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martes, 25 de febrero de 2025

Errar el tiro


 

Ningún título más acertado para describir una película como THE GORGE, que se acaba de estrenar en Apple TV+. Una película con un planteamiento más que interesante, que se desentiende muy pronto de todas sus premisas, para convertirse en un catálogo de lugares comunes, todos prestos para satisfacer necesidades inmediatas, como comida rápida y sin complejos. Y si no, ustedes mismos: un abismo en ninguna parte, custodiado por dos torres a cada extremo, con un reemplazo anual de cada vigía, cuya misión no es cuidar de que nadie caiga, sino que nada salga. La idea es cojonuda, e incluso se le puede perdonar la rudimentaria metáfora de los dos bloques políticos, expuestos como centinelas del orden mundial. Lo que viene tras la interesante introducción es un despropósito, con el oficio habitual de su director, dos protagonistas que no desentonan con lo que se les requiere, pero un despropósito en el que el suspense terrorífico da paso (atención) a una comedieta romántica sin pies ni cabeza, una trama conspiranoica de novela barata y, para remarar, un desfile de CGI vergonzante y ramplón. Todo para alargar hasta las dos horas una cosita que se podría haber hecho incluso como un cortometraje.
Sólo la recomendaría para un domingo de resaca sin ganas de pensar mucho. Lo dicho: comida rápida.
Saludos.

lunes, 26 de diciembre de 2022

Los que traen el infierno #7


 

Merece la pena detenerse en HELLRAISER: INFERNO, dirigida en el año 2000 por un entonces completamente desconocido Scott Derrickson, hoy uno de los nombres más importantes del cine norteamericano. Desconozco qué se le pasó por la cabeza a Clive Barker al involucrarse en este proyecto, pero los parecidos con el espíritu de la saga son prácticamente circunstanciales, y el tufo a "oportunidad de mercado" es poco menos que vergonzante. Baste señalar que Doug Bradley (el Pinhead de siempre) aparece exactamente 1 minuto y 58 segundos, de un total de 100 que dura el film. Si obviamos que esto poco o nada tiene que ver con el universo de los cenobitas, yendo más por los derroteros, por entonces tan en boga, del "thriller policíaco de tintes sobrenaturales", vista hoy día parece una especie de boceto, en el que se pueden rastrear futuras obsesiones del responsable de SINISTER o DOCTOR EXTRAÑO. Por momentos parece una hermana muy menor de SEVEN, lo cual es mucho afirmar; a mí me parece una película bienintencionada pero torpecilla, porque no puedes tomarte en serio si incluyes a dos cowboys karatecas con melena...
Me esperaba otra cosa, sinceramente.
Saludos.

lunes, 25 de julio de 2022

El papel todo lo aguanta


 

Supongo que para algunos BLACK PHONE habrá sido decepcionante. No es mi caso. Y no lo es porque ya advertí que Scott Derrickson era un director tosco, tozudo (si me pongo artero, hasta fundamentalista), pero que lograba conectar con "su público" gracias, más que nada, a ofrecer lo que demanda una mayoría; mayoría, creo, que está adimismo convencida de que sabe un huevo de cine, pero se baña a diario en las ignominiosas charcas de la "fórmula implementada y aceptada". Por lo tanto, BLACK PHONE no me ha decepcionado, sino que simplemente ha venido a confirmarme lo antes expuesto, al tiempo que me ha aburrido donde se supone que debería funcionar, aunque no me parece un absoluto desastre ni mucho menos. Me ha gustado cierta estética, dirección de actores, en una interesante búsqueda logicista, menos cautelosa que la de otros "nuevos productos retro". Por contra, el elemento terrorífico no consigue su propósito de embadurnarnos de una atmósfera malsana, por lo que debe recurrir a unos jump scares de tercera división y a las ya cansinas imágenes/émulos de súper8, recurso que empieza a tocar los cojones cosa mala. Mi diagnóstico (y nótese que no voy a desvelar una puñetera línea argumental, porque soy así de respetuoso con los estrenos recientes) es que las discordias narrativas de esta trilladísima historia de terror pueden funcionar bien en la pluma de Joe Hill, porque ahí un buen narrador, con recursos y magín, tiene a su disposición resortes de sugerencia, que al cobrar imagen dejan de ser misteriosos y caen en la pereza funcionarial.
Ni mala ni buena: intrascendente. Y de la opípara ocurrencia del cartel, ni hablo.
Saludos.

lunes, 6 de marzo de 2017

Fantasía occidental



Marvel se vuelve a apuntar un tanto en el bestial engranaje que está reinventando el cómic de superhéroes y adaptándolo a las nuevas técnicas visuales. En este caso, y en mi opinión, se hacía imprescindible hincarle el diente al más famoso hechicero de la compañía creada por Stan Lee, ya que su "universo" es de los más expansivos e imaginativos del mundo del cómic. DOCTOR STRANGE es un verdadero órdago, no ya por su catarata de efectos visuales (unos más estimulantes que otros, e inapreciados en los oscar), sino por la apuesta decidida a que sus personajes sean encarnados por los mejores actores del momento. Benedict Cumberbatch simplemente ha nacido para interpretar a Stephen Strange, y su carisma y socarronería británica le otorgan al personaje esa personalidad que le hacía tan especial. Pero es que habría que sumar nada menos que a Tilda Swinton, Chiwetel Ejiofor, Rachel McAdams y un tremebundo Mads Mikkelsen, conformando un reparto de primerísima línea. Dirige Scott Derrickson, irregular en sus franquicias de terror, pero poseedor de cierto talento para crear atmósferas insanas, aunque es cierto que aquí se hubiese agradecido un poco más de truculencia, habida cuenta de que hablamos de un personaje que ha de vérselas nada menos que con las fuerzas demoníacas más poderosos del universo. Y es que lo más interesante, dejando de lado unos efectos especiales no recomendados para epilépticos, son los enfrentamientos dialécticos, con el culmen en el hilarante (y ya mítico) encuentro entre Strange y el todopoderoso Dormammu, que ya están tardando en parodiar en Los Simpson...
La base está establecida, y pese a sus muchos convencionalismos, lo cierto es que DOCTOR STRANGE rezuma ese confortable aroma setentero (yo siempre lo he considerado un exploitation en toda regla) que fue una de las etapas más prolíficas y creativas de la Marvel. La pena es que me temo que, una vez integrado a Los Vengadores, Strange difícilmente va a tener más que un peso secundario. Veremos.
Saludos.

jueves, 14 de mayo de 2015

Interruptus



Aclaro que vi SINISTER sin ningún tipo de esperanza, tranquilo, con la convicción de encontrarme lo mismo de siempre, si acaso un poco mejor hecho, un entretenimiento sin ínfulas para una tarde aburrida. Pero Scott Derrickson (con el que yo me he metido aquí) abre su película magníficamente, con un más que sugerente uso del found footage, costumbre postmodernista de la que suelo desconfiar con poca alegría. SINISTER peca de falta de cohesión y mala leche, eso le falta, pero en su haber tenemos un film que evita (o lo intenta) ir por lugares comunes, los que han hecho del género de terror que tenga más de efectismo barato y menos de incomodar a un espectador cada vez más avisado. Y lo que más me gusta es, paradójicamente, lo más mundano, la mil veces contada historia del escritor que se muda a una casa para atrapar "atmósfera", porque Derrickson sugiere volver una vez más sobre esos pasos... pero no lo hace. Presenta a los lugareños, pero no son los típicos individuos hostiles que guardan un secreto; efectivamente, el mamoneo está en la casa, pero no en la forma que solemos ver en pelis de casas encantadas, sino con un planteamiento más retorcido; por último, el malo... el malo casi no hace nada, y es otro acierto no mostrarlo como un ente proactivo, sino más bien como una triste presencia destinada a desmoralizar y carcomer al escritor (acierto rotundo el de Ethan Hawke) y la estabilidad de su familia, hasta el punto de llegar a poner en cuestión su salud mental... Y ahora los problemas, porque el título de la reseña alude a la incomprensible timidez con la que se desencadena el desenlace, que aun mostrando algunas imágenes inquietantes no culmina lo prometido en su majestuoso crescendo. Sí, el final es lo peor, yo no lo entendí y me pareció basto y anticlimático. No sé, a lo mejor le sobra una media hora de reiteraciones innecesarias, pero insisto, es una película de terror más que solvente y que me reveló a un buen captador de imágenes epatantes, algo que brillaba por su ausencia en su último trabajo. En fin...
Saludos.

domingo, 11 de enero de 2015

Rincón del freak #182: El diablo te lo saco yo a leches, muchacho...



A ver. Si somos justos y vamos a lo que vamos, yo diría que DELIVER US FROM EVIL es una película de terror un poco rutinaria pero más o menos entretenida; con sus sustos de rigor, sus escenitas de cuarto infantil "a lo James Wan", su calculada hemoglobina y alguna reflexión de manual sobre el bien y el mal al estilo "George Bush", sin muchos comecocos. Y respecto a esto, lo que más me ha llamado la atención es esa especie de confianza ciega en que un poli cachas, expeditivo y contundente, es la mejor opción para luchar contra El Maligno (que no, que no es el eje del mal, sino el diablo mismo). Así, la mayor parte de su descacharrado metraje se desparrama en escenas de este tipo: "Sale un poseído. Fuerza sobrehumana, sed de sangre, querencia a trepar por las paredes. No hay problema. Un buen culatazo a tiempo hace milagros (nunca mejor dicho)". Y muy poco más ofrece esta película torpemente dirigida y peor planteada, tan mal que hacía tiempo que no me rechinaba tanto un personaje como el de ese ¿cura? interpretado (y eso es lo malo) por un actor superlativo y pleno de talento, como el venezolano Edgar Ramírez. Y también hay una escena con unos leones y un grafitero del más allá que... que... Inenarrable del todo. Más que mala, inane...
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!