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jueves, 30 de mayo de 2024

Ni frío ni calor


 

A estas alturas del asunto, parece hasta irónico seguir resucitando el fantasma de una franquicia que está acabada por mera incapacidad de reinvención. Más allá de un par de momentos, ya muy al final, en los que se apela a la supuesta magia de reunir al equipo original, notándose una barbaridad que ahí están todos por el cheque, lo de GHOSTBUSTERS: FROZEN EMPIRE es un ejemplo (y van unos cuantos) de saqueo emocional, birlibirloque para nostálgicos trasnochados, con un reparto sin carisma, y lo que es peor, concesiones a la gilipollez esa de la inclusión tan absurdos como un hindú poniendo caras de hindú o un guiño al colectivo LGBTI que es la repanocha, porque podría ser el primer caso de una fantasma lesbiana. Una tontería muy tonta, a la que ni siquiera le veo el potencial suficiente para captar nuevas audiencias, y que a los pollaviejas como yo nos viene sudando la ídem. Con Paul Rudd y Carrie Coon sin saber cómo moverse en cada escena, los jóvenes intentando ser graciosos con cero carisma y, ya digo, los Aykroyd, Murray y compañía en un lugar donde tampoco parecen querer estar.
Les he recomendado lo mismo con cada innecesaria secuela: no la vean.
Saludos.

lunes, 23 de mayo de 2016

Ya están aquí... #4



Así las cosas, parecía imposible que a nadie se le ocurriese hacer un remake de POLTERGEIST en esta época trufada de los mismos. La conclusión, no por esperada es menos sorprendente ¿Necesaria?... Sí, más que nunca ¿Por qué?... Pues para callarle la bocaza a los que piensan que los efectos digitales son capaces de tapar un guion tan malo que simple y llanamente es incapaz de mover una coma de la maravilla ideada por Steven Spielberg hace 34 años. Esta POLTERGEIST es una película de papel de calco, pero con el azul movido, desenfocado y con la convicción de que tú, maldito inútil, también vas a ser capaz de captar la magia de esos suaves travellings que anuncian lo irreal sin que tú lo veas más que reflejado en los ojos de un actor en estado de éxtasis. Pues ni siquiera consigue Gil Kenan con un reparto fallido para estos menesteres, porque Sam Rockwell haciendo chistes todo el tiempo no transmite asombro ni inquietud, y Rosemarie DeWitt parece una señora que pasaba un día por allí y no puede competir con la inmensa JoBeth Williams, dueña de las muecas más orgasmáticas del cine de todos los tiempos. De la niña no digo nada, porque no merece la pena. Hay ventiladores y luces, y un lamentable monstruo que podría haber programado en su tiempo Dynamic o Topo Soft... En fin, un despropósito que a alguien habrá lucrado, digo yo.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!