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lunes, 22 de abril de 2019

Lo malo de lo bueno



Debe ser un caso único encontrar un film que tenga tres títulos diferentes en otros tantos idiomas y que todos tengan su propio sentido, incluso sin desmerecerse unos a otros. Alemania concurría este año a los oscar con una película cuya nominación apenas puede ser entendida como algún tipo de asunto pendiente con un director que ganó la estatuilla una década atrás, no tengo ni idea. El caso es que WERK OHNE AUTOR (OBRA SIN AUTOR), en inglés se ha traducido como NEVER LOOK AWAY (algo así como NO DESVÍES LA MIRADA), mientras que aquí nos hemos conformado con un aséptico LA SOMBRA DEL PASADO, que es el título que más justicia hace a este plomizo folletín a-través-de-las-décadas, que siempre da la sensación de poder contar mucho más que lo poquísimo y muy trillado que al final termina contando. Estructurada entre la infancia, juventud y madurez de un eterno asprante a pintor en la DDR, el fragmento más interesante es el inicial, donde se explican todos los motivos y circunstancias que acompañan al protagonista, su especial vínculo con su joven tía, que es esterilizada y gaseada por orden de un ginecólogo del régimen nazi. Después hay un breve interludio, en el que el director pasa absolutamente de puntillas por toda una WWII y la consiguiente separación de las dos Alemanias. De acuerdo, incluso podría pasarse por alto, pero luego nos somete a dos horas más de mamoneo puramente televisivo-culebroniano, apenas salpicadas por ínfimos destellos del buen cineasta que Henckel von Donnersmarck solía ser. Una película innecesariamente desmesurada en lo expositivo e inexplicablemente tímida en lo formal, y en la que su mezcla de nazismo, comunismo, arte y sentimientos puros sólo llegan a cristalizar, ya digo, en algunas postales bellamente filmadas, pero que difícilmente conglomeran una obra genuinamente compacta.
Saludos.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Buscando desesperadamente la redención

Son los alemanes un pueblo ciertamente curioso. En un ejercicio silencioso, inadvertido para casi todos, llevan buscando una especie de perdón universal por lo que todos ya sabemos; y no precisamente tirando de religión, que suele ser lo típico, sino abriendo, desnudando casi, su inexpresiva manera de entender la vida. Tenerse a uno mismo por un pueblo gris y monótono no debe ser muy alentador después de haber cometido un genocidio; los americanos, al menos, tienen a Jay Leno y a Will Smith...
Otro de los capítulos más asquerosos (lo siento, éste es el adjetivo adecuado) de la historia germana vendría a ser la construcción del muro de Berlín y sus catastróficas consecuencias económicas y sociales. Seguro que tiene que ser muy divertido vivir en Alemania a día de hoy, pero en las clases de historia debe haber superávit de pañuelos enjugando frentes ¿que no?
Curiosamente, y dado que una de las formas modernas de redención consiste en el exorcismo del cine, no son muchas las películas que se hayan atrevido a afrontar este controvertido momento de la historia alemana. Hace un par de años, el oscar a la mejor película de habla no inglesa fue a parar al insoportable (por lo contenido) retrato de un antiguo oficial de la STASI, encargado de interrogaciones y otras familiaridades. En DAS LEBEN DER ANDEREN, lo fundamental, creo yo, viene a ser el cambio que se va produciendo en este ser sin sentimientos ni vida propia a partir de dedicarse a espiar a un tipo que vendría a ser su antítesis: un escritor de ideas progresistas, con éxito y una mujer igualmente envidiada. Me interesa sobre todo este aspecto en tres fases: el interrogador que pasa a ser espía en la sombra, para acabar, en un puñado de escenas sobrecogedoras, como repartidor de un supermercado. Se describe perfectamente en esta incomodísima película cómo el ser humano siempre acaba aplastado por el sistema al que sirve, incapaz de separar su servidumbre casi animal de una existencia personal carente de sentido (y "sensibilidad").
Magnífica película, que no concede tanta importancia a los sobados aspectos históricos para centrarse en la tortuosa mente de una persona en claro proceso de deshumanización.
Saludos desde el otro lado del tabique.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!