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jueves, 6 de septiembre de 2012

La verdad está ahí fuera



Septiembre es un mes que se presta a las divagaciones más variopintas y las reflexiones menos adiestradas; un mes a caballo del verano y del otoño, lo que le (nos) hace más mal que bien, puesto que solemos rendirnos a toda la nostalgia y melancolía que el dulce estío nos hace olvidar. Así las cosas, también es cierto que ya queda poco para llegar a la fecha más fatídica de los últimos tiempos, el día 11, y, claro, se disparan otra vez las conjeturas y conjuros sobre una posible conspiración. Mi opinión es que nunca lo sabremos, igual que nadie dirá que lo de ir a la Luna fue una falacia y esas cosas; mientras tanto, se multiplican los documentales sobre todos esos "puntos oscuros" al margen de la versión oficial, que defiende un mero ataque terrorista. No voy a extenderme, simplemente les diré (por si les interesa) que el documental atiende al nombre de 11 SETTEMBRE 2001-INGANNO GLOBALE (sí, es italiano) y su supuesto valor reside en ametrallarnos con todas las claves de la conspiración. Empieza con el extraño itinerario de los aviones secuestrados; que si iban para California y viraron al llegar a Ohio... un lío, vaya. Sigue con una amplio dossier sobre demoliciones controladas, por lo que se llega a la conclusión de que las Torres Gemelas colapsaron gracias a numerosas explosiones estratégicamente colocadas por... Efectivamente. Y aunque el final tenga su punto de valor, cediendo espacio a varios familiares de víctimas que aún siguen haciendo preguntas y luchando por una versión que, mucho me temo, no van a lograr, lo cierto es que este documental, simplista y poco inspirado en lo formal, queda absolutamente resumido en una de sus últimas conclusiones: "... he dejado de ser una persona inocente y crédula", nos dice la mujer de un fallecido antes de que Giuliani y compañía la miren como a un bicho raro en un multitudinario careo. Es decir, el problema no es si dejas de creer a posteriori; el problema es que a los que nunca hemos creído en la integridad de los gobiernos también nos parte un rayo... y sin que se nos muera nadie por el camino...
Saludos descreídos.




... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!