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lunes, 24 de noviembre de 2014

Películas para desengancharse #22



Antes de empezar, quiero enviar un caluroso saludo a mi tocayo David, antes de que se ponga a bufar y le suba la tensión...
Dicho esto, sí, MARY POPPINS, cuya razón de existir sólo puede ser una: el advenimiento de la era psicodélica. "Échale un poco de azúcar a la medicina"... "El deshollinador que baila en los tejados"... "Los animales que me hablan"... Al principio, nuestra heroína está literalmente en las nubes, al final simplemente vuelve a ellas. Entre medias, demuestra su espíritu hippie chafando el símbolo inglés ultraconservador por antonomasia: la caza del zorro. Al final, incluso consigue que un banquero torne a antisistema pacifista y alucinado... y más de cien años antes de la aparición de Podemos... Sea como sea, la verdad es que MARY POPPINS es una película rara de cojones, para mí en absoluto es mala, pero dudo mucho que el público infantil la logre entender de la manera en que yo creo que la Disney pudo interpretar la obra original de la escritora australiana P. L. Travers; y digo "pudo" porque la blancura con la que se va desarrollando este canto al "paso de tó" es más una crítica a las absurdas neurosis de los adultos que una innovadora forma de educar a niños rebeldes. Por ello, MARY POPPINS, a cincuenta años vista, es un espectáculo que no ha pasado de moda, al contrario, hace envejecer a producciones similares más recientes. La razón por la que les pido que se desenganchen de ella es otra, ni más ni menos que el terror que me produce pensar en los tiempos muertos de esa niñera... ¿Qué diablos hace Mary Poppins en su tiempo libre? ¿De qué conocía a ese deshollinador? ¿Por qué pintaba el deshollinador en el suelo, como un perroflauta cualquiera? ¿Por qué no le decían que no se puede pintar en el suelo? ¿Es bailar con pingüinos la solución a nuestros problemas fiscales?... Tan sólo piensen en ello...
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!