lunes, 31 de octubre de 2016

Los canales que nadie ve



De la obscena oferta de canales de televisión que cualquiera puede tener a su alcance actualmente, los más curiosos son los que se encuentran justo al final, noticieros en inglés, francés o alemán en los que vemos imágenes de nuestra querida Europa mientras un locutor de voz impersonal lee un discurso con pomposa eficacia. Eso era Europa, una interminable circulación de eventos bajo los que aparecían unos cuantos millones de vidas acoplados a un sistema productivo y consumista, mientras alguien sin rostro nos contaba qué pasaba con el repollo en Bélgica o los taburetes de metacrilato en un pueblecito finlandés. Que esos canales no tuvieran apenas audiencia responde a una sola razón: no le interesan a nadie. Pretender a estas alturas, cuando la cosificación del ser humano ya no es sólo para "los otros", sino que amenaza con colarse en nuestra agradable cartilla de ahorros, realizar un reporte general de las cosas, como si los causantes de la desgracia estuvieran perfectamente identificados, es, como poco, de una ingenuidad que uno sólo presupone proveniente de mentes acomodadas que ahora quieren redimirse. THE PARADISE SUITE es eso, un raro ejemplo de cine neoliberal disfrazado de superdrama con mensaje moral al fondo, pero está tan torpemente narrada que tanto importa la trata de blancas que un niño que se hace pis, y donde los malvados traen a chicas jóvenes de Europa del Este para explotarlas sexualmente, pero los protopijos que pasan por debajo de los ventanales rojos no importan a ojos de Joost van Ginkel, director y guionista, cuando son los verdaderos culpables de un estado de las cosas que llevan generaciones auspiciando con su repugnante indiferencia. He dicho muchas veces que Holanda me parece el país más profundamente cínico de Europa, pero aún es peor ir al terreno de los Dardenne y terminar metido en un fangal para decirnos lo mismo una y otra vez, que los culpables del hundimiento de Europa no llevan corbata...
Véanla sólo si no tienen televisión por cable...
Saludos.

domingo, 30 de octubre de 2016

Rincón del freak #244: Las curiosas ramificaciones del efecto PSOE



Antes de ir con otra cosa, me gustaría explicar en qué consiste el "efecto" del encabezado, aunque no me llevará más de un par de líneas, las necesarias para poner de manifiesto la habilidad para promulgar y tener como principios una serie de cosas y un poco más tarde hacer exactamente lo contrario. Y para ilustrarlo qué mejor película que un desastre perpetrado por la Disney (sí, los mismos del otro día) a la mayor gloria del tintineo monetario, pero que pasa inmediatamente a engrosar las dudosas filas del grupo mixto, los films que se apoltronaron desde su misma concepción. Porque ALICE THROUGH THE LOOKING GLASS se parece a la obra de Lewis Carroll igual que el PSOE a un partido de izquierdas. No hay nada aquí de un texto que, aceptémoslo, sigue siendo inadaptable, y de una altura literaria que es inconcebible que haya quien se sigue empeñando en denominarla como "literatura infantil", cuando se necesita un grueso bagaje como lector para entender un mínimo porcentaje de su complejo e intrincado laberinto lingüístico. Acerca de la película, que ya digo que es otra cosa distinta, es apenas un tumultuoso colorín psicotrópico repleto de frases de manual y algunas interpretaciones desconcertantes bajo toneladas de maquillaje digital. Sin humor, sin intención y con una sensación francamente desalentadora, que es la misma que a estas horas deben tener quienes se sientan engañados por quienes recibieron entonces su confianza...
Mala, muy mala.
Saludos.

sábado, 29 de octubre de 2016

Delicias turcas



Y vamos con un poco de gore visto en la pasada edición de Sitges, aunque no un gore cualquiera, y no es baladí la advertencia, o son ustedes muy raros si habían visto antes una película que empieza con cinco policías turcos haciendo una quiniela de la liga española mientras esperan la cena en un bar de carretera... Es friki ¿verdad? Pues tras escuchar las preferencias de los protagonistas, que oscilan entre Messi y Arda Turan, reciben una llamada para acudir a un apartado arrabal del extrarradio, de infame reputación, lo que aprovechan para poner un poco de música y marcarse un bailecito dentro de la furgoneta que no lo hubiese firmado ni Tarantino en su buena época. Cuando llegan son recibidos por una interminable alfombra de sapos, y después...
BASKIN ha supuesto una pequeña gran conmoción en un país poco acostumbrado a salirse de los parámetros del cine acomodaticio, y ha puesto en el escaparate internacional a su director, Can Evrenol, que adapta aquí su propio cortometraje homónimo. Baskin significa "magia", de la chunga, la que hace pupa, aunque lo cierto es que, más que magia, lo que aguarda en el último tercio es un potente cañonazo de gore extremo, menos abrumador cuando el ketchup salpica que en los largos y marcianos parlamentos de un personaje que permanece en la retina mucho tiempo después y del que lo más impactante es saber que no lleva nada de maquillaje...
Es verdad que promete mucho más de lo que ofrece y que el ritmoo no siempre consigue mantenernos enganchados, pero merece la pena que los aficionados al género le echen un vistazo y comparen su macabro sentido del humor con la horda de argumentos previsibles que llegan de Norteamérica.
Saludos.

viernes, 28 de octubre de 2016

Gran guiñol



A mí no debería gustarme esta versión de THE JUNGLE BOOK, de todas formas ni siquiera era muy fan de la versión animada, que por cierto está a punto de cumplir nada menos que 50 añazos... Pero qué quieren que les diga, si me ha ganado por la mano ver a un chaval (espléndido, por cierto, el joven Neel Sethi) corriendo por la selva acompañado de una pantera y una manada de lobos. Cómo obviar uno de los castings de voces más acertados que he visto y pasar por alto al intimidante Idris Elba dando vida al tigre Shere Khan o terminar rendido ante la mirada de Kaa (¡Sí, por fin hablo bien de Scarlett Johansson!... Será porque no la veo...). El libro se despliega, muy bien narrado por Jon Favreau, otro tipo del que venía desconfiando y que se ha redimido; todos los personajes (y son muchos) tienen su sitio y momento, y aunque nos sepamos la historia de carrerilla se nos olvida a conveniencia, porque aquí hemos venido a disfrutar... Incluso magnífico está Bill Murray, perfecto para meterse en la piel del imprevisible Baloo. Pero donde me desparramé del todo fue ya casi al final, tras una imponente escalada hasta los dominios del Rey Louie, un gigantesco orangután que parece mortífero, pero que quizá sólo quiera ser comprendido en toda su grandeza, y que quizá por ello necesitaba de la rajada voz de un Christopher Walken simplemente esplendoroso, y que me dejó pasmado con el pedazo de canción que se marca. Porque, efectivamente, esta versión de THE JUNGLE BOOK también tiene las canciones del original, respetando cada detalle y conformando un inesperado y hermoso homenaje al mejor Disney, que esa máquina imparable de construir entretenimiento a costa de derribar todas nuestras defensas y reticencias originales.
Ésta, sencillamente, no se la pueden perder.
Monumental.
Saludos.

jueves, 27 de octubre de 2016

Postulados para la violación de la realidad #4



Hablaremos brevemente hoy aquí de dos cortos aparentemente inanes, absolutos encargos del Ministerio de Cultura iraní, que sin embargo, por la fuerza y talento de su creador adquieren una dimensión tremendamente diferente al didactismo inocuo, y haciendo las veces de informador ¿involuntario? de un estado de cosas terribles.
Por ejemplo, DOW RAHEHAL BARAYE YEH MASSALEH (DOS SOLUCIONES PARA UN PROBLEMA), que presenta a dos niños, compañeros de clase, mientras una calmada voz en off ilustra las consecuencias de un acto equivocado, en este caso la ira y posterior venganza desatadas tras la devolución de un libro prestado con las solapas rotas. En lugar de buscar una solución consensuada, los niños entran en una imparable espiral de destrucción mutua, desembocando incluso en la agresión física. Después, Kiarostami filma la otra solución, tan simple como poner un poco de pegamento y salir tan amigos a jugar al fútbol... El mensaje, según veo yo, es el deseo soterrado pero ardiente de que obviemos las inocentes figuras infantiles y veamos en qué podrían llegar a convertirse por culpa de una mala base educativa. Algo, por desgracia, muy de actualidad en estos días por aquí...




Aún menos evidente es el caso de RANGHA (COLORES), por la abstracción de su propuesta como por lo difícil que sería atribuirle una intención que no sea la meramente divulgativa. El film, de apenas quince minutos, es una catarata de objetos de diferentes colores, distinguidos sobre un fondo blanco y con una mínima participación de personas, finalmente, cómo no, niños, que mezclan dichos colores, rompen los objetos y terminan por delimitar una especie de collage anárquico y que se despliega tras una curiosa banda sonora compuesta por sintetizadores de la época. No sé si debo ser muy suspicaz, pero me parece un original y magnífico canto a la diferencia incluso desde una forma absurdamente homogeneizada... Deberíamos haberle podido preguntar a su director, claro...
Saludos.


miércoles, 26 de octubre de 2016

Rivette escribe #9



DUELLE, de 1976 (ingeniosa "feminización" del masculino "duelo"), abundaba aún más en la obsesión de Rivette por la dualidad de la mujer, entendida como luz y oscuridad, y de cómo esto dejaba a las figuras masculinas en un anodino gris secundario. Para ello mezcló el folletín de Feuillade con la novela negra clásica y la ciencia ficción que el realizador galo introducía como un elemento puramente narrativo y nunca formal. El duelo al que alude el título es el que enfrenta a dos hechiceras que transitan por toda la eternidad y para las cuales el destino de la humanidad tiene un sentido bien distinto, mientras Leni posee la luz y cree en la necesaria bondad de los hombres, Viva habita la oscuridad y aspira a destruir toda esperanza a su temible paso. Ambas confluyen en un momento particularmente importante, ya que han descubierto que un grupo de mortales poseen el anillo que llevan mil años buscando y que sólo a una otorgará el poder de reinar sobre la Tierra para toda la eternidad. Como siempre advierto a los incautos, no esperéis encontrar aquí el típico producto hollywoodense repleto de efectos especiales, y prepárense a disfrutar de un guion diabólico y que adopta múltiples formas y motivos, llevando al espectador por medio del poder de la palabra a esos mundos que, efectivamente, siempre estuvieron en éste...
Saludos.

martes, 25 de octubre de 2016

Trauma



Estaba cantado. De entre la vorágine de películas de terror con niños (entrecomíllenlo y les sale un género nuevo), estaba convencido de que los austríacos eran los que tenían una última palabra por decir, al menos antes de que esto ya se convirtiera en plaga. ICH SEH, ICH SEH (VEO, VEO sería su traducción correcta) participa del último cine del país de Mozart, y recoge la claustrofobia y la crítica social de su máximo exponente, que no es Haneke, sino Ulrich Seidl. Con más de lo primero que de lo segundo, el tándem Franz/Fiala, que dos años antes entregó el sorprendente documental KERN, realiza un inquietante relato de terror psicológico en el que nunca queda claro qué es exactamente lo que estamos viendo y qué consecuencias está teniendo sobre los protagonistas, de hecho los únicos integrantes del reparto: una mujer y dos gemelos. La mujer llega a casa con el rostro vendado y la esperan dos niños, sus hijos, pero el comportamiento extraño de la madre nos/les indica que podría tratarse de otra persona, una impostora que se hace pasar por su madre y que aspira a quedarse con todo lo que poseen e incluso acabar con ellos... así que no van a permitirlo.
A partir de aquí, resulta imposible continuar desvelando nada más de la sinopsis, tan sólo les diré que deben enfrentarse a este film con los sentidos alerta y la mente abierta para aceptar cualquier giro que se produzca, y en verdad son muchos y muy significativos. Una película seca, truculenta, agitadora, y que quizá pierde un poco de fuerza al final, cuando la violencia ya no es sugerida sino explícita, pero en cualquier caso constata que la corriente germana de horror extremo sigue ofreciendo producciones e incuestionable calidad.
Saludos.

lunes, 24 de octubre de 2016

El ritmo trucado



Todo el mundo respeta a Jodie Foster. Yo respeto a Jodie Foster, aunque no había visto ninguna película suya como directora. Tenía un presentimiento, y MONEY MONSTER me ha despejado las dudas. Por lo que he leído por ahí creo que nadie considera esta película como una gran obra, pero es curioso el hincapié generalizado acerca del ritmo. El ritmo, esa porción cíclica y salvaguarda del honor del tullido: ¿Cojo? Sí, pero rápido... No importa, Foster despeña una historia de partida bastante interesante y con puntos en común con (nada menos) NETWORK. Pero Lumet es Lumet, claro. El arranque es más que curioso, y está muy bien filmado, con George Clooney como presentador de un extraño híbrido televisivo, que mezcla el sensacionalismo más zafio y... las finanzas... No me digan que no mola. El caso es que este señor se empeña en aparecer ante nosotros como el antihéroe al que todo el mundo envidia, pero la trampa, el truco, se desvela demasiado pronto, justo cuando un joven (magnífico, vibrante Jack O'Connell, de lo mejor del film) "secuestra" el plató en pleno directo y amenaza con hacerlo saltar por los aires a menos que le ayuden a desenmascarar al causante de su ruina, y por extensión de una estafa financiera que, precisamente, fue inducida por este presentador, al que culpa directamente.
No crean que hay una gran sorpresa detrás de todo esto, apenas un desarrollo rutinario y molestamente conservador, donde hasta los grandes e insalvables dramas de nuestra sociedad pueden solventarse con un poco de buena voluntad. Entre medias poca cosa, Julia Roberts de secundaria, la aparición al final del televisivo Dominic West y la constatación de que uno no se carga el aire acondicionado en verano, como mucho lo maldice un par de veces al día...
Saludos.

domingo, 23 de octubre de 2016

Rincón del freak #243: Más que desdoblamiento... desparramamiento



Para realizar una película inteligente, o ingeniosa, de las que de algún modo dejan a la gente con la boca abierta y sus sentidos aún preguntándose cómo no lo vieron venir antes, y congratulándose por ello, además de un extraordinario argumento necesitas un extraordinario guion, y otras cosas, pero a veces tan sólo basta con eso. Había visto un par de películas del realizador británico Christopher Smith y, sin deslumbrarme, me había parecido un tipo solvente tras las cámaras, un director de género a la vieja usanza, de los mal llamados "artesanos", con poca profundidad pero mucho recorrido. El problema para este tipo de directores siempre viene cuando intentan dar un paso más allá y enrolarse en fútiles arabescos metafísicos, como le ocurrió en 2009 con TRIANGLE, un desvaído, abúlico thriller de ciencia ficción terrorífica en la que un grupo de amigos va en un yate y, tras quedar extrañamente varados en una calma chicha, ven acercarse un barco, y tras subir al mismo y comprobar que está aparentemente vacío empezarán a advertir comportamientos extraños entre ellos, si es que realmente siguen siendo ellos... El argumento, así contado, es cojonudo, porque recuerda levemente a aquella mítica serie que luego se fue por los cerros de Úbeda y que se llamaba LOST, pero Smith, además de sus habituales problemas de montaje y ritmo, y sospechosamente bajo el influjo de LOS CRONOCRÍMENES de nuestro Nacho Vigalondo (asesino enmascarado incluido), decide apostar duro y afianzarse en los principios de PRIMER, que daban por hechos los desdoblamientos de personas en los viajes en el tiempo... Sí, es tan farragoso como suena, y además muy aburrido, y muy pedante; apenas una sucesión de escenas repetidas hasta la saciedad para dar la impresión de que los personajes están atrapados en un bucle, pero como el guion va deshinchándose no nos importa qué pasa en el enésimo bostezo, ni siquiera en un desenlace que me resisto a desvelarles por lo descabellado y que efectivamente confirma la querencia por la serie de Abrams, lo que no sé si es necesariamente bueno... Aunque, claro, a lo mejor el que se ha extendido innecesariamente he sido yo, cuando podía haber resuelto esto con un típico "bazofia pretenciosa"...
Saludos.

viernes, 21 de octubre de 2016

Cuestión de fe



Ya he hablado aquí sobre lo mucho que me gusta el cine de Jeff Nichols, de los pocos realizadores norteamericanos que aún creen en la simpleza de las formas y en el cariño y dedicación hacia los actores, de los que es capaz de extraer oro puro. Y no es que sea MIDNIGHT SPECIAL, su (pen)último trabajo (este mismo año se estrena también LOVING), una excepción en cuanto a lo anteriormente dicho, pero puedo afirmar que se trata, sin ser una mala película, de su trabajo más flojo. Todo parece estar muy bien ensamblado, y Nichols es un maestro en el arte de la sutilidad para demorar al espectador las emociones fuertes, que disemina con inteligencia; así ocurre en el primer tercio, donde todo lo que ocurre es intrigante, extraño, pero todo eso va perdiendo fuelle a medida que hay que ir dando explicaciones. Dos hombres y un niño huyen, no se sabe muy bien de quién ni por qué, pero intuimos que van a proteger al chico cueste lo que cueste. Luego nos vamos enterando de que el niño tiene una especie de "poder" y que entre sus perseguidores están el gobierno (por muy ambiguo que esto resulte) y un fanático religioso que lo ve como una amenaza (un excepcional Sam Shepard, que inexplicablemente desaparece por completo de la película). Luego empiezan los fuegos de artificio, y aunque Nichols no es ningún exhibicionista forma un embrollo peliagudo en el que la solución al enigma aleja los dos extremos del film, por lo que al final parece que estemos viendo algo distinto a lo que se nos proponía al principio. Es el viejo problema musical lo que me temo que dejará MIDNIGHT SPECIAL como una rareza para incondicionales. Esto es: "Demasiado comercial para ser indie y demasiado indie para ser comercial"... Quizá a ustedes les guste más que a mí...
Saludos.

jueves, 20 de octubre de 2016

Postulados para la violación de la realidad #3



MOSSAFER (EL VIAJERO), de 1974, es una demoledora metáfora acerca de la imposibilidad de cumplir nuestros sueños, o cómo la vida siempre acaba por devolvernos la bofetada más fuerte. Esta es la historia de Qasem, un chaval alérgico a los libros y a cualquier tipo de imposición disciplinaria, y que sólo tiene una meta en la vida: viajar a la capital para ver un partido de fútbol. Kiarostami apenas necesita de una hora para disparar donde más duele, sin posicionarse con falsas moralejas y poniendo cada estamento en su sitio. La madre autoritaria, el padre holgazán, el maestro sádico... El entorno de Qasem hace de él un rebelde, carne de cañón para una sociedad que impone y no escucha; pero el director iraní no es complaciente, y retrata a su pequeño protagonista como un niño sin infancia, que usa el engaño para lograr lo que se propone y que no se preocupa por nada que no sea él mismo. Tras apropiarse de una vieja cámara de fotos estropeada, y, obviamente, no poder venderla, hace de la necesidad virtud, o estafa, y empieza a retratar a todos sus compañeros, con la falsa promesa de que tendrán una fotografía en breve. Pero es en el tramo final cuando el film se muestra en toda su crudeza, cuando finalmente Qasem llega a Teherán y compra la entrada para ver nada menos que a la selección nacional. Sin querer desvelar el desenlace, el destino tiene reservada una amarga sorpresa para quien ha desafiado las convenciones y se ha marchado para ver cumplido su sueño. Podría ser una moraleja conservadora, pero la descarnada cámara de Kiarostami no permite el aleccionamiento, y sí aconseja la reflexión profunda en la que héroes y bastardos no pueden ser tan fácilmente detectados. En mi opinión, su primera gran obra maestra.
Saludos.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Rivette escribe #8



En 1974, Rivette imagina la posibilidad de un film puramente coral, no sólo por estar escrito por muchos de los integrantes del mismo, sino también por la necesidad que siempre tuvo de borrar las fatigosas líneas entre los roles principales y secundarios. Pero más allá de socialismos, lo que de verdad importa en CÉLINE ET JULIE VONT EN BATEAU es la gozosa demostración de que se puede realizar, filmar, una película de corte fantástico partiendo de parámetros absolutamente contrapuestos a los dictados por la industria y valiéndose de la tradición literaria, donde es la imaginación del lector la que debe trabajar para construir el mundo al que es invitado. El problema es que no estamos acostumbrados, y esta película puede ser una experiencia farragosa, pero probablemente lo sea por la explicitud a la que ha ido derivando el cine, envenenando la imagen con explicaciones y sobreentendidos inútiles, y creando a un espectador-tipo infantilizado e incapaz de colaborar con la intención del creador, que no ha hecho más que poner en sus manos herramientas de construcción. Y efectivamente, la trama del film no puede ser más sencilla, y apenas habla de dos mujeres adultas que ensayan lo que parece una inmersión en la imaginación infantil, repensando la realidad que les rodea, sin abandonarla a nuestros ojos, pero actuando como si ésta fuera distinta ¿Qué es, si no, una representación, sino someternos al dulce engaño, renegar de la mediocridad que nos inunda y marcharnos a otra parte que sólo nosotros conocemos?...
Saludos.

martes, 18 de octubre de 2016

De cabreo en cabreo



Bueno, pues sigamos repasando el torbellino de producciones "superheroicas", que no son pocas las de esta temporada, con CAPTAIN AMERICA: CIVIL WAR, que muy bien podría haber engrosado la lista de LOS VENGADORES, por la cantidad de personajes incorporados. Con un poco de mala saña, lo que me hubiese venido a la cabeza es el equivalente al Batman Vs. Superman marveliano, puesto que el eje principal de esta película es un choque de pareceres entre Iron Man y el Capi, uno porque asume el fracaso de los incontables daños colaterales de sus actuaciones y el otro porque considera que son la única alternativa válida para frenar una amenaza para la que el mundo no está preparado. Estas cosas, ustedes saben, son muy pomposas y visten mucho, pero en realidad lo que nos interesa no es un tratado sobre geopolítica, sino ver a unos tipos en traje de neopreno dándose mamporros, y si es entre ellos la diversión aumenta. Ahora bien, el film ideado por los hermanos Russo aparca falsas solemnidades y tira de humor cada vez que puede (a mí este Spiderman ya se me parece más al de los comics, Downey Jr. sigue en su línea y Paul Rudd literalmente se sale de la pantalla...), facturando un producto altamente disfrutable y cuyas dos horas y media pasan volando. Sí, de nuevo Marvel se la cuela a DC, demuestra que lo de los comics de superhéroes es para pasarlo bien, o tienes que contratar a Alan Moore o a Frank Miller, claro...
El cabreo del título es el que pillan los dos protagonistas el uno con el otro, por supuesto.
Saludos.

lunes, 17 de octubre de 2016

Otra de miedo



Recientemente se ha clausurado el Festival de Sitges, así que, fieles a nosotros mismos, vamos a hablar de una película del año pasado... THE HALLOW es una modesta producción irlandesa que tiene un desarrollo bastante lineal y una fotografía tan oscura que puede hacer dudar sobre qué está ocurriendo realmente en la pantalla... Pero a la gente le encantó, y supongo que andamos un poco ávidos de aquella vieja escuela del horror, que se hace pocas preguntas y prefiere transitar por senderos bien conocidos. No hay nada aquí que no hayamos visto en otra parte, y tampoco es que técnicamente sea un prodigio... Pero a la gente le encantó. Se trata de una pareja joven que se muda al campo, a una casa apartada del mundanal ruido, para intentar dar una buena vida a su hijo recién nacido; la gente del lugar no parece muy amistosa, y les lanzan indirectas del tipo "Yo ahí no me iba"... "Por las noches hay que tener un par para estar por allí"... Pero bueno, como se han hipotecado hasta las cejas deciden quedarse y apechugar con lo que venga, que no se sabe si es un espíritu o un monstruo, porque ya digo que está todo muy oscuro. En fin, que pueden tirarse en el sofá y amagar con la siesta mientras mantienen un ojo abierto y ven esta rutinaria película que no va a pasar a la historia bajo ningún concepto...
Saludos.

domingo, 16 de octubre de 2016

Rincón del freak #242: ... y que cada perro se lama su pijo...



No sé... parece que de verdad los tiempos están cambiando, y no estoy muy seguro de que sea exactamente para bien. Quiero decir, que he estado escuchando y leyendo a un montón de gente que probablemente sea mucho más inteligente que yo, porque escriben en periódicos y hablan en la radio, y todos parecen muy compungidos y atribulados porque a Bob Dylan le han dado el Nobel de literatura. Creo, me parece, que al señor Zimmerman no le va a cambiar mucho la vida, pero quizá deberíamos empezar a relativizar el verdadero significado e importancia de un premio que tiene más de aura que de validez o aportación al avance de la humanidad, porque para eso es mejor escuchar Blood on the tracks... Y ahora hablaría un poco de WARCRAFT: THE BEGINNING, pero me permito el lujo de hacer míos los preceptos sanedrínicos de la Cope, ese pozo de sabiduría constante, y me atrevo a decir que gilipolleces como ésta son las que han contaminado lo que anteriormente solíamos conocer como "séptimo arte", y que se diferenciaba de un videojuego por desarrollar un argumento e incidir sobre la inteligencia del espectador y esas cosas que hacían que una película dialogara en armonía con la música, la poesía, la pintura... Para ir abreviando, si a la gente le molesta que a un heredero de los beatniks le hayan dado un medallón relamido y almidonado, si consideran que Dylan no lo merece porque lo que ha hecho durante más de medio siglo no es literatura, esto de hoy, aunque le hayamos hecho el favor de figurar en un blog "supuestamente" (que hay que cogérsela con papel de fumar) de cine, no es cine. Será otra cosa que le toca a otro explicar, pero no es cine...
Saludos.

sábado, 15 de octubre de 2016

Cuando las paredes hablan



Vamos hoy con un telefilm que la BBC emitió allá por 1972 y cuya audacia argumental le ha valido la consideración de pionero, al haber influido decisivamente en títulos realizados varios años después, pero sobre todo por haberse atrevido a separar tradición y modernidad en un género tan desdeñado como el de fantasmas. THE STONE TAPE es, en apariencia, una historia más, una de tantas, sobre apariciones espectrales y señoritas chillando; y así es, o al menos esto también pasa, pero lo más interesante es el uso de la tecnología para intentar definir fríamente qué diablos es aquello que está aterrorizando a un grupo de personas, independientemente de sus creencias. Esto ocurre en una mansión abandonada, cuyos gruesos muros son usados por unos científicos para probar un equipo de sonido de "última generación". Por supuesto, sean conscientes de que aquella parafernalia era modernísima hace 45 años, y ahora les sacaríamos más dinero vendiéndolo al peso... La chica era Jane Asher, posiblemente el rostro más conocido de la farándula inglesa de entonces, ya que se la relacionó con Paul McCartney, y que aquí interpreta a una especie de ingeniera de sonido, la que descubre que en aquellos muros algo inexplicable ha quedado atrapado desde hace muchísimos años, y que ahora parece querer manifestarse. Escrita por Nigel Kneale, THE STONE TAPE es una ocasión única para descubrir cierta deriva del cine de fenómenos paranormales, que ahora está tan de moda y que, dejando a un lado sus rudimentarios recursos, se ocupa de la gran cuestión: ¿Se cree en algo porque existe o existe algo porque se cree en ello?...
Saludos.

viernes, 14 de octubre de 2016

Lodos pertinaces. Mascotas ibéricas



No relinchéis, que del dispensario no os ha de faltar nada. Mal bicho el que así os depauperara el ánimo o refrenara el antebrazo en la trasera del Dyane, buques alborotados los adoquines con olor a vino de ajo, en tela rascona el afranjado guardés de la noche y el atchís. Recuperados, tras el cocido de mamá, bravucones como gatos a rayas, era peor la sensación a pan mojado, disoluto de la salsa comunal, y que los diálogos de Kanin sonaran más adultos que el cigótico gorgoreo en la imprenta vestida de lechería. El panfleto los Jueves, el Sábado para el cine y los Domingos a la vera de un río que, como decía el poeta, o el filósofo, ya no es lo que era ni para lavar los platos. Y volver a empezar la semana que viene, aceptando que hay un atajo a la tranquilidad, una oportunidad para ensayar el camuflaje. Curiosos los seres que abrazan el comunismo para soñar con George Cukor, quizá un puñado de mascotas paralíticas con un revoloteo firme alrededor del Gran Cazador, con la esperanza de que un día haya suficiente lluvia para convertir la tierra en lodo y atrape a la bestia mientras se relame soñolienta y fenece con el lema de su canción preferida acunándole los sentidos... ¡Que viva la clase media!...
Saludos.

jueves, 13 de octubre de 2016

Postulados para la violación de la realidad #2



Con TADJREBEH (LA EXPERIENCIA), de 1973, Kiarostami da rienda suelta a las claves inalterables de su cine en un mediometraje que volvió a utilizar desde el sistema de propaganda iraní, logrando un resultado de gran belleza y emoción, que denuncia al clasismo imperante por entonces desde la mirada de un niño que en apenas 50 minutos decide despojarse de toda inferioridad e imitar las conductas de los adultos, pensando que sólo así será respetado. El chico es huérfano, trabaja como aprendiz en un estudio fotográfico donde es sistemáticamente humillado por el dueño y por las tardes va a observar a una joven estudiante de clase alta. Unidos su rabia, impotencia y adoración, toma una determinación: "ser" un adulto, vestirse con un traje, afeitarse (aunque no lo necesite) e incluso darse el lujo de lustrar sus zapatos, aunque tengan la suela despegada y sus calcetines estén rotos... Así, Kiarostami da una lección de concisión e intención, y, valiéndose de nuevo de la mirada infantil, es capaz de desplegar, aparentemente sin esfuerzo, una cosmovisión de suma importancia y siempre tan menoscabada, la de esos niños que habitan una altura tan ínfima que preferirían descambiarla y no vivir ese momento único, para ellos un tormento constante...
Saludos.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Rivette escribe #7



OUT 1: SPECTRE es, ni más ni menos, la versión "acortada" (casi cuatro horas) de la película que comentábamos la semana pasada, por lo que poco más se puede añadir, excepto, para los curiosos, que Rivette montó esta versión centrándose mucho más en la historia de Colin y su extravagante búsqueda de "Los trece" por todo París, mientras que los montajes teatrales quedan relegados a un plano testimonial, por lo que el film cobra mayor vigor narrativo, aunque pierda algo del encanto que hacía de la otra una especie de insólito culebrón con las formas de la nouvelle vague. Yo recomiendo ver primero ésta, más concisa, y luego lanzarse sin prejuicios (y con algo más de tiempo) a NOLI ME TANGERE. Hace ya algunos años que el canal Arte lanzó los dos títulos en una mastodóntica edición en DVD, remasterizada y con multitud de subtítulos, por si no les gusta la "pirata" que circula por Internet y que ha sido ripeada de la mítica emisión de la cadena italiana RaiTre.
Que ustedes lo disfruten...
Saludos.

martes, 11 de octubre de 2016

Las once varas



Otra franquicia superheroica es la de los mutantes marvelianos, los X-MEN, que en un principio fue la que más me ilusionó y luego han ido dando algunos tumbos, supongo que inevitables, manteniendo la dignidad e incluso reinventando una fórmula que se resiste a quedar obsoleta. Su última entrega, X-MEN: APOCALYPSE, tiene un poco de todo esto, lo que hace sus 140 minutos excesivamente inflados, no ya con cosas que habíamos visto en entregas anteriores, sino también con una inexplicable urgencia por tender puentes hacia episodios futuribles, como si esos insertos formaran parte indisoluble del film, hecho éste que ralentiza y despista, por lo que el espectáculo parece más pirotecnia añadida que otra cosa. Lo he dicho muchas veces respecto a Bryan Singer, un director que maneja estupendamente los grandes espacios pero que es incapaz de cohesionar una narración que se dispara en múltiples direcciones. Esta vez, es sintomático que no haya un solo personaje que destaque del resto, excepto el imponente Michael Fassbender, que da la impresión (en realidad estoy seguro de ello) de jugar en una liga a la que el resto no puede aspirar siquiera. Ni James McAvoy, ni Jennifer Lawrence, anecdóticos y acogotados en un rincón del deslavazado guion, ni el notable ejercicio de Oscar Isaac por dotar de profundidad a Apocalipsis, aquel semidios egipcio que retornaba miles de años después para someter y destruir a la humanidad, y que va desinflándose y perdiendo solemnidad hasta llegar a un desenlace que contiene algunos exabruptos y licencias que rozan el sonrojo.
No, esta entrega no va a ser de las más recordadas por los fans, pero mientras la caja siga tintineando... Esperaremos futuras noticias.
Saludos.

lunes, 10 de octubre de 2016

Yo es que venía a lo de asustarme (Gila dixit)




Pero es por el respeto que le tengo a un renovador genuino como James Wan, que no hago esto ayer, sino que le doy el tiempo que creo que debe tener una película como THE CONJURING 2: THE ENFIELD POLTERGEIST. Una película mala, no se crean, que no da miedo, ni inquietud, ni inventa nada que no se haya hecho antes, pero por lo visto hay que verla como tu sucedáneo formal ve las cosas, esto es: en papilla. Es interesante que hayan partido de un caso paranormal bien conocido, y que se hayan tomado la molestia de intentar reconstruir de manera veraz todo lo que ocurrió en aquella casa. Todo es muy ajustado y muy profesional...
La pregunta insistentemente martilleando el cerebro es la siguiente: ¿Qué aporta?...
La respuesta, una vez consumido el tiempo sin sustos y sin que la viscosa banalidad de nuestras vidas se haya conmovido lo más mínimo, es: nada...
Saludos.










domingo, 9 de octubre de 2016

Rincón del freak #241: De la homoerótica del superpoder



Reconozco que han sido no pocas las ocasiones en las que me he replanteado la validez de mantener esta sección dominical, que a mí me divierte una barbaridad, pero que suele sustentarse de bodrios sin sentido o locuras inconfesables que en el fondo me han gustado. El dilema sobreviene con casos como el de BATMAN Vs. SUPERMAN: DAWN OF JUSTICE, que me parece (lo he recalcado aquí miles de veces) el tipo de cine que más me irrita, porque no sólo es aburrida y repetitiva, sino que tiene el peor defecto del cine comercial: una ausencia de sentido del humor de lo más relamida.
Podría ser cruel y hablar de la de veces, a lo largo de sus interminables 150 minutos, que creía que los dos maromos de arriba iban a firmar las paces con un largo y húmedo beso de reconciliación, pero fuese por mantener la apariencia de machotes frente a un Lex Luthor más amanerado que nunca, y que hubiese corrido la desgracia de fenecer aplastado en un trío... Imaginen... O también por el error de montaje que suelen tener las películas de Snyder, alargando parlamentos rimbombantes y cortando justo cuando parece que alguien va a decir algo decisivo. Así las cosas, teniendo en cuenta que la filosofía New Age que nos propone Hollywood va de gente dándose de hostias bajo la lluvia, rebotando contra edificios y destrozando el mobiliario urbano, mientras Luthor convoca a un depauperado Doomsday, que parece un hombre de jengibre gigante tras un accidente de tráfico...
Incluso llegué a pensar, ingenuo de mí, que el gran Michael Shannon vendría a salvar la función en el clímax del desastre, pero su aparición es menos que anecdótica. Además (sí, 150 minutos dan para destrozar mucho), se ha perdido tanto tiempo en pajas mentales y soliloquios atormentados que cuando sale Wonder Woman a alegrarnos el espíritu nos importa un carajo, y prepárense porque próximamente llega La Liga de la Justicia, que me temo va a ser otro rollo patatero, al menos si tenemos que compararla con dos franquicias que se han ido reinventando más que aceptablemente: X-MEN y THE AVENGERS...
Cómo diablos voy a cerrar esta sección, con lo que me puedo desahogar un Domingo cualquiera...
Saludos.

sábado, 8 de octubre de 2016

Vida prócer: El cine de Hong Sang-soo #18



No me olvido, ni mucho menos, del rincón sabatino que reservamos a un director por fortuna aún vivo y coleando (que se ha puesto levemente funerario), como es el coreano Hong Sang-soo y su penúltima (este hombre no para) propuesta, RIGHT NOW, WRONG THEN (me van a permitir que me reserve esta vez el título original...), que obtuvo idéntico premio en los pasados festivales de Locarno y Gijón, mejores película y actor. El autor vuelve al relato escindido en dos, que domina como nadie, y, pese a no mover su radio de acción argumental ni un milímetro (ni falta que le hace), en esta ocasión parece decidido a organizar los contornos del relato en el interior de unos personajes que ya son como de la familia (el director frustrado, la admiradora/pretendiente, la amiga rechazada, el profesor académico...). La primera parte muestra lo que el protagonista desea, el flirteo frente a la rutina, el elogio aunque sea fundado y la vida sin ataduras, más cercana a la juventud que a la madurez. La segunda, en cambio, dota de mayor dimensión a los personajes femeninos y los equipara al director de cine, que parece comprender que todo estado de felicidad conlleva un precio que, en algún momento de nuestra vida, tendremos que pagar. Es Hong Sang-soo, su vida, o no, sus obsesiones, o no, lo hemos interiorizado a lo largo de las dos décadas que lleva haciendo cine y sus películas, sus "variaciones", han alcanzado la rara cualidad de devolvernos cierta imagen de nosotros mismos, nos reconozcamos o no, por lo que abrazamos la idea de "crecer" en compañía de estos hombres y mujeres, aparentemente extraordinarios, pero tan humanos que siempre ansían poder cambiar el rumbo de sus vidas y elegir el camino correcto. De momento, sólo el cine es capaz de ello...
Saludos.

viernes, 7 de octubre de 2016

El acontecer de nuestros pesares



Nos quejamos de nuestra situación actual, siempre ha sido así. Y es una cuestión temporal, sin más, una miopía mental, sensorial, o una amnesia confortable, que dan como resultado una sociedad que repite estándares robotizados de forma sistemática, pero que apenas dedica unos segundos a analizar las verdaderas causas de lo que atormenta y amenaza su tranquilidad. El totalitarismo es esa espada de Damocles que uno siempre parece ver tras las esquinas, y que muchos utilizan a conveniencia para defender sus propios argumentos, como un cuento de terror para niños, que tanto sirve para adormecer como para adoctrinar. El actor Brady Corbet se ha lanzado a la piscina con THE CHILDHOOD OF A LEADER, su ópera prima en la dirección, y, aunque el conjunto se vea lastrado por una acuciante dificultad para hacer entender sus razones (que son muchas y muy interesantes), es encomiable el esfuerzo por salir de los cánones impuestos por la industria y por ofrecer un film "diferente", que es perfectamente alineable en la obra del mejor cine europeo, el que no deja de interrogar al espectador sobre lo que está viendo. Y se me ocurre el Bergman de FANNY Y ALEXANDER, que bajaba la mirada a los ojos de dos niños para intentar entender a los adultos, pero sobre todo al Michael Haneke de LA CINTA BLANCA, que, pasando de puntillas por las truculencias habituales de su cine, disecciona el cuerpo moribundo de una sociedad enferma cuya medicina cristaliza en un régimen del terror. Corbet parece querer aunar demasiadas cosas aquí, situarnos en una especie de Primera Guerra Mundial "alternativa", pero acotar el campo de acción al enorme y desvencijado caserón al que se ve destinado un diplomático norteamericano, su mujer, que tiene raíces alemanas y francesas, y su inquietante hijo, cuyos crueles juegos pasan desapercibidos para la mayoría de gente, pero que van creando la personalidad de quien sólo nos es mostrado en los últimos instantes del film, y que no revelaré por motivos obvios. Una distopía "realista", si esto puede ser, con unas intenciones bárbaras y que pone en el escaparate a un realizador ambicioso y nada acomodado, pero al que se le nota demasiado la bisoñez para hacer avanzar el relato, por lo que a menudo la truculencia se nos queda como un objeto decorativo y no como una consecuencia formal al servicio del argumento. Pero merece la pena por varios motivos, por ejemplo su extraterrestre banda sonora...
Saludos.

jueves, 6 de octubre de 2016

Postulados para la violación de la realidad #1



Nos cogió de sorpresa, a contramano, la muerte de Abbas Kiarostami el pasado mes de Julio, por lo que el director iraní, como no podía ser de otra forma, obtiene una plaza en el blog que irá desgranando su filmografía, vital para entender esa otra forma de observar la realidad desde una cámara de cine. En su caso, aún más radical, si cabe, por haber sido capaz de desarrollar una mirada única y certera desde el epicentro de un país, Irán, que salta de dictadura en dictadura, donde a los creadores libres se les cercena su derecho a expresarse y donde la libertad misma es apenas un reducto de poder para controlar cuerpos y mentes. Kiarostami denunció todo esto con tranquilidad y sapiencia, sin caer en lo obvio y optando por el poder de quien se sabe en posesión de la razón, porque ese es el poder de la cultura frente a la barbarie.
Y eso que los primeros trabajos de Kiarostami fueron encargos de su gobierno, allá por los primeros años setenta, documentos de corte instructivo que aleccionaba a la población acerca de las buenas conductas, disuadiéndoles de los peligros de tomar decisiones unilaterales... Como NAN VA KOUTCHEH (EL PAN Y LA CALLE), probablemente el primer trabajo serio de su director, producido por el "Instituto para el Desarrollo Intelectual de los Niños y Jóvenes Adultos" (el nombre es completamente cierto), su argumento no puede ser más simple y, al mismo tiempo revelador. Seguimos a un niño por calles desiertas y angostas, el niño lleva una hogaza de pan bajo el brazo y, en un momento dado, duda sobre qué camino coger; sigue a un hombre mayor, pero se da cuenta de que no va en buena dirección. Cerca de su casa, un perro, hambriento, se le acerca. El niño le lanza un poco de pan para calmarlo y corre, el perro le sigue hasta su misma puerta, donde la madre, salvadora, le abre y deja al perro fuera...
Si nos dijesen que se trata de una elaborada metáfora sobre la relación entre individuo y Estado, creo que hasta deberíamos tenerlo en cuenta...





Dos años después, en 1972, Kiarostami abunda en su tema más recurrente, la infancia, para entregar un cortometraje en el que se empiezan a ver claramente constantes de su cine, como el principio revelador, el desarrollo cinemático y el final en abierto, contraviniendo cualquier convención cinematográfica al uso. ZANG-E TAFRIH (LA HORA DEL RECREO), sin palabras, eleva un discurso elocuente sobre el desamparo de la infancia, la incomprensión de los mayores y lo efímero de aquellos pocos momentos de felicidad, que se desmigajan para no volver. Un niño llora desconsolado en el pasillo de la escuela, el profesor (del que sólo vemos las piernas) está a su lado; al fondo, una pizarra contiene el lema "Dara ha roto la ventana". En un recurso magistral, el fondo se desenfoca, borrando el rostro del niño y mostrando, en primer plano, el agujero en el cristal. El niño sale a la calle con el balón, el cuerpo del delito, pero no puede evitar intervenir en partidillo justo al lado del colegio. Luego vaga por los campos, las calles, llega a una carretera y se queda sin saber qué hacer, porque quizá la conciencia hace su trabajo, lenta pero inexorable...
Saludos.

miércoles, 5 de octubre de 2016

Rivette escribe #6



El reciente parón me ha servido, entre otras cosas, para ver OUT 1, NOLI ME TANGERE, una barbaridad de casi 800 minutos que muchos entendidos no dudan en señalar como verdadera quintaesencia del cine de Jacques Rivette, como un código fuente a partir del que se verbaliza mejor su a menudo compleja obra. La recomendación, de todos modos, es verla de la misma forma en que nos enfrentamos actualmente a series autoconclusivas de ocho o diez episodios, por lo que la experiencia resulta menos traumática y agotadora. Partiendo de la cita bíblica, Rivette erige un canto a la libertad frente a los poderes de la burguesía y el adoctrinamiento, y para ello parte de los interminables ensayos de un grupo de teatro alternativo que preparan dos obras de Esquilo, con la convicción de que el subtexto del dramaturgo griego representa a la perfección el ansia de libertad proveniente de Mayo del 68 y el constante choque con la inacción del pueblo, refractario a cualquier conflicto de intereses. Pero lejos de resultar una película pesada y de impostada gravedad, Rivette inserta a dos personajes clave y muy diferentes entre sí, gracias a los cuales la narración se ramifica insospechadamente y una a todos los protagonistas en una especie de fin común tan azaroso como excitante. Colin (un desatado Jean-Pierre Léaud) es un estrafalario pedigüeño que se hace pasar por sordomudo y revienta la tranquilidad de las terrazas parisinas soplando (tocar sería mucho decir) una armónica insistentemente hasta que le sueltan algo de dinero. Mientras, Emilie (Bulle Ogier) regenta una tienda en la que se vende de todo (la famosa "esquina del azar") y que sirve de punto de reunión a los actores y, más tarde, al propio Colin, que se ofrece a ayudar a encontrar al marido de Emilie, que lleva varios meses desaparecido. La teoría de Colin es que, según varios textos de Balzac, existe un grupo secreto llamado "Los Trece", y que quien logre descifrar el mensaje oculto en las páginas del escritor francés desenmascarará a quienes, según él, mantienen a varias personas en cautiverio. Así, lo que parece primigeniamente un plúmbeo ensayo experimental, se torna un divertido laberinto de estrategias, pasiones y encadenados a lo largo y ancho de un París determinado por sus calles y terrazas, pero indagado en los subsuelos donde los jóvenes, a principios de los años setenta, soñaban con vivir libres, o unos tejados que finalmente (en un guiño magistral a Franju) se esclarecen como campo de batalla.
Si quieren mi opinión, les merece la pena echarle un vistazo por episodios.
Saludos.

martes, 4 de octubre de 2016

La hora de los covers



Hace poco más de dos años, instaba desde aquí a mantener alerta el periscopio respecto a Jeremy Saulnier tras el éxito de su anterior film, BLUE RUIN, en Cannes. Dos años después, Saulnier ha sido capaz de mantener el listón bien alto y demostrar que el cine de género puede ser renovado con garantías y seguir aportando nuevas y estimulantes ideas. GREEN ROOM es una especie de festival de mezclas, donde podemos advertir al genuino cine de asedio, al gore de última generación y a la crítica social más inteligente, precisamente por no ser enfática, sino por dejar que el espectador saque sus conclusiones acerca de lo que está viendo y se pregunte, por ejemplo, sobre lo "normal" que es una sala de conciertos, en las afueras de Portland, regentada por un numeroso grupo de neonazis (yo le quitaría el "neo"). Saulnier no sólo se limita a narrar, sino que hábilmente extrae de su indiferencia argumental una tensión creciente que se nota en cada gesto y en cada frase, y eso es cine en estado puro. A dicho antro llega un grupo de hardcore, que los más puestos en el género identificarán con una sonrisa nostálgica, y, de una manera bastante curiosa, consiguen meterse al público (por llamarlos suavemente) en el bolsillo, pero justo cuando se disponen a cobrar sus pocos billetes un ocurre algo que lo hace saltar todo por los aires, y en un instante pasan a ser un elemento extraño al que los regentes del local no pueden dejar salir bajo ninguna circunstancia. La pregunta es si lo harán en algún momento... y de qué forma.
La manera en la que Saulnier logra captar el sudoroso aquelarre de este tipo de conciertos, obtiene momentos mágicos: el público que abuchea, escupe y tira botellas, pero que acaban como zombis mansos cuando la versión que escuchan es la adecuada. Y es que pocas secuencias de tensión terrorífica hemos visto en el cine reciente como tener los huevos de tocar el "Nazi punks fuck off" enfrente de un montón de tipos rapados con una esvástica tatuada en el cuello... Aparte, hay un par de secuencias en las que será mejor que aparten la mirada...
Saludos.

lunes, 3 de octubre de 2016

La verdad en la trampa



La bochornosa crisis, "juliocesaresca" crisis si se me permite, del PSOE, de la que difícilmente se puede sacar alguna lectura positiva, me sirve para defender aquí los argumentos de una película de la que se acordará de aquí a poco, porque nadie la ha tenido en cuenta en su estreno. CELL está basada en la novela homónima de Stephen King, una novela menor, si se quiere, con un tema un poco ya manoseado que versa sobre el control mental a escala planetaria, esta vez utilizando un instrumento tan cotidiano como los teléfonos móviles, a día de hoy instaurados como imprescindible motor social. Lo que nos hace libres nos esclavizará, parece decir King en cada línea argumental, exactamente igual a lo ocurrido en la absurda lucha fratricida de los socialistas, que al fin se han despojado de las caretas que ingenuamente hacían pensar a muchos de sus votantes que tenían una posición de izquierdas. La película, es cierto, no esconde su vocación de serie B, es poco profunda en sus planteamientos y mantiene una tendencia hacia lo obvio, pero volvemos al mismo punto de LA NIEBLA, que pese a ser notoriamente superior parece ahormar la entraña creadora de un escritor que sigue teniendo un discurso muy actual y que haríamos mal en no detectar. Los móviles empiezan a emitir una señal que convierte a quien la escucha en zombis extremadamente agresivos, así que no es difícil imaginar cómo van a mantener el tipo un curiosamente serio Samuel L. Jackson y un John Cusack que podría convertirse en icono involuntario por culpa de un inocente gorro de lana... Lo realmente interesante está en el final, amargo y punzante, y muy pesimista también, como el del título anteriormente mencionado. King parece estar intentando decirnos algo, con sus armas, y podemos dejarlo como fantasías de un escritor agotado o un tipo que vio la antena antes que nadie y se sigue negando a entrar en la "corriente general". Peor lo tiene PSOE, claro...
Saludos.

sábado, 1 de octubre de 2016

El contagio



La idea primordial que subyacía en el "Nosferatu" ideado por Murnau, no era otra que la de un ser corrupto e inhumano contagiando enfermedades incurables, una especie de manifiesto oscuro de todos nuestros temores y debilidades, quizá un símbolo, o una advertencia. Lo que proponía Peter Strickland en su sorprendente debut tiene mucho de todo ello, tanto en la forma como en el fondo; primero por estar rodada y situada intencionalmente en Rumanía, pero también, o sobre todo, por la angustia desprendida por su personaje protagonista (una apabullante Hilda Péter), una mujer que es repudiada por todos a partir del descubrimiento de que su hijo es fruto de una violación que ella mantuvo oculta durante once años. A partir de ahí, como si realmente ya fuese una muerta viviente contagiada por un virus maligno o una maldición, escapa con el niño con la idea fija de encontrar al causante de su desgracia, y nadie podrá interponerse.
KATALIN VARGA es una película pequeña, concebida como una especie de shock, y que adelanta muchas de las constantes que luego hemos visto en el cine de Strickland, pero en mi opinión sigue siendo su mejor obra, la más contundente (apenas dura 80 minutos) y original, un desafiante órdago visual y conceptual que me recordó por momentos al primer Grandrieux y sus sombras en movimiento, pero también al cine telúrico y repleto de miradas de Béla Tarr, si es que podemos cobijar cada fotograma bajo un denominador común: Dostoievski siempre...
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!