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lunes, 29 de marzo de 2010

Frikis sin dinero

Fiel a cierta obsesión que ha recorrido alguna vez que otra estas páginas virtuales, aparecen los términos "frikada", "dinero" y "necesario", no siempre en ese orden ni con el mismo sentido. Porque hay buenas películas, malas películas, películas que no tienen valor porque son cutres y otras que usan esa misma cutrez en su propio beneficio. Esto ha sido el santo y seña de la productora Troma desde hace ya treinta lejanos años, quién lo diría; un interminable catálogo de incorrección política, humor bestial, violencia sin sentido y una absoluta falta de prejuicios. En Troma se han reído de todo el mundo, de ellos los primeros, pero si somos francos no podríamos salvar demasiados títulos, y no lo digo por lo del presupuesto, que en muchos casos se ha mejorado, sino en que la "gruesa ironía" (si se me permite tal aseveración) se ha ido difuminando en una sucesión de dislates marcadamente teen, que está bien para reírte un día de resaca pero que te produce eso mismo si esperabas algo con cierta entidad. No es que el "milagro" Troma necesite de muchas explicaciones, pero sí que sigue habiendo algún que otro título no sólo rescatable, sino hasta reivindicable. Y uno de los más famosos fue SGT. KABUKIMAN N.Y.P.D., así, como suena; porque esta es la delirante historia de un policía patoso y desastrado que recibe los poderes del teatro kabuki ?????, ya saben, ese en el que los hombres se visten con un aparatoso kimono, se pintan la cara como una fachada y se mueven y hablan con extrema lentitud. El sargento Kabukiman se convierte en el improvisado justiciero que luchará contra la mafia con palillos chinos, abanicos, sushi y fragmentos de Madame Butterfly... El summum de la parodia, del gamberrismo y la incorrección política, sin demasiados remilgos en lo argumental pero con momentos antológicamente delirantes, como la inenarrable batalla en el parque o la bromita final con lo del jaguar... En fin, que sin dinero también se puede coger una cámara y ofrecer hora y media de entretenimiento sin que nadie deba rasgarse sus puritanas vestiduras. Estoy seguro de que hay no menos de un fanático que se sentirá identificado con el post de hoy; para ellos pues.
Saludos kabukiiiiiiiiiiiiiii...

martes, 6 de enero de 2009

Troma que troma

Hay un término que ha ido cobrando fuerza poco a poco en los últimos tiempos, aunque, indagando un poco, es posible que sus orígenes estén más lejanos de lo que creemos. Los frikis, así, con españolización y todo, son la tribu adoradora de lo inútil y lo zafio, lo que aparentemente es basura para el hombre de bien, para el friki es objeto de culto.
¿Qué fue entonces la generación beat? ¿Y los dadaístas? Un poco más refinados que los antihéroes de Robert Crumb o los antisociales de Todd Solondz; posiblemente opuestos a la alocada crítica de John Waters o a la visión destroyer de Palahniuk... ¿Puede entrar todo en un mismo saco? O mejor: ¿Quién la ha dicho más gorda? Pues, hombre, en un concurso de cutrez elevada a la categoría de mito ganarían... no, los reyes magos, no, aunque no me importaría ¿Les suena de algo Troma?
Troma sólo se diferencia en una letra de la palabra "broma"; esclarecedor dato. Unos chavalines, hartos de tragar basura conservadora en forma de películas de Chuck Norris (sobre todo), deciden reunir todo lo desechable para el modelo biempensante y vomitarlo como el subproducto por excelencia. Así nació el emblema de esta insólita productora estadounidense, THE TOXIC AVENGER. El héroe del antisistema, en lucha constante contra el pensamiento único. Un tipo se cae en un bidón de residuos radiactivos y sufre una terrible mutación, pero decide usar sus nuevos poderes para hacer el bien; armado de una fregona... sí, sí, ésa es su superarma, no dudará a la hora de ofrecer una buena ración de gore con salsa de tomate y muy poca vergüenza. Con tantos detractores como devotos, la visión Troma plantea un dilema que me parece interesante: mientras Hollywood gasta sumas gigantescas, sin enrojecer lo más mínimo, en auténticas mierdas que no aportan nada al séptimo arte ¿Cuál es la verdadera cutrez del asunto?, porque Troma se gastaba en esperpentos como éste el sueldo de la limpiadora de TITANIC, por ejemplo. También es cierto que han pasado veintitrés años de aquello y que luego Troma ha profesionalizado y ampliado bastante su ámbito, por lo que ha ido perdiendo frescura y originalidad... pero esa es otra historia.
Saludos tóxicos.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!