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jueves, 7 de septiembre de 2023

Adorable y despreciable


 

A MAN CALLED OTTO es una película tramposa, que ves venir de lejos por mucho que juegue a una inversión de roles pero que muy mal entendida. O David Magee no vio la original, o tanto le dio, porque si ya parece complicado integrar a Tom Hanks en la piel de un misántropo, peor aún es redimirlo a base de gags desconcertantes, que terminan por convertir a Otto Anderson en un entrañable abuelete. Es sintomático, por tanto, que Hollywood carece de ideas propias, y en su afán de apropiación no escatima la oportunidad de "blanquear" cada título que cae en sus redes. O dicho de otro modo: Habría sido un buen film, correcto, en la línea de Marc Forster, de no mediar la original, infinitamente más dura y descarnada, por lo que es un fiasco a medias. Bien como ente autónomo, desastrosa como remake. Y eso que Hanks hace lo que puede, que no es poco.
Saludos.

sábado, 10 de junio de 2023

Porque es un muchacho excelente 1


 

CHRISTOPHER ROBIN es una película en verdad curiosa. un intento extrañísimo de integrar el universo de Winnie the Pooh en el mundo real, y no al revés. El tiempo ha pasado, y el niño ha crecido; ya adulto, con una familia y las responsabilidades del trabajo, Robin extraña íntimamente aquel tiempo de juegos y alegría, sabiendo que nunca volverá. Justo hasta que su jefe le obliga a tomar una decisión drástica, y es entonces cuando su pasado le recuerda quién es en realidad. Demasiado bien resuelve Marc Forster (un director al que nunca se le ha discutido el talento) un guion demasiado "despiezado", sin decidirse por la comedia familiar, una un poco más adulta o la reflexión alegórica, que finalmente es lo mejor de su embarullado argumento. Por otro lado, el aspecto técnico es asombroso, teniendo en cuenta que esta animación de última generación viene a "sustituir" a toda una tradición disneyana de inolvidables mixturas con la imagen real. Ewan McGregor está correcto como ese niño grande, repleto de valores, pero incapaz de solventar sus problemas de adulto, pero se echa en falta algo más de complejidad, y las aventuras del "grupo del bosque de los Cien Acres" en pleno Londres, al margen de la virguería visual, parece un episodio más de este entrañable personaje. Y como película extraña que es, me parece más adecuada para un público que provenga de las tiras originales (que por cierto cumplen ya un siglo de vida), y menos para una muchachada menos acostumbrada a ver a un señor dialogando con un osito de peluche que sostiene un globo rojo, mientras el atardecer languidece...
Saludos.

domingo, 4 de mayo de 2014

Rincón del freak #153: Castellers caníbales, médicos sin fronteras y la salvación de Jerusalén



En la definición de "artesano" cabe, a estas alturas, casi cualquier cosa, y aventurarnos a imponer un sólo modelo nos deja el sinsabor de la medianía. Por ejemplo, Marc Forster no parecía tender una línea tan clara hacia el conformismo tras un póker de títulos tan estimulante como el que logró reunir desde LOUNGERS, su deslumbrante debut. EVERYTHING PUT TOGETHER, FINDING NEVERLAND y, sobre todo, la impresionante MONSTER'S BALL, introducían a un sólido director de actores dotado de un talento especial para recrear atmósferas que pasaban de lo fascinante a lo inquietante en apenas un parpadeo. Sigamos. STAY ya era tibia, sin peso; STRANGER THAN FICTION, sin ser una mala película, nos adelanta la futura línea de trabajo de Forster, absolutamente alejada de la anterior, confirmada con la empalagosa THE KITE RUNNER, el encargo "jamesbondiano" de última generación, QUANTUM OF SOLACE y la inenarrable MACHINE GUN PREACHER... Fondo... fondo... fondo, hasta llegar a WORLD WAR Z, un dolor de cabeza y de córneas constante acerca de cómo abortar el fin del mundo en dos horas. En dos horas, a toda pastilla, nos dan un paseo por the whole damn world (aunque con la inefable escenita 11/S), que está siendo literalmente devorado por una incontenible plaga de zombis a los que les da, además de por correr con una velocidad acojonante, por colaborar sensatamente y escalar cualquier muro que les pongan con la técnica del "súbete a mis hombros". Brad Pitt es un médico, o un científico, o yo qué sé, capaz de perder a su familia, esquivar a millones de zombis atletas, salvar el mundo a 10.000 kilómetros de su casa y volver a encontrar a su prole como si nada. Blockbuster anodino y dañino, cuesta un gran esfuerzo reconocer aquí a aquel Forster, enterrado entre dimensiones distorsionadas y tímpanos ametrallados, y todo para casi nada, porque lo temible de este asunto (que yo reconvierto en la verdadera plaga zombi de Hollywood) es que se nos vuelve a adoctrinar desde el imperio yanqui que una vida no es valiosa (bueno, la de Brad Pitt sí, claro), que a lo mejor habría que volver a pegar bombazos en Irak u otro sitio, que no se nos olvide quienes son los buenos... Aplaudir esto me parece, lo digo por parte de críticos de cine más o menos inteligentes, de vergüenza. Lo que Marc Forster decidad hacer con su carrera me es de todo punto intrascendente...
Saludos.

sábado, 14 de agosto de 2010

Denuncia New Age



Después del atracón de superhéroes, me he acordado de una película de esas destinadas a que todas esas almas sensibles y acongojadas pasen un rato entre lagrimillas y suspiros. Y es que THE KITE RUNNER tiene muchos ases para conformar un drama social sólido y dinámico, pero desgraciadamente Marc Forster, que cuenta con una trayectoria tan inusual como repleta de altibajos (desde la estupenda MONSTER'S BALL a la "bondiana" QUANTUM OF SOLACE), es absolutamente incapaz de superar el carácter melodramático del best-seller de Khaled Hosseini y da al traste con una idea que, bien desarrollada en cine, pdría haber dado más en sus olvidables 120 minutos.
Se nos cuenta la típica historia de dos niños que son amigos inseparables, de diferente extracción social y que son separados de manera traumática (en este caso, la implantación del régimen talibán en Afganistán). Así que el chaval que consigue escapar junto a su padre a Estados Unidos vuelve al cabo de los años a su país de origen para intentar encontrar al hijo de su antiguo amigo y saldar así el lastre de culpabilidad por haberle dejado a su suerte en un entorno de hostilidades. Forster emplea la primera parte (la más interesante) del film para contar muchas cosas (la amistad infantil, el activismo del padre contra los talibanes, el sordo impacto de la toma de poder y hasta algún concurso de cometas filmado con esmero) y dejar al espectador, justo a la mitad, con ansias de saber qué va a pasar a continuación. Por desgracia, el último tramo no sólo no es creíble (yo no me creo que un tipo totalmente solo entre en un cuartel talibán, por las buenas, y se lleve a un niño escapando en plan Rambo), sino que aburre a las vacas con su paternalismo de teleserie y el estúpido mensaje de que con buenos sentimientos se superan las adversidades, en lugar de ahondar un poco más en los aspectos psicológicos derivados del sentimiento de culpa; de todas formas, al ser una adaptación literaria, no sé hasta qué punto puede ser culpable de esto el director, aunque estoy convencido de que se podía haber hecho un producto de mayor empaque.
Saludos celestes.

sábado, 8 de agosto de 2009

Brutal soledad sin paz

Ayer mismo me refería a una curiosa y semidesconocida producción de corte arriesgado aunque sustentada por la participación de un actor más o menos consagrado de Hollywood; hoy traigo aquí otra vuelta de tuerca con los mismos mimbres. Y es que MONSTER'S BALL fue aún más lejos. Primero por su espectacular reparto; nada menos que Billy Bob Thornton, Heath Ledger, Peter Boyle, el rapero Mos Def y, por encima de todos, una Halle Berry en estado de gracia y que hizo historia al ser la primera mujer negra en ganar un oscar, que ya iba siendo hora.
MONSTER'S BALL es una cruda y sórdida narración acerca de cómo los prejuicios carcomen a las personas, envileciéndolas e interceptando su capacidad social. Thornton realiza uno de los mejores y más intensos trabajos de su dilatada carrera encarnando a un funcionario de prisiones que continúa la saga de su padre y continuada por su hijo; un fuerte sentimiento racista une a padre e hijo, pero no casa con el nieto, agobiado por una atmósfera "familiar" simplemente asfixiante. El gran acierto de Marc Forster, un curioso director con trabajos ciertamente dispares, es virar el timón 180º y lanzar al vacío de lo inesperado a unos personajes que nunca son estereotipados, pese a que siempre lo parecen. La explícita escena entre Thornton y Berry aún colea entre un público ávido de este tipo de cosas, aunque a mí me resultó bastante más duro todo el entramado del que Thornton tiene que servirse para dejar atrás sus horribles prejuicios y darse cuenta de lo solo que está. Si es una de las películas más potentes de la década lo es por el rigor de sus intérpretes y por las poquísimas concesiones de Forster a la galería sentimentaloide; no se exploran aquí los problemas de la gente, se explora el porqué de que la gente tenga este tipo de problemas y la incapacidad para poder resolverlos, cegados por una brutalidad que se transmite durante generaciones.
Francamente excelente.
Saludos monstruosos.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!