Mostrando entradas con la etiqueta Matt Reeves. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Matt Reeves. Mostrar todas las entradas

sábado, 14 de mayo de 2022

El hombre murciélago #12


 

Lo primero que hay que preguntarse es a qué responde la diferencia entre el Batman de THE BATMAN, y los otros Batman. Puede ser una pregunta básica, pero también un poco idiota, sobre todo si nos atenemos al mismo espíritu del personaje, que ha ido siendo moldeado a antojo de cada autor que le ponía el ojo encima. No iba a ser menos esta vez, y si hablamos del Batman de Burton o el de Nolan, qué nos impide examinar con atención al de Reeves, que queda inaugurado con este film. Lo podemos hacer así, o podemos ir al film sin más, dando por sentada su nueva naturaleza y atendiendo a la calidad intrínseca del mismo. Un poco de todo, porque este THE BATMAN contiene algo de los anteriores, pero también se desmarca de ellos; o dicho con otras palabras: se nutre de todo lo hecho anteriormente para "renacer" como un artefacto distinto. Nada que no se haya hecho en cómic, y por ello el primer dilema nos debería preocupar lo justo y necesario. Ahora bien, hay demasiado contraste entre las luces y las sombras, y eso me impide ver esta nueva entrega como la mejor; probablemente la más contestataria y reivindicativa, pero no la mejor. Y no lo es por varios motivos, como su caótico guion, que está tan mal contado que no hace más que enrevesar una trama que es sencillísima de seguir. Después, por sus indisimuladas referencias, no ya a Nolan, sino a Fincher... sí, sí, a David Fincher. Sin desvelar nada, hay aquí escenas literalmente calcadas tanto de ZODIAC como de SEVEN, especialmente de esta última, y francamente, no le hace nigún bien a su supuesta originalidad, aunque todos sabemos quién es el único cineasta que podría hacer algo realmente original con el personaje, y no es Reeves. Estás viendo una película de gangsters que funciona, una bastante oscura y retorcida, pero no nos podemos olvidar de quién es su protagonista, y los deseos por invocar a Scorsese son apenas hilachos, insertos tenues. Y tengo una pregunta, por si alguien me la puede responder... ¿Colin Farrell?... Ahí lo dejo. En cambio, Zöe Kravitz está sorprendentemente resolutiva como Catwoman, y al menos a mí me parece la mejor que he visto en una pantalla. Pattinson está bien, pero raro; da el pego de héroe atormentado, pero cada gesto da la sensación de una dimisión inminente, como si no le hubiesen pagado el salario, o qué sé yo. No es el peor Batman, pero tampoco el mejor, y ya. Lo peor, en este caso, y creo que con mucha diferencia, es una duración que la hace agotadora, cansina, una prueba de fuego para quien se haya atrevido a verla en sesión nocturna. Y lo he dicho muchas veces, no hay películas largas o cortas, tan sólo la percepción del tiempo que un buen montaje nos haga zambullirnos en la trama; mientras que uno malo, sincopado, te expulsa de la misma y luego te hace muy complicado volver a entrar. Estas tres horas no se justifican, y hay un momento, más o menos a la mitad (quedando 90 minutos por delante), que es básicamente un grupo de personajes mirándose y hablando de cosas que ya sabemos. Porque no deberían olvidarlo, ya lo sabemos prácticamente todo del hombre murciélago...
Saludos.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Apecalypse now



Sí, efectivamente, la última película de Matt Reeves sobre el universo creado, años ha, por Pierre Boulle es un homenaje indisimulado al celebérrimo film de Francis Ford Coppola. Pero también es una magnífica película por sí misma, la mejor de las que ha dirigido Reeves y un acertado colofón a una trilogía que amenazaba con eternizarse y ha acabado de la mejor manera. WAR FOR THE PLANET OF THE APES enseña sus cartas desde el principio, mostrando un marco en el que las acciones pacíficas no tienen cabida y el ser humano es un único ente militar, decidido a acabar con los simios tras descubrir que el virus que les hizo inteligentes tiene el efecto contrario en ellos. Reeves va solventando hábilmente cada escollo que el guion propone, mantiene dos poderosas figuras, Cesar, el líder simio y un coronel sin nombre (un estupendo Woody Harrelson), que encabeza el plan de exterminio y que sólo pretende mantener un reducido grupo de esclavos, como los gorilas a los que llama "Donkeys", obligados a servir a los humanos a cambio de su vida. La película propone un interesante giro en un momento dado, cuando la tragedia golpea por sorpresa a los simios y Cesar decide ir a acabar de una vez por todas con el coronel y su ejército. Es aquí donde el guion vira y se recrudece, mostrando un campo de trabajo que apenas se diferencia de lo que tantas veces hemos visto recreado en el cine y que remite directamente al nazismo. Aun pasando por alto muchas reflexiones evolutivas (al fin y al cabo no deja de ser cine comercial), la película mantiene el nervio y no defrauda en su mensaje apocalíptico; la mejor prueba es el excelente final, que en apenas unos segundos coloca a cada especie en su sitio justo cuando es la naturaleza la que habla.
Muy recomendable.
Saludos.

lunes, 22 de diciembre de 2014

A las cavernas



Esta semana va a mantener cierta uniformidad conceptual, aunque como todo en este blog ésta sea completamente subjetiva. Ciencia ficción reciente; no necesariamente norteamericana, aunque, como se verá, las cosas caen por su propio peso. Y qué mejor para empezar que DAWN OF THE PLANET OF THE APES, una saga cuya insistencia empieza a ponerme de mal humor; sea porque el cine de Matt Reeves no me gusta (así de claro), porque no veo qué puede aportar a las anteriores que no sea más (digital) de lo mismo, o porque su argumento carece de cualquier atisbo de sorpresa antropológica, que es lo que tanto deleite nos dejaba la original y luego ha sido una especie de peso/tributo a cumplir por cada director que ha aceptado el reto. La anterior nos cogió a todos un poco de sorpresa, y a mí me gustó porque no me hubiese imaginado que aún se podía exprimir el asunto este de los simios; ésta ya me parece explotar directamente al personaje de César, que es, con diferencia, lo muy mejor de un film cuyo argumento trata de mostrar una distopía libre de brutalidades... Ajá... ¿Cómo? Sencillo: haciendo hablar y pensar al mono justo para ponerle la metralleta en la mano, mientras los humanos, o son cartesianos o se los jaman al primer pestañeo. Lo que no me quedó muy claro era cómo podían haber estado viviendo tan cerca los simios y los humanos y sólo se encontraron por casualidad. Y por qué ponen de protagonista (y además buenazo) a un tipo con cara de genocida... Ay, Matt Reeves...
Entretenida, pero a veces es un coñazo indeleznable...
Saludos.

domingo, 26 de agosto de 2012

Rincón del freak #74: En el país de los ciegos...



Lo siento, pero es superior a mí; me puede. Los remakes... ¿Qué diablos son? ¿para qué sirven? ¿Qué pensaríamos si Pérez-Reverte anunciara un remake de Los Tres Mosqueteros...? Pues que lo acusaríamos de hereje, que lo quemaríamos vivo, que no volvería a publicar una novela más. En lugar de ello, Pérez-Reverte lleva haciendo remakes de Dumas toda su vida, pero le pone otro título y santas pascuas... ¿Qué pensaríamos si Elvis Costello volviese a grabar el Sargeant Pepper's...? ¿Y si Antonio López decidiese volver a pintar Las Meninas? O lo que es más importante: ¿Por qué ocurre esto en el cine y está asimilado y aceptado como lógico y normal? Yo he visto muy pocos remakes que de verdad merezcan la pena, y no logro recordar ninguno que sea netamente superior al original, así que sigo sin entender por qué se hacen cada vez más; bueno, excepto por la cuestión de la mediocridad y la inoperancia artística, claro. Así las cosas, vi LET ME IN, de Matt Reeves, que pasa por ser un tramposo con todas las letras (vean, si no, aquella patochada llamada CLOVERFIELD); no pensaba verla porque ya sabía de antemano lo que me iba a encontrar, pero fue este verano, en vacaciones, y tenía la tele encendida por casualidad, y aunque la pillé con cinco minutos de retraso no creo que esto sea relevante. LET ME IN es, punto por punto, inferior al original de Tomas Alfredson... ¿y saben por qué? Pues porque ya estaba hecha; porque no aporta nada, excepto ahorrarles a los espectadores yanquis tener que leer subtítulos; porque cada escena cumbre (mención especial al fascinante final, una secuencia que no puedo quitarme de la cabeza) espera agazapada al movimiento sueco, que no necesita perfeccionar nada... ¿para qué? ¿Por qué esta obsesión tan de moda por pulir las aristas? Reeves no es, ni será jamás, un autor, y esto debe ser realmente frustrante cuando tienes que defender ante la prensa presupuestos millonarios. En el otro extremo, Tomas Alfredson quizá no pase de hacer pequeñas películas en su país, pero todos sabemos que en su currículum figura una de las películas más bellas y conmovedoras (y originales...) de los últimos tiempos; ésa, y no otra, es la diferencia.
Saludos del invitado.







sábado, 20 de diciembre de 2008

Demasiado para tan poco

Mucho tiempo después, el gran monstruo fue consciente de que ya no tenía nada que ofrecer, así que usó sus últimas energías en absorber todo lo que podía serle útil, adaptarlo a su propio tono y ofrecerlo como propio, original... aunque cada vez cuele menos y se pase directamente al engaño.
El monstruo es, evidentemente, la industria americana, cuya preocupante falta de ideas, lejos de arredrarla, obliga a la incorporación de ideas, motivos y hasta géneros de los que habitualmente se mofaba.
¿Qué es si no CLOVERFIELD? Una enorme y costosísima broma; una manera nada sutil de robarle su dinero a millones de personas sin posibilidad de reclamación. Cuando en los años cincuenta y sesenta el complicado imaginario nipón caía rendido ante los brutales encantos de un tipo enfundado en un traje de lagarto dedicado a aplastar edificios de cartón piedra, pocos podían imaginar que había nacido no sólo un mito, sino toda una particular forma de abordar el cine de ciencia ficción. Cincuenta años después, la cosa sigue igual y hasta peor, pues lo que era entretenimiento naif pasa ahora por frases tan tontas y pretenciosas como "blockbuster de arte y ensayo" o "una manera de rodar sin precedentes"... Ni lo uno ni lo otro, sólo una intensiva campaña captadora de incautos; una trama inverosímil, en la que ya puede acabarse el mundo que siempre hay un tipo con la cámara encendida; o la trilladísima jugarreta de no mostrar al monstruo más que unos pocos minutos ya al final, cuando todos hemos entendido que nos han vuelto a engañar... y que no hemos podido hacer nada por impedirlo...
Saludos destrozones.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!