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domingo, 11 de septiembre de 2011

Rincón del freak #36: El ultra freak definitivo (no hay nada más allá)






 Al final, lo curioso es que, con ésta, han aparecido por aquí nada menos que tres films del ínclito Jared Hess, que no es que haga películas frikis, es que no parece concebir ningún modo de vida que no sea directamente tamizado por una especie de filtro distorsionador. Los freaks, los raros, los diferentes, normalizados, o más bien aglomerados, alineados y, finalmente, dioses de su propio microcosmos vital. Esta película no ayuda para nada a cambiar esa noción que casi todos tenemos de lo que a lo mejor antes era una broma estética, pero que ahora es incluso objeto de culto ¡Cómo cambian los tiempos! NAPOLEON DYNAMITE trata de un tipo con cara de alelado cuyos mayores problemas son apoyar a su amigo Pedro en su candidatura a ser delegado de clase y pasar un poco más de tiempo con su abuela. Y ya está. Lo dije en otras ocasiones, y es que una cosa es dramatizar lo extravagante y otra que esto te sirva para encauzar cierto discurso, sea éste el que sea, pero que contenga algún tipo de mensaje, ya que alguien se está tomando la molestia de rodar una película, claro. Los minutos van pasando y apenas hay un par de situaciones bochornosas en mitad de un desierto intelectual, sólo el tipo, impasible, sentado en un sofá o dibujando en una libreta. Ni siquiera el terrible baile de clausura logra encender algún tipo de chispa. No hay nada de qué hablar, no hay nada más que ver, no hay nada más allá de esta broma de mal gusto, ni la habrá por muchos años que dejemos transcurrir. Así es la cosa.
Saludos típicamente dominicales.

domingo, 19 de junio de 2011

Rincón del freak #28: Freaks que son freaks, interpretando a freaks para otros freaks



¿Cuál es la razón de la existencia de algo como GENTLEMEN BRONCOS? Sólo si la han visto sabrán de qué les hablo. Jared Hess no realiza una frikada más, ni siquiera busca un retorcido juego visual que rompa en plan kamikaze con la estética actual e imperante. No, nada de eso; Hess abandona cualquier lugar común que pueda pertenecer al mundo del cine, el cine de esta época, se entiende, precisamente para ofrecer una brutal cucharada de lugares no ya comunes, sino pertenecientes al imaginario sentimental más íntimo. Todo es cutre, todo es barato, todo está un nivel por encima de lo simplemente disparatado y todo alude a lo que siempre nos ha dado vergüenza, lo que hemos ido enterrando a lo largo de una juventud con mil y una transformaciones, hasta convertirnos en lo que somos actualmente, que no quiere decir que sea nuestra versión definitiva, pero que intenta estar lo más alejado posible de aquellas conductas poco decorosas de "entonces". Hay una historia, sí, pero no importa, da igual; da igual porque no sé qué importancia pueden tener hoy día las desventuras de un adolescente inadaptado que se pirra por las novelas de ciencia-ficción serie triple Z, con portada pintada a mano y cuyo máximo exponente es un tal Chevalier, un estrafalario trasunto de escritor con pinta de haber sido extrapolado directamente de 1971. La excusa, en este caso, es que el chaval escribió una historia (con el extraño título del film) y la envió a su adorado ídolo, que en realidad no escribe una sola línea desde hace años. Rechazada la historia, nuestro protagonista pierde la esperanza de convertirse en escritor, hasta que ve cómo Chevalier obtiene "un éxito masivo" con la novela que le había mandado. Nada nuevo bajo el sol, sólo el inacabable freak show de gafas de carey y chalequitos pelotilleros y los delirantes pasajes recreados directamente de la novela, donde un irreconocible Sam Rockwell (véase foto) surca los cielos de un planeta ignoto a lomos de ciervos que lanzan cohetes, en lucha constante contra los gigantes cíclopes del espacio... Entre ustedes y yo, si para arrancar una mísera sonrisa ha de existir una constante sensación de estupor, francamente, a mí me parece que algo falla; y, sí, casi todo es fallido en esta película (o lo que sea) flojita, flojita, flojita...
Saludos desde Zorak 7-B9...

martes, 2 de marzo de 2010

No le deis dinero a un friki (3ª parte)

Bueno, antes que nada debo aclarar que sólo los habituales del blog saben qué significa el título de esta reseña y supongo que no habrán puesto caras raras...
En fin. Pues resulta que Jack Black interpreta a un fraile mexicano... ¿? que se dedica a repartir la comida en su congregación, donde se cuida a unos huérfanos; sin embargo, lo que realmente desea Ignacio (conocido por sus amigos como Nacho) es con vertirse en luchador de lucha libre... ¿? Así que se alía con un desgarbado indigente al que apodará "Esqueleto"... ¿? y frecuentará improvisados rings callejeros de poca monta, donde cobrará por ser el dúo que mejor recibe las hostias... ¿? Poco a poco, y pese a no tener ni la más mínima condición física, Nacho Libre y Esqueleto van siendo conocidos y los huérfanos les tienen como auténticos ídolos. Nacho está enamorado de una monja y le demostrará su amor a base de mamporros, más recibidos que dados.
Y esto es NACHO LIBRE, la segunda película de un señor llamado Jared Hess, aunque yo lo conozco por "el hermano retardado de Wes Anderson"... Y, aunque me cueste pensar que haya alguien que haya disfrutado con este engendro del demonio, espero que al menos haya sido por la espléndida fotografía full color del mexicano Xavier Pérez Grobet o con la abigarrada partitura de Danny Elfman... (¿se acuerdan de Danny Elfman?). Lo demás es una tontada sin sentido ni intención que es como lo de los Zucker/Abrahams pero con mucha menos gracia. De todas formas, la cosa se ve venir de lejos desde su bizarro debut con NAPOLEON DYNAMITE (el héroe es un ninja que baila y vive en Iowa... ¿?) y su reciente y olvidable GENTLEMEN BRONCOS, que creo que no tuvo distribución en España, pero que da igual, vamos.
En definitiva, una de esas cosas raras que a las multinacionales les da por producir (en este caso es la Paramount), y no lo digo por la calidad, que es escasa y no debe sorprender, sino porque es una frikada de cuidado y no se sabe qué carajo estamos viendo. Recomendable tener a mano el mando del DVD para pulsar STOP cuando Jack Black se declara a la monja... ¿?
Saludos liberados.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!