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domingo, 1 de enero de 2012
Rincón del freak #49: Diarrea cerebral en un campo de batalla
Efectivamente; ustedes lo saben y yo lo sé. Hay películas malas, regulares, de buena técnica pero mal planteamiento, o al revés... Y luego hay películas sonrojantes, películas que atentan directamente al buen gusto o al buen entender un desarrollo medianamente coherente, no digamos ya mínimamente creativo. Es el caso de un film terrible, rastrero a más no poder, y que, paradójicamente, fue uno de los títulos que en 2005, año de su estreno, aspiraba a conquistar cierta cumbre mediática, los oscars, para entendernos. JOYEUX NOËL se sustenta en aquellas cándidas y estupendas comedias de la Ealing, donde la bondad humana no tenía límites y era capaz de solventar cualquier problema por complejo que pudiese ser. Sin embargo, retar a lo descabellado es otra cosa; en este caso imaginar una hipotética (muy hipotética) trinchera en el Frente Francés de 1914, donde mantienen un sitio compartido soldados franceses, escoceses y alemanes; y no les voy a hablar de las buenas intenciones, sino de sus ridículos resultados. Los escoceses son campechanos, borrachines, creyentes y además tocan la gaita cuando se ven amenazados; los franceses son verborreicos, descreídos y patriotas; los alemanes, disciplinados, caballerosos y muy profesionales. Tópicos por doquier, lo que allana considerablemente el terreno para lo que ha de llegar. Sí, ustedes saben que todos los bandos se confraternizan, entonan canciones navideñas y hasta toman champán y se intercambian fotos de familia y se emplazan para cuando la guerra termine. Lo de los cantantes de ópera cantando "Noche de Paz, Noche de Amor" es digno de "La hora de José Mota" por lo menos... No, lo verdaderamente tremebundo es la impudicia con la que todo esto ocurre. No hay ningún detonante lo suficientemente creíble, sea éste (ojo!) realista o fantástico, como para que nos creamos absolutamente nada de lo que está pasando en la pantalla. Así, todo se reduce a un pasteleo sin pies ni cabeza que culmina nada menos que con un partido de fútbol en el que, eso sí, me parece que ganaron los alemanes... La cosa es simple: véanla sólo si no tienen absolutamente nada que hacer. Malísima...
Saludos empachados...
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
¡Cuidao con mis primos!