Posiblemente "Beyond the sea" sea el mejor capítulo de esta T6 de BLACK MIRROR, y eso que Charlie Brooker enseña demasiado pronto sus cartas, mucho como para sostener la supuesta complejidad de una paradoja que pugna por llegar a "gran giro argumental. Es cierto que ese impactante final se ve venir desde prácticamente el principio, justo cuando existe la posibilidad de intercambiar truculencia por ambigüedad, y no es así. Sin querer desvelar mucho, estamos en una estación espacial, donde dos hombres se ocupan de su supervisión y mantenimiento. Al tratarse de una misión que se extiende durante más de un lustro, se usa una tecnología de última generación, donde unas réplicas perfectas ocupan el lugar de los dos hombres ausentes, pudiéndose "conectar" sus mentes. El problema sobreviene cuando uno de ellos sufre un terrible suceso, que cambiará por completo su vida; su compañero, al intentar ayudarlo, no será consciente de que complicará aún más la ya imposible convivencia en la estación. Es ingeniosa con reservas, y más tosca de lo que un relato distópico merecería prometer, y tampoco queda muy justificada su ubicación temporal, en unos años sesenta en los que se antoja complicado imaginar una tecnoogía así. Más allá de todos estos problemas, "Beyond the sea" se beneficia del que quizá sea el mejor trío interpretativo de toda la franquicia. El trabajo de Josh Hartnett, Kate Mara y Aaron Paul es muy superior a todo lo demás, y da cartas de nobleza a una serie que necesita cada vez más el soporte de caras reconocibles y reconocidas.
Muy buen capítulo, pero pide la complicidad del espectador como, por ejemplo, un Shyamalan descontando su propia cuenta atrás.
Saludos.