lunes, 30 de noviembre de 2015

D. W.: El padre del cine #40



THE IDOL DANCER, de 1920, es un curioso giro estético para un Griffith que parecía querer adelantarlo todo, que no se le escapara ningún ámbito ni posibilidad; para ello, recreó en Florida una remota isla de los Mares del Sur donde el reverendo local intenta llevar "por el buen camino" a aquellos indomables salvajes, que preferían pasar el tiempo tumbados al sol y durmiendo siestas al arrullo de las olas. La tranquilidad del lugar se ve alterada por un involuntario e imposible triángulo amoroso, ya que el sobrino del reverendo se enamora de una joven bailarina nativa al mismo tiempo que un aventurero que ha llegado a la isla habiéndolo perdido todo y renegando de cualquier signo religioso. A partir de ahí, se desatan las intrigas, entra en escena un malvado esclavista y Griffith lleva la película por los derroteros de la aventura sin complejos, haciendo que los protagonistas olviden sus diferencias para enfrentar a quien sólo busca hacerse con el control de la comunidad. No es de las mejores películas de ese año, es cierto, pero se pueden encontrar imágenes tan sugerentes como la de Clarine Seymour desplegando sus encantos en una danza pagana, o la minuciosa descripción del poblado y sus costumbres, muy en la línea de lo que John Ford ensayaría un poco más tarde en LA TABERNA DEL IRLANDÉS. Curiosa sí que lo es, desde luego.
Saludos.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Rincón del freak #214: Porque un padre no puede ver sufrir a un hijo...



A ver, que tengo sentimientos encontrados... WES CRAVEN'S NEW NIGHTMARE fue el pomposo título que Craven eligió para dar por finiquitado de una vez por todas a su muy maltratado personaje, que iba sufriendo un grave deterioro en cada nuevo título que se estrenaba, hecho que el tiempo se ha encargado de desmentir con el reciente remake... Pero esa es otra historia... El caso es que estamos ante una película descolocante, una especie de metatexto autoconsciente que tiene momentos brillantes y otros no tanto, pero al menos es un producto digno y que intenta dar una sepultura digna al pobre Freddy Krueger. A ver si puedo resumirlo: resulta que Heather Lagenkamp (sí, la actriz que daba vida a Nancy) está casada con el técnico de efectos especiales que creó la famosa garra, tiene un niño y vive feliz, pero sigue teniendo sueños recurrentes, como si realmente estuviese sufriendo el mismo proceso que su personaje. A partir de ahí, Craven usa a los actores como personajes (Robert Englund incluido, y hasta él mismo) y moldea la trama hasta hacernos dudar de qué estamos viendo exactamente, que bien podría ser el sueño de un demiurgo incapaz de controlar a sus vástagos soñados, la caída en una espiral de locura por parte del personaje principal (incluso si se tratara del personaje y no la actriz) o simplemente un ensayo de post-horror que, por otra parte, no debería extrañarnos viniendo del creador de SCREAM. Hasta ahí no está mal, y es verdad que es una producción en modo alguno descuidada, pero Craven cae presa desu propia circunstancia de autor, y el final se alarga innecesariamente y ¡ay!, lo que intentaba evitar acaba sucediendo, porque Freddy obtiene un final que podría haber estado en cualquier otra secuela y el verdadero propósito se desenmascara: Craven no podía permitir, de nungún modo, que el último capítulo de la serie no estuviese filmado por él. No sé, es una película extraña, con multitud de altibajos, pero infinitamente más interesante que las últimas secuelas, que eran más una parodia que otra cosa, así que puede que les sorprenda si la ven.
Esto lo remataremos próximamente.
Saludos.

sábado, 28 de noviembre de 2015

Una noche de cuentos



Se cumplen nada menos que 70 años del estreno de una de esas obras que obtienen justamente el difícil adjetivo de "seminales"; es un acontecimiento, porque en su momento lo fue, y sus muchas influencias aún palpitan a lo largo de producciones que no han hecho más que imitar, con mayor o menor fortuna, un modelo, el de las películas por episodios, y más concretamente el de las historias de terror. Es una historia curiosa la de DEAD OF NIGHT, primero porque fue producida por los míticos estudios Ealing, que permanecen en nuestra memoria por sus legendarias comedias, de hecho fue el primer film que dichos estudios pusieron en marcha tras la Guerra. Sin embargo, lo que más llama la atención es la imaginación con la que combina diversos puntos de vista para confluir en un todo magnánimo, sorprendente e incontestable, zarandeando al espectador más avisado.
Un hombre llega a una mansión donde se celebra una reunión, tras presentarse cuenta que todo aquello es un sueño que ha tenido recientemente y que por eso ha estado buscando dicho lugar, hasta que lo ha encontrado. De primeras, el hecho de que todos los allí reunidos se pongan a contar sucesos más o menos terroríficos que les han ocurrido a ellos o a allegados, puede parecer cogido por los pelos, pero la presencia de un médico, escéptico por naturaleza, tornará la velada en un intenso tour de force intelectual. Todo arranca con un episodio de resonancias bergmanianas (FRESAS SALVAJES), en el que un hombre llega a ser testigo de su propia muerte, sin saber nunca si lo que está viendo pertenece al sueño o a la realidad. Después, un inocente juego de niños, el del escondite, es el método por el que se detecta la presencia del fantasma de un niño que murió mucho tiempo atrás. Hay un discutible interludio, de corte más bien cómico, a cargo del genial Charles Crichton, que por sí solo es divertidísimo, pero que desentona en el montante, y en el que un par de golfistas, eternos rivales en el green, se disputan los favores de una joven en un último partido a vida o muerte... literalmente. Tras este impasse casi relajante, hay una inquietante historia que recuerda absolutamente al "Dorian Gray" de Wilde, en el que el reflejo distorsionado de un viejo espejo es capaz de empujar a un hombre hasta la locura. Sin embargo, el episodio más memorable es reservado para el final, que podría haber sido un largo autoconclusivo, pero que incluso su extraordinaria concisión le otorga el estatus de obra maestra. Dirigido por el gran Alberto Cavalcanti, director brasileño nunca suficientemente reivindicado, contaba la extraña historia de un ventrílocuo cuyos números asombran por su perfección, hasta el punto de que es imposible determinar que quien está hablando es, efectivamente, el hombre, y no el muñeco. Con una inolvidable y expresionista interpretación a cargo de Michael Redgrave, se trata de una historia sencillamente escalofriante y de la que es mejor contar lo menos posible, y cuyo final aún guarda una sorpresa más, puesto que enlaza directamente con la mansión en la que se están contando las historias, ya que curiosamente es la historia que ha elegido contar el escéptico doctor.
Son muchos los directores que han alabado esta maravillosa película, y no menos los que se han servido de sus métodos narrativos y estructura metatextual, a nosotros, lo que nos queda por decir es que el poder de la palabra sigue siendo mucho más sugestivo a la hora de infundirnos un terror incontrolable y primario que una horda de zombis o un monstruo gigantesco... Que tomen nota.
Imprescindible.
Saludos.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Corazón sin tiempo



Irremediablemente romántica, seria, como una película de animación puede ser también, y con un trasfondo poético tristísimo, que sólo es revelado en su hermoso final, un final capaz de conmover al más pintado, JACK ET LA MÉCANIQUE DU COEUR funciona como el maltrecho corazón de su protagonista, un muchacho condenado a no poder enamorarse, ya que el mecanismo que lo sustituye, un reloj de cuco, podría romperse y matarlo. Esto podría ser la perdición del film, que parece confortable en sus impactantes diseños, muy alejados tanto de Japón como del "canon" Disney; sin embargo, una vez la premisa echa a andar (el protagonista cruzará media Europa para encontrarse con su amada, una cantante española), el guion y sus resoluciones se tornan cada vez más sorprendentes, conformando un inteligente collage en el que caben desde Jack "el destripador" a un incipiente Méliès, que se convierte en el guía perfecto para un soñador como Jack. La dificultad, y por tanto también su valor principal, es conciliar esos mundos aparentemente antagónicos, el infantil y el adulto; cierto es que su siniestra estética puede retraer a más de un infante, pero en el caso contrario tiene todo a su favor, pues no pasa de puntillas por el amor ni por la muerte, tampoco los banaliza ni obvia, sino que usa la exuberancia de su puesta en escena para elaborar un magnético juego de referencias tan estimulante como, en último término, emocionante. No hay malos, pero al pobre Jack se las harán pasar canutas, precisamente por tener un buen corazón, aunque sea artificial; y la bondad, en este caso, responde siempre a unas conductas meditadas, que necesitan de la experiencia que se desprende del viaje, un viaje que también lo es a lo que una vez nosotros mismos fuimos...
Maravillosa.
Saludos.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Los aleccionadores



He aquí una película de la peor calaña, y que por tanto deben rechazar en cuanto tengan la oportunidad de verla. Se llama MAO'S LAST DANCER y cuenta la historia de un bailarín en la China maoísta de los años setenta que se va a Estados Unidos en un extraño "intercambio cultural"; luego se da cuenta de que América es mejor, se enamora de una rubia y quiere quedarse por sus santos. Hasta ahí podría haber una historia medio qué, unas escenas de ballet por aquí y por allá, el componente romántico y/o festivo, y para terminar una apoteosis con banderitas y eso... En lugar de ello, el australiano Bruce Beresford se va a los temibles territorios del telefilm de sobremesa y, dejando de lado cualquier tipo de psicología o controversia moral, cuenta exactamente eso, lo que viene en el libro de Li Cunxin (que es otra bazofia), esto es: la autobiografía que me conviene y que deja intacta a la santa patria. Para terminar de redondear el asunto, Beresford filma algunas de las peores imágenes de ballet que he visto en mi vida, con recursos tan "naturales" como la cámara lenta y con planos arbitrarios que son un horror. En fin, una intrascendencia más, de tantas, y de la que no se salva ni un esforzado Bruce Greenwood, al que se le atraganta el amaneramiento.
Terrible.
Saludos.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

El blanquismo y los blanquistas



FROZEN es una película que he visto varias veces (por motivos obvios) y que he llegado a creer que jamás pondría en el blog, pero como ha cambiado el tiempo será cuestión de poner un poco de nieve por aquí... Digamos, sin mucha saña, que FROZEN es una película blanca blanquísima, que los blanquistas adorarán y que a los blanqueadores (no pongo comillas, por si acaso) les ha dado beneficios a tutiplén. Bien, perfecto. FROZEN es una película de Disney, un artefacto milimétricamente diseñado y ejecutado para dispersar sus trillones de esporas durante un buen tiempo; esto lo hemos aceptado, esto es lo que tenemos. Ahora, FROZEN, me parece a mí, no inventa nada, tampoco es que lo intente, pero me parece exagerado alinearla junto a obras intemporales como BLANCANIEVES o LA CENICIENTA; es un musical blanco, con una trama blanca, unos personajes blancos y, por añadidura, hasta unos paisajes blancos. Respeta poco el cuento original de Andersen con el fin de no dañar el afán proselitista que la gigantesca productora profesa desde casi su propio nacimiento; pero no va mi crítica por ahí, porque lo poco verdaderamente disfrutable es su mayor (y única) gamberrada. Olaf, el muñeco de nieve, alelado y dicharachero, pese a tardar un mundo en aparecer en pantalla termina adueñándose del ritmo de esta película, sí, entretenida, con un trabajo de animación que con las técnicas actuales es lo mínimo, pero que apenas tiene mucho más allá de un puñado de canciones pegadizas y esa parte final, que supera con mucho la aburrida y previsible hora anterior.
Ahora, que levante la mano el que no tenga en su casa ningún producto referente a esta película... ¿Ven? El trabajo está hecho, y ya somos todos un poco más blancos.
Saludos.

martes, 24 de noviembre de 2015

Caminar sobre las aguas



Bueno, INTERSTELLAR es una película muy bonita en la que un granjero se mete en un agujero negro mientras su hija descifra motas de polvo y Michael Caine descubre algún colágeno retroactivo que le permite tener el mismo aspecto durante veintitantos años. Aparte de eso... Pues aparte de eso hay un par de cosas que me divierten porque son muy divertidas. Es muy divertido ver a unos tipos de lo más preparado, capaces de viajar durante millones de años luz, de tomar decisiones complejísimas y actuar bajo presión pelearse como colegiales y hacer estupideces como alejarse unos de otros para meditar y esas cosas. Da igual, todo es mentira y da igual, pero la mentira hay que endulzarla para el estándar de Hollywood o desecarla si el patinaje por el foxtrot pseudofilosófico aspira al lengüetazo intelectual. Esta película se ha hecho miles de veces, habla de las mismas cosas pero con más colores, y sus actores son más guapos y más delgados, pero si le extraemos el colorín y el colorado yo no veo ni una sola idea original, y ni mucho menos revolucionaria o transgresora... Ah, bueno, sí, es verdad... Hay una escena muy divertida en la que los astronautas caminan sobre el agua y luego aparece una ola gigante... Si la hace Jesús Franco decimos que es un friki, claro...
Esta es para ustedes, yo ya estoy muy carcamal para que me salven el mundo...
Saludos.

lunes, 23 de noviembre de 2015

D. W.: El padre del cine #39



Vamos a clausurar el prolífico año de 1919 para Griffith con una película que, aunque parezca traída por los pelos, a mí me parece de lo más significativa en estos tiempos tan raros que nos han tocado vivir. BROKEN BLOSSOMS era la típica historia de la joven que trataba de salir adelante en un ambiente complicado, y que en este caso eran los bajos fondos londinenses. Lillian Gish, en un papel hecho a su medida, sobrevivía como podía a la brutalidad de su padre, boxeador y alcohólico (eran los años 10...). Sin embargo, la originalidad del guion, firmado por el propio Griffith, reside en su montaje paralelo, en el que se nos va introduciendo en la vida de un chino budista que rechaza todo signo de violencia y determina que su vida ha de ser dedicada a la conversión y salvación de quienes sufren o practican actos violentos. Este singular personaje acaba confluyendo, cómo no, en el suburbio londinense de Limehouse, decidido a terminar con el suplicio de la joven, aunque ésta, por desconocimiento, lo toma como todo lo contrario, una especie de exótico "violador" de jóvenes virginales. Así, el dominio narrativo de Griffith obtiene aquí una nueva prueba de superación, combinando los flashbacks del noble chino junto a su maestro, los de la joven intentando no olvidar los consejos de unas prostitutas, e incluso los del malogrado boxeador, empeñado en recordar que una vez le ganó un combate a otro boxeador aún más olvidado que él. Obviando las muchas escenas que se centran en su totalidad en explotar las miradas entre Gish y Barthelmess, BROKEN BLOSSOMS es un prodigio de sintaxis y de expresividad del mínimo recurso, una nueva prueba de que el cine, en aquellos momentos decisivos, iba no sólo construyéndose, sino afirmándose como expresión artística.
Saludos.

domingo, 22 de noviembre de 2015

Rincón del freak #213: ... ¿pero esto debe ser una broma?... ¿no?...



Bueno muchachos, empezamos a explorar las profundidades, la sima en la que desaparece todo rastro de coherencia y parece que cualquier cosa puede valer, incluso reírte literalmente de un personaje que solía dar un poco de terror hasta reducirlo a un monigote que ni siquiera está capacitado para reírse de sí mismo, y parece haber quedado para ser el MC de un puñado de gags que hubiesen quedado reguleras en La Hora Chanante. y con eso queda todo dicho. Sí, porque FREDDY´S DEAD: THE FINAL NIGHTMARE es el rimbombante título que apenas escondía la bazofia perpetrada por la New Line para despedir de una vez por todas una saga que ya empezaba a oler a rancio; primero porque tampoco era verdad, muy poco tiempo después se hizo otra más (sin contar la de 2010), pero sobre todo porque este despropósito no tiene pies ni cabeza. Dos o tres perlas que podrían estar entre las diez peores escenas jamás rodadas por un ser vivo: Todo arranca con un ¿guiño? a EL MAGO DE OZ... con el pobre Freddy vestido de bruja en una escoba... Luego, Mr. Krueger se carga a un adolescente que es sordo y usa un audífono... restregando sus cuchillas en una pizarra... (Esto ya es algo bizarro, pero atentos). Miren atentamente el hipnótico GIF de arriba. Sí, Freddy se pone a jugar un videojuego, en el que incluso se permite el lujo de apreciar unos buenos gráficos, creo que de 64k... Y luego la protagonista, que por lo visto es su hija (a estas alturas lo de los spoilers me importan un comino) se coloca unas gafas 3D de la época (celofán rojo, celofán azul) y se introduce en un mundo tridimensional para intentar cargarse al vástago... Incluso sale Johnny Depp friendo un huevo en una sartén... Hubo un momento en que me vi a mí mismo moviendo la cabeza con la boca abierta, y todo volvió a la normalidad... Benditos Domingos.
Saludos.

sábado, 21 de noviembre de 2015

Los malos buenos 3



Tres años hubo que esperar para que viese la luz DESPICABLE ME 2, para muchos inferior a la primera, pero a mí me entretuvo menos y sí me gustó más porque tiraba menos de los habituales golpetazos de este tipo de producciones y se centraba en el desarrollo de los personajes, menos planos y, por lo tanto, infantiles. Sí, están los Minions, y hasta unos clones malvados y destructores, pero es verdad que el motivo principal es la humanización (a regañadientes, es cierto) de Gru, primero por su inconcebible rol de padrazo con sus tres pequeñas adoptadas, y luego por su no menos insólita colaboración con la policía internacional para ayudarles a descubrir y atrapar a un nuevo y desconocido supervillano, que está sembrando el terror por todo el mundo. Esta nueva faceta, además, permitirá a este "nuevo" Gru conocer a Lucy Wilde, agente secreto, experta en detener a los mayores criminales del mundo... y solterona empedernida... Hay momentos buenísimos, como todos en los que participa el estrafalario e inenarrable "El Macho" (ese sombrero de nachos...), y toda la parte final, con un ejército de Minions morados y cabreados, es estupenda; el ejemplo de cómo no es imposible conciliar el entretenimiento para los más jóvenes sin tener que caer en la recalculada banalización de productos similares.
Saludos.

viernes, 20 de noviembre de 2015

El pez adulado



En el ámbito del cómic Frank Miller siempre ha sido un autor complicado de abordar, su concepto de la autonomía ha encontrado en el arte de la viñeta su mayor y mejor cómplice, por varias razones que implicarían la furia contenida de sus iconos/personajes o la alergia que el de Maryland siempre ha demostrado por lo que en términos generales se conoce como "linealidad narrativa". Esto es aún más notorio en "Sin City", su cruda y ultraviolenta visión del género negro, que amplió en campo de exploración de Miller como simple historietista hasta el creador total en el que se ha convertido. Ahora bien, es una lástima que precisamente alguien como Frank Miller haya caído en la trampa del "todo vale", porque cualquiera que haya visto SIN CITY: A DAME TO KILL FOR le ha pillado el truco a un film tan inconsecuente como dilapidado en sus inaprensibles florituras, aunque lo peor es el batiburrillo que demuestra ser toda vez que entra la "pluma" del sobrevaloradísimo Robert Rodriguez, que sólo ha demostrado buen pulso cuando hace uso de sus propias bromas privadas, pero con un hueso como Miller se ve, a mi juicio, incompatible. Y es que creo que son muchos más los que le han dicho a Miller lo guapo que es, lo intachable de su trayectoria; Rodriguez, en cambio, emerge de los márgenes del "B casi Z" para controlar (sin hacerlo, las más de las veces) gran des presupuestos. Fallida desde su concepción hasta su tambaleante ejecución, y sin siquiera apoyarse en ese repóker de ases que componen su estelar reparto, esta SIN CITY 2, con su sangre blanca, sus tiritas de pega, sus secundarios de cartoné y su turulato sentido del humor pretende que nos sumerjamos en su iconografía y nos dejemos llevar por su esquizoide punto de vista sobre las relaciones humanas... Yo apenas recuerdo las tetas de Eva Green y el gesto torcido ante la ridícula actuación de Ray Liotta, a la altura de un Nicolas Cage. Por lo menos...
No, no hace falta que la vean.
Saludos.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Los malos buenos 2



La historia de los Minions arrancaba sin que supiéramos muy bien su origen, tan sólo que servían a una mente criminal... digamos, peculiar. Gru es un tipo que, repudiado por todos desde su más tierna infancia, se ha convertido en el gran enemigo de la humanidad, y pese a sus esfuerzos por sembrar el mal a lo largo y ancho del orbe, aún siente que le queda una gran obra maléfica por cumplir, así que concibe un plan secreto para reducir la Luna al tamaño de una pelotita y guardársela en el bolsillo tan campante. DESPICABLE ME es una de esas películas que dejan un gusto agradable, ni amargo ni empalagoso, con la dosis justa de infantilismo y algunas (bastantes) gotas en forma de guiño al público adulto, sobre todo por el extraordinario trabajo vocal de Steve Carell, que demuestra su apabullante sentido de la matización. Aparte de los magníficos gráficos, de la desternillante introducción de "esos entrañables secuaces", el Doctor Nefario y una inacabable retahíla de detalles y motivos respecto de la particular condición  de Gru como imparable mente maligna, sobra, cómo no, el asunto de las niñas, que es la gran concesión al público infantil. Si tan sólo lo hubiesen dejado en un (improbable) negativo de Mortadelo y Filemón, habría ganado no sólo en taquilla, aunque este hecho permitió, además de la precuela, la realización de una secuela. Pero ya les iremos contando...
Saludos.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

نذهب إلى الرعب



Nada mejor para explicar lo inexplicable que explicarlo inexplicablemente. Una buena película para atenernos a nuestros propios y absurdos actos, sean los que sean y en el momento histórico que se produzcan, es BONE TOMAHAWK, un western tan moderno como antiguo, es decir, intemporal. Atención, porque quizá no vayan a entender nada, ni tampoco es ésa mi intención. BONE TOMAHAWK es, efectivamente, el reverso oscuro y tenebroso de CENTAUROS DEL DESIERTO; porque hay culturas escondidas que son holladas por la mano del "conquistador", porque luego hay venganza, masacre, horror; y también hay una partida de búsqueda, porque se han llevado a alguien; y, finalmente, hay una comprensión amarga sobre la sinrazón, sobre el mero hecho de matarnos a hachazos o balazos, por una mujer o por un cementerio, por pretender ingenuamente mantener a salvo una tradición que ya no tiene cabida en ninguna parte o por posicionarnos del lado del tsunami imparable del progreso. El debutante S. Craig Zahler entiende y expone muy bien todo esto, y lo plasma en una película de ritmo agónico, asfixiante, que no se recrea en ningún recurso, sino que prefiere iluminar todo el proceso que lleva a una partida de cuatro hombres desde un apacible pueblo hasta el fin del mundo (alguien dice que simplemente están en el infierno), el sitio donde la máquina no ha penetrado antes, un valle olvidado que simboliza el caos y la brutalidad como único signo de lazo vital. Un mundo extingue a otro, aunque ese mundo también está próximo a extinguirse (imparable...), son los vaqueros, y del otro lado una especie de cavernícolas, anteriores incluso a los indios nativos, y los vaqueros irán a buscarlos para acabar con ellos y recuperar lo que es suyo. Luego está, claro, todo el desarrollo narrativo, que es encomiable, nada acomodaticio, y un dibujo de personajes excepcional, apoyado en unos actores que están simplemente fabulosos. Muy comedidos tanto Patrick Wilson como Matthew Fox, que se reflectan el uno al otro como el hombre de familia y el aventurero sin lazos, aunque el plato fuerte son dos extraordinarios actores; uno, Kurt Russell, que siempre ha sido un actor de carácter, a la antigua usanza, y que compone a un sheriff con un inusual sentido de la justicia y que es capaz de dejarlo todo atrás con tal de hacer cumplir dicha justicia, mientras que Richard Jenkins está sublime, impregnado del espíritu de un Walter Brennan, y en su mirada hundida y sus parcas y sabias palabras, Zahler logra anclar este cuento de horror frío y seco en la verosimilitud y que la función no se le escape hacia el tremendismo gore, como ha ocurrido en propuestas similares.
Yo no sé si es un western, que lo es, pero es una película que te tiene pegado al sillón más de dos horas. Y no está hecha para todos los paladares... pero eso es lo bueno, claro...
Saludos.

martes, 17 de noviembre de 2015

Los malos buenos



Bueno, en estos momentos tan difíciles de entender me parece necesario introducir un cierto lapso de relajo, algo que se parezca al curso natural de las cosas, y qué mejores introductores que algunos de los títulos más representativos del cine de animación, una vez que se ha constatado que éste ha subido a una categoría superior, la de las producciones con entidad e intención. Y como uno de los acontecimientos de este año fue la precuela de DESPICABLE ME... Señoras y señores, con ustedes los Minions. Y MINIONS es una estupenda y muy disfrutable película de animación, un regalo para los sentidos de los más pequeños, que pueden encontrar a estos adorables seres campando a sus anchas, que es precisamente lo que más se echaba de menos en los otros dos precedentes. Además de aportar aire fresco a la "saga", MINIONS mira de reojo a Pixar con un pie en Disney; claro, no está en ninguno de los dos sitios, pero su discurso contiene un tanto de ternura, de crítica social, de socarronería, y, cómo no, de gran disfrute lúdico, con un arranque memorable que nos pone en situación rápidamente: los Minions han salido del mar en los albores del mundo con el firme propósito de encontrar al ser más malvado y servirle incondicionalmente... Lástima que su exceso de celo sea la perdición de estos villanos, y desde un Tyrannosaurus Rex, pasando por Napoleón o Drácula (estos gags son lo mejor del film), estos pequeños seres amarillos deben tomar una dterminación, que es encontrar a un villano definitivo. Aquí es una Scarlet Overkill algo descafeinadilla, maniquea y previsible; no, no está a la altura del inolvidable Gru, y quizá ese sea el punto más flaco de una película que cuando "amarillea" se ve estupendamente. A los niños les encantan... no les quitemos también esto.
Saludos.

lunes, 16 de noviembre de 2015

D. W.: El padre del cine #38



Aún me dura el estupor. No sé, creo que algo está funcionando muy mal en este planeta y nadie asume responsabilidades, sino que todos blindan su discurso echándole la culpa al de enfrente, y así, francamente, no se puede. No tengo muchas ganas de escribir hoy, pero voy a hacerlo, por ustedes, por mí, por los gabachos, que se merecen todo nuestro apoyo... Pero yo sigo sin ver a esas miríadas de musulmanes compungidos manifestando su dolor y repulsa por las calles. Aquí ya lo hemos hecho masivamente contra la guerra de Irak, y así es hasta el día de hoy...
Escuetamente, THE GIRL WHO STAYED AT HOME es un típico (típicamente de Griffith) cruce de melodrama arrebatado y épica de tintes bélicos, en el que se nos narra la decidida historia de dos hermanos que se alistan para combatir en el frente francés en la Primera Guerra Mundial. Sí, los americanos ayudaban a los franceses contra los alemanes, como ahora harán contra otros. En medio, una muchacha que se debate entre el amor que siente por ambos hermanos y que espera pacientemente su regreso. No es de las mejores películas de Griffith, aunque tiene escenas de batalla realmente interesantes, con una recreación más que veraz de las trincheras, y además su narración en paralelo le da una complejidad que el director estadounidense llevaba tiempo refinando y abonando en una época que sólo entendía un film "de guerra" si se doblegaba al panfleto. Quedarse en un término medio era un equilibrio más que improbable, y he aquí un buen ejemplo de ello.
Saludos... aunque siempre habrá gente que no los merezca...

domingo, 15 de noviembre de 2015

Rincón del freak #212: La cuchilla que mece la cuna



Llegados a 1989, la franquicia de Freddy Krueger parecía totalmente fuera de control y supeditada a sus aceptables números en taquilla. Todo valía, un guion irrisorio, un puñadete de new kids on the block, ambientaciones de cartón piedra y todo un corolario de efectos especiales que van del stop motion a aquellos entrañables juegos lumínicos en 64k. Poco, muy poquito se pude extraer de A NIGHTMARE ON ELM STREET 5: THE DREAM CHILD, donde el motivo central es que la protagonista (una Lisa Wilcox que inexplicablemente ha ido rejuveneciendo desde la cuarta entrega...) ha quedado embarazada, con la "ligera suspicacia" de que a lo mejor el padre no es el capitán del equipo de fútbol, sino el amigo de los dedos agitados. E insisto, es mejor no perder el tiempo con estas cosas, si acaso con algunos efectos directamente sacados (reciclados más bien) de la seminal factoría del gran Rob Bottin (con TOTAL RECALL al frente, desde luego). Desgraciadamente, como ya ocurría desde que Craven se desentandió del tema, Freddy queda arrinconado hasta representar una especie de sombra caricaturesca de sí mismo, que más que miedo da un poco de penilla, como una vieja atracción de feria que tose demasiado al gritar para asustarnos...
Terrible... terrible...
Saludos.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Nieve en polvo



No podíamos terminar esta semana sin dejar constancia de la película que se alzó con el Giraldillo de oro el año pasado, si la de esta edición es igual de buena estamos de enhorabuena. Es difícil resumir en un par de frases todo el contenido de TURIST (subtitulada con un elocuente FORCE MAJEURE), que no sólo es una crítica a todo un sistema de valores, en este caso encapsulado en una fantasmagórica estación de esquí francesa a la que llega una familia sueca recién salida de un horno de modales Ikea; todo parece ir según lo previsto, pero Östlund, que se revela como un miniaturista de las emociones, está atento a esos miniterremotos cotidianos, pequeños enfurruñamientos o desacuerdos que apenas logran indicar si son el comienzo de una fisura aún mayor. De ahí, el director sueco adopta un silogismo consecuente y lo plasma en una escena antológica, en la que una falsa avalancha provocada sorprende a la familia mientras almuerza en una terraza. El suceso, aun nimio, desata esos nudos que intuíamos ya existían en el seno de unos personajes que son un triunfo de construcción, ya que podemos imaginar prácticamente toda su vida anterior. Importa menos la correspondencia (yo no la veo por ninguna parte) con Haneke, según ha apuntado gran parte de la crítica, en cambio, lo que más valor ofrece este áspero y desacomodado film es la exposición frontal de unos personajes que sólo son capaces de reconciliarse mediante la catarsis, la confesión y, finalmente, la claudicación ante sus imperfecciones. La familia sale limpia, reluciente y triunfante... pero todo ello tras añadir una capa más de falsedad a sus vidas; y esta película habla precisamente de eso que ninguno admitimos jamás: sólo somos felices dando la espalda a la verdad.
Rondarán tu cabeza durante mucho tiempo esas imágenes fantasmales con Vivaldi de fondo...
Saludos.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Porque yo lo valgo



FREE RANGE es una película que se pudo ver el año pasado en el SEFF. La película que Estonia eligió el año anterior para los oscar. Y... hombre, teniendo en cuenta de dónde viene la cuota de exotismo queda asegurada, no así sus logros cinematográficos, que son, como poco, discutibles. Desde el primer fotograma, el director Veiko Ounpuu deja muy claras sus intenciones; sin dejar caer el bolígrafo al suelo, y con una fotografía quemada, todo parece remitir a Mayo del 68, y mientras un par de jovencitos con trenca "juegan" a quemar un libro, de fondo suena Nick Drake... El resto llega solo, y aunque la idea de partida me hizo troncharme luego va llegando la rutina del director que ha visto demasiado Godard. Pero esto es bueno, porque el protagonista es un holgazán, enchufado y borrachuzo que dice que es escritor, y además de los buenos, así que escribe una crítica de cine en el periódico donde trabaja, gracias a que se beneficia a la hija del director, sobre... ¡EL ÁRBOL DE LA VIDA!... ¡La de Malick!... Apenas un par de líneas, atentos: "Es un Malick marica. Todo marica. Estamos rodeados de maricas que hacen cosas para maricas"... Yo le hubiese dado el Pulitzer al chaval, pero estos malkditos ignorantes van y lo despiden. Lo que sigue es ya más aburrido. El tipo se pega la gran juerga cada día, a lo bestia, pero resulta que ha dejado embarazada a la hija del director, así que se propone buscar un trabajo decente, que podría ser carretillero, pero como es un inútil que no le ha pegado un palo al agua todo se va al carajo. Y borrachera va y viene, y luego presenta un manuscrito con una novela pretenciosa, y pretende que el director que le ha echado se la publique... para cubrir los gastos de paternidad, vaya...
Es decir, que esto en manos de Judd Apatow habría sido un peliculón para partirse la caja durante hora y media, pero al director estonio (el de la película) se le suben los humos, como a su protagonista, y pretende hacer pasar una cosa normalita como una genialidad atemporal. Y tampoco es eso, oiga, pero es agradable de ver y tiene una banda sonora de piezas indie bastante graciosa.
 Saludos.

jueves, 12 de noviembre de 2015

Actitud



Cuando le dices a alguien que eres un punk, te mirarán raro, te mediran con la condescendencia del que todo-lo-sabe, quizá resople entre dientes mientras dos palabras le palpitan bajo el serrín "¡Caso perdido! ¡Caso perdido!", que es su pensamiento recurrente tras el mono con los platillos... Si tu actitud, no sólo tus palabras, responden al indomable espíritu punk, entonces tu interlocutor sólo contemplará dos opciones: irse cagando leches o llamar a los TEDAX. Ése es el tema, que no importa el qué, sino el por qué ¿Por qué hacemos, unos y otros, lo que hacemos? ¿Por qué lo hacemos aunque no nos guste? Y en último término ¿Por qué no nos quejamos nunca? Lukas Moodysson dio la respuesta hace un par de años con VI ÄR BÄST!, que reduce cada brizna de papilla protopunk hasta llevar su semántica hasta el último reducto posible, que es la pataleta infantil; una vez la perdemos, nos dice, estamos finalmente domesticados. WE ARE THE BEST! es una película adorable, pero con un mensaje aterrador sobre nosotros mismos; nos conmina a que no nos sigamos mintiendo y veamos de una vez que nuestra esclavitud subvencionada no es lo que un día esperamos, quizá se parezca a lo que ensayaron nuestros padres cuando les aflojaron el lazo, pero esto no lo resuelven ni los UK Subs, ni los Damned, ni la madre que los parió. El punk, amigos, no puede morir, porque cada bebé, en su misteriosa e inabordable anarquía, es ya un punk... y con muchas agallas, añadiría. El hecho de que la película que, hasta el momento, mejor ha explicado la esencia de ese explosivo e incontenible deseo de rebeldía tenga como protagonistas a tres renacuajas de apenas trece años, puede sonar a boutade antropomórfica (o de nuevo el mono listillo...), pero a mí me parece que es ir al centro neurálgico de la cuestión. Nos (des)educan muy pronto, luego ya no hay nada que hacer...
En el SEFF levantó a la gente de sus "poco confortables" butacas; yo, humildemente, me inclino...
Sencillamente fantástica...
Saludos.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Ronda de circunvalación



Dejémoslo claro. Gianfranco Rosi no es James Benning, ni Michael Glawogger, y ni muchísimo menos (y ahí espero dar en el clavo) el eminente Heinz Emigholz. Dejémoslo claro. Gianfranco Rosi es el reverso documental de Paolo Sorrentino, sin su inventiva, sin sus actores, pero fiándolo todo al hallazgo especular de un lugar cuasimítico, el GRA, cinturón gigantesco de carreteras que rodea toda Roma. Esto podría haber sido así si en realidad Rosi hubiese fijado la lupa en el poderoso vaivén cinemático de esta arteria, pero el documental (y a veces no lo parece) transita otras vías, se mete al corazón de la ciudad y prefiere dejar la periferia como un recurso puntual. Asquerosamente obvio, cuando la toca el turno a la prostitución. Así, el batiburrillo, sin rozarse siquiera, galvaniza la cuestión en una pirueta que va desde un tipo fascinado por el sonido del escarabajo picudo, azote de las palmeras enanas, hasta un fantoche con capa y Rolls, que dice que es legítimo descendiente de no sé qué Príncipe, pero que vive de alquilar el palacete para hacer fotonovelas, las mismas que lee la mujer ucraniana de un pescador de anguilas (ya hasta nos hemos ido al río). Entre medias, un tipo insoportablemente pedante que tiene a su hija solterona hasta la coronilla, un par de vecinas que hablan de fosas sépticas, dos travestis que viven en una autocaravana y el único personaje que parece pintiparado para un supuesto documental sobre una ronda de circunvalación, un conductor de ambulancias que hace el turno de noche y que tiene los mejores momentos de este irregularísimo film, sobrevaloradísimo film, que ganó el León de Oro en Venecia y se alzó con el segundo puesto en Sevilla en 2013. Si son de los que buscan imágenes fáciles de digerir y argumentos afines al "Telecinque", sólo carraspeen un poco y abusen de su amor propio. Rosi lo hace y le va de puta madre...
Saludos.

martes, 10 de noviembre de 2015

Amar por la fuerza



Este año, diversos avatares (casi todos conscientes) me impiden asistir al SEFF. Resolvámoslo recordando algunas cintas que se han visto en dicho festival. Por ejemplo, MES SÉANCES DE LUTTE, del veterano Jacques Doillon, un director al que me encantaría entender mejor, o que me fuese más cercana su astrosa poética del desconcierto. De momento, las películas suyas que he podido ver me han hastiado por acumulación o me han distraído enormemente del motivo principal, a veces incluso hasta hacerlo desaparecer, algo que parece difícil con su arranque fresco, directo, con imágenes bucólicas y casi en Súper 8, mecidas con notas del Debussy más juguetón (...el Cake-Walk...). Nada de eso, porque en poco tiempo las intenciones quedan claras, y no se trata de un alarde dialéctico de poros brillantes en un verano agotado. No es Rohmer. MIS SESIONES DE LUCHA se regocija en la incomodidad de sus esquinas, hasta convertir cada encuadre en un amasijo de músculos, jadeos, ropa rota, miradas animales y un único motivo argumental que los enlaza: si dos personas no pueden amarse amablemente, puede que lo logren brutalmente. Creo, sin embargo, que Doillon lo podría haber resuelto mejor, aun concediéndole la dificultad de la empresa, pero al tercer hostiazo, revolcón o llave de judo... Efectivamente, se repite. De todas formas los actores, Forestier y Thiérrée, están encomiables en su esfuerzo, y su lucha es en contra de la desnaturalización del gesto forzado, o forzoso; la película les pertenece por entero a ellos, por la ausencia de argumento (yo no lo vi) y por la química que desprenden pese a lo desagradable de algunos momentos, sobre todo en su extático desenlace.
¿Es original? Es original ¿Es aburridilla? Es aburridilla... Así que estamos de acuerdo, no hay necesidad de pelear...
Saludos.

lunes, 9 de noviembre de 2015

D. W.: El padre del cine #37



TRUE HEART SUSIE pasa por ser una de las películas más delicadas y deliciosas de David Wark Griffith, un precioso melodrama que empieza con la inocente exposición de un amor juvenil, continúa con un sacrificio en aras de ese mismo amor y termina mostrando la descarnada degradación del matrimonio de conveniencia y el descubrimiento póstumo de que lo que se pensaba como un mérito desorbitado tan sólo es producto de la (traumática) venta de una vaca.
Griffith expone sin ironías el candor de una Lillian Gish que se mueve como pez en el agua encarnando a la enamorada de Robert Harron, que tiene un acusada transformación, de joven despreocupado y con grandes sueños a hombre casado, (des)engañado y que, una vez ha conocido "el secreto" de su éxito, da por fin importancia a aquel imperceptible gesto, verdadero motor de esta historia de contrastes; lo sublime y lo banal mezclados en el crisol de las emociones humanas en un film, insisto, hermoso y sutil, que a mí me recuerda mucho a Rohmer, pero también me parece precursor de aquel Vittorio de Sica que emocionaba en un gesto, una mirada o una palabra... Aquí ni siquiera pronunciadas...
Saludos.

domingo, 8 de noviembre de 2015

Rincón del freak #211: Freddy, cortador de pizzas...



Y, bueno, ya iba siendo hora de retomar este desmañado homenaje a la figura de Wes Craven y su personaje más famoso. Vamos ya por la cuarta entrega, y como se trata de una película cuyo estreno vi in situ... En fin... A NIGHTMARE ON ELM STREET 4: THE DREAM MASTER tiene todos los topicazos del género de terror adolescente multiplicados por 100; hay un instituto, un grupo de amiguetes, vespas, descapotables... Lo malo es que esto lo dirigía un primerizo Renny Harlin, un tipo con propensión a la ida de olla galopante, y es ahí donde mi memoria quinceañera empezó a jugarme una mala pasada al volver a revisarla. Freddy Krueger deja definitivamente de dar miedo para convertirse en un icono pop, un señor que se mueve como un rapero y dice su monólogo de rapero neoyorquino mientras se relame la careta de goma, corta pizzas con sus navajuelas, se viste de enfermera e incluso se presta a imitar al señor Miyagi... Porque seamos serios: Freddy es un cachondo, pero justo aquí se les empezó a ir la franquicia de las manos, aunque teniendo en cuenta que ya a esas alturas no se sabía quién controlaba los derechos del personaje lo mejor que podían haber hecho era pararla al menos. Pero no, todavía exprimieron la gallinita un poco más...
Se lo contaremos en próximas ediciones.
Por cierto, ésta también estuvo en Sitges hace 25 años... y ganó el premio a los mejores efectos especiales. Para que digan.
Abur.

sábado, 7 de noviembre de 2015

Los dioses cabroncetes



En un principio, esta película debería ir mañana, pero no; porque la de mañana es mucho peor, así de claro. De hecho, y sin esperarlo siquiera, me encuentro viendo una película de la vasta filmografía del ínclito Takashi Miike y van pasando los minutos... y me gusta. KAMISAMA NO IU TÔRI (algo así como LO QUE LOS DIOSES QUIERAN) es una especie de videojuego elevado a la máxima potencia, algo que con su dosis de cachondeo resulta de lo más divertido, porque en vez de afrontar la incapacidad de un guionista para desarrollar una narrativa convincente, lo que lleva a la mayoría del cine comercial actual a lucir exactamente como un videojuego, el guion de Hiroyuki Yatsu lo hace a la inversa: borra cualquier rastro psicológico y transforma cada elemento del film en una bola de pinball con sentimientos, aunque éstos se reduzcan al miedo o el enfado. Así que no os rasquéis la cabeza si os choca el apabullante arranque, un juego sospechosamente parecido al de "el escondite inglés", solo que si el tipo de arriba se da la vuelta... En fin, mucha sangre, violencia y colegialas en uniforme, y todo para explicar que los jóvenes de todo el mundo llevan una vida de aburrimiento y hastío, por lo que le ruegan insistentemente a dios que les dé la oportunidad de tener un poco de diversión; la respuesta es que todos los institutos del mundo (lo juro) quedan cerrados a cal y canto, y los dioses, juguetones ellos, les van a poner una serie de pruebas, a cual más mortífera y sangrienta... hasta que sólo quede uno. E insisto, así leído parece una patochada, pero con un cubo de palomitas (virtual en mi caso) es una película muy entretenida y disfrutable. En Sitges así lo atestiguaron...
Saludos.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Un homenaje merecido



De nuevo en las islas británicas, y respecto al cine de terror que se está haciendo allí, HOWL es, ya desde el título, un modesto y sentido homenaje al mítico film de Joe Dante. Sin llegar a la excelencia de aquél, el escocés Paul Hyett impregna su película de un aroma a los setenta y ochenta absolutamente reconocible. Primero por el sentido del humor, a cuentagotas, sin caer en la parodia inconsciente; también por otorgar (a dios gracias) a cada personaje un rol definido, y no dejarlo en un maniquí más o menos de buen ver, aquí hay matrimonios de la tercera edad, señoras divorciadas, niñatas de extrarradio, machistas, cerebritos, zampabollos... Un poco de todo, y todo comienza a bordo de un tren de cercanías que hace una ruta nocturna conectando diversas ciudades de Escocia; justo al atravesar un sombrío y frondoso bosque el tren se detiene bruscamente al atropellar un ciervo... pero hay algo más acechando desde fuera...
Sí, es un argumento de lo más sobado, pero la peli es muy entretenida y hay momentos de jolgorio ochentero que ayudan a sobrellevar algunos diálogos que sobraban. Los intérpretes están correctos, no el insoportable protagonista, pero sí la estupenda Shauna MacDonald, que los aficionados recordarán por la gran THE DESCENT. Los monstruitos, eso sí, merecen un punto y aparte, porque se ha recurrido más al látex que al adobe digital, y las caracterizaciones dan bastante más mal rollo que otras que yo me sé, porque no se busca el hiperrealismo (que al final es poco creíble), sino la diferencia a través del trabajo de artesanía. Sólo por eso, merece la pena perder hora y media con ella.
Saludos.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Re-entornos



Los renacimientos siempre cobran su peaje. WAKE WOOD, de 2011, estaba llamada a ser una especie de acontecimiento, algo que los aficionados al cine de terror llevaban décadas esperando: la primera producción genuinamente Hammer desde 1979, año en el que la legendaria compañía cerró por bancarrota. El problema siempre es el mismo, y pese a los esfuerzos del irlandés David Keating, que había debutado quince años atrás con la notable SUMMER FLING, el conjunto es desalentador, incluso contando con el inmenso Timothy Spall en un papel tan mal dibujado como todo lo demás. Desconozco si se trataba de un ensayo alegórico, pues el argumento gira en torno a un pequeño pueblo, el Wakewood del título, donde trabaja una pareja de fuera, él es veterinario y ella farmacéutica. Un terrible accidente les arrebatará a su única hija y ya no levantarán cabeza. Sin embargo, un día descubren un misterioso ritual que se lleva practicando en el pueblo desde hace cientos de años y que les podría dar la oportunidad de ver a su hija renacida, aunque sólo por tres días, con el objeto de poder despedirse adecuadamente de ella. Y todo con la condición de que ambos se queden para siempre en el pueblo y ayuden a la comunidad.
En fin, el argumento, sin inventar la pólvora tiene su cosa, y se le ven las buenas intenciones, pero es poco menos que insólita toda la premura que exhala el conjunto, sobre todo siendo una producción que ha esperado tanto a ser hecha. Los personajes son esquemáticos, sin dobleces, y algunos diálogos parecen sacados de un manual de ortodoxia, pero lo peor es el espasmódico montaje, que va haciendo saltar las situaciones sin solución de continuidad, y que si está hecho a conciencia es una chapuza indigna de aquellos excelentes trabajos de montaje de los films clásicos de la Hammer. Yo, ya digo, al menos me sirvió para constatar el preocupante abismo que se abre entre el concepto de "artesano" hoy día y el modelo en el que supuestamente ha de basarse. Francamente, dudo mucho de una "segunda vida" para la productora...
Saludos.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Los recuerdos envueltos



Como su propio nombre indica, THE GIFT es un regalo, inesperado por otra parte, a cargo de un grupo de actores dirigidos por uno de ellos, y que es una sorpresa desde el punto de vista tanto formal como argumental. Digamos desde ya que el gran puntal reside en el excelente trabajo de Joel Edgerton (delante y detrás de la cámara), Rebecca Hall y un sorprendente Jason Bateman, que se despoja de muchos de sus insoportables tics y compone el personaje estrella de la función. El argumento, siendo simple y trillado, al no buscar el efectismo barato de género bordea los márgenes del cine de terror psicológico e ingresa en otra parte, que podríamos describir como "un drama de equívocos, donde nadie es quien aparenta ser". Ellos son una pareja perfecta, ideal, que se mudan a California buscando tranquilidad para que él pueda desarrollar su trabajo en una importante empresa. El único "lunar", que, aunque lo intentan, no consiguen tener un hijo. Un día se encuentran con un antiguo compañero de escuela de él... y toda su vida cambiará. Y permítanme que no desvele nada más, porque la gracia está en ir paso a paso con un guion magníficamente estructurado y que intenta ser lo más honesto posible, con sus personajes y con el espectador. El debut de Edgerton en la dirección, pese a algunos titubeos explicativos, es un triunfo del guion, de cómo éste malea a su antojo a unos personajes que dejan de serlo para aparecer como personas reales, con problemas reales y consecuencias reales. Sí, ya se ha hecho mucho de esto, de recuerdos que permanecen enterrados y afloran un día para atormentarnos, pero hacía tiempo que un cineasta prescindía del sustito, la miradita o el gestito, y ponía a los actores a hablar con coherencia, sobre todo para que al final (un final que dejará pensando a más de uno por su indefinición moral) no digamos que no estábamos avisados. No hay sangre, no hay cuchillos ni sierras mecánicas, y ni siquiera muere nadie, apenas un par de cachetazos en algún momento, pero insisto, a más de uno se le va a tambalear su convicción acerca de los buenos sentimientos...
Saludos.

martes, 3 de noviembre de 2015

Los detectives salvajes II



Sí, hoy vamos a hablar de la segunda temporada de TRUE DETECTIVE. Varias conclusiones, la primera es que si le hubiesen puesto otro nombre (aparte de cambiarle necesariamente la cabecera) a la gente le hubiese gustado más, porque esta temporada no tiene nada que ver con la primera. Es otra cosa, más cine negro clásico, con unos malos bien reconocibles, con una trama principal muy terrenal y un montón de subtramas que, en vez de allanar el camino, lo que hacen es desviar la atención para desmoralizar a un espectador no entrenado ni con capacidad de concentración. De hecho, creo que en el primer o segundo episodio hay un momento (que no desvelaré) en el que uno dice "ya está, he aquí el comienzo de la conexión sobrenatural y misteriosa con la primera temporada"... Y no. A mí me quedó claro que esta era una historia sobre la corrupción y la miseria moral, de la imposibilidad de combatirla con métodos legales y transparentes, porque todo el mundo (¡ojo, todo el mundo!) está metido en algún asunto turbio. Es significativo el papel de Vince Vaughn, pues la investigación sólo consigue esclarecerse y avanzar gracias a él, un mafioso que se ve obligado a sacudir los cimientos de Vinci, ciudad del pecado, para evitar su propia e inminente ruina. Una cosa positiva y otra negativa: la compleja ambigüedad con la que Nic Pizzolatto manosea a sus personajes y los deja dolorosamente desamparados, a merced de un destino que se va tornando cada vez más cruel. Pero, por otra parte, las ocho horas se hacen largas por inconcreción, el último episodio, sin ser malo, intenta recuperar a toda prisa una miríada de cabos sueltos que, francamente, yo ya daba por perdidos; y son estos pequeños e involuntarios mcGuffins los que le bajan la nota a una temporada que, sin ser memorable, es un excepcional ejemplo de cine negro de la vieja escuela, y eso por aquí siempre lo hemos valorado mucho.
... ¿Los actores?... Bueno, he conseguido reconciliarme en parte con Colin Farrell, Vaughn es toda una sorpresa, Rachel McAdams compone un personaje femenino atípico y Taylor Kitsch... No, en serio, si hubiesen prescindido de su personaje nadie lo habría echado en falta...
¿Habrá tercera temporada?...
Saludos.

lunes, 2 de noviembre de 2015

D. W.: El padre del cine #36



THE GREATEST QUESTION fue otro de esos dinámicos dramas a los que Griffith imponía su visión moral y estética, una epopeya rural sobre una familia de granjeros que se arruina y, impotentes ante la situación, resuelven contarle la verdad a su hija, que en realidad es adoptada. La muchacha huye desconsolada, con la mala fortuna de caer en las garras de un despiadado granjero, que mantiene en sus tierras un auténtico régimen dictatorial junto a su cruel esposa. Buscada por su prometido, que se crió junto a ella como un hermano, las dos familias se enfrentan en una parte final en la que no faltan las persecuciones acompañadas de disparos. Y aunque parezca traído por los pelos, no podía dejar de pensar en diversos dramas ambientados en el medio rural, cuna de odios ancestrales e inevitables; y muy concretamente pensé en Jeff Nichols y su opera prima, a la que le encuentro muchas correspondencias con este film. Una vez más, Griffith se adelanta y extiende su legado imperceptiblemente...
Saludos.

domingo, 1 de noviembre de 2015

Rincón del freak #210: Dedicado con amor y cariño a todos los que se han disfrazado de imbécil en estos días tan entrañables



Bueno, ya pasó Halloween, esa idiotez sacacuartos que se inventaron unos grandes almacenes para los que detestaban San Valentín, así el círculo miasmático quedaba definitivamente cerrado, y con nosotros, los apóstatas de la mediocridad, dentro. Así que aquí va mi "regalo", mi venganza personal por tener que ver a empleados de banco, limpiadoras, fruteros, panaderas y gigolós vestidos de Bela Lugosi, Boris Karloff (y eso en el mejor de los casos) o, más frecuentemente, de Rappel pasando por homeless... La película se llama PAY THE GHOST y es como una cosa que pretende dar miedo acerca de la desaparición de un niño en la fiesta de Halloween... Lo único que da miedo de esta puta mierda es el peinado de Nicolas Cage y la soberana sensación de que esa tocha ha conocido polvos mejores; también sale la mujer de Rick Grimes, y si cambió a los zombis por esto, pues... No, no es inquina desaforada, e incluso la idea no parece tan mala para un blockbuster kleenex, pero es que el film (y fíjense que lo dejo benévolamente con ese calificativo) es terrible de malo, desganado hasta la náusea, con unos personajes tan acartonados que nos preguntamos constantemente por qué no viene un fantasma y los masacra de una vez, si no fuera porque los malos, que se supone que son fantasmas o qué sé yo, son unas nenazas que no asustan si no es a base de bostezo limpio.
Y digo yo ¿a cuento de qué?... ¿qué está ocurriendo en el planeta Tierra? ¿Es esto el principio del fin? Y lo que es peor ¿No irá siendo ya hora de que nos extingamos todos y dejemos paso a una especie algo más inteligente?... En fin...
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!