: Nuestro pasado volverá para recordarnos que fuimos imbéciles



Sí, es cierto; nunca en este blog había hablado de una película de Mariano Ozores. Las hay peores que las suyas, seguro, pero me repugna el cataclismo moral abierto no por la calidad intrínseca de un film, sino por el proceso de idiotización al que somete a su público. Las "fórmulas", en el cine, son un asunto muy viejo y muy sobado, y no pienso ir de algo que nunca he sido: purista. Pero hay un problema de base que me hace rechazar lo que para otros es "simpático folklore de evasión"; si no se piensa, no sólo se es un burro, sino que tarde o temprano impondremos esa misma burricie a nuestros allegados, hijos, empleados, y de la peor forma, que es tirando de demagogia barata. El artefacto del que tiraré hoy (sin extenderme casi nada) atendía al mentecato nombre de EL ROLLO DE SEPTIEMBRE, y pese a mamar de las ubres de la sospechosa High School Comedy yanqui, lo cierto y verdadero es que esta basura llega a límites insospechados de sordidez y cutrerío autoconsciente. Producida por el infausto José Luis Bermúdez de Castro, esta mamarrachada de "actores" doblados (mil perdones a los profesionales del doblaje) contenía a un grupete de adolescentes suprahormonados compuesto por la defenestrada Sonia Martínez en plan vissiosa y enseñando tetamen; un alfeñiquísimo y primerizo Gabino Diego; un paupérrimo Pep Munné; el enchufado Curro Summers; el "Piraña", A.K.A. Miguel Ángel Valero y una zarrapastrosa cohorte de muchachada cuasiinterpretativa, como las inefables y por suerte olvidadas Blanca Marsillach y Paula Molina. Y, para concluir este museo de los horrores ¿qué mejor que la dosis habitual de secundarios de cierto prestigio haciendo el chorrica? Por allí anduvieron Antonio Ozores, Juanito Navarro, Chus Lampreave (con cardadazo y todo) y al pobre José Luis López Vázquez picando de 9 a 5 para poder comer y caracterizado de "Ibañezco" director de escuela llamado, atención, Don Mamerto Calatañazor... Increíble. Pero no lo es menos escuchar, desde los fondos de catálogo de Belter, una espeluznante banda sonora a cargo de... ¡Bingo!, Míster Teddy Bautista... El horror... el horror...
Saludos en Súper 8 con mantecadas y cafelito bombón...

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!