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jueves, 4 de julio de 2013

Vivir, que no es poco



Un chaval en el Sur de Estados Unidos, camisas de cuadros, camionetas, granjas, grandes espacios... Lo típico de tantas y tantas películas americanas. El chaval tiene un hermano mayor, se va con él a cazar patos y entonces ocurre una terrible desgracia que marcará el devenir de la historia de este muchacho. En THE STONE BOY, Christopher Cain lo tenía más fácil que en otras ocasiones para cargarse con su habitual torpeza cinamatográfica una historia que era carne de telefilm; increíblemente, le sale una película con el punto justo de ternurismo y con una más que aceptable dirección de actores. Claro que todo debe ser más sencillo si se cuenta con un estupendo Robert Duvall, una contenida Glenn Close y un elenco de secundarios tan solvente como Frederic Forrest, Wilford Brimley y Jason Presson, que borda su papel de pequeño héroe que deberá endurecerse ante una vida mucho menos amable de la que un chico de su edad suele tener. Una de esas olvidadísimas películas que sólo unos cuantos han visto y que constataba un par de aspectos: que en los ochenta no todo fue desenfreno y que el señor Cain consiguió el solito cargarse cualquier tipo de crédito obtenido en este correcto film.
Saludos pétreos.

domingo, 31 de marzo de 2013

Rincón del freak #102: Los 40 Principales del Far West



Yo lo siento muchísimo por toda la gente que acudió en masa a los cines para ver ese desastre llamado YOUNG GUNS, una película mala mala mala... Mal rodada, mal interpretada, con un guion de chiste y tantos arquetipos, y tan mal encajados, por minuto que uno no sabe si está viendo una película del Oeste o un videoclip de Madonna. Esto es muy simple, y ahora, por ejemplo, lo hemos sufrido con el coñazo de TWILIGHT, que, a falta de ideas, lo que hace es reunir al puñado de caras conocidas (y jóvenes, claro) y ponerlos a todos juntos, dosificando los primeros planos adecuadamente y otorgándoles sus propias habilidades especiales... Sí, como X-MEN pero sin sentido del humor. Y un poco de eso va esta tontería, de un inglés (pobrecito Terence Stamp...) que se dedica a reclutar jovenzuelos descarriados para convertirlos en hombres de provecho, aunque la verdad es que a lo único que se dedican es a disparar, lanzar cuchillos y mascar tabaco... no sé, es todo muy raro. Luego sale Jack Palance, ya bastante estropeadete, y hace de malo. También sale una china que no se sabe qué cojones pinta ahí. Pat Garrett es poco menos que una anécdota, y aparece exactamente un minuto y trece segundos. Y luego están los muchachos... Muy guapetes, muy maqueaos, con sus sombreros y sus pistolas y sus peinados de los años ochenta. Está Emilio Estévez como Billy The Kid, que básicamente dispara a todo lo que se mueve y luego se ríe como un gilipollas; Charlie Sheen, al que se cargan antes de la mitad de la peli (no sé si hubo discusión fraternal de por medio); Kiefer Sutherland, que interpreta a un pistolero poeta (???...???...???), que se enamora de la china; Lou Diamond Phillips, que interpreta el único papel posible para él, es decir: un chicano que tira cuchillos; y Dermot Mulroney, puede que el único capaz de reírse de su propio personaje, un tipo bastante asqueroso que masca ingentes cantidades de tabaco y se lava menos que un gato sin lengua... Ah, y Casey Siemaszko, que no sé quién es... O sea, que si son lo suficientemente descerebrados como para enfrentarse a su propio y ridículo pasado, ustedes mismos. Yo ya les he avisado...
No se pierdan la secuencia del peyote. No tiene precio.
Saludos, jovencitos.




domingo, 30 de septiembre de 2012

Rincón del freak #78: Mormones asesinos pero amigos de los indios



Con el título se cuenta todo; película de serie B que se toma tan en serio a sí misma que es incapaz de reírse de sus muchos errores y fallos (y carencias). Tanto es así que SEPTEMBER DAWN empieza recordando una ignota masacre cometida en un no menos perdido lando y termina contando la historia subsiguiente de los personajes... como si nos importara. La gracia está en que los malos son un grupo de mormones cabrones, unos simpáticos tipos que tienen 20, 30 y hasta 40 esposas (esto me hizo gracia porque en el poblado no llegué a contar más de diez personas...), que predican la palabra del profeta Joseph Smith (pájaro de cuidado del que apuesto que seguro que tienen algún folleto en casa), pero al mismo tiempo se llevan bien con los indios (también eran no más de quince... qué horror de presupuesto) y matan el tiempo asesinando paganos, que son cualquiera que no piense como ellos o provenga de Missouri... (no, no sé por qué, pero es verídico). Sí, es muy mala, pero peor es ver a Jon Voight haciendo el ridículo (fue nominado al razzie en 2007) o a Terence Stamp grabado a muchos kilómetros del set de rodaje, ya que los dos minutos que sale lo hace monologando en una silla... Un espanto que, ya digo, no contiene ni un gramo de sentido del humor. Dirige el inefable Christopher Cain, un tipo que hico una película decente en 1984 (THE STONE BOY) y luego se hizo una casita de campo rentabilizando bazofias como EL RECTOR, ARMA JOVEN, EL NUEVO KARATE KID, EL PEQUEÑO PANDA, DOS CHIFLADOS EN REMOJO... además de enchufar a su hijo (y convencerle de que es actor), Dean Cain, en aquella aberración de los noventa que fue la serie de TV "Lois y Clark"... en fin...
Saludos de un mes a otro.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!