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martes, 25 de diciembre de 2018

Opresión y maldad



UNDER THE SHADOW es un curioso film, no por su naturaleza, sino más bien por su procedencia, pues si bien encontramos un ejercicio de terror psicológico ultraclásico, muy en la línea de lo que se empezó a poner de moda a partir de los años setenta, llama la atención que sea una producción iraní, que además no elude en ningún momento temas tan escabrosos como el interminable conflicto con el vacino Irak o la dificultad añadida de las mujeres para abrirse paso en una sociedad emponzoñada por el integrismo radical. El arranque así lo atestigua, con su protagonista literalmente aplastada por dos circunstancias: la rotunda negativa de la Universidad para dejarla retomar sus estudios de medicina, que aparcó por su militancia política, y la marcha de su marido, que sí es médico, a algún punto indeterminado del conflicto, dejándola sola con su pequeña hija en un Teherán que de tanto en tanto tiembla bajo las bombas iraquíes. Es en uno de esos ataques cuando la vida de esta mujer da un vuelco, cuando un misil se incrusta, aunque sin explotar, en el piso de arriba y provoca la muerte de su inquilino, al que ella se ve incapaz de salvar la vida. A partir de ahí, el guion se enrosca en una espiral de desconfianza vecinal y sucesos extraños, percibidos por la pequeña; el edificio va desalojándose poco a poco, y apenas quedan ellas dos, quizá como un gesto de rabia y orgullo de una mujer de abierta mentalidad occidental, que no cree que ninguna presencia maligna se haya corporeizado en el destrozado piso de arriba. A medio camino de títulos tan reconocibles como POLTERGEIST o EL ENTE, UNDER THE SHADOW es una película modesta, sin grandes alardes técnicos y que administra sabiamente sus escasos momentos de terror puro, abogando más por la creación de una atmósfera opresiva, con metáforas tan potentes como el techo resquebrajado que la mujer se empeña en cerrar apenas con cinta adhesiva. Así, ese Irán queda retratado desde la íntima perspectiva de un edificio semiabandonado, reflejo de una sociedad inhabitable y desesperante.
Muy buen film de debut de un director al que merece la pena seguir la pista.
Saludos.

miércoles, 8 de noviembre de 2017

La Piedad



Un debate, tan interesante como estéril, que abre tantos caminos de discusión como se los cierra a los puristas, versa sobre la posibilidad real de una poesía visual más allá del estereotipo de la imagen, más o menos bella, que nos evoca sensaciones fuera de la pantalla. No es ese, precisamente, el objeto de discusión, sino de qué manera se podría poner un poema, una cierta poesía, en imágenes. Un escollo complicado y artero, y al que se han enfrentado, con mayor o menos fortuna cineastas metidos a poetas y poetas que un día se decidieron a coger una cámara. No siempre se acierta con lo buscado, y me vienen a la memoria los ejemplos más certeros, que, dejándome muchos por el camino, podrían ser Alain Robbe-Grillet, Philippe Garrel o Marguerite Duras (la prosista poética por excelencia), que no sólo se han limitado a filmar, sino que lo han hecho bajo su conciencia poética y como poetas. Pero hay un ejemplo tan singular y remarcable, que dejar de mencionarlo constantemente, reconociendo el inmenso valor de su legado cinematográfico y poético, es un error de cálculo imperdonable. KHANEH SIAH AST (LA CASA ES NEGRA), fue la única filmación que dejó la inmensa poetisa iraní Forugh Farrokhzad, prematuramente desaparecida en 1967, con sólo 32 años. Con apenas 28, Farrokhzad se interna en los lugares más inaccesibles, tenebrosos y abandonados de la sociedad, una leprosería, en la que las personas que han sido despojadas de su humanidad misma esperan pacientemente a que les llegue su hora. Y lo filma con una naturalidad y una piedad sin límites, devolviendo esa humanidad arrebatada a golpe de verso, con una poesía del encuadre tanto como la de sus propias palabras, que retumban duras y hermosasy nos recuerdan que no estamos en ninguna antesala del infierno, sino ante unas personas a las que se les ha dado la espalda injustamente.
He aquí una cineasta tan efímera como poderosa, que demostró no tener miedo, ni de las palabras, ni de las personas ni de las imágenes que muchos no se atreven a filmar. He aquí la poesía filmada.
Saludos.

sábado, 25 de marzo de 2017

¿Dónde reside la justicia?



Primero que nada, tengo que denunciar desde aquí que el señor Asghar Farhadi no fuese a recoger el oscar a mejor película de habla no inglesa porque un tipo ha decidido que no puede ir. Aunque ese tipo sea el presidente de Estados Unidos, simplemente no tiene razón. Esta, reconozco que simplista, disertación me sirve para encabezar esta entrada, porque precisamente de eso va FORUSHANDE (EL VIAJANTE), de tener razón o no, de buscar el acto de justicia hasta sus últimas consecuencias y de tragar con el dolor de la humillación, la propia tanto como la ajena, algo que le sería muy útil a Mr. Trump alguna que otra vez. Que Asghar Farhadi es uno de los narradores más brillantes del cine actual es algo que no debe pasarse por alto, y esto es especialmente notorio en este film complejo, angustioso, pero que se despliega con firmeza desde su absorbente planteamiento hasta su intenso desenlace. Casi todo cabe, desde la precariedad laboral hasta el machismo que se instala en cada acto y cada palabra; y el extraño asalto sufrido por la mujer del protagonista, sin que se llegue a descubrir al asaltante, interpuesto con la representación que ellos mismos hacen de "Muerte de un viajante", de Arthur Miller, va tejiendo el sustrato de esta historia nada complaciente, donde todos pierden y donde la denuncia del sistema cobra fuerza sin que sea explícita. Una película que es una lección de cine y una lección de dignidad, justo en el momento crucial en el que parece que esto de la dignidad no nos pertenece ya, si es que no podemos estar en condiciones de negociarlo.
Saludos.

jueves, 2 de marzo de 2017

Postulados para la violación de la realidad #21



Es una frase recurrente de aquellas personas a las que no les gusta el fútbol, usada sobre todo para razonar el absurdo de esta nueva religión de masas: "Es que ver a 22 tíos en calzón corto, corriendo de aquí para allá"... No es mi caso, porque a mí el fútbol me gusta, y creo que es perfectamente compatible con muchas cosas. El problema es que nos permitimos a nosotros mismos el ser radicales en nuestras razones y convicciones, pero difícilmente asimilamos esta misma radicalidad cuando se trata de la mirada del otro, y mucho menos cuando esta radicalidad consume por entero una obra artística. En el caso de Abbas Kiarostami, esto alcanza su máxima expresión en SHIRIN, que no permite ninguna media tinta, sólo ceros o dieces, porque su autor así lo ha querido, pero porque un autor tiene pocas opciones para no traicionarse, apenas serse fiel a sí mismo. Así, el cuento originario del Siglo XII, en el que se narra el amor imposible entre la princesa armenia, cautiva en un harén, y su inesperado libertador. Efectivamente, SHIRIN es hora y media de primeros planos de rostros femeninos, observando en la oscuridad de un cine un film del que sólo escuchamos los diálogos, la banda sonora ¿Colegimos que la intención de Kiarostami es sólo capturar las emociones a flor de piel de estas mujeres? Yo creo que no, y creo que Kiarostami consigue, una vez más, algo muy complicado: elevar una durísima crítica al papel de esclavas al que se ha sometido a las mujeres en Irán sin emplear un solo elemento subjetivo. Ése es uno de los grandes regalos de un film que no pretende resultar entretenido, porque para eso tenemos el fútbol, por ejemplo. De ahí que me extrañe la ausencia de concepción crítica para una película que es eso, puro concepto. Porque es necesario que existan películas "diferentes", públicos "diferentes", tanto como críticas "diferentes", porque debemos acabar con la tiranía del busto parlante, quizá con los bustos que observan, escuchan y procesan.
Saludos.

jueves, 23 de febrero de 2017

Postulados para la violación de la realidad #20



En 2006, Abbas Kiarostami, siguiendo su pasión por la pedagogía "inteligente", montó un pequeño mediometraje de apenas media hora para intentar explicar el papel fundamental que los caminos, las carreteras, tienen en su cine, haciendo un verdadero tratado filosófico-humanista al tiempo que traslada las razones pictóricas de este recurso, que en su cine deviene en línea maestra. THE ROADS OF KIAROSTAMI está filmada en riguroso blanco y negro, y apenas está compuesta por estas tomas de caminos abandonados, poco transitados, que sirven a Kiarostami para indicar al espectadot lo que no puede mostrarle con diálogos. Pausadamente, el propio director desentraña dichas claves, y repasando mentalmente sus films, nos queda más clara esa fijación casi obsesiva por seguir el periplo de los seres humanos mientras se desplazan por esas cicatrices que siempre estuvieron ahí, llevándolos de un sitio a otro, desde el principio hasta el final...
Saludos.

jueves, 9 de febrero de 2017

Postulados para la violación de la realidad #18



Fiel a su radicalidad, Kiarostami fue aún más allá en 10 ON TEN, un documental (o quizá sea eso) en el que el propio director usurpa por unos momentos la pantalla para describir su proceso creativo en diez pasos, diez claves que va desgranando con calma mientras (por si cabía alguna duda) conduce un coche. Así, con suma sencillez, es capaz de invocar el espíritu de sus propias obras como si de otro actor se tratase, y en este juego metanarrativo logra que veamos a través de sus ojos, sentir sus películas como sólo él las siente y acompañarle en este viaje por su música, sus actores, sus guionistas, sus localizaciones y directores de fotografía. Un viaje por sus películas, puede que tan sólo para decirnos que no hay trampa ni cartón cuando lo que se expone no es más que lo que uno ve sin necesidad de cámara.
Saludos.

jueves, 2 de febrero de 2017

Postulados para la violación de la realidad #17



En 2003, Abbas Kiarostami realizó uno de sus films más radicales e inclasificables, un hermoso homenaje a Yasujiro Ozu que es, al mismo tiempo, un ejercicio de vaciado conceptual que obtiene su significado preciso de las formas y la observación a la que las sometamos en tanto que espectadores proactivos y no sujetos pasivos. La película es, en cierto modo, un cruce entre la geometría del realizador nipón y el paisajismo de James Benning, o puede que ninguno, porque Kiarostami prefiere filmar sin intervenir, casi sin planificar, y de sus imágenes hay una música del azar asombrosa, teniendo en cuenta que el azar no suele ser algo que encandile a los directores de cine. Así, FIVE DEDICATED TO OZU nos regala a nosotros, los seres de la prisa y amantes de lo efímero, 75 minutos de observación relajada del entorno, con el tiempo suficiente para que seamos nosotros quienes encontremos un significado, si es que lo hay. En los dos trozos de madera que se alejan y acercan por el oleaje, los jubilados que distribuyen su ocio en la misma contemplación de un cielo azul, los patos que parecen tener claro a dónde dirigirse, para seguidamente optar por la vía contraria, los perros que sólo pueden sucumbir a su propio instinto o la sinfonía de ruidos de la naturaleza en completa oscuridad. No es, claro, cine como ustedes y su prisa merecen, sino otra cosa que quizá ya hayan perdido para siempre...
Saludos.

jueves, 26 de enero de 2017

Postulados para la violación de la realidad #16



A lo largo de diez cortes, una cámara digital, fijada en el salpicadero de un coche, va registrando la vida diaria de una mujer en Irán. Una mujer que conduce en Irán. Una mujer que conversa en el interior de su coche, que discute con su hijo, que no acepta su reciente divorcio y que se vuelva a casar. Una mujer que recoge a una prostituta y no comprende su modo de vida, aún más expuesto que el suyo. Una mujer que observa la vida desde el interior de un coche, y que al mismo tiempo nos permite a nosotros contemplarla a ella, a la mujer, pero también a la ciudad, Teherán, porque no hay mejor modo de saber cómo se siente una persona que escuchándola, lo que no siempre es posible si eres una mujer en Irán. La película-documento-experimento se titula TEN, y es una magistral lección de cine hecha con mínimos medios, pero mucho más es una lección de vida, de cómo resulta imposible disociar el fondo de la forma y cómo ésta puede ser utilizada en término absolutamente contrarios al panfleto, esto es: como rotunda denuncia de las desigualdades que invisibilizan a las mujeres en sociedades puramente machistas.
Saludos.

jueves, 19 de enero de 2017

Postulados para la violación de la realidad #15



Abbas Kiarostami ha sido uno de los directores de cine que más y mejor han retratado la mirada infantil, tan banalizada en el cine, cuando no directamente objeto de explotación. En el año 2001, él y su equipo recibieron la invitación de una organización en Uganda, encargada de cuidar de los miles de huérfanos que a diario deja el VIH, para recoger el material suficiente que les permita montar un documental que haga visible la precariedad en la que se encuentran estos niños. Pero Kiarostami no es un documentalista cualquiera, su mirada no se pliega ante la imagen, sino que la indaga con honestidad y fiereza hasta extraer de ella su significado real, quizá sin lograrlo, pero siempre haciéndola más accesible a nuestros ojos. Y en ABC AFRICA, que no es más (ni menos) que un montaje en crudo de estas imágenes, el director iraní parece investirse del espíritu del gran Jean Rouch, mezclándose con esta gente estoica y alegre, que enfrenta inalterable una cotidianidad repleta de enfermedad y muerte. Y de esta mirada dos conclusiones nos asaltan inmediatamente, sobre todo al ver al matrimonio austríaco que ha movido cielo y tierra para adoptar a una pequeña y al asistir a la heroicidad de una abuela de sesenta años que cuida sola de todos sus nietos tras perder a todos sus hijos por el SIDA: Qué lejos seguimos estando de estas culturas, y qué poco necesitan nuestra caridad... Si acaso un poco de atención.
Saludos.

jueves, 12 de enero de 2017

Postulados para la violación de la realidad #14



Personalmente, me plantea un dilema mayor que en otras ocasiones el visionado de BAD MA RA KHAHAD BORD (EL VIENTO NOS LLEVARÁ), el film de Kiarostami que en 1999 ganó el Fipresci en Venecia, tan sólo para aumentar la diferencia entre los que la consideran una obra sublime y los que bostezan apenas ven su, por otra parte hermosísima, carátula. Sin tenerme en un grupo ni en otro, desmerecería la poca cavilación que le he prestado a la forma (insisto, arrebatadora), por sumirme cual enólogo disfrutado en el crucial punctum de su fortísima crítica social. Alentada por el verso de Farrokhzad al que alude en el título, se trata de una compleja osmosis referencial acerca de la inhumanidad de quienes se acercan al entorno rural tan sólo por cumplimentar un trabajo, incapaces de ver y sentir la maravilla de la baja intensidad de la naturaleza acogiendo al hombre que la habita y, por tanto, la respeta. Algo del más hosco Berlanga hay en el patetismo del ingeniero audiovisual (sobre todo en él) y su equipo, hartos de esperar a que se muera una anciana para poder concluir su trabajo, que no es otro que la filmación de un entierro tradicional. Kiarostami logra hallazgos visuales que desbordan lo preconcebido y que deberían figurar en uno de esos masters inútiles que las escuelas de cine presentan como un abigarrado anaquel de renuncias semánticas. Pero el director iraní no deja nada al azar, y su trasiego de caminos de pasto oceánico no es en absoluto contemplativo, sino que sirve como conductor incansable hacia una reflexión máxima: ¿Qué hacemos realmente en cada sitio en el que estamos?...
Rotunda película, a la que aún, ya digo, me resisto a aupar más alto de lo que creo que ya está, quizá porque a mí también me tapa algo el paisaje.
Saludos.

jueves, 5 de enero de 2017

Postulados para la violación de la realidad #13



Abbas Kiarostami conquistó la Palma de Oro en 1997 (compartida con Imamura) con una durísima película acerca de un hombre que quiere suicidarse. Y poco más se puede añadir al argumento de TA'M E GUILASS (EL SABOR DE LAS CEREZAS), un seco y cortante retrato de una personalidad acabada, desesperada, del que ni siquiera llegamos a conocer qué importantes motivos le han llevado a tomar una decisión tan drástica. La cámara de Kiarostami no se separa del rostro implorante de este hombre, mientras conduce en busca de alguien que le ayude a completar su misión, comprobando al día siguiente que finalmente el suicidio ha sido consumado y enterrándole. No existe un discurso moral, ni un pesado adoctrinamiento filosófico en este film, el director iraní parece estar interesado solamente en hacernos llegar la imposibilidad del ser humano para aceptar su finitud, y no sólo la propia, sino que el estupor es inherente a cada persona que el protagonista va recogiendo para explicarle su macabra propuesta. Cada uno tiene sus razones para no hacerlo, y difícilmente alguna coincida, pero Kiarostami recoge esa incomprensión y rechazo con la misma naturalidad que podría filmar un árbol o un camino zigzagueante. Y quizá no sea su película más redonda, y es seguro que hace veinte años había trabajos superiores compitiendo en Cannes, pero el sabor de estas amargas cerezas se queda pegado al paladar mucho tiempo después de su visionado.
Saludos.

jueves, 29 de diciembre de 2016

Postulados para la violación de la realidad #12



Para todos los que, de alguna manera, comiencen a interesarse recientemente por la filmografía de Abbas Kiarostami, pueden hacerlo sin problema desde ZIRE DARAKHATAN ZEYTON (A TRAVÉS DE LOS OLIVOS), cierre de la trilogía iniciada siete años antes y, en mi opinión, verdadera obra cumbre del cinerasta iraní. De nuevo nos adentramos en toda la parafernalia para la preparación de un rodaje, una película que contará la historia de un joven y humilde matrimonio sobreviviente al terremoto que asoló Koker. Para ello, Kiarostami ficcionaliza el rodaje con su estilo tan difícil de definir, constantemente saltando desde la ficción al documento y haciéndolos convivir con una naturalidad imperceptible. Se trata de encontrar a la joven entre decenas, y una vez elegida ésta decide que estará más guapa en el rodaje con un vestido de gala... pero lo que el director necesita es una campesina. Continúa con la localización de un joven para hacer de marido, que se ilusiona con la idea de ser protagonista de un film para poder abandonar el trabajo de albañil. Y, entre medias, sutilmente, Kiarostami nos muestra todo un microsistema de seres humanos: la abuela que vive literalmente en una terraza, sin poder bajar; los niños que caminan diariamente nueve kilómetros para ir a una escuela que apenas es una tienda de campaña; los obreros que llevan años retirando las piedras de los edificios caídos, sólo para reutilizarlas en nuevas construcciones. Pero la grandeza de este film se revela en todo su esplendor en la maravillosa parte final, cuando el rodaje acaba y el joven protagonista sigue con la mirada a su compañera de rodaje, que se aleja caminando y de la que ha quedado perdidamente enamorado. Podría haber terminado ahí, podríamos haber asistido a un empalagoso drama romántico, pero Kiarostami prefiere seguir a la improbable pareja en un inolvidable travelling "a través de los olivos"; él, detrás de ella, no para de cortejarla, demostrándole sus buenas intenciones de matrimonio; mientras, ella sigue estoicamente hacia delante, en silencio... Al cabo, tras varios minutos de monólogo infructuoso, ambos quedan fuera del alcance de la cámara, que sigue observando, para después recoger la alocada carrera del joven (suponemos que feliz) en sentido inverso.
Sólo esos prodigiosos diez minutos elevan A TRAVÉS DE LOS OLIVOS a la categoría de obra maestra absoluta.
Saludos.

jueves, 22 de diciembre de 2016

Postulados para la violación de la realidad #11



Si recordamos, Irán sufrió un terrible terremoto en 1990 que dejó a miles de personas sin hogar e incluso borró del mapa, literalmente, poblaciones enteras. Una de ellas fue Koker, donde Kiarostami rodó sólo tres años antes una de sus más celebradas obras maestras, ¿DÓNDE ESTÁ LA CASA DE MI AMIGO? Como si de una broma cruel se tratara, Kiarostami, el artista, decide encadenar una ficción, en la que un actor le interpreta a él mismo como el director de cine que viaja con su propio hijo para conocer qué ha sido del joven Babek Amad Poor, el chaval que protagonizaba dicha cinta y que precisamente empleaba todo el metraje en buscar a un compañero de clase para devolverle un simple cuaderno. Así nace la idea de ZENDEGI VA DIGAR HICH (Y LA VIDA CONTINÚA), un objeto fílmico inclasificable y apasionantemente autoconsciente, que interroga constantemente al espectador acerca de las posibilidades resultantes de bastardar la ficción, contaminarla introduciendo la realidad para construir una realidad paralela. Quizá eso no importe, quizá el intento del artista es plenamente honesto y sólo pretende elevar una pregunta, la que cuestiona el valor de la realidad y su vigencia por encima de la ficción. El hombre conduce, su preocupación es dar con los escombros que una vez fue un pueblo; su hijo sólo quiere un refresco mientras intenta recordar si el partido de fútbol que vieron en la tele era un Brasil-Escocia...
Saludos.

jueves, 15 de diciembre de 2016

Postulados para la violación de la realidad #10



Un periodista, visiblemente azorado, se dirige en taxi, y acompañado de dos policías, a un barrio residencial. Por el camino explica que van a detener a un hombre que ha suplantado la identidad del director de cine Mohsen Makhmalbaf, con motivos difusos aunque sospecha que con intenciones lucrativas al fingir un rodaje en el domicilio al que van.
Ésta sería la descripción argumental de CLOSE-UP, de Abbas Kiarostami. Pero ¿qué película nos están contando exactamente? ¿Estamos percibiendo con claridad la trama que es casi de intriga, el del extraño caso de un suplantador que quiere rodar en un domicilio familiar? ¿El posterior juicio, donde el acusado se sincera? Se trata de un pobre hombre, normal y corriente, pero que siente en sus venas el impulso irrefrenable de ser, aunque sea fugazmente, un artista. Sus intenciones no son más que esas, y por tanto cuánto más difíciles de entender. Y Kiarostami nos muestra todos esos "primeros planos", la compleja actividad de quien debe atender cada rincón de la realidad, y la cámara tanto se vuelca en la confesión ante el juez como se abstrae mientras un "insignificante" bote de spray contra cucarachas rueda calle abajo, porque el taxista le ha dado una patada mientras espera a que la detención se produzca. El desenlace no puede ser más esclarecedor: el arrepentido suplantador, el fracasado aspirante a director de cine, se encuentra con el verdadero Makhmalbaf, en una motocicleta se dirigen de nuevo al domicilio del agraviado para presentarle definitivas excusas. Le regalará una maceta con unas flores...
Saludos.

jueves, 8 de diciembre de 2016

Postulados para la violación de la realidad #9



El dispositivo no puede ser más simple... ni más perverso. Abbas Kiarostami enfrentó a padres, profesores y un buen puñado de niños a la desnudez frontal de una cámara, mientras les interrogaba pacientemente acerca de sus problemas en el día a día de la escuela y el día a día al volver a casa de la misma. El resultado fue MASHGH-E SHAB (DEBERES), o la inteligentísima crónica del porqué de los males de un país a causa de la cerrazón del patriarcado, que impide a los jóvenes ser poco más que futuros obreros semianalfabetos y, a su modo, continuadores de un sistema asfixiante y que por entonces (hablamos de 1989) ya había reducido a la mujer a un ente desfondado y testimonial. DEBERES, enclavada entre dos películas monumentales de un Kiarostami en plena ebullición creadora, no ha obtenido tanto reconocimiento como merecería, pero su valiente y dura franqueza la mantiene vigente en muchas de sus ideas y hallazgos, y es de justicia resaltarlo en un momento en el que la educación de este país no consigue arrojar luz al futuro, incierto y voluble, de una generación que lamentablemente se intuye más cerca de sus bisabuelos que de sus padres.
Saludos.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Postulados para la violación de la realidad #8



El primer día de escuela en el primer grado. Kiarostami sigue las vicisitudes de una clase, escucha sus temores, incertidumbres. Su cámara se detiene en los niños, el maestro, las clases, el patio. Un microcosmos que a todos nos es familiar, aunque lejano, y la dificultad, una vez más, consiste en trasladar al espectador una visión veraz e interrogativa sobre los mecanismos internos de esa importantísima forja de seres humanos que es la escuela. Desgraciadamente, este documental no logra traspasar la barrera de la pedagogía y queda como un testimonio, interesante, estructurado, pero poco emocionante y finalmente algo tosco, sobre todo para un cineasta que ya a esas alturas, mediados los ochenta, empezaba a ser reconocido por la crítica internacional. No es el caso de AVALIHA (PÁRVULOS).
Saludos.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Postulados para la violación de la realidad #7



De nuevo dos cortos rodados por Kiarostami, el primero, de corte simuladamente didáctico y titulado BE TARTIB YA BEDOUN-E TARTIB (ORDEN Y DESORDEN), pretendía argumentar las bondades del orden y el civismo a la hora de conducirse en la vida, ya desde la escuela, al salir de clase sin atascar la puerta de salida; para beber agua (sin que nadie se preocupe de la higiene derivada de tener un solo vaso para todo el colegio...) o subir al autobús escolar sin que haya que esperar varios minutos a que todos estén sentados. Kiarostami cierra el documental con un inesperado e irreverente corte, que no sólo perturba el orden mismo de la película, sino que conmina al espectador a rebelarse ante lo que ve y no dar todo por supuesto. En apenas quince minutos, el libre albedrío nos interpela como ciudadanos libres que somos capaces de elegir nuestro propio beneficio...





El segundo, de 1982, es HAMSARAYAN (EL CORO), que en su brevedad articula una prodigiosa escalada desde la observación paciente de un hombre mayor en su habitual paseo, que, harto de la contaminación acústica de la ciudad, decide apagar el audífono que le permite escuchar con claridad. Al llegar a su casa, quizá sin importarle demasiado la ausencia de sonido, no escucha a sus nietas, que acaban de salir de clase y llaman para que les abra. Finalmente, el corto adopta un tono decididamente cómico, como si volviéramos a un cine chapliniano, porque la congregación ante la casa es cada vez mayor y todos gritan para que el anciano se entere. Una deliciosa miniatura acerca de las bondades del bendito silencio para los que sufrimos vivir en un mundo insoportablemente ruidoso...
Saludos.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Postulados para la violación de la realidad #6



Antes, mucho antes de que Asghar Farhadi devolviera al cine iraní gran parte de su prestigio, Abbas Kiarostami expuso en GOZARESH (EL INFORME) muchos de los males y controversias de una sociedad que luchaba por definirse entre el aperturismo y la tradición. De ahí proviene la fuerza de este extraordinario film, escindido en dos partes bien diferenciadas aunque perfectamente complementarias. En la primera, mucho más verbal y descriptiva, se nos cuenta la caída en desgracia de un recaudador de impuestos que es fulminantemente despedido por aceptar una serie de sobornos; la corrupción no sólo como tema delictivo sino como tara moral, que en este caso va a poner a prueba la resistencia de este hombre y su familia. En la segunda parte, asistimos a la mudanza a un barrio más modesto, la precariedad de medios y los problemas derivados de la incapacidad para mantener un estatus social, lo que desembocará en una brutal precipitación de acontecimientos. Kiarostami filma con un naturalismo crudo y distante, y lejos de sus anteriores lecciones morales lleva a sus personajes hasta un paroxismo casi insoportable, de una fisicidad manchada y que deviene en tragedia. Una especie de redención por la vía del martirio y la pérdida, quizá para recordar, ya entonces, lo dolorosos que son los golpes desde lo más alto.
Saludos.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Postulados para la violación de la realidad #5



LEBASSI BARAYE AROSSI (UN TRAJE PARA LA BODA), de 1976, es una nueva variación sobre la constante de la infancia robada (o la madurez prematura), el sentimiento de culpa como norma social o las insalvables diferencias de clase, acentuadas desde el punto de vista de los niños, incapaces de aceptar la realidad que les ha tocado vivir, y por tanto convertidos siempre en la única esperanza para el cambio de una sociedad petrificada en la resignación. La historia gira en torno al taller de un sastre, al que llega una mujer con su hijo para hacerle un traje a medida para la boda de su hermana. La clave para entender el significado real de la película se encuentra en las miradas entre el niño de familia acomodada y su antítesis, el aprendiz que no puede permitirse un traje, pero que urde un plan para apropiarse del mismo y experimentar qué se siente cuando la apariencia se convierte en una llave. Al final, otra constante del cine de Kiarostami aparece cuando el niño, pese al traje, es incapaz de concretar su aventura y se da cuenta de que no puede disimular su naturaleza.
Saludos.

jueves, 27 de octubre de 2016

Postulados para la violación de la realidad #4



Hablaremos brevemente hoy aquí de dos cortos aparentemente inanes, absolutos encargos del Ministerio de Cultura iraní, que sin embargo, por la fuerza y talento de su creador adquieren una dimensión tremendamente diferente al didactismo inocuo, y haciendo las veces de informador ¿involuntario? de un estado de cosas terribles.
Por ejemplo, DOW RAHEHAL BARAYE YEH MASSALEH (DOS SOLUCIONES PARA UN PROBLEMA), que presenta a dos niños, compañeros de clase, mientras una calmada voz en off ilustra las consecuencias de un acto equivocado, en este caso la ira y posterior venganza desatadas tras la devolución de un libro prestado con las solapas rotas. En lugar de buscar una solución consensuada, los niños entran en una imparable espiral de destrucción mutua, desembocando incluso en la agresión física. Después, Kiarostami filma la otra solución, tan simple como poner un poco de pegamento y salir tan amigos a jugar al fútbol... El mensaje, según veo yo, es el deseo soterrado pero ardiente de que obviemos las inocentes figuras infantiles y veamos en qué podrían llegar a convertirse por culpa de una mala base educativa. Algo, por desgracia, muy de actualidad en estos días por aquí...




Aún menos evidente es el caso de RANGHA (COLORES), por la abstracción de su propuesta como por lo difícil que sería atribuirle una intención que no sea la meramente divulgativa. El film, de apenas quince minutos, es una catarata de objetos de diferentes colores, distinguidos sobre un fondo blanco y con una mínima participación de personas, finalmente, cómo no, niños, que mezclan dichos colores, rompen los objetos y terminan por delimitar una especie de collage anárquico y que se despliega tras una curiosa banda sonora compuesta por sintetizadores de la época. No sé si debo ser muy suspicaz, pero me parece un original y magnífico canto a la diferencia incluso desde una forma absurdamente homogeneizada... Deberíamos haberle podido preguntar a su director, claro...
Saludos.


... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!