sábado, 29 de noviembre de 2008

Rewind

El gran mal del cine actual es lo poco dispuesto que está a allanarle el camino a un espectador-tipo cada vez más perezoso; cicunstancias éstas que van formando una bola incrementable difícil ya de detener. La incapacidad de seguir contando historias a la manera clásica ha dado como resultado el que cineastas de la nueva hornada (sobre todo en norteamérica) opten por enrevesar las tramas y jugar al trampantojo visual, cuando no al narrativo.
Los trabajos de David Fincher, los Coen Bros. o Paul T. Anderson así lo demuestra. Actualmente, un fenómeno (el enésimo) arrasa en las carteleras y cala hondo en los subconscientes populares. Como muchos habrán adivinado, se trata de DARK KNIGHT, o cómo seguir alimentando la hoguera de las vanidades. El director de ésta firmó al comienzo de la década un magnífico ejemplo de cómo jugar al despiste, usar dicha circunstancia como espina dorsal del film y, de paso, quedar como un tipo inteligente aunque lo que hayas contado sea una trama de lo más vista a lo largo de la historia del cine.
Aparte de esto, MEMENTO es una buena película, que se desarrolla de una forma bastante curiosa, pues empieza por el final y acaba por el principio. Basándose en la historia de un tipo que no recuerda nada de lo que ha hecho recientemente y por ello va tatuándose el cuerpo con notas de cierta relevancia que irán indicándole más o menos cómo ha sido el día anterior. La trama, como digo, no descubre nada nuevo más allá del laberinto narrativo y una estética urgente, heredada directamente del inocuo mundillo del videoclip. Su mujer ha sido asesinada y él debe descubrir quién ha sido. Al ir hacia atrás, deberíamos tener la certeza de avanzar hacia el momento mismo del suceso, Nolan nos pone constantemente el caramelo en la boca y luego se ríe de nosotros, porque no hay nada de sorprendente en su resolución. Y aún así, la peli es entretenida, aunque tampoco hay que pasarse en ciertas exaltaciones que he oído y leído por ahí.
Existe una diferencia fundamental entre ZODIAC y MEMENTO; y las comparo porque creo que ambas contienen algunas claves fundamentales para entender el devenir del cine comercial contemporáneo. La que aquí comento no puede desprenderse de cierto efectismo visual para enfatizar el elemento de no-historia. Mientras tanto, David Fincher da una vuelta de tuerca nunca vista: invita al espectador a salirse de la trama e inventar él mismo la película que más le convenga, pues el director deja de ser el típico contador de historias para convertirse en un instrumento vampirizado él también por la misma. Dos caras de la misma moneda, donde una sale ganando y la otra pierde fuelle a medida que los años van descubriendo sus carencias.
¿Me olvidé de saludarles...?

This time

Uno de los mejores temas del año pasado fue este de D.J. Shadow, incluido en su tremendo discazo The Outsider. Buenísimo.


viernes, 28 de noviembre de 2008

El triunfo de la voluntad

Periódicamente, solazo mi natural revisionista embarcando mi maltratado magín alrededor de aquellos pretéritos "movimientos" adscritores o adscribientes, sin los cuales el cine ni sería lo que es ni habría sido lo que al final ha resultado ser.
Es entrañable a la par que fundamental toda esa carne de cineclub (de arte y ensayo queda como repipi), que adoraba a los clásicos mientras ligaba (o lo intentaba) escudado tras unas más gruesas gafas de pasta que cuellos altos y/o bufanda a cuadros. De aquel hervidero se sacaron muchas conclusiones, algunas bastante ingenuas, otras que sentaron cátedra. Se hablaba insistentemente sobre un bonito fantasma que jamás existirá, aunque se antoje tan necesario: la mejor película de la historia.
Vittorio de Sica también fracasó en su intento de plasmar la realidad (deberíamos saber a estas alturas que es imposible), pero podríamos afirmar que debe ser uno de los que más se ha acercado. En LADRI DI BICICLETTE, no sólo consigue sacar cine de un actor no profesional y un niño, convirtiéndoles de paso en uno de los tandems interpretativos más sobrecogedores de todos los tiempos, sino que realiza el mismo trabajo a la inversa, es decir: es capaz de hacernos creer durante hora y media que realmente asistimos a las desdichas de un tipo intemporal, el héroe anónimo que basa su existencia en una bicicleta. Porque lo vemos todos los días en la cola del paro, con la santa paciencia de quien ya nada espera. El padre y el hijo, elementos tan sencillos que casi parecen irreales, bellos en su vulgaridad.
¿Qué hay de mayúsculo en esta obra maestra que la hace insuperable en cuanto a vigencia? Supongo que, pese a no tratarse (lo mantengo) de realidad per se, no me gustaría imaginar esa misma realidad sin pequeñas agitaciones a la conciencia, tan selectiva a menudo, como la desesperada obstinación de quien ya no le queda nada que perder, de quien sabe que ya sólo le queda seguir perdiendo.
Sabemos que todo sigue más o menos igual, pero hay que seguir, es necesario.
Saludos injustos.

Thieves

Bonita y deliciosa tonada que suelo ponerle a mi pequeñita antes de dormir...


jueves, 27 de noviembre de 2008

Frente a la máquina

Las primeras escenas de Ching Shao Nien Na Cha (Rebels of the Neon God AKA Teenage Norcha), REBELDES DEL DIOS NEÓN, para entendernos, nos muestran a unos jóvenes aparentemente hastiados, cansados, aburridos; que delinquen sin mayor trascendencia y que matan cucarachas con apatía. Luego, vemos cómo algunos se relacionan y otros son reservados hasta lo insoportable ¿Por qué? Supongo que Tsai Ming-liang se ha hartado de ver cine francés y habrá visto las coincidencias con veintitantos años de retraso; acaso el verdadero impulsor de la nouvelle vague asiática, lejos del barroquismo visual de Wong Kar Wai o las marcianadas de Kim Ki Duk.
REBELDES DEL DIOS NEÓN es un film que obliga al espectador a mantenerse alerta, cualquier cosa va a ocurrir de un momento a otro... o quizás no vaya a ocurrir nada. Los juegos asimétricos son constantes, con un chaval solitario y enfermizo que odia a sus padres y un curioso triángulo formado por dos ladrones de placas de videojuegos (es de 1992) y la novia del hermano de uno de ellos, que, por cierto, nunca aparece por ningún lado.
Tsai Ming-liang se muestra como un director más taimado que los anteriores (las comparaciones son inevitables), menos dramático; más cercano, por ejemplo, a Bresson que a Truffaut, pese a que Hsiao Kang, el protagonista, venga a significar en su propia filmografía una suerte de Doinel más descacharrante y cruel.
Los videojuegos (el verdadero dios neón) son omnipresentes en pantalla. Incesantes e interminables hileras de personas frente a la pantalla, conectados a ella, desconectados del mundo. Tsai Ming-liang propone un juego al espectador que exige bastante de éste; le hace partícipe de su propia miseria a través de la forzosa aceptación de conductas perfectamente aceptadas en las grandes ciudades, pero que horrorizan una vez expuestas friamente, despojadas de su carácter lúdico.
Neoníticos saludos... (¿esa palabra existe?)

Manic Street Preachers

...undrer neon loneliness, motorcycle emptiness... Enormes...


martes, 25 de noviembre de 2008

Sin duda no lo sabemos

Ponerse aquí, delante de mitómanos hambrientos y desquiciados, a comentar DUCK SOUP en plan: "... y aquella en la que sale Harpo y... o Groucho diciendo: ¿A quién vas a creer...?". Claro, es complicado a estas alturas (parece mentira pero son ya 75 añazos los que han pasado) añadir algún detalle de esta obra maestra de la comedia de todos los tiempos, porque la peña se los sabe de memoria y porque las pelis de los hermanos Marx son eminentemente visuales, contarlas nunca es suficiente.
Leo McCarey, autor de renombre, entre sus obras las dos mejores versiones de TÚ Y YO (LOVE AFFAIR y AN AFFAIR TO REMEMBER), tiró la casa por la ventana en la inclasificable epopeya de Freedonia, un imaginario país donde Rufus T. Firefly nos enseña cómo hay que hacer para reírse de los tontos de una manera muy seria.
En la histeria colectiva, los hermanos son dos espías de Sylvania que terminan por cuestionarse incluso a ellos mismos y quedarse en Freedonia con Firefly diciendo "Si nos encuentran estamos perdidos". Es decir, que el nihilismo más wittgensteiniano es capaz de salir airoso en su peor prueba de fuego: el gran público. Todo el mundo alaba lo que se descojonaron viendo a Groucho cogiendo por enésima vez la mano de Margaret Dumont, mientras ésta pone caras, hasta que le suelta uno de sus inaprensibles chascarrillos, ésta se enfada y se zafa bruscamente. Lo que hace grande a DUCK SOUP (y a las otras, claro) es que un cínico nos parece gracioso, cuando en la vida real le daríamos dos hostias ¿Cuántas veces hemos pretendido tirar de ingenio y hemos fracasado por falta de sutileza? A Groucho no le hace falta; es el rey no sólo de Freedonia, sino del micromundo que sólo existe en las películas de los hermanos Marx. Si en vez de tratarse de comedias, Groucho nos hablara directamente de injusticia social, abuso clasista o inmoralidad disfrazada, entonces ya no nos haría tanta gracia, porque nos estaría señalando directamente a nosotros, los que nos reímos de las desgracias ajenas.
Mientras tanto, Harpo destensa la situación con un nuevo número de arpa y Chico... Siempre me he preguntado qué tenía Chico de gracioso... aparte de la cara, claro.
Y me despido con un saludo, como siempre.

Primus hermanus

Muchos conoceréis a Primus por ser los autores de la frenética cabecera de South Park, otros por sus delirantes videos y algunos por sus virguerías instrumentales. Aparte de todo eso, Primus son un grupo de cachondos mentales que todo se lo toma a guasa. Helo...


lunes, 24 de noviembre de 2008

Con un par... de duros

Para que vean que no me olvido de esos entrañables frikis, amantes insomnes de lo bizarro y/o antinatural; nadando contracorriente, o mejor, flotando... ¿Qué sería de la blogosfera sin ellos?, pregunto.
THE EVIL DEAD. Hay dos cosas casi imposibles de lograr en una primera película: hacer reír o provocar miedo (llorar se llora mucho por lo pésimo...). En 1981, Sam Raimi decidió que con un presupuesto mínimo, unos actores sin experiencia, una única localización y algunas caretas podría hacer temblar a toda una generación. Y a fe mía que lo consiguió. El truco está, creo yo, en no atiborrar de tópicos el film, pese a que el mismo instigase posteriormente una interminable serie de tics imitados hasta la saciedad, y dejar las explicaciones profundas para otros más ilustrados.
THE EVIL DEAD nos cuenta la historia de unos chicos repletos de hormonas que dan a parar a una tétrica cabaña, donde encuentran un magnetofón que una vez puesto en funcionamiento desata unas fuerzas infernales que se apoderan de los chavalines, haciendo que se lastimen unos a otros... Hasta aquí nada nuevo, pero Raimi logra momentos de extrema tensión jugando con encuadres inverosímiles y efectos de montaje francamente ingeniosos, como el retroceso para dotar de antinaturalidad a los movimientos de los demonios. El resultado es un clásico extraño, que dio lugar a dos secuelas de vertiente humorística aún más extrañas y que confirmó a su autor como la enésima esperanza del fantástico, aunque, qué quieren que les diga, tras ver su videojuego de telarañas y correspondencias, no creo en la existencia (una vez más) del talento infinito.
Saludos malos malosos.

Little death

Psicodelia en estado puro de la mano de Primal Scream.


domingo, 23 de noviembre de 2008

Secretos a voces


Que no existe el tiempo lineal ni ordenado en el cine es algo de lo que han dado buena cuenta, sobre todo, los artistas "multidisciplinares" que, afortunadamente, han osado meter las zarpas en el habitualmente reservado pastel cinéfilo. Uno de los ejemplos más claros lo constituye el díptico fil(r)mado hace ya casi sesenta años por Jean Pierre Melville y el gran Jean Cocteau; este último, uno de los últimos renacentistas, que yo sepa.
Melville filmó LES ENFANTS TERRIBLES, poliédrica y desafiante novela de Cocteau, en la que dos hermanos temperamentales y egoístas mantienen un tira y afloja emocional aparentemente banal e inocentón, que sirvió a Cocteau para coquetear con la inaccesible idea del incesto. No se trata sólo de provocación, sino, a mi modo de ver, de la incesante dadaísta de desestructuración de la familia como institución decadente y deformante. Muy adelantado a Solondz o Von Trier, desde luego; y mucho más afinado y sutil, pues es absolutamente necesaria la entrega de un espectador desprejuiciado y atento, que quiera asistir a la comedia humana con sus luces y sombras.
En LES PARENTS TERRIBLES, es el propio Cocteau quien se pone tras la cámara para rizar el rizo y ofrecer un triple salto mortal, pues se trata aquí de un triángulo esquizoide formado por un padre libertino, la madre de sufridora mentalidad y el hijo único, mimado y consentido, interpretado maravillosamente por Jean Marais. Cocteau introduce (por si no fuera suficiente) a la hermana de la madre, que secretamente aspiraba a casarse con el padre y a la pizpireta amante de éste, de la que el hijo queda inmediatamente prendado sin sospechar el lío de cornamentas al respecto. Lejos de caer en el vodevil oxidado de principios de siglo, Cocteau no ceja en su empeño de mostrar las veleidades de la familia absorta en su propio núcleo y vuelve a dejar caer pequeños detalles, aquí conformados por reveladores primeros planos, en los que se clarifican las contradicciones y sufrimientos de unos personajes a los que casi todo parece resbalarles, escudados tras las murallas de las convenciones, para acabar sucumbiendo ante sus propios "pecados"; por ignominia, omisión o simplemente hipocresía.
Dos grandes ejemplos de cómo las mentes abiertas han navegado por cualquier época, luchando los retrógrados y los estancados, haciéndonos pensar por encima de todo.
Terribles saludos.

El hijo

Una de las propuestas más interesantes surgidas en los últimos tiempos en el panorama independiente hispano. Buenas letras susurradas con voz trémula...


sábado, 22 de noviembre de 2008

Arte extremo

Este blog, nacido de la firme voluntad de no callar lo que se piensa, se moja todo lo que puede y termina siendo contrastado por los comentarios que otras personas ajenas a él tan generosamente dejan caer de cuando en cuando. Yo voy a mojarme; y hay films que no permiten disecciones tibias, son agregadas del todo o la nada.
Reconozco orgullosamente que tengo la agradecida capacidad para ver una película con la mirada más limpia posible, es decir, sin que ideologías ni supuestos prejuicios me hagan aborrecer o aplaudir antes de tiempo. Confieso un par de cosas de las cuales no me arrepiento: Me gusta casi todo lo que ha dirigido Mel Gibson/ Tardé como dos años en ver THE PASSION OF THE CHRIST. Me gustó el cine de Gibson desde que le descubrí en aquella teatralizada del tipo con la cara quemada y, por otra parte, sucumbí (como casi todo el mundo) a la campaña mediática amor/odio que acompañó a esta cinta durante su estreno, lo que me hizo rechazarla de inmediato. Pero la vi. Con perspectiva y sosiego; sin prejuicios y una vez calmado todo el oleaje. Y no me parece una gran película, sobre todo porque, tras un inicio arrebatador, el ritmo es siempre el mismo ¿Que así tenía que ser porque así lo pone en las sagradas escrituras? Vale, pero esto es cine; y si no, lo que Gibson tenía que haber hecho es escribir un libro. Existe una diferencia fundamental entre IL VANGELO SECONDO MATTEO, de Pasolini y ésta, que aquella respeta profundamente el equilibrio entre forma y fondo, mientras que a Gibson le puede su vena espectacularista en todo momento, lo que convierte algo supuestamente trascendente en un peep-show que si transcurriera en Vietnam a nadie le chirriaría, pero que francamente ¿a quién se pretende aleccionar a estas alturas?
Me gustó mucho, como digo, el arranque, sobre todo la escena del monte y la originalísima caracterización del demonio y sus tentaciones; así que digamos que es un film fifty-fifty y que podría haber dado más de sí ahorrando sadismo y mostrando un poco más de talento cinéfilo, que lo hay.
Saludos apasionados.

Jesus christ pose

El temazo que dio a conocer a uno de los mejores grupos de la escena metalera de los últimos veinte años; ni más ni menos que Soundgarden.


viernes, 21 de noviembre de 2008

You only live twice

Con la llegada a nuestras pantallas de un nuevo film del agente britanico mas cinematografico,aqui os dejo una version bellisima del "you only live twice" de Natacha Atlas .Por cierto DVD y ESPINETITA ya disponen de plenos poderes.un abrazo.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Barbie, Ken, Bush...

No tengo muy claro si la incursión de un tipo como Barack Obama en la white house podrá llegar a significar un cambio sustancial en esa poderosa jaula de grillos que es yanquilandia. Mientras tanto, nos solazamos los ofendidos (que somos muchos) con los diversos y desternillantes (en algunos casos) destrozos a los que el presidente saliente ha sido sometido a lo largo de su regular mandato (digo lo de regular no por templado, sino porque todo ha sido malo...).
Todos recordaréis a los artífices de aquel atropello visual que fue SOUTH PARK, que aglutinaba fervientes detractores y seguidores por igual ¿Su secreto?, aparte de la escatología como arma arrojadiza, una lengua afilada y afeitada, la sensación de ser casi los únicos en atreverse a derribar mitos en la tierra que más mitos por metro cuadrado ha fabricado.
TEAM AMERICA POLICE WORLD no es gran cosa, cinematográficamente hablando, pero empieza (y acaba) de una forma inimaginable dentro del globalizado panorama de la corrección política. Los marionetizados protagonistas son una panda de indeseables fascistas encargados de salvar al mundo de los malos malosos provenientes del malvado oriente endless. Para ello, sus métodos son de todo menos sutiles y los "daños colaterales" incalculables, vidas inclusive. En fin, lo que pasa todos los días en Irak (por ejemplo) desde que al señor Bush le dio el emperre de meter sus sucias narices en el no menos sucio panorama petrolífero. La gran baza de TEAM AMERICA (si no se tienen demasiados remilgos) ocurre al final, cuando todos los malos del mundo, en una trilladísima secuencia de alianzas y conspiraciones, son abatidos por la policía del mundo ¿? y unos tipos... ¿cómo llamarlos? Ah, sí, la avanzadilla progre americana, formada por Tim Robbins, Susan Sarandon, Sean Penn... etc, irrumpen en escena para defender la maléfica libertad de expresión, llegando a unirse a la causa de los "terroristas". O sea, que aquí no se libra ni el Tato, vaya.
Una escena a destacar: Impagable Kim Il Jong en un número musical en plan sad star, declamando lo solito que se siente un dictador en la cumbre de su imperio... Tremebundo. Por no hablar de la desternillante e ingeniosa escena sexual de los protagonistas, repleta de tópicos cinematográficos (recordemos que se trata de marionetas...).
Saludos impertérritos.

Legacy

Uno de mis temas preferidos de siempre. Un grupo denostado y apedreado que hizo un discazo a finales de los 90 y se cagó en los muertos de la industria que terminó por fagocitarlos y mandarlos al carajo. Y todo por ser honestos.


martes, 18 de noviembre de 2008

Puesta de largo

Se dijeron tantísimas tonterías de aquella broma que fue Dogma95 que, al menos a mí, me resulta imposible reírme cuando recuerdo fugazmente la trola que nos quisieron vender como la supuesta y enésima salvación del séptimo arte. Todo el mundo sabe que el cine no lo salva nadie, no le hace falta mientraspodamos seguir disfrutando de Hawks, Bergman, Ford o Fellini. Y punto.
Dicho esto, FESTEN es un peliculón como la copa de un pino. Fue su director, Thomas Vinterberg, quien dio en la clave del asunto mientras rebatía muy acertadamente al gran bromista, que no es otro que Von Trier. Vino a decir que lo del Dogma no tenía ningún sentido si no se radicalizaban las propuestas desde dentro, es decir: lo que se contaba debía ser más descarnado que una nimiedad como usar luz natural o tener la cámara en la mano. No me extraña que este movimiento, pese a haber engañado a una considerable cantidad de gente, fuese fugaz e inane, incapaz de ofrecer historias que se saliesen de lo convencional y sólo avaladas por aquellos estúpidos postulados.
En FESTEN, Vinterberg despelleja literalmente a toda una familia de la alta burguesía danesa que se reúne para "celebrar" el cumpleaños número sesenta del gran patriarca. Ponerme aquí a desvelar las cosas que ocurren a lo largo de dos fatídicos días sería poco adecuado por mi parte, pues precisamente eso es la espina dorsal del film, la concatenación de secretos desvelados por un hijo que no aguanta más la hipocresía con la que el resto de la familia ha ido enterrando en la memoria todo lo que nunca ha interesado que saliera a la luz. Curiosamente, son muchas las voces en Dinamarca las que acusan actualmente a toda una generación de inmovilistas que colaboraron con la invasión nazi sin oponer resistencia y obteniendo a cambio una cierta inmunidad. Podría haber alguna correspondencia entre esta película (la mejor de Dogma95) y lo antes descrito, no lo sé con seguridad, pero hablando de cine, que es de lo que se trata, FESTEN ofrece la versión definitiva de lo que debe ser arriesgar en un trabajo decididamente rompedor y salvajemente premonitorio sobre lo que significa acomodarse e la autocomplacencia.
Saludos celebrados.

Until the morning comes

Elegantes, ácidos, inmisericordes... todo eso son Tindersticks.


lunes, 17 de noviembre de 2008

Su tabaco, gracias

En el actual desajuste capitalista, montones de incidencias, aparentemente ínfimas, han ido dándose la vuelta, mutando como un virus se adapta a un cuerpo enfermo para su propia subsistencia. En SMOKING ROOM, una equeña excusa, la entrada en vigor de la ley antitabaco en las empresas, es capaz de servir como inteligente e irónica antesala a todo un sistema de valores en franca decadencia.
La trama es sencilla y a todos nos suena. Uno de los trabajadores no se resigna y pretende subvertir "su" recorte de derechos y para ello involucra a sus compañeros con desigual fortuna. Desigual porque unos se niegan y otros, simplemente, le dicen que sí como a los locos para luego ignorarlo sin embozo. Pesa más el miedo al despido, el miedo a no pasar desapercibido y ser señalado. De un problema aparentemente sin mucha importancia se pasa a otro un poco más serio; y se destapan insolidaridades, panfletismos, sectarismos, presiones de poder... Todo un laberinto psicológico sin salida para el empleado-ratón, que cree poder luchar contra sus superiores y sus absurdas reglas, para acabar absorbido por un sistema deglutor de individualidades, carente de sentimientos y tan sólo preocupado por frías estadísticas.
Bueno, son cosas que pasan ¿verdad?
Saludos humeantes.

Cigarette on your bed

Sugerente video de los fantásticos My Bloody Valentine, en el que las volutas de humo se mezclan con algunos mitos del cine. Acertad los que podáis.


sábado, 15 de noviembre de 2008

Contra el chauvinismo

Esta película, que pasó bastante desapercibida en nuestro país, es un caso bastante curioso sobre cómo se cierran algunas bocas demasiado acostumbradas a la crítica por la crítica, casi por costumbre. LE GOÛT DES AUTRES es exactamente el tipo de elícula que no nos esperaríamos encontrar desde el país galo; es ácida pero compasiva, diáfana en su propuesta pero profunda si el espectador se implica. Su estética es sencilla (me recuerda mucho a las bazofias españolas de principios de los 90), creo que deliberadamente; sus personajes están tan bien dibujados que nos olvidamos de que son actores, funcionan como un engranaje, como la cutre compañía de teatro que aparece en la misma y que es la que tiene la culpa de la fascinación del protagonista, con el que, aunque no queramos, sentimos inmediatamente una extraña empatía, aunque no se trate precisamente de un tipo simpático.
Ésta es la historia de una redención imposible, la de un empresario burgués, acomodado en su reducto de producción, beneficios, despidos, ajetreos varios y achaques de salud. Un día, de la forma más insospechada, conoce a una mujer y salta la atracción, no se sabe cómo pero salta. El problema es que dicha mujer pertenece a un estrato social diametralmente opuesto al suyo; su vida es artística, bohemia y bastante desinteresada. Los estrambóticos tejemanejes del empresario para poder estar junto a la aspirante a actriz de teatro son hilarantes al mismo tiempo que patéticos. Él la contrata para tomar clases de inglés; va al teatro a verla; asiste a exclusivas reuniones de artistas fingiendo un conocimiento que no tiene... Todo ello va borrando la inicial imagen del antipático y amoral empresario y va dibujando un nuevo hombre que quiere una segunda oportunidad en la vida. Un hombre enamorado que encarna a la perfección esa otra societé francesa, más mediterránea que normanda, más intuitiva que chauvinista. Personajes "para todos los gustos"...
Saludos piadosos.

Taste

El mítico Rory Gallagher y su grupo. Un lujo.


viernes, 14 de noviembre de 2008

Cómo estropearlo todo al final después de un principio apoteósico

Recuerdo el cine, la expectación, la cola interminable, los fotogramas en el tablón que te dejaban alucinado... En 1990 yo tenía 16 añitos y no sabía nada de cine, sólo iba compulsivamente a verlo. En 1990, el manga no significaba casi nada en España... Luego vino la fiebre por todo lo oriental, pero esa es otra historia.
La primera media hora de AKIRA es lo mejor que he visto en mi vida en cuanto a cine de animación ¿Por qué? Pues por dos razones sencillísimas pero muy complicadas de llevar a cabo. Primero: Vemos imágenes a toda hostia sin solución de continuidad. El espectador entra directamente en la historia, y eso que aún no se ha contado nada, se trata de una persecución en toda regla. Segundo: Nos olvidamos por completo de que se trata de una película de animación; y eso, señores míos, no se consigue a base de perfeccionar el trazo... SINO DE HACER CINE!!! Katsuhiro Otomo se vale de encuadres imposibles a lo John Ford para dotar de un realismo inusitado lo que otros ni siquiera han rozado. Luego, cuando el protagonista se quita el casco, ya es otra historia ¿Por qué? Pues porque al señor Otomo le toca explicarnos el quid de su megalomanía; y claro, resulta que no había historia, sólo fuegos de artificio. Muy bonitos y espectaculares, pero huecos por lo pretencioso y tramposos por la absurda acumulación de "sí, espera un poco que ahora te lo explico".
En definitiva, estimulante para un chaval de 16 pero exasperante para un desconfiado de 34.
¿Buena?, sí. ¿Mala?, también... Ustedes mismos.
Saludos trepidantes.

Do the evolution

Sarcástico y brutal video de Pearl Jam, de clarísima influencia manga.


jueves, 13 de noviembre de 2008

Deus ex machina

Superados los traumas derivados de la, por otra parte necesaria, mitificación de aquel olimpo cinéfilo que significaron las películas de horror de la Universal, basadas en su mayoría en literatura gótica, se hacen perentorios e interesantísimos los nuevos campos abiertos por estudiosos en la materia. Yo, personalmente, prefiero siempre el juego (ver entrada anterior) de "el libro en una mano y la película en otra". Cada vez más.
FRANKENSTEIN. Mary Shelley por un lado; James Whale por el otro. Si nos referimos al tenebroso relato de la escritora británica, resulta relevante la categoría casi de intelectual atormentado, de múltiples influencias en sus aterradores monólogos, a través de los que el "monstruo" cede terreno al "superhombre", tanto física como (sobre todo) moralmente. Mientras, en la fantástica e imperecedera obra de Whale se acentúa el rasgo del hombre artificial, en el que no terminan de verse claras las ventajas o habilidades; antes bien, se nos muestra un bebé gigantesco que no para de aprender de su entorno, pero que no sabe controlar su fuerza ante el rechazo de los hombres que sólo ven en él una amenaza.
Por supuesto que sigo disfrutando con ésta y las demás piezas maestras de aquella época dorada de Hollywood, pero me embarga un nuevo placer si comparo aquella visión indudablemente más cándida y la de los precedentes literarios, auténticos arietes psicológicos con los que los intelectuales inconformistas lograron hacer avanzar propuestas que quizá ahora sean de uso común, pero que alguien tuvo que verlo primero, con el mérito que ello conlleva.
Las figuras de la Universal, tótems deificados hasta la parodia, se merecen bajar de vez en cuando de su dorado pedestal y unirse al hombre contemporáneo, a sus miedos y contradicciones. Yo, al menos, se lo agradeceré.
Saludos bajo los pararrayos incandescentes.

Kikonstein y la bruja buena

Por un fugaz momento, a los niños no los tomaron por imbéciles y pudieron (pudimos) disfrutar, aprender y descubrir. Maravillosos...


miércoles, 12 de noviembre de 2008

El pensamiento que brota

Otra vez me veo en la obligación de comentar una película indisolublemente de la obra literaria que la precedió. No con ánimo de comparación, ni mucho menos; como tampoco esa fútil manía actual de cierta crítica que, sin haber leído el libro, trata de extraer no pocos sinsentidos del film, como si se tratara de lo mismo y sin tener en cuenta la (precedente) crítica literaria.
Antes de todo eso, me gustaría recomendar el libro de Günter Grass y la película de Volker Schlöndorff; por separado, a ser posible. A estas alturas huelga decir que hablamos de la obra más famosa de ambos, DIE BLECHTROMMEL. Por ejemplo, en el libro abundan las imágenes pretendidamente descriptivas, líricas y corales, con las que Grass realiza un exhaustivo esfuerzo por introducirnos en el mundo de su propia infancia como si realmente estuviésemos allí. En el film, Oskar, el niño que se niega con aire insultante a crecer, lo abarca todo. La película empieza y acaba con, por y para Oskar Matzerath, un ser que no puede existir como tal, aunque le sirve a Grass/Schlöndorff para, sin denunciar nada, revolver las hipócritas conciencias de quienes se apuntan a los carros más diversos, según el viento que sople.
Schlöndorff, por su parte fílmica, utiliza el impactante físico de David Bennent (búsquenle en la maravillosa LEGEND) como cartel anunciador de ese tono como de "realismo mágico", pese a que yo lo llamaría "magia realista", lo que puede resultar cargante y pesadete cuando a la hora y media el niño sigue aporreando el susodicho tambor y chillando como si tal cosa. Es por ello que sigo prefiriendo ese comienzo de la novela debajo de las faldas maternas, de donde Oskar nunca saldrá, de donde los grandes asesinos de la historia fueron obligados a salir para nunca volver a ser los mismos. Oskar nos lo explica en la novela y yo le creo; Oskar sigue chillando en la película casi ya al final y con tanto ruido, sin un Fellini ejerciendo de director de orquesta, la historia pierde fuerza en pantalla y se suma, por tanto, a las celebradas adaptaciones que tuvieron lugar por aquella época en el viejo continente, pero que poco o nada aportaban al original... ¿de qué me suena esto...?
Redoble y saludo...

Más majara que el batería de los...

... Tin Machine...


martes, 11 de noviembre de 2008

Principales problemas de la falta de identidad

Ahora mismo, en cuanto a cine se refiere, seguir mirando al caduco modelo de superproducción americano, cuando el mismo se encuentra fanáticamente buscando nuevas vías de solución a su ya nula capacidad de contar, resulta, además de desesperanzador, incomprensible.
De visita por el festival de cine europeo de mi city me encontré con una curiosa cinta que representa a Kazajistán (ni más ni menos [me pregunto qué pensarán los pocos yanquis que vieron BORAT]) en los oscar. Se pretende contar en un par de horas la historia de Genghis Khan; el director es ruso y el protagonista japonés. De entrada uno piensa en RAN o KAGEMUSHA (thanks, Charly) como líneas maestras del cine histórico con grandes batallas, cuidadas interpretaciones y todo sin filtrar por el canon estadounidense. Nada de nada.
Lo primero que llama la atención es el comienzo, con esa ya hastiante cámara que no existe, al tratarse del enésimo truco virtual que sobrevuela una ciudad igual de virtual. Continúa alargando hasta el paroxismo la etapa de niñez de Temudgin, que a la postre se convertirá en Genghis Khan. Y aquí los expertos en historia se echarán las manos a la cabeza, pues nada se sabe de dicha etapa y sólo se han contrastado los datos referentes a sus grandes conquistas. Un halo de misticismo impregna cada imagen; los personajes tienen gran peso en un momento dado para luego desaparecer sin empacho del director; el tiempo de narración está tan mal distribuido que la primera hora se eterniza hasta llegar al tedio y la segunda va a toda prisa, con una urgencia que antes no existía. En el intervalo que va desde la penúltima tribulación del señor Khan hasta su recolección de adeptos para formar un gran ejército y poder mostrarnos una sonrojante batallita (también virtual) de última hora, simplemente no pasa nada, es decir: un tipo pasa de ser un esclavo encarcelado al señor de los mongoles por la cara, sin que se nos explique nada ¿?
Pero eso sí, el ruso Sergei Bodrov no escatima los chorritos de sangre a lo ZATOICHI ni las continuaciones al primer plano a cámara lenta.
¿Lo único bueno? El corte de pelo del malo, adelantado a su época.
Saludos desde Mongolia.

The Ulan Bator trio

Directo cavernoso y urgente de estos mamuts del garage-rock. Yeah!


domingo, 9 de noviembre de 2008

La belleza

"Quien ha contemplado la belleza está ya consagrado a la muerte".
En tiempos tan prosáicos como éstos, una frase así carece de sentido si no va acompañada de una lógica aseveración que tranquilice nuestro cuadriculado subconsciente ¿Miedo a la belleza? Por supuesto. Todo lo que resplandece ante nuestros ojos nos avergüenza, nos hace bajar la mirada y rechazarlo con un argumento que nos devuelva al mundo terrenal del que no queremos salir.
Nunca he entendido el velo que ha acompañado a un film como MORTE A VENEZIA, del maestro Visconti. Quizá no sea más que lo antes dicho, pero la película es mucho más. Empezando por que es una sublime y personalísima versión de la arrebatadora novela de Thomas Mann (Sí, he leído La Montaña Mágica), jugando con la figura de otro maestro (Gustav Mahler) y retando al espectador a liberarse de prejuicios homófobos y pederastas. Porque lo que Gustav von Aschenbach ama es la consagración de la belleza encarnada en un joven muchacho; que no tiene que ser entendido como el único, sino el suyo, lo que le ha cegado y se convertirá en su perdición. Dirk Bogarde encarna de forma magistral la decadencia no sólo de un personaje, sino de toda una época que iba derrumbándose lentamente a finales del XIX; lo que era habitual pasaba a ser ya reliquia del pasado y objeto amado pero inalcanzable. Y es precisamente eso lo que considero crucial tanto de la novela como del film, esa capacidad para hablar de la belleza no como algo vacío y/o frívolo, sino la única antesala digna antes de nuestra propia decadencia, antes de desaparecer...
Bellos saludos.

Something for the weekend

Un video bellísimo para una canción bellísima... disfrutad el finde.


jueves, 6 de noviembre de 2008

En ningún sitio; el cine

¿Se podría hacer una película que versara sobre el tan manido tema del fútbol sin hablar de fútbol? ¿Alegorizar la soledad del portero ante el penalty en la mítica figura del pistolero de un western en pleno duelo? ¿Minimizar toda una trama hasta llegar al "todo o nada" antes referido?
Los más avezados sabrán de la relación (hasta llegar a o profesional) de Gonzalo Suárez con el mundo balompédico; luego, el curioso devenir de su cine, que empezó, allá por los sesenta, con títulos tan vanguardistas como DOCTOR FAUSTO y AOOM, reverenciadas desde la lejanía de aquel "arte y ensayo". El principal problema con el que Gonzalo Suárez se ha topado luego para desarrollar su particular óptica en unos films cada vez más convencionales ha sido la falta de reciclaje. Por ejemplo en EL PORTERO, donde lo peor es esa pretendida intelectualidad "para todos los públicos" que quiere ser metafórica a porrazos, lo cual es imposible y chirría de principio a fin. Partiendo de un relato del habitualmente más que conservador Manuel Hidalgo (uno de esos tipos que supo estar en el momento adecuado en el sitio adecuado), Suárez nos quiere hacer pasar por un triple salto mortal. Primero, el de un antiguo portero de fútbol que se gana la vida por los pueblos del norte retando a los lugareños a que le marquen un penalty. Después, el enésimo vistazo sin mucho ahondar en la guerra civil y sus consecuencias. Por último, el estrafalario personaje "a lo Gary Cooper" que compone el excesivo Carmelo Gómez (¿por dónde andará?), con el que guionista y director nos quieren hacer creer, mezclándolo todo, que un tipo puede salvar su dignidad, y de paso la de los vencidos en la guerra, parándole un penalty a un guardia civil que previamente ha perseguido y matado a un maqui; todo ello en el idílico (e improbable) marco de las playas cantábricas. Es decir: lo mismo de siempre con otro vestido. Una película de las que no merecerían ser comentadas por una sencilla razón: no transmiten nada al espectador.
Saludos desde los once metros.

Santa Maradona

Pese a la relación amor-odio que siempre he tenido en relación a ese bufón moderno llamado Manu Chao, Mano Negra sacó un par de discos geniales a principios de los 90, y eso hay que reconocerlo.


miércoles, 5 de noviembre de 2008

En guerra y soledad

¿Qué nos hace diferentes? ¿Qué nos hace similares? ¿Quién es diferente de quién? ¿Qué es ser diferente? Y sobre todo ¿quién decide esto?
Esta es la no-historia de Finbar McBride, que mide apenas un metro. Lo maravilloso de THE STATION AGENT es cómo intenta por todos los medios, casi desesperadamente (y lo consigue), describirnos a Finbar de manera que al poco tiempo ya no nos importe que sea un enano. Es mucho más cuerdo, independiente, responsable e inteligente que los "tipos" que va encontrando en el apartado sitio al que se va a vivir tras la defunción del regente de la tienda de maquetas donde trabajaba. Todo el mundo es sospechosamente solícito al principio, mientras que Finbar sólo quiere estar tranquilo, y piensan que el hecho de ser enano significa que seas una especie de niño desvalido, o algo así. Al final, son esos personajes satélites los que, irremediablemente, irán confesándole al ya algo harto Finbar sus miedos y miserias, empezándose así un hilo de camaradería que dota de una especial sustancia las inicialmente frías imágenes del film. La película es el típico producto made for Sundance, que no defraudará al cinéfilo acostumbrado a este tipo de trabajos; pero creo que merecen una mención aparte las soberbias interpretaciones de Peter Dinklage, la estupenda Patricia Clarkson en un difícil papel repleto de matices y Bobby Cannavale como un hilarante vendedor de hot dogs que en realidad es un mago de la cocina. De esto se vale la película para hacernos vibrar, de que sus pocos personajes son absolutamente tridimensionales y que esto nunca les permite caer en la autoparodia. Luces y sombras para una historia agridulce, de escaso presupuesto, de las que de vez en cuando nos hace creer de nuevo en el cine.
Saludos desde la estación.

Basstation

GSVB. El mejor grupo de guitarras con base rítmica que he visto jamás en directo. Una pasada...


martes, 4 de noviembre de 2008

El dedo en la llaga

Ahora que tan "de moda" está ese otro cine español, fuera de lo complaciente, centrado en los pequeños dramas humanos, quizá buscando en potencias como la francesa, intentando no perder una identidad propia pese a que ésta no exista en realidad, me ha parecido oportuno rescatar una película semiolvidada que se adelanta veintitantos años a todo esto y anticipa a propuestas tan radicales como la del ahora reconocido Jaime Rosales o Pedro Aguilera.
La historia de MATER AMATISIMA es áspera, complicada de digerir, pues enfrenta a un personaje con todo el peso de una moralidad incapaz de explicar el porqué del sufrimiento no buscado y mucho menos merecido. Victoria Abril, actriz generalmente insufrible, borda con sólo 21 añitos un papel impresionante, el de una madre soltera que decide cuidar ella sola de su hijo pese a que éste padece autismo. El niño lo interpretaba Julito de la Cruz, autista en la vida real, lo que consigue un extraño clima de realidad desaforada en sus incómodas imágenes.
El guión de Bigas Luna (cuando Bigas Luna firmaba sus mejores guiones) es incluso más impactante que el de sus propias películas y la dirección del debutante José Antonio Salgot, que no volvería a acercarse a estos parámetros, exprime hasta sus últimas consecuencias a una Victoria Abril, ya digo, en estado de gracia. A lo largo de su angustioso metraje nunca sabemos qué postura adoptar, pues la madre ama a su hijo y quiere cuidarle por encima de todo, pero el autismo es una barrera infranqueable en muchos casos y acentúa el destructivismo de la enfermedad al rechazarse los apoyos médicos.
El final, se lo pueden imaginar, es uno de los más terribles que yo haya visto en el maltrecho cine español. Salgot parece uno de esos (demasiados) a los que alguien les hizo la película entonces, pues luego sólo ha sido capaz de filmar tres o cuatro bodrios infumables. Pese a todo, es éste un trabajo que justifica por sí solo cualquier otra cosa.
Saludos amadísimos.

Mother

Uno de los temas más estremecedores de aquel estremecedor The Wall.


lunes, 3 de noviembre de 2008

Sonata intimista

¿Quién no ha soñado con conocer a Julie Delpy en un metro? Así, sin más, el summum del amor y el romanticismo ¿Qué chica no caería rendida ante los encantos de Ethan Hawke a orillas del Sena?
En BEFORE THE SUNSET, el habitualmente habilidoso Richard Linklater juega una baza que suele ser peligrosa. Con estos mimbres, ya tan manidos, no sólo sale airoso (recordemos que se trata de la continuación de aquella joya que era BEFORE SUNRISE) de este reencuentro diez años después, sino que logra un trabajo casi hipnótico, como si toda la película fuera un largo paseo de 80 minutos por París, con los dos actores dialogando sobre cosas que no son tan importantes, que son las más importantes del mundo cuando se está enamorado. No quieren reconocerlo, porque son más maduros, porque diez años sin verse es mucho tiempo y porque la vida les ha tratado regular. Sin embargo, ese maravilloso paseo ha de desembocar por fuerza a algún lado, y aquí es donde se revela la gran astucia y honestidad de Linklater, cuando ambos personajes llegan al apartamento de ella y el espectador recibe justo lo que no esperaba. La lógica cinematográfica fundiría a los dos enamorados en un tórrido beso y daría por concluida otra tarde amable de cine romántico, pero Linklater sigue filmando incluso los silencios incómodos y la insólita forma en la que Julie Delpy, imitando a Nina Simone, hace reír a Ethan Hawke. En ese punto justo, el director ha logrado su difícil propósito: un final abierto a cualquier interpretación ¿se irá? ¿se quedará? ¿se aman? ¿se acabó la magia del momento? Quien sabe. Lo que sí sabemos es que una vez más el buen cine prevalece sobre los géneros y sus trillados caminos.
Saludos antes de...

Como yo te amo

Excelente versión de los granadinos Niños Mutantes de uno de los temas más arrebatadores que se han escrito en honor a ese sentimiento furtivo y juguetón.


domingo, 2 de noviembre de 2008

Tengo que vender mi alma al diablo...

Con esta frase ya mítica, introducía Álex Angulo el tema principal de la B.S.O. del film del otro Álex, cortesía de los campechanos Def Con Dos.


Como elefante en cacharrería

En medio de las incesantes, a la par que casi imperceptibles, mutaciones que el cine y su forma de narrar están sufriendo desde que la sala multitudinaria languidece, la más acuciante es la del género de acción. Cada vez tiene menos sentido la acción porque sí, al servicio de la empatía que cien personas sienten al mismo tiempo verbigracia de una ambientación adecuada y unos efectos sonoros lo más extravagantes posibles.
En nuestro país, que tampoco es que se haya prodigado mucho en estas lides, es paradigmático el caso de Álex de la Iglesia; hábil artesano de gruesa ironía, curtido en las marmitas del friquismo comiquero más insobornable y torpísimo, finalmente, director de cine... que al fin y al cabo es de lo que se trata.
EL DÍA DE LA BESTIA es el auténtico "código de la Iglesia" (vaya juego de palabras); viendo y desentrañando sus nada oscuras claves, a un espectador medio ya no le haría falta ver más trabajos de un tipo curiosaente instalado entre Tarantino y Berlanga, sin saber por cuál decantarse. La película es entretenida, mucho en su caso, y tiene momentos verdaderamente hilarantes, como toda esa arafernalia que acompaña al padre Berriatúa en su infernal periplo. Me sobra S. Segura y no sólo aquí, pues es uno de os tipos que más daño ha hecho (y sigue haciendo) al cine español. Me gustan los golpes de ingenio como el que identifica a las torres KIO de Madrid con el verdadero templo del maligno, en clara alusión anticapitalista; pero lo que debería ser el sostén del film, las escenas de acción, van, como en casi todo el cine de de la Iglesia, metidas con calzador, rechinan por lo estrambótico y porque me da la sensación de que el director vasco vive instalado en un "todo vale" bastante infantilista.
Lo cierto es que han pasado casi quince años y sigue siendo, una vez hemos visto lo que le ha seguido, el trabajo más redondo y consecuente de su autor, un niño grande que, en medio de su incapacidad formal para pensarse artista, arrambla con todo, incluso con las buenas intenciones, que nunca han bastado para salvar lo que uno mismo se ha encargado de estropear.
666 saludos.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Malos tiempos para la lírica

El Rap es una forma de vida; distingue a los deslenguados provenientes de las clases humildes (no es que sea un movimiento precisamente humilde...) de los acomodados y conservadores. Esto podría ser un trazo grueso sobre uno de los fenómenos salido de las calles en los últimos 25 o 30 años.
Spike Lee es un irregular director de raza negra, orgulloso de serlo y que además ha retratado a lo largo de su, ya digo, irregular carrera el devenir de ese grano en el culo de norteamérica que son los negros. Los negros deslenguados, los que no ceden el asiento en el autobús, los que recitan los mantras del rap callejero sin temores, los que han elegido escribir su propia historia antes de que se la sigan "reescribiendo" esos blanquitos caraduras. Probablemente sea DO THE RIGHT THING la coctelera perfecta donde Spike Lee mejor haya combinado todos estos ingrdientes sin ceder a su habitual exageración en las formas y, sobre todo, sin que nadie salga más ofendido que otro, todos igual de ofendidos, diría yo. Pero se trata de una ofensa necesaria; Lee coloca en un espacio reducido (el mítico neighbourhood) a personajes de toda índole, marcados por un latente odio racista (el que más trabajo suele costar reconocer) y con la peligrosa sensación de no tener nada que perder. A ritmo de rap, un repartidor de pizzas (el mismo Spike Lee) tiene como mayor preocupación que no le manchen sus Air Jordan nuevas, inteligente metáfora del negro conformista más preocupado por las formas que por el fondo; su explotador es un italiano (de tercera generación, se entiende) interpretado magistralmente por Danny Aiello, que no duda en usar la violencia para mantener a salvo su reducto (la pizzería) de la creciente ola de odios a punto de desatarse en la calle. Todo ello magníficamente ambientado en un tórrido verano que hace "que las suelas de tus Air Jordan se peguen en el asfalto". Me gustó muchísimo esta singular visión tan poco autocomplaciente con el tema del racismo, donde todos sin excepción tienen su parte de culpa, y que, sin perder un entretenido tono casi de sit-com deja una interesante reflexión en el aire: Hay una máxima que nunca falla para mantener el poder: divide y vencerás.
Saludos desde el barrio.

Filosofía y letras

Kase-o, R de Rumba y familia... Violadores del verso. El grupo de RAP más mítico de este país. Mañicos ellos...


... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!