jueves, 30 de abril de 2015

Trazo grueso, semblanza perdida



Gran parte de las películas más olvidables del último cine americano ("último" puede significar un lustro, quizá dos o tres) se han ido al traste por la manía, incapacidad, o ambas cosas, de volver una y otra vez, como si no hubiese otro camino, a una puesta en escena de la que se han ofrecido todas las variantes posibles. El thriller, vertiente robos-mafiosos, es quizá el género más expuesto a esta degeneración por culpa de un exceso d confianza en según qué reglas. La película en cuestión es BAD TURN WORSE, un insignificante re-tratado de las constantes que asombraron en los incipientes hermanos Coen, y por aquí quería yo ir, porque también dirigen dos hermanos, pero si es casualidad o causalidad, sería animarse demasiado con un film que no lo merece. Y no, porque aunque la escritura es calmada y con buen trazo, eso es sólo caligrafía de alumno aplicado, y nunca el trabajo decidido de un autor que regenera y redefine en sus imágenes la ortografía que luego debe devenir semántica.
En un rápido trazo, unos niñatos le roban a un matón, que les tiende una trampa para poder robarle al verdadero pez gordo. Desde el principio hasta el final, todo lo hemos visto ya, y con más ideas, y con mejores intérpretes, y mejor fotografía, y mejores diálogos... Pues eso, innecesaria, pero ahí está... Eso sí, uno de los chavales podría haber dado el pego en un biopic sobre un joven Bob Dylan...
Saludos.

miércoles, 29 de abril de 2015

Muñecas y caramelos



Se arraciman los niños ante un cantante callejero al salir del colegio, justo antes de reunirse en el puerto, a jugar, a nadar, a vivir. En la clase, el que llega tarde es coronado con orejas de burro, de cara a la pared, mientras el empollón lee de corrido con voz afectada. En la tienda, bazar de sorpresas y sueños, igual caen muñecas que caramelos, encajes, alfileres o paños para un traje; todo se vende, y los niños no comprenden por qué no puede cogerse sin más. Tras el baño, todos corren hacia las vías del tren, a verlo pasar, y está Carlitos, y también Eduardinho, y los dos cortejan a Teresinha, cada uno a su manera, uno más bruto que el otro, el otro más soñador. Y la canción que entonan alegremente resuena por las calles de un Oporto adoquinado, de mujeres asomadas a la ventana, de guardias que giran sobre sí mismos, de niños y grandes, y suena como el final de fiesta que espera al final de la infancia, algo así... ¡ANIKI-BÓBÓ!...
Saludos.

martes, 28 de abril de 2015

Y dentro de nosotros, las sombras



Les voy a recomendar una película vivamente. Les voy a recomendar THE BABADOOK.
THE BABADOOK es el primer film de la australiana Jennifer Kent, y no creo que pueda rodar nada mejor; la reto a que lo haga, porque THE BABADOOK, señores, es muy muy buena, y los que siguen este blog saben que no suelo referirme a ningún film en este término. Pero debo insistir, porque he visto muy pocas películas de terror (y sin terror) que exploten con tanta inteligencia, pasión y veracidad lo que están intentando contar, y sea lo que sea lo que estén contando. En rápidos trazos, estaríamos ante la enésima historia de fantasmas "insidiosos", que no dejan en paz a los pobres moradores de una casa (siempre amplia y siempre con sótano), que hacen ruidos extraños, que pasan velozmente como una sombra y que son peores que el PP en materia de desahucios... Pero siempre me hago una pregunta, y es ¿pero qué diablos pasa con los acosados por dicho ente maligno? ¿cuál es de verdad su vida? ¿es que no cabría la posibilidad de que, al derribar la cuarta pared, lo que se nos está escamoteando es eso y por tener que mostrar al fantasma forzosamente? Lo que ha ensayado Kent es complicado de explicar, porque por encima del monstruo, lo que da miedo de verdad es el progresivo deterioro al que se ve sometida una mujer (excepcional Essie Davis), que perdió a su marido cuando la llevaba al hospital a punto de dar a luz, y que se ve incapaz de educar a su hiperactivo hijo (un inquietante y muy veraz Noah Wiseman). Es decir, lo que yo veo es más la tortura psicológica, que quizá podemos identificar con una especie de posesión demoníaca, aunque el inteligente guion consigue hacernos dudar sobre qué tipo de amenaza supone el siniestro personaje, aparecido de la nada, de un libro aparecido de la nada. No es precisamente su desenlace lo más brillante, sino la capacidad para hilvanar un relato complejo, sórdido y bastante desalentador, además de un maravilloso (ojalá siente cátedra) uso del sonido, sin efectos ensordecedores ni músicas a lo bestia; de hecho, los mejores momentos de este magnífico film son los que ocurren en completo silencio, creando una atmósfera de extrañeza que no desaparece en ningún momento y que incluso sirve para que asistamos a un insólito punto de vista (yo no lo recuerdo antes), que es, ni más ni menos, el del propio monstruo...
Si sólo pueden ver una película esta semana, tiene que ser ésta...
Saludos.

lunes, 27 de abril de 2015

D. W.: El padre del cine #16



Abrimos 1911 con un título poco interesante, quizá por estar incompleto o simplemente por lo rutinario de su propuesta. THE REVENUE MAN AND HIS GIRL contaba una historia a priori sugerente, como es el trasiego fronterizo de los destiladores ilegales y la persecución a la que eran sometidos por los agentes del gobierno. Curiosamente, Griffith (aunque el guion es de Frank Woods) se centra más en una improbable historia de amor, entre la hija de un destilador y el agente que ha llegado para llevárselos a todos al trullo... Bueno...





No mucho mejor es THE PRIMAL CALL, aunque nos mole ese raro gusto por las clases desfavorecidas, atizándole siempre a los señorones y señoronas de la época. Aquí, Griffith salva in extremis a una joven del horrible destino que le aguardaba casándose con un millonario... Mejor, cómo no, los recios brazos de un marinero, que es algo a lo que nadie se resistiría...




Lo siento, pero no he podido resistirme... "Flor Silvestre sigue a su amante Zorro Gris, que ha sido desterrado. Su marcha es observada por Cervatillo Plateado, que erróneamente piensa que Flor Silvestre le está robando a su novio. Cervatillo Plateado va en su búsqueda atacando a Flor Silvestre, presa de los celos. Caen al río, cuando son rescatadas por Zorro Gris. (FILMAFFINITY)"...
Igualar esto es sencillamente imposible, pero es la sinopsis de THE SQUAW'S LOVE, un muy divertido corto acerca de la vida sentimental de dicha tribu...





FATE'S TURNING es la mejor de este lote. Más elaborada, y con un guion más sobrio y coherente, Griffith aborda a un cínico joven, cuya posición social le hace creer que puede hacer lo que quiera con los demás. Tras dejar embarazada a una pobre camarera de hotel, desaparece rápidamente, y tras el nacimiento del niño vemos cómo está a punto de casarse, pero una visita inesperada dará al traste con la ceremonia, y la justicia acabará imponiéndose... Muy bonita, y además Griffith usaba niños reales...

... Y, saludos...






domingo, 26 de abril de 2015

Rincón del freak #193: Caricias de ultratumba, fandango psicodélico



La diferencia fundamental entre la película de ayer y la de hoy no responde a términos cualitativos. La de hoy es mejor, más divertida, desprejuiciada y perfectamente reivindicable por cineastas contemporáneos que han indagado en rincones oscuros, a fin de enriquecer su propio discurso. Pero esto también va del demonio (para los puristas, se invoca el nombre de Behemoth), de rituales satánicos en el Siglo XVII, caza de brujas, infancias corrompidas por males arcanos y otros asuntillos de los que nos privan en Domingo... THE BLOOD ON SATAN'S CLAW es, quizá, el título más famoso y recordado de la Tigon, productora análoga a la "todopoderosa" Hammer, de idénticos motivos e inquietudes y centrada en el terror que ahora viene a denominarse "geek". El argumento es menos interesante, por trillado, que su ambientación, los recursos utilizados con habilidad por Haggard, que apenas contaba con treinta años y que luego realizó una recomendable adaptación del Dr. Quatermass y el film VENOM, junto a Tobe Hooper. El "monstruo", ya digo, no es gran cosa, apenas un abrigo de piel mojado y una garra de oso pardo, cuya mayor capacidad de intimidación consiste en la inmovilidad total, que es algo que da mucho miedo, claro... Mejores son las escenas en las que se puede disfrutar de la deliciosa Linda Hayden, intentando corromper al pobre clérigo de turno... increíblemente sin éxito... Ahora se forma un escándalo de dos pares de narices porque nosequién ha enseñado el culo en las redes sociales; alabados aquellos tiempos en los que, a falta de recursos metalingüísticos, una túnica caía, liviana y en abandono casi delicuescente... Véanla si no me creen...
Saludos.

sábado, 25 de abril de 2015

Vamos a ser malos



Por fin me he beneficiado de las ventajas del abandono a cierta dejadez como espectador, con menos avidez de datos y con el simple ejercicio de ver, sin muchas esperanzas de nada, una película de las que se denominan "flojas". Y así fue en el caso de HORNS, supuesto cuento terrible, en clave sobrenatural, sobre un joven al que le crecen cuernos... Bromas aparte, veo HORNS sin que me moleste mucho su mezcla de clichés y perfecta corrección disfrazada de incorrección, apenas me preocupo de que el protagonista sea Daniel Radcliffe (de hecho, el muchacho está bastante correcto), ni me supone un problema el cachondeíto de tener que ver esa transformación sin echarme a reír. Todo gira en base a la muerte en extrañas circunstancias de la novia de este joven, y la unánime acusación de la comunidad en la que vive a la que se ve sometido; después viene la transformación en una especie de demonio justiciero, con poderes y eso, que utilizará para descubrir de una vez por todas al verdadero asesino de la chica. Imaginen el resto, y tengan en cuenta que dura un par de horas, aunque es más entretenida de lo que parece y raspa menos que otros productos similares... Y luego, claro, me voy a los créditos, pensando que esto lo habrá hecho algún debutante y habrá que seguirle el rastro, y esas cosas... Pero no, porque esto lo ha dirigido Alexandre Aja, que no es que a mí me diga gran cosa, pero que sí es verdad que es un señor que ya tiene un nombre en la industria americana, a la que llegó hace algunos años. Ese dato, sumado a la inexplicable banalización de la otrora fascinante fotografía de Fred Elmes, me confirma que vivimos tiempos perezosos para la lírica... Y yo prefería los malos...
Saludos.

viernes, 24 de abril de 2015

Evasión de impuestos



Le faltan muchas cosas a LOST RIVER, el debut en la dirección del actor Ryan Gosling. O quizá no sea exactamente eso, quizá sea al contrario y le sobre casi todo. Le sobra, en cualquier caso, tomarse en serio su estrambótica historia sobre submundos y sociedades secretas y no desarrollar con mayor convicción lo más interesante, que es la lucha por la supervivencia de un joven que merodea casas en ruinas para extraerles el cobre y venderlo al peso. Una semblanza certera y nada melancólica de lo que la crisis económica alberga para todos nosotros, y que queda simbolizada en esa ciudad fantasmal y sumergida bajo la imponente crecida del río. Sin que nadie se lo pida, Gosling se pone a desbarrar y decide que hay otros mundos... que a lo mejor están en éste, pero que en ningún caso superan la historia que, por un momento, creíamos que era la que nos iban a contar. Puede rastrearse con demasiada poca dificultad el neon scroll de Winding Refn, el gusto por los lugares claustrofóbicos del mejor Atom Egoyan, y mucho más el retrato distorsionado del mal lynchiano; todo esto está claro, y no hay que ser muy listo para corroborarlo, pero a Gosling le alabo su tesón, la convicción que tiene de que lo que hace va en la dirección correcta y que al menos no se deja embaucar por recursos facilones en cada disyuntiva propuesta. No soy capaz de augurar si se tratará tan sólo de un inciso en la carrera de un actor que cada vez es más precisado o si estamos ante el comienzo de un director con visión propia. Una visión, en todo caso, que necesita pulirse, corregirse y aumentarse... ¡y otro responsable de casting, por dios!...
Saludos.

jueves, 23 de abril de 2015

La vida es sueño



¿Qué somos? o ¿Por qué somos lo que somos? Son preguntas que, ante todo, nos refieren a una causalidad a la que no pretendemos ser ajenos, sino que nos reafirman como identitarios de nosotros mismos, y precisamente en momentos de crisis de identidad, especialmente (y cruelmente) remarcables en la actualidad. Es SMULTRONSTÄLLET (FRESAS SALVAJES), quizá, la aproximación más sentimental de Ingmar Bergman a uno de sus temas capitales, el tiempo que permanece en la memoria, consciente asimismo de su propia inexistencia material. Por ello no es casual la larga escena onírica al principio, ni las constantes alusiones a la ensoñación como un estado más del ser humano; éste, el profesor Borg (magistralmente interpretado por el director y maestro de Bergman, Victor Sjöström), ni mejor ni peor que cualquier otro ser humano, solo que quizá aterrado por arrebatos de lucidez, que le ponen constantemente frente al mundo y a sí mismo. FRESAS SALVAJES es una inesperada road movie, un cinemático concurso de voluntades expuestas y contrapuestas, puestas en duda tan sólo para afirmar lo que ya sabíamos, que nada o todo es susceptible de ser cierto. Borg va recogiendo pasajeros, al tiempo que rememora su juventud, un tiempo que considera perdido o malgastado, pero también el último tiempo en el que se acercó a ser feliz. Va a ser nombrado Doctor Honoris Causa, pero esto le importa menos que recostarse en aquel rincón olvidado, donde crecían las fresas salvajes. Su historia no retrocede, avanza con la sensación de que a todos nos pertenece ese momento crucial, un punto de no retorno con el derecho a disgustarnos por una extinción que juzgamos injusta, y baste para ello un sencillo contraplano frente a un espejo, quizá la realidad menos real de todas, menos, incluso, que un sueño...
Saludos.

miércoles, 22 de abril de 2015

El imposible disfrute de la regresión



INHERENT VICE es difícil de ver, pero fácil de contar. No es una película complicada, sino un ensayo de viaje en el tiempo que, al tocar tantas teclas para conseguirlo, es capaz de dejar exhausto al más pintado. Pero no es ningún embrollo, porque bajo las toneladas de información cruzada, el incesante vaivén de personajes (algunos, es cierto, sin peso alguno), o los constantes guiños a un mundo que vivía sus últimos estertores, hay que señalar dos aspectos sobre los que se mantiene el corpachón de este coloso, a veces dulce, a veces morboso, a veces de una resignación que duele. Por un lado está el amor, casi paternal, que el estrafalario Doc Sportello (un portentoso Joaquin Phoenix) demuestra en cada gesto y mirada, mientras busca a la joven Shasta, perdida en mitad de otra búsqueda, porque Sportello se pega media vida haciendo eso, buscar lo que otros quieren que busque, hasta que decide buscar por su cuenta. Aunque ese sería el pilar asentado en la coherencia, que nunca deja a sus personajes despegar demasiado hacia una locura que parecen anhelar como único salvavidas a una vida vendida y miserable; otra cosa es el humo filtrándose por la pantalla, los locales forrados de naftalina, el plástico de los teléfonos rechinando la información distorsionada, los palmerales resecos, las moquetas sin aspirar. Como un cuento que toca a su final, como una cuenta a punto de quedarse en números rojos, o como una frase dicha ya a destiempo. INHERENT VICE narra, a su modo, con hipidos y palpitaciones, un descenso a los infiernos eludiendo tópicos, rotulando la vulnerabilidad y alineándola con cada gesto de maldad. Porque hay mucha maldad en este film, porque la maldad destella más cuando es confrontada a la inocencia.
Hay que verla. Luego ustedes deciden si han visto una paja mental o una obra visionaria. Yo, ya digo, no veo ni lo uno ni lo otro; me parece una película admirable, algo cansina de seguir, pero repleta de hallazgos, y con una dirección de actores de la que deben tomar nota los jóvenes que se quieren dedicar a esto. Desde luego, una de las películas más importantes de lo que llevamos de año.
Saludos.

martes, 21 de abril de 2015

... y todo se va a la mierda en un segundo



Sí, también hubo otra CARRIE, veinticinco años antes de la que todos conocemos, y, no, no tiene nada que ver. Porque esta CARRIE da mucho más miedo, por lo certero de su planteamiento y por la sorprendente dosis de realismo que puede encontrarse bajo su aparente "normalidad de melodrama". Pero si tuviese que destacar algo por encima de todo lo demás, esto sería su paciente y milimétrica narrativa, nunca apresurada ni angustiada por el tremendismo, sino presentando cada personaje, cada situación con el tiempo que cada uno merece para poder ser entendido en su totalidad. William Wyler, poco acostumbrado a los fracasos en taquilla, tuvo uno de los más grandes con esta oscurísima historia en la que, si alguien sale mal parado, es el amor. Constantemente se propone la dicotomía, la difícil elección entre hacer caso a la cabeza o al corazón; evidentemente, los personajes que salen indemnes, incluso reforzados, pertenecen al primer grupo, mientras que la felicidad plena exige un alto precio, y no sólo económico. Reconozco que nunca he sido muy de Lawrence Olivier ni de Jennifer Jones, y parece casi imposible que Wyler pudiera extraer un solo gramo de complicidad y química entre ellos; la sensación final es que esto, paradójicamente, ha dotado de verosimilitud y fuerza su acongojante historia de amor, en la que ella, que partió de la nada, engañada y sometida a los caprichos de un vulgar charlatán, termina sobreponiéndose y encontrando su camino, mientras que el caballero intachable, con posición y respetabilidad, se ve arrojado a un agujero cada vez más profundo e insalvable. Sí, por amor, por el derecho que todos tenemos a sentir amor...
Magnífica.
Saludos.

lunes, 20 de abril de 2015

D. W.: El padre del cine #15



Hoy repasaremos sólo dos títulos de Griffith, porque clausuramos con ellos el año 1910, y porque sus films cada vez tienen más duración e intensidad.
Primero, IN THE BORDER STATES, donde Griffith vuelve al hermanamiento involuntario en tiempos de la Guerra Civil, con la figura de una niña cuyo padre se une al ejército de la Unión. Mientras está sola en su casa, un confederado llega mientras huye de una persecución, y la niña lo esconde; más tarde, es su padre quien llega herido a su casa, y el mismo soldado el que se ve en la encrucijada de dejarle vivir o acabar con él.




Aún más interesante es THE HOUSE WITH CLOSED SHUTTERS, que hace un retrato fidedigno de los males de la guerra; males y debilidades, pues se pone en solfa la inicial gloria con la que un soldado marcha al frente, sólo para volver convertido en un desertor. Incapaz de soportar la vergüenza, es su hermana la que se hará pasar por él, pero con la desgracia de caer muerta. A partir de ahí, es la madre la que, desolada, impide a su hijo, como castigo a su cobardía, que salga nunca más de su casa; recluido, viejo y olvidado, reclama el perdón de la madre, pero éste nunca llegará... Magnífica película que ya va dando muestras de la complejidad argumental que iba alcanzando Griffith.

... Y, saludos.

domingo, 19 de abril de 2015

Rincón del freak #192: A la sexta va la vencida (taxativa indagación sobre el odio visceral e irracional a los tatuajes que incluyen corazoncitos y espinas entrelazadas)



Año 1999. Año anodino, imbécil de propiedad, sin breas ni zoofamias. Un año para recordar... para no volver a repetirlo. El año del fin del milenio... y al listo de turno se le ocurre hacer una segunda parte "de homenaje"... ¡Y una polla! THE RAGE: CARRIE 2 es el ampuloso y chabacano título con el que bautizaron ete cúmulo de despropósitos donde campan impúdicamente algunas de las infamias más prescindibles y repetidas del cine de saldo. Hay tipos jugando al fútbol, muchachas locuelas, los frikis vistiendo de negro, los profesores que no dan clase sino que pasan el tiempo tomando café en la casa de sus alumnos porque están superpreocupados por ellos...En fin, lo mismo que pasaba en la original, pero peor, más burdo, más rasposo, más aburrido, con un casting para echar el mes, y con un guion simplemente terrible. La película en su totalidad es hórrida, pero lo más gracioso viene al final, porque los superpoderes de esta "Carrie" (que no sé por qué se llama así, si la protagonista se llama Rachel...) provienen del puto tatuaje ese que miles de adolescentes con propensión a taparse la pechera con una carpetilla encargaron entonces y que ahora, fláccidas y menudillas, les hace un poco muy grotescas cuando levantan el brazo en el mercado para pedir un kilo de pijotas... Una porquería de dimensiones atlánticas...
Por cierto, lanzo la cuestión dominical: ¿Ustedes creen que a alguien que robó un paraguas en su juventud se le debe denominar como "malandrín"?... Ahí lo dejo...
Saludos.

sábado, 18 de abril de 2015

Quinto cubo de sangre



Como una manía, ola imparable, lugar confortable, asidero irreprochable o erosión sin alma, el remake se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en otra cosa, aún menos necesaria, o más abyecta desde el punto de vista estrictamente comercial. Esta CARRIE, hecha hace un par de años, aspiraba a "condonarle" a la obra original las supuestas bondades del límpido erario digital-kinomático. Tras poco más de hora y media, la sensación predominante es siempre la misma. Te preguntas "¿por qué?", aunque sabes que todo es por la pasta, y claro que la original se hizo pensando en recaudar lo más posible, pero existe una diferencia fundamental, que es el ímpetu, la fuerza creadora de quien, aun partiendo de una novela ya escrita, se siente capaz de aportarle una visión propia, que puede ser mejor o peor, pero que mira en dirección al director como autor de su obra, y no como simple transcriptor de códigos, artimañas y, peor aún, pamemas que rechinan de puro viejo. Esta CARRIE no es una película de terror, sino de superhéroes; en esta CARRIE las frases ya no tienen doble sentido, sino que suavizan el repelús de la crueldad que rezumaba de Palma; y lo peor es que la blancura de andar por casa campa a sus anchas en un par de momentos clave. Efectivamente, aunque un visionado encadenado de ambas cintas (cosa que recomiendo) revele los cortes miméticamente angostados, como en el discurso de un mal político, incapaz de pensar lo que dice mientras lo saca todo del papel que otro le ha escrito previamente, en la escena de las duchas no sale un solo centímetro de carne, y la madre parece, más que loca, cabreada, y con razón, porque no pueden agolparse tantos personajes estúpidos en menos tiempo. Pobre Chloë Grace Moretz...
Una bobada como otra cualquiera. Y para los jóvenes, sí, ya se hizo antes y mejor...
Saludos.

viernes, 17 de abril de 2015

Cuarto cubo de sangre




Sólo un año después, parecía que la fiebre por la adolescente ensangrentada continuaba, lo que fue plasmado en un larguísimo telefilm (más de dos horas) que fue diseñado por la MGM como preámbulo a una serie que, claro, no llegó a ver la luz. Aquellos tiempos no eran aún los dorados de las series televisivas que vivimos ahora; o fue eso o este piloto era tan malo que todo quedó en un cajón bajo llave. Esta CARRIE es mediocre, sí, pero no es lo peor que se ha hecho sobre esta misma historia; tiene fallos de ritmo, unos efectos especiales de baratillo y un casting discutible, aunque contenía nombres tan interesantes como el de Patricia Clarkson, Emilie de Ravin (que luego sería uno de los rostros de "Lost") o la siempre solvente Angela Bettis, que en ningún momento logra rozar la intensidad de Sissy Spacek, pero que consigue sobresalir de un montante con pocos momentos álgidos. De hecho, se ve y se olvida con la misma facilidad, aunque dos horas y pico para esto es demasiado. Dirigía el entrañable David Carson, todo un clásico del catódico norteamericano.
Y, sí, hay otra peor...
Saludos.

jueves, 16 de abril de 2015

Tercer cubo de sangre



En 2001 se cumplían 25 años del estreno de CARRIE, por lo que la Metro hizo uno de sus habituales productos para el mercado del DVD con entrevistas, curiosidades y muchos recuerdos por parte de los actores, el equipo técnico y un Brian de Palma que desvelaba (no con mucho entusiasmo, como es habitual en él) la decisiva aportación de su amigo George Lucas para el espectacular acabado final del film. Salen mucho Sissy Spacek, Piper Laurie, William Katt, Nancy Allen... A Travolta no se le ve el pelo... Y se hace mucho hincapié en lo difícil que fue rodar el larguísimo desenlace, aunque las actrices coinciden en que todas tenían un gran temor a la escena de apertura en la ducha, y que, sin embargo, una vez la vieron terminada les pareció una preciosidad... Y yo que coincido...
Dirigía el mediometraje/documental un muy habitual de este tipo de productos, el francés Laurent Bouzereau, documentalista aseado, pulcro, pero con nula predisposición a ningún tipo de riesgo.
Para completistas.
Saludos.

miércoles, 15 de abril de 2015

Segundo cubo de sangre



No creo que haya mucha gente que sepa que la primera revisión que obtuvo el film de Brian de Palma fue un musical de Broadway de 1988. CARRIE (the musical) rezaba en sucartel promocional que "nunca has visto un musical como éste", y aunque a estas alturas son muchas las bizarradas que se han encargado de desmentirlo, habría que conceder al menos lo arriesgado de la propuesta. Concebida como una sucesión de escenas con el absoluto protagonismo de los bailarines y cantantes, y con una escenografía austera, en la que juega un papel decisivo la iluminación, se trata de un sorprendente y dinámico divertimento, que respeta magníficamente toda la cronología del film original y apenas se salta una coma del mismo. A resaltar, la larguísima escena de la ducha, en mi opinión tremendamente arriesgada para un musical que estás viendo en directo; por otra parte, el baile final (como no podía ser de otra forma) es realmente memorable, y no es sencillo pasar de una presentación a todo ritmo al baile agarrados de Carrie y Tommy, y de ahí al ya mítico desenlace, donde las luces rojas lo inundan todo.
Existe una versión de 2 DVD, lamentablemente sin subtítulos, pero el montaje del día del estreno original puede encontrarse íntegro en YouTube, así que no hay excusas.
Saludos.

martes, 14 de abril de 2015

Un cubo de sangre



Me propuse revisar CARRIE hace poco, lo que me ha deparado varias sorpresas. Primero, que la película ha envejecido raro, no mal, sino en una dirección que no la ha convertido en una antigualla a cuarenta años de su estreno, sino que confirma que Brian de Palma era por aquel entonces un director con la suficiente personalidad como para hacer suyo el mediocre relato de Stephen King y elevarlo a cotas de calidad impensables para un film de terror, que además se desarrollaba en el ámbito de una típica High School. Me imagino al responsable de EL FANTASMA DEL PARAÍSO relamiéndose ante la perspectiva de subvertir según qué cánones de dicho género. La película empieza casi como un porno de los de entonces, con decenas de chicas disfrutando de una ducha comunal entre vapores y mínimas toallas; a cámara lenta y con algunos travellings memorables, de Palma introduce a la cándida Carrie White bajo la ducha, lo que a la postre sería la carta de presentación de una excepcional actriz llamada Sissy Spacek. Luego es verdad que el ritmo decae un poco, aunque hay otros momentos antológicos, como la insana interpretación de Piper Laurie, que es la que da miedo de verdad; el ultrafetichista castigo infligido a las alumnas, que se flexionan al máximo con ajustado atuendo; el shock que produce ver a John Travolta haciendo una vez más de Tony Manero; o a William Katt, antes de surcar los cielos, diciendo "¿Estoy elegante?". Todo antes de uno de los mejores finales de todo el cine de terror, un desenlace en el que de Palma vuelve a apoderarse por completo del ritmo, convirtiendo un acaramelado baile de graduación en un latigazo de caos y horror, porque hay que entender de una vez (nos lo aclaró Hitchcock hace tiempo) que el miedo proviene no de lo que desconocemos, sino de la incertidumbre despertada por cómo acabará aquello que sabemos que pasará...
Sigue siendo inmensamente disfrutable.
Saludos.

lunes, 13 de abril de 2015

D. W.: El padre del cine #14



Griffith reincide en THE USURER en la asfixia y la lucha contra el tiempo a causa de un encierro involuntario, aunque en este caso no se trate de una venganza, pero sí de una especie de ajuste de cuentas moral, ya que quien sufre el encierro es un usurero, irónicamente atrapado en la caja fuerte donde atesora los bienes de las familias a las que ha arruinado. Justo el día en que iban a desahuciar a una madre y su hija enferma... No sé de qué me suena esto...




De mucha actualidad también resulta ser THE FUGITIVE, donde un soldado de la Unión mata a un confederado mientras sufre una persecución, llegando desesperado a pedir refugio en una casa que resulta ser la del joven que ha matado. Finalmente, la clemencia y la humanidad aguarda incluso en los lugares más inesperados...




THE UNCHANGING SEA es un hermoso poema de Kingsley que narra la separación, por mor del mar, de un pescador y su mujer embarazada. Y mientras el primero, que ha perdido la memoria en su naufragio, vive muchos años sin acordarse de su vida pasada, la mujer, que le da por muerto, intenta que su hija pueda formarse la imagen de un padre al que no ha visto jamás. La historia da un giro impensable cuando el pescador, al cabo de muchos años. vuelve a recordar.
Uno de los mejores cortos que he visto de Griffith.




Aún más significativo es el caso de RAMONA, un film que fue de los más famosos y celebrados de aquel primer Griffith de la Biograph y donde el director vuelve a ponerse del lado de los indios nativos, a los que otorga dignidad y sentido, mientras que los blancos son retratados como especuladores que no sólo les han arrebatado su tierra, sino que ni siquiera les dan la oportunidad de ser felices. Chirría un poco ver a la rubicunda Mary Pickford ataviada como una mexicali, pero el corto es elocuente y bastante menos ortodoxo de lo que aquel primerizo Hollywood solía dictar a sus estrellas. Cosas de la autoría, para que luego digan...

... Y, saludos...

domingo, 12 de abril de 2015

Rincón del freak #191: Infoguía para hipocalóricos desnortados, o "nunca te pongas calcetines con las sandalias"



Me sorprendo a mí mismo el otro día viendo LETTERS TO JULIET, una cosa de hace ya cinco años capaz de empalagar a una solterona con el Divinity en el 1 del televisor... ¿Por qué, dios mío, me hiciste tan imperfecto? ¿no te es suficiente aún con todos los anteriores castigos dominicales?... Mientras espero la respuesta del altísimo, les intentaré explicar qué diablos es este despropósito de traca toledana. Porque sí, porque no me puedes vender (y a partir de aquí lo demás ya viene solo) que esa perturbadora bomba sexual llamada Amanda Seyfried va en busca de la esencia romántica a Verona y no sólo la encuentra, sino que de paso inserta en nuestras retinas la vuelta al tono apastelado con tacones hasta para hacer senderismo (el colmo del machismo encubierto), y termina convertida en un desganado trasunto de Juan Echanove, visitando bodegas, viñedos y todo lo que se supone que hay en Italia. Aparte de hacer bueno al intragable Woody Allen y sus postalitas subvencionadas, los guionistas, en una mezcla de torpeza e inacción cerebral, se las apañan para hacer aparecer y desaparecer gente a voluntad sólo para que la cosa termine con uno de los happy end más gilipollescos que recuerdo. Ella está prometida con Gael García Bernal, que cuelga fideos y le echa menos cuenta que a un Lugo-Llagostera; se van de viaje, pero creo que coinciden un par de minutos, mas como ella es redactora de la parte ñoña del New Yorker lo da por bueno y se va a un muro bajo una terraza (ver imagen) donde plañideras de buen ver (nótese lo bueno que está todo el mundo aquí) escriben cartas al... ejem... espíritu de Julieta. Sí, la de Romeo. También ocurre que en Italia Berlusconi debe haber tenido un plan educativo de la hostia, porque todo el mundo (incluyendo pescaderos, bordadoras, camareros de tasca, barrenderos, concejales del ayuntamiento y algún que otro pordiosero descamisado) habla inglés... Total, que la muchacha consigue dos cosas harto extrañas, y termino que tampoco da esto para tanto: primero, que Franco Nero se case con Vanessa Redgrave (sí, ya sé que parece un monólogo de Joaquín Reyes) 50 años después y, sobre todo, azucarar al pobre Christopher Egan, que también tiene más cara de atiborrarse de Bourbon que de paladear Chianti... Pero, en fin, estas cosas que me pasan a mí algunos domingos al borde de la depresión... No lo intenten en casa...
Saludos.

sábado, 11 de abril de 2015

Roto por dentro



Puede que hayamos visto ya demasiadas películas parecidas a BROKEN, películas que tratan sobre la venganza, el ojo por ojo, cuando todo lo demás ha fallado y la confianza en las instituciones encargadas de impartir justicia ha desaparecido. Es un tema controvertido, que no permite medias tintas y que saca lo peor de cada uno a relucir, pero es sintomático que siga siendo un exploitation al que no se le vislumbran señales de agotamiento. Lo que diferencia a BROKEN de títulos similares (es curioso que tantos provengan de Corea del Sur) es que no se preocupa tanto de la estilización simbológica e iconoclasta, sino que intenta echar un doloroso vistazo al momento crucial en el que un hombre lo ha perdido todo, y por tanto es capaz de cualquier cosa. Se trata del siempre difícil tema de la violencia sin sentido empleada por jóvenes, básicamente "porque sí"; en este caso el absurdo proviene del secuestro, violación y asesinato de una adolescente, y ni siquiera se nos escamotea el rostro de los culpables, no importa, no hay aquí un ensalzamiento del asesino como "personalidad", sino que se plantea la cuestión moral desde otro punto de vista. Ante la ineficacia policial, el padre decide tomarse la justicia por su mano... ¿Víctima? ¿ejecutor? La respuesta no es tan sencilla, pero películas como ésta nos colocan ante nuestros deslices morales, sólo porque es impredecible saber qué haríamos nosotros si algo se nos rompiera por dentro...
Saludos.

viernes, 10 de abril de 2015

Teoría del movimiento



En detrimento de FRANCES HA, diremos que ya lo habíamos visto, que la forma supera con mucho al fondo, o que el mensaje último deja un regusto incompleto a desambiguación ortopédica, que ayuda a caminar a su hiposo guion pero le corta el camino justo en un desenlace que se antoja, cuanto menos, previsible. FRANCES HA parece tener mucho más de Greta Gerwig que de Noah Baumbach, un director que se sigue buscando a sí mismo, desgraciadamente no en sí mismo, sino en otros. Por aquí deambulan Woody Allen (pero por supuestísimo), Truffaut, el primer Schlesinger y, casi omnipresente, Hong Sang-soo, que ya empieza a hacer notar su amplia influencia en el panorama internacional. Todo ello es un film mil veces ensayado, corregido, aumentado, encogido, concebido como una oda a la amistad y al amor más allá de correspondencias inútiles; corvamente, mira a su alrededor sin rencor ni descaro, solamente con una pizca de heart attack, más diáfano y descreído, y con mucha menos melancolía de la que cabría presuponerle. Lo mejor de FRANCES HA es, simplemente, que se ha hecho, que da buena cuenta de la ecuación infalible según la cual un actor deja de aparecer como tal y consigue el milagro de corporeizarse ante nuestros ojos como una persona. Resumiendo: lo bueno es su cine, desparramado a cada minuto; lo malo, la insistencia con la que nos tocan el hombro.
Cada uno que saque sus conclusiones. A mí me parece una buena película.
Saludos.

jueves, 9 de abril de 2015

El discreto encanto del honor



Tras el reconocimiento obtenido con EL OCASO DEL SAMURÁI (a la que tendremos que referirnos aquí en algún momento), Yôji Yamada amplió su personalísimo discurso acerca de cómo aquel mundo empezó a derrumbarse con KAKUSHI-KEN: ONI NO TSUME, que aquí se tradujo como LA ESPADA OCULTA. Con un estilo lento y reflexivo, nada preciosista y en absoluto efectista, más preocupado de no interferir en los detalles esenciales de la narración que de hacer notar su mano, Yamada presenta a un Samurái que nunca ha matado a nadie ("Sólo desenfundé la Katana para su mantenimiento"), (un contenido y emotivo Masatoshi Nagase), pero que tiene un sentido del honor que cumple a rajatabla y que ve tambalearse a su alrededor, propiciado por la dejadez de los valores y la avaricia de quienes consiguieron todo sin esfuerzo. En un segundo plano (aunque al final resulte crucial), Yamada introduce la historia paralela de un alto cargo Samurái al que han recluido por rebeldía, aunque los motivos siempre son presentados turbios y ambiguos. La historia, en su segunda mitad, recuerda gozosamente al más recurrente Conrad; el recluso logra escapar (en una escena memorable) y al protagonista, justo cuando piensa en abandonarlo todo, se le encarga la tarea de matarlo, pues ha perdido la razón. Es la toma de conciencia definitiva, el Samurái sabe que todo ha acabado, porque debe matar a un hombre únicamente para preservar las razones de la barbarie. El final, completamente influenciado por Ozu, calmado y emocionante, resume en apenas tres frases la derrota, pero también salvación a tiempo, de un espíritu que ya no encajaba en ningún sitio.
Magnífica, como de otro tiempo.
Saludos.

miércoles, 8 de abril de 2015

Cuidado con lo que deseas



Cada temporada, el género sci-fi es de los más cargados con nuevos títulos, lamentablemente la mayoría no cumple expectativa alguna, e incluso me atrevería a afirmar que nos podemos dar con un canto en los dientes si logramos ver alguna "joya" de esas que cambian nuestra percepción cinéfila. No, no es el caso de TIME LAPSE, aunque le concedo la seriedad con la que se toma su cometido, lo que la deja en un amplio margen, donde están las películas interesantes que nos hacen pasar un rato más o menos entretenido, que no es poco con la basura que podemos llegar a ingestar de una sentada.
TIME LAPSE comete el error de regodearse en su modestia de pequeña producción independiente, y la sensación final es de una repetición cansina, como si los personajes estuvieran limitados en sus acciones por la propia limitación del film. El argumento no está mal, aunque se le note mucho su vocación de "episodio de Twilight Zone" (más que un mal, todo un síndrome). Tres amigos comparten un apartamento y (o al menos así parece, aunque no queda muy claro) ejercen como conserjes del resto de la urbanización; al notar la ausencia prolongada de su vecino de enfrente, descubren que éste se halla muerto, pero otro descubrimiento aún más sorprendente hará que reconsideren llamar a la policía: en la habitación que mira justo a su propio salón, hay un tablón con cientos de polaroids y una gigantesca cámara que les apunta por la ventana... ¿La gracia? Que la máquina no cesa de sacar una fotografía al día... solo que son del día siguiente...
Resumiendo. La idea es ingeniosa y da para lo que es, un entretenimiento repleto de incógnitas; lo malo es que, una vez descubierto el truco, suena a ya visto, a fórmula de recurso de guionista, y el final es bastante confuso y un poco ridículo. Buena para ver un fin de semana junto a algunos amigos, y que cada uno saque sus conclusiones...
Saludos.

martes, 7 de abril de 2015

Moscas en la pared



Contraviniendo todas las estúpidas convenciones que dilatan la duración de una película por la mera contemplación onanista de las productoras, el actor y director Mathieu Amalric condensa en poco más de una hora la novela de Georges Simenon, LE CHAMBRE BLEUE. Y no sólo consigue transmitir toda la rancia extrañeza del original, sino que además le aporta su toque personal, tan preciso como despreocupado al mismo tiempo, y factura un negrísimo ejercicio cinematográfico que le debe muchísimo a Claude Chabrol, pero también al sentido de la cotidianidad de un Julien Duvivier. Y parece mentira que Amalric, sin precipitarse, sin tirar de recursos visuales ni tretas de guion, logre hasta escindir la narración en dos partes muy diferenciadas pero transgénicas, la que a sorbos nos sirve el descarnado amor de dos amantes, donde un espectador atento ya intuye que algo no va bien del todo, y la posterior historia criminal, ya consumada, y de la que sólo vamos obteniendo detalles tras la detención y enjuiciamiento de ambos. Me resisto a desvelar nada más de este pequeño gran film, por temor a contar demasiado, pero debo señalar directamente a Amalric como responsable de su particularísimo tono, que bien parece cine de otro tiempo, ejecutado con paciencia y sabiduría.
Excepcional.
Saludos.

lunes, 6 de abril de 2015

D. W.: El padre del cine #13



En A CHILD OF THE GHETTO, Griffith alternó interesantes fotogramas de la calle, plantando su cámara en la misma, con el intenso drama de una joven acuciada por el hambre tras quedar huérfana y que es acusada injustamente de robo en la tienda que la contrata como costurera, por lo que se ve obligada a huir a las afueras, donde encontrará la felicidad junto a un granjero. Remarcable, también, la notable diferencia entre la racial Dorothy West y los papeles más "almibarados" que le eran reservados a Mary Pickford.




Aunque no se puede decir que sea precisamente dulce el destino de la protagonista de AN ARCADIAN MAID. Aquí, Mary Pickford es una inocente muchacha que se aburre en ese mismo entorno rural que antes ofrecía la salvación, y que cae engatusada ante la charlatanería de un vendedor ambulante (Mack Sennett) que sólo persigue el dinero que la ama guarda bajo la cama para gastarlo en juego y bebida. No obstante, el final será muy diferente a como ambos lo habían imaginado, y casi sin quererlo todo daño será restituido.




Aún más extremo es el caso de ROSE O'SALEM TOWN, en la que Griffith se atreve con la famosa ciudad, tristemente por sus atroces acontecimientos y la locura desatada por las acusaciones de brujería, por las que multitud de mujeres fueron quemadas vivas. La curiosidad proviene de los inesperados salvadores, de nuevo, de Dorothy West, esta vez encarnados por un trampero y sus amigos, los Mohawk. Así, mientras los falsos acusadores quedan bastante mal parados, los indios son los que ofrecen una verdadera imagen de integridad y sentido común.





De menos trascendencia e interés, WILFUL PEGGY es un descarado vehículo de lucimiento para la Pickford, que se encuentra en su salsa en el papel de una "inocente" jovencita que es pretendida al alimón por un Lord y su sobrino. Lo que para otro sería un problema, para nuestra heroína es el caldo de cultivo ideal para enredar a ambos y, evidentemente, no terminar decidiéndose por ninguno.

... Y, saludos...


viernes, 3 de abril de 2015

Apocalipsis interior



El cine de catástrofes (también) ha cambiado una barbaridad. Ahora se llevan los cataclismos widescreen con muro de sonido incluido que hace imposible dos cosas: saber qué está pasando y por qué, lo que algunos llaman "efecto discoteca". Así las cosas, uno de los títulos más curiosos en la amplia filmografía del australiano Peter Weir es THE LAST WAVE, que no sólo no utiliza ninguno de los recursos anteriormente mencionados, sino que su ritmo pausado y guion periférico apenas si nos podría dejar alguna pista sobre su género. En un momento dado, es imposible saber si se está acabando el mundo, si estamos ante un ajuste de cuentas con el polémico asunto del racismo aborigen, o si Weir vuelve a jugar deliberadamente con nuestros sentidos, como ya hiciese con la enigmática PICNIC EN HANGING ROCK. El resultado es una cinta a medio camino del thriller con conciencia social y el terror (aunque esto muy entrecomillado) que es capaz de infundirnos una madre naturaleza enfadada y desatada. Contiene imágenes potentísimas, como el inicio, en el que una escuela en pleno desierto recibe una violenta tormenta de granizo, o los "sueños" del protagonista (Richard Chamberlain en su máximo apogeo), que casi parecen más reales que su propia vida, que se va desmantelando imperceptiblemente. Película muy sutil, algo lenta, es cierto, pero poseedora del ingenio y la personalísima visión de su autor, un director al que sigue dando gusto volver.
Saludos.

jueves, 2 de abril de 2015

Reflexión y compromiso



JAMIE MARKS IS DEAD vendría a ser una especie de reverso sombrío y maduro de falacias fílmicas como ciertas sagas juveniles a las que huelga referirse aquí y ahora. Con personalidad y un tono que, a fuer de tomarlo en serio, roza lo fantasmagórico, el director Carter Smith adapta la novela de Christopher Barzak "One for sorrow", y sale airoso al menos en la atmósfera que se propone recrear, aunque la historia se torna confusa a medida que van surgiendo las claves a explicar, y el aire pseudothriller no acaba de sentarle del todo bien. Hay muchas cosas, como el cadáver de un joven que aparece en extrañas circunstancias en una pequeña comunidad, la obsesión de otro joven con este hecho, dejando la puerta abierta a si ambos se conocieron previamente o no, y, lo más inquietante, que es la indiferencia general ante un suceso tan brutal y repugnante. Film interesante, más o menos dirigido a un público joven aunque sobradamente preparado y con menos atontolinamiento del habitual, aunque algunos personajes rocen el autismo, la fotografía falle al confundir los tonos muertos con una acromía rayana en lo monótono y no se ahonde un poco más en la posibilidad del romance homosexual, que pasa muy de puntillas por algunas escenas. Además, se nos ha caído definitivamente el mito de Liv Tyler...
Curiosa, pero para curiosos.
Saludos.

miércoles, 1 de abril de 2015

Vivir es mortal



Algo se debe estar moviendo en Nueva Zelanda. Al menos en lo que concierne a cine fantástico y de terror, de donde siempre salió una interesante cantera de directores; y si el otro día expuse aquí mi sumo aburrimiento con la incoherente HOUSEBOUND, en el otro extremo me atrevo a poner un título que debe ser un clásico instantáneo. WHAT WE DO IN THE SHADOWS es la película de vampiros que le hubiese gustado filmar a Tim Burton, si aún conservara sus impulsos gamberros, claro. A medio camino entre el (ya trillado) falso documental y las sitcoms autoconscientes de última generación (no por casualidad sus creadores firmaron la estimable "Flight of the Choncords"), extrae sus mejores momentos de la falta total de prejuicios y un fresco aire de libertad creativa ¿Qué haríamos nosotros con un guion que propone el día a día de un grupo de vampiros que oscilan entre los doscientos y los ochocientos años de edad y que comparten piso? Exacto: reírnos. Y si Jarmusch daba una penúltima vuelta de tuerca al mito vampírico mediante la reflexión filosófica sobre la naturaleza del no-muerto, Waititi y Clement los enclavan en un espacio utilitariamente nerd; porque de estos hemos visto muchos últimamente, pero hay pocas cosas más nerd que un vampiro que se queja de las inconveniencias de no poder compatibilizarse con los humanos. Es un fastidio no entrar a una discoteca hasta que al portero no le dé por invitarte; tus amistades duran poco, porque tienes que comértelas; o, evidentemente, la dificultad de ir a la moda para no desentonar.
Momento cumbre: el encuentro con los hombres lobo. He visto pocas cosas este año que me hayan hecho reír tanto...
Y además dura menos de hora y media. Magnífica. Un clásico.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!