Mostrando entradas con la etiqueta Charlie Brooker. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Charlie Brooker. Mostrar todas las entradas

sábado, 15 de junio de 2024

Pregúntenle al bardo


 

Y también CUNK ON SHAKESPEARE, cómo no, donde Philomena Cunk se despachaba a gusto con el creador de Romeo y Julieta, flipando por los trece añitos de la pobre enamorada, la joroba de Ricardo III o el "monologue of bees" (imprescindible la V.O.) de Hamlet. Un hilarante repaso a la vida, obra, milagros y otros inventos del genial autor británico, en el que el personaje creado por Charlie Brooker e interpretado por Diane Morgan lleva hasta el paroxismo su mezcla de ignorancia y atrevimiento, al menos cuando se come un plátano, mientras a su lado el actor Simon Russell Beale declama el texto más famoso del príncipe de Dinamarca. Otra delicia para degustar varias veces, esta vez en forma de mediometraje de media horita, una píldora inexcusable.
Saludos.

jueves, 13 de junio de 2024

Todo lo que siempre quiso saber sobre su país y nunca se atrevió a preguntar


 

Lógicamente, debemos avanzar hacia atrás unos cuatro años (concretamente 2018) para toparnos con el repaso en cinco capítulos que Charlie Brooker le dio a su propio país, con la inestimable colaboración de Philomena Cunk, la reportera más cubista al Este del Lowestoft Ness Point. Da igual si no eres inglés, si bebes la cerveza fría, conduces por la derecha, o pronuncias la erre mientras usas un solo dedo para mostrar tu disconformidad con que una isla le tape la vista a Europa hacia el lugar geográfico que realmente le interesa. Da igual si prefieres a los Sabandeños antes que los Beatles, o sigues enfurruñado por lo que un señor manco le hizo a tus barcos. Desde Stonehenge hasta el Brexit, CUNK ON BRITAIN es un repaso todo lo fidedigno que se pueda ser a ese país tan particular, donde "casi todos" hemos lavado platos, descubrimos las gafas de sol transparentes y que "Brush strokes" se empezó a emitir en 1986, puede que como venganza a la "mano de dios", que todos sabemos que fue el castigo divino por tanto interés en otras islas...
Saludos.

martes, 4 de junio de 2024

Todo lo que siempre quiso saber sobre usted mismo y nunca se atrevió a preguntar


 

Philomena Cunk es una reportera sin pelos en la lengua y una curiosidad inagotable por conocer todo lo que le rodea. Sus preguntas son incómodas, porque abordan aspectos polémicos y que ponen a los expertos contra las cuerdas. Si no han visto ninguna de las miniseries que la BBC ha emitido acerca del personaje creado por Charlie Brooker y la cómica Diane Morgan, les va a resultar difícil captar toda la ironía que ha sobrevolado este post desde el principio. La última se titula CUNK ON EARTH, y supone una especie de sublimación del mockumentary, abarcando en sólo seis capítulos toda la historia de la humanidad, desde la prehistoria hasta la presentación del último iPhone. Mientras veía a la incólume e irreductible reportera entrevistar a eminentes expertos de la ciencia, las artes o la sociología, me daba cuenta de lo absurdo de un formato que se ha canibalizado a sí mismo, además de haber quedado obsoleto por su incapacidad de reinvención. Puede que Cunk no sea la periodista más avispada, o que sus conclusiones convivan en el mismo universo de Monty Python o Bill Hicks, aunando la sátira y el absurdo, el escarnio y la explotación escatológica. Lo mejor es que Philomena Cunk no quiere engañarte, sino que mires "fuera de la caja" en una época de tontuna tecnológica, mientras aprendes por qué los neandertales no cocinaban, los romanos inventaron las sitcoms o Elvis fue el arma secreta para derrotar a Hitler. Pero sobre todo aprenderemos que todas y cada una de las épocas importantes del planeta Tierra están íntimamente conectadas con el éxito de Technotronic, "Pump up the jam"...
Ni más ni menos.
Saludos.

sábado, 29 de julio de 2023

El espejo roto #26


 

Nida es una tímida dependienta de zapatería en un aburrido pueblo del norte de Inglaterra. Por su raza es despreciada, ninguneada, amenazada. Incluso por el olor de sus comidas, es relegada a un oscuro sótano para su descanso. Allí, por casualidad, aparece un extraño objeto, que resulta ser la puerta para invocar a un demonio, Gaap, que intenta convencerla de que realice tres sacrificios humanos en tres días, o de lo contrario se desatará el fin del mundo.
Y ustedes pensarán, igual que yo, que "Demon 79", capítulo final de esta T6, determina que Charlie Brooker ha jugado con las expectativas de un público fiel para cocinar un próximo estadio creativo. No tiene nada que ver con su calidad intrínseca, sino con el producto que nos están vendiendo y qué espacio creemos que le pertenece habitar. Es un buen capítulo, con un hilarante sentido del humor, algunos giros realmente retorcidos, y un tono general más que satisfactorio. Mi desconcierto proviene desde la misma apertura, con los filtros del encabezado semejando de soslayo algún grindhouse, un poco a lo Ti West, y que nos sumerge en una perspectiva que no habíamos visto antes en BLACK MIRROR. Es lo que ha predominado esta temporada, cierta sensación de desnortamiento, de ir deliberadamente al despiste, o de no saber dar carpetazo definitivo a una franquicia que siempre ha tenido que superarse a sí misma. O en pocas palabras: demasiados experimentos y poca gaseosa...
De nuevo me ocurre que este episodio habría sido mejor como film autónomo.
Saludos.

sábado, 22 de julio de 2023

El espejo roto #25


 

Hoy voy a ser muy breve, y eso casi nunca es bueno. "Mazey Day" confirma que Charlie Brooker se ha quedado sin ideas originales, y ha optado descaradamente por el pastiche indisimulado. No es que de nuevo estemos ante una incomprensible desconexión temática, sino que también lo es argumental. Y es curioso, porque estamos ante un episodio cortísimo, pero la sensación es que no había más. O peor: no había nada. El hilo, mínimo, nos lleva hasta el furibundo acoso de los paparazzis, donde conocemos a una joven que decide abandonar la actividad por problemas de conciencia. Luego nos vamos a la República Checa, donde una famosa actriz ultima un rodaje, pero una noche de setas le juega una mala pasada en forma de accidente de coche (insisto: soy alérgico a los accidentes de tráfico en el cine). Quedan apenas 15 minutos, y Brooker se propone un giro diabólico en tan escueta franja ¿El resultado? Kasdan meets Landis... ¿Que qué significa?... Véanla, encuéntrenle el sentido y ya me dicen algo...
Entre los tres peores episodios de toda la serie.
Saludos.

sábado, 8 de julio de 2023

El espejo roto #23


 

No me atrevería a afirmar que "Loch Henry" sea el peor episodio de BLACK MIRROR, porque sería demasiado exponer, y tampoco merece la pena. Es un episodio flojo, mucho, y lo es por varias razones. La fundamental es que no guarda ninguna conexión con el espíritu de la serie, si por "espíritu" tuviésemos que entender la constitución de una filosofía que impregne cada episodio hasta integrarlo en un todo más amplio. Esto no ocurre siempre, pero aquí me parece sintomático. Estamos ante una historia de terror, donde el uso de la tecnología es anecdótico, y que incurre en un error tan típico como imperdonable. Ni siquiera el equívoco de su tono, dándole la apariencia de una comedia negra hasta bien entrado su metraje, logra despistar ni metamorfosearse en ese brillante giro de guion. En lugar de ello, no creo que haya que ser especialmente avispado para descubrir dónde está el truco. Es decir, que no cumple ningún cometido, porque ni es entretenida ni ingeniosa. Y aun así, fíjense, porque no les pienso destrozar ni un gramo de su previsible trama, estando seguro como estoy de que lo van a pillar a la primera. Sólo ya en su desganado epílogo, Brooker vuelve sobre lo que parece ser el "motivo encubierto" de esta sexta temporada... Tarde y mal.
Saludos.

sábado, 1 de julio de 2023

El espejo roto #22


 

"Joan is awful" es el primer capítulo de la esperada sexta temporada de BLACK MIRROR. Un capítulo, por así decirlo, que reconcilia a medias a la serie con su espíritu original, aquél que nos hurgaba sin compasión en nuestras intimidades más inconfesables, vía tecnologías, distopías y otros caminos hacia un futuro "no tan halagüeño". La premisa argumental es lo suficientemente ingeniosa como para que su mala baba, que no es poca, no descarrile durante gran parte del metraje. Sólo cuando llegan las explicaciones la historia, y sus muchas costuras, se desinfla hasta abandonar su corrosivo mensaje, y sucumbiendo a un final, si no feliz, sí inocuo. En esta ocasión, Charlie Brooker mira en dirección de la propia plataforma que distribuye la serie, e imagina a una mujer que una noche se encuentra viendo su propia vida en formato de serie... y prácticamente a tiempo real. Así, se nos presenta una doble crítica, a los diabólicos algoritmos que parecen leer nuestra mente, y a los consumidores compulsivos del contenido de plataformas, sabiendo como sabemos que el 80% es pura bazofia. El problema es lo conservador de su resolución, que podría haber dispuesto un terrorífico "horizonte de eventos", pero prefiere un broche semicómico y menos desgarrador de lo que parece prometer durante su espléndida primera media hora. 
Es un buen capítulo, atenuado supongo que por necesidad y con algunas caras del star system, lo que da una pista sobre el verdadero estatus actual de la serie. Seguiremos informando.
Saludos.

miércoles, 20 de enero de 2021

El espejo roto #21


 

Media todo un mundo entre el primer episodio de BLACK MIRROR (aquel inolvidable The National Anthem) y el último emitido hasta la fecha, titulado "Rachel, Jack and Ashley Too". Un mundo en todos los sentidos, tanto en riesgo, inventiva e intenciones. Y es curioso, porque este dudoso cierre a la T5 parece definir, supongo que involuntariamente, una deriva que, en mi opinión, daría el tiro de gracia a la serie. No es sólo la blandura del mismo, rozandoel episodio de cadena juvenil; y ni siquiera el aprovechamiento de contar con una gran estrella mediática como Miley Cyrus. El problema es, ni más ni menos, de autoexigencia, de no abandonarse en fórmulas ya utilizadas, de temer el patinazo. Este episodio es simpático, y lo digo de modo conscientemente peyorativo; una de aquellas bobaliconas comediasde mediados de los ochenta, en los que el atolondramiento es mezclado con algo de tecnología punta, un poco de rebeldía de andar por casa, y, para que no nos falte de ná, una persecución final, con coche policial persiguiendo un cacharro estrafalario, que curiosamente corre más pese a estar conducido por una adolescente sin carnet. Y hay un punto, a mitad del episodio, que habría dado más juego si Brooker hubiese optado por la vertiente chunga, pero hasta el muñequito virtual acaba por ser insoportable, aunque al menos podemos oír la voz de fumadora de Ducados de la Cyrus, que a estas alturas ya tiene difícil reciclaje...
Incómodo episodio. Mal episodio. Prescindible episodio.
Saludos.

miércoles, 13 de enero de 2021

El espejo roto #20


 

"Smithereens" es el segundo episodio de la T5 de BLACK MIRROR. Un episodio cuya relación con las distopías tecnológicas es más bien tangencial, centrando todos sus esfuerzos en la tensión acumulativa más propia de un thriller al uso, y más concretamente el que proviene de un secuestro, y por lo tanto una situación que deriva hacia lo limítrofe ¿Bien? ¿Mal? Hay algo que no termina de funcionar en este episodio, bien sea porque todas sus partes no cuajan (aun disponiendo de 70 minutos), porque no termina de quedar clara la intención de su protagonista (un Andrew Scott, cuya interpretación es lo mejor de lejos), o porque la supuesta denuncia a la omnisciencia de las redes sociales es más bien floja y poco comprometida. Dirige James Hawes, un clásico de la televisión británica, y como punto exótico está la música de Ryuichi Sakamoto, que tampoco es que aporte nada especial. En definitiva, un intento bastante fallido de hibridación entre los films de secuestros y las soledades a las que nos abocan dichas RRSS, y que a lo mejor alguien retoma con más tiempo, talento e ideas. Mientras tanto, estoy seguro de que seguirán dando likes a cosas que ni siquiera existen...
Saludos.

miércoles, 6 de enero de 2021

El espejo roto #19


 

La quinta temporada de BLACK MIRROR consta, como ocurriera con las dos primeras, de sólo tres episodios, ligeramente más largos, eso sí, pero con mayor atención a los temas a tratar, y relegando el tema tecnológico y/o distópico como herramienta útil, y no como la atracción principal. El primero, titulado "Striking Vipers", parece un hermano menor de MOONLIGHT (es la segunda vez que Brooker me hace pensar en un film al que tampoco tengo tanto aprecio), aunque la excusa es otra muy diferente a cualquier tipo de ambivalencia sexual. Dos amigos, los dos apasionados del gaming, se reencuentran tras un tiempo sin verse en el cumpleaños de uno. Éste está felizmente casado, tiene un niño y espera buscar el segundo, mientras el otro sigue siendo un soltero que no pierde la esperanza de seguir ligoteando con chicas más jóvenes. Sin embargo, la vida de ambos da un giro inesperado cuando usan el regalo de cumpleaños: un revolucionario juego de lucha, en el que literalmente el jugador "se convierte" en su personaje favorito. El problema sobreviene cuando uno de ellos, que adopta el rol de una mujer, y tras propinar una soberana paliza a su adversario, decide besarlo, iniciando una retorcida relación virtual, que se prolonga, cómo no, en sucesivas partidas. El episodio no está mal, pese a no mantener con constancia el clima enrarecido acerca de si lo que estos dos amigos hacen virtualmente puede considerarse un brote homosexual, o simplemente es el mejor sexo que han tenido hasta entonces, pese a no ser estrictamente real. 
Se deja ver, sin ser ninguna maravilla.
Saludos.

viernes, 1 de enero de 2021

Load comillas comillas


 

Siendo hoy un día especial, encaja a la perfección, por ejemplo, el episodio especial que Charlie Brooker ideó para la T5 de BLACK MIRROR, y que nos servirá para comenzar a abordarla a partir de la semana que viene. BANDERSNATCH es un decidido homenaje a una generación (la mía, sin ir más lejos), que creció entre los estridentes ruiditos de esa máquina que se llamaba "ordenador personal", pero que en realidad apenas servía para cargar la miríada de juegos (la mayoría piratas, para qué engañarnos) que poblaba nuestras repisas en formato casete. Ahí, uno esboza una sonrisa cómplice y se deja llevar por aquel tiempo, breve e irrepetible, en el que lo cutre era excelso, y quizá por eso. Luego está la película (es un largo de 90 minutos), irregular, con momentos de brillantez dramática a cargo, de nuevo, de David Slade, pero inmersa en una espiral de repetición constante y excesiva, que busca el efecto de integrarnos en la progresiva locura de su protagonista (muy buena interpretación del joven Fionn Whitehead), pero acaba por saturar una historia que se intuye con mayor potencial del que finalmente esgrime. BANDERSNATCH deja una sensación rara, de poner las cartas sobre la mesa y luego no saber muy bien hacia dónde dirigirse; de momentos arriesgadísimos, en los que la cuarta pared deja de tener sentido, junto a otros directamente chuscos. Supongo que sería una idea que a Brooker le rondaría la cabeza desde hace tiempo, pero no estoy seguro de que Slade fuese el director adecuado para este claustrofóbico vistazo a una mente que se va desarticulando ante nuestros ojos, y que como aquellos juegos que tardaban una eternidad en cargarse, corre el riesgo de que en el último momento aparezca la palabra "error"...
Saludos.


PD: Atentos a los muchos autohomenajes desparramados por todo el metraje.
PD2: Yo es que si alguien tiene la impensable ocurrencia de poner como música diegética el "Phaedra" de Tangerine Dream...

miércoles, 30 de diciembre de 2020

El espejo roto #18


 

El último episodio de la T4 de BLACK MIRROR, titulado "Black Museum", abundaba en el formato episódico del especial de Navidad; una narración que contiene otras tantas narraciones, y confluyendo en un sorpresivo y contundente final, de alguna manera aglutinador. Una pena, porque es sin duda el peor episodio (y de lejos el más largo) de esta temporada; tanto en forma como en fondo, ni es inquietante, ni tiene una buena factura técnica, y ni siquiera sus intérpretes están a la altura de ninguna de las historias. De hecho, podríamos alinear este capítulo junto a cualquier olvidable serie B televisiva, valiéndose del elemento tecnológico-futurista (aquí sí) como mera excusa para que pasen los minutos. El hilo conductor es un inquietante "museo del crimen", situado en mitad del desierto, y al que llega una joven viajera mientras su coche se carga solarmente. Allí, un curioso anfitrión le va narrando diferentes historias, relativas a cada objeto del museo, pero con la curiosa coincidencia de que casi todos fueron inventados por él, ya que se trata de un ingeniero caído en desgracia por lo revolucionario de sus propuestas. Desde el artilugio que conecta a un médico con el sufrimiento de sus pacientes, a un osito de peluche, donde reside la conciencia de una mujer ya fallecida, o la atracción principal del museo: la recreación digital de un condenado a muerte.
La idea, las ideas, no están mal de partida, pero su factura se nota desganada, para el canon de calidad que Brooker suele ofrecer. Irregular broche para una temporada, en general, bastante satisfactoria.
Saludos.

viernes, 25 de diciembre de 2020

Negra Navidad


 

Con demasiado tiempo de retraso, resarzo el abandono al que he venido sometiendo a BLACK MIRROR de la mejor manera, que es hablar hoy de WHITE CHRISTMAS, el especial de Navidad que Charlie Brooker imaginó tras dar por concluida la T2. Estructurado como el típico film de narraciones dentro de una narración principal, es probablemente (y si lo integramos en el curso normal de la serie) uno de los episodios más sólidos e inquietantes, aunque me rechina un poco encontrar demasiados ecos de otras tantas historias, lo que es más fácil de rastrear, cómo no, procrastinando este especial a dos temporadas más. El motivo principal, no exento de misterio, es la conversación entre dos hombres (extraordinarios Rafe Spall y Jon Hamm), que pasan la Navidad en una especie de cabaña, y sólo sabemos que llevan allí nada menos que cinco años, aunque los motivos de esa especie de penitencia no quedan aclarados. Mientras uno cocina y el otro pimpla generosamente, se entrecruzan historias que ambos cuentan, historias personales, a medio camino de la confesión y el desahogo. En realidad son tres historias, y mientras la primera nos pone en situación de la profesión de uno de ellos (una especie de asesor sentimental a tiempo real, literalmente), el segundo parece la redención del mismo tras la terrible experiencia antes relatada, y que llegó a costarle el matrimonio. Sin embargo, el segundo individuo, animado por la sinceridad de su interlocutor, decide hacer una última y tremenda confesión, lo que da un vuelco inimaginable a todo lo anterior, haciéndonos dudar de qué y qué no es real.
Envueltos en el clásico de la banda Wizzard ("I wish it could be Christmas everyday"), reconozco lo complicado de reunir y armonizar lo que finalmente podría haber sido un caos. En lugar de ello, sólo es necesario permanecer atentos y no perder comba de lo que el tándem Brooker/Tibbetts va hilando con paciencia de orfebre. Incluso los momentos más desalentadores, con una crueldad rayana en el efectismo, cobran sentido como un todo que nos advierte de las perversiones de la tecnología, pero también identifica a los responsables, que en mayor o menor medida solemos escurrir el bulto tras la red de algoritmos...
Saludos.

miércoles, 23 de diciembre de 2020

El espejo roto #17


 

Uno de los motores principales de BLACK MIRROR (si no el principal) es la capacidad de hacer pensar al espectador a cada entrega, invitarle a reflexionar sobre lo que ha visto y el posible reflejo de esa "realidad virtual" en la suya propia. Hay capítulos que me han divertido, otros me han fascinado, algunos simplemente me han aburrido, y otros, como "Metalhead", me han aterrado. Sin embargo, y aludiendo a la susodicha reflexión íntima, he llegado a la conclusión de que más me aterra vivir en una sociedad incapaz de encontrar estímulos sin salirse de la normativa, apelando al incomprensible y muy egoísta lema de "esto no era lo que yo pensaba". Sí, por supuesto, porque David Slade, un director con una potencia visual innegable, y forjada en títulos tan reivindicables como HARD CANDY o 30 DÍAS DE OSCURIDAD, ha volteado la habitualidad distópica de la serie y la ha llevado a su terreno. Y su terreno está compuesto por la concisión, economía de medios y un trabajo estrecho con los actores, que se exacerba en el plano físico. "Metalhead" es un survival en toda regla, como lo era PREDATOR o como lo era DUEL, y como ahí ya está prácticamente todo inventado, es mejor no ponerse a explicar chorradas ni ralentizar el ritmo con tal de engarzar un giro definitivo, que en la mayoría de casos es decepcionante. No sé si Brooker tenía exactamente en mente esta brutal carrera por la supervivencia, pero en mi opinión el cambio sí que le ha sentado muy bien a la serie. Rodada en B&W, y con apenas 40 minutos de duración, contiene un inicio de máxima tensión, un desarrollo frenético y un desenlace que parece más un remanso que una tragedia. No sé qué esperaba la gente, pero sí qué he encontrado yo: un magnífico capítulo y una magnífica actriz llamada Maxine Peake.
Saludos.

miércoles, 16 de diciembre de 2020

El espejo roto #16


 

"Panic" es una canción de The Smiths, en la que Morrissey escupe tres o cuatro frases en las que sintetiza la maldad de ser un romántico en una Inglaterra que va desgranando, ciudad por ciudad, hasta explotar en una extensa letanía repetitiva en la que nos invita a "colgar al DJ", en una elocuente expresión de rabia y frustración. "Hang the DJ" (el cuarto episodio de la cuarta temporada de BLACK MIRROR) se pretende más misteriosa y evocadora de lo que finalmente resulta ser; o mejor dicho, conduce al espectador por un campo abonado, para terminar pasando de ese campo y mostrar lo que hemos tenido delante de las narices todo el tiempo. Al contrario de lo que se podría pensar, no es un capítulo en modo alguno complejo, sino un magnífico ejemplo mediante el que el creador domina a la perfección su propio relato, y se sabe capaz de modularlo hasta un final que podría ser cualquier cosa, y que estúpidamente rechaza dicha perfección, para terminar abrazando un sesgo orgánico y desde luego más confortable. Brooker nos habla de una sociedad en la que un algoritmo empareja a las personas hasta hacerlas encontrar su pareja ideal, momento en el que esta especie de aplicación demuestra el éxito de su empresa. Sin embargo, asistimos atónitos a dos de ellos que se conocen y congenian, aunque la aplicación sólo les ha dado unas doce horas, momento en el que deben despedirse, y por lo tanto conocer otras personas. Y curiosamente, el siguiente emparejamiento dura nada menos que un año, aunque ni él ni ella soportan a quienes les han propuesto; en realidad, nunca se han olvidado, quizá con la esperanza de que "el sistema" tenga la deferencia de volver a emparejarlos. Y esto ocurre, pero una imprudencia hace que su tiempo juntos vaya disminuyendo drásticamente, lo que los sume en la angustia propia de quien no puede estar con la persona a la que ama de verdad. E insisto. Su resolución no es tan amarga ni apocalíptica, al contrario, devuelve una mirada humanista y protectora a todos esos amantes desesperados que describía Morrissey, y puede que hasta les llegue a guiñar un ojo...
Estupendo capítulo, que podría ser la idea de partida para un largo.
Saludos.

miércoles, 9 de diciembre de 2020

El espejo roto #15


 

"Crocodile" es una decepción muy bien hecha, lo que requiere una serie de explicaciones acerca de este episodio de BLACK MIRROR. Lo primero es que su argumento no tiene nada de original, y sigue el típico patrón de los thrillers criminales, en los que se pone de manifiesto el juego del gato y el ratón, en este caso tipificando la progresiva transformación de una mujer tras un suceso truculento, vivido quince años antes. Es curioso, porque se hace imprescindible no desvelar nada de su trama, pero al mismo tiempo me pone muy furioso que esté meridianamente claro lo que va a pasar con tres cuartas partes del episodio por delante. Hay un problema claro de guion, de traslación de ideas a la brillante imaginería visual del australiano John Hillcoat, creador de imágenes inquietantes, y apoyado en la aún más inquietante Andrea Riseborough, que aquí adelantaba mucho de su apoteósica interpretación de este mismo año en POSSESSOR. Un episodio, en fin, que roza lo gratuitamente desagradable, incluso amoral, y cuyo problema fundamental, aunque hablemos de ciencia ficción, es la verosimilitud, lastrada por un sentido del ritmo que no fluye, sino que brinca a hipidos.
Se puede ver, y, parafraseando a Brooker, también se puede olvidar.
Saludos.

miércoles, 2 de diciembre de 2020

El espejo roto #14


 

"Arkangel" (el segundo episodio de la T4 de BLACK MIRROR) se abre con una imagen ideal, que poco a poco se torna inquietante; un alumbramiento que deriva al suspense, con el simple recurso del bebé que no llora al nacer. El gran problema de este episodio, su lastre, es el escaso tiempo del que dispone para desarrollar una idea de partida compleja y desafiante, el debate moral que suscita un implante mediante el que esta madre puede literalmente controlar cada movimiento de su hija, a la que iremos viendo crecer hasta convertirse en una adolescente. El guion de Charlie Brooker se atreve a proponer un tema espinoso, y Jodie Foster lo pone en imágenes con un estilo sobrio y algo sombrío; una distopía nada descabellada, que apenas necesita de efectos digitales y que vuelve a advertir de los peligros de la (posible) supeditación de nuestras vidas a esas supuestas ventajas de lo digital. No está mal, pero podría haber sido mucho mejor con algo más de margen y menos prisas para contextualizar sus ideas.
Saludos.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

El espejo roto #13


 

Reconozco mi tardanza a la hora de retomar BLACK MIRROR, que dejé hará unos tres años en la tercera temporada con cierto regusto agridulce, que había disipado de alguna forma la gran impresión que esta serie había ejercido sobre mí desde su impactante inicio. Y la verdad es que esta T4 no puede empezar mejor, con uno de los mejores y más originales episodios de la serie creada por Charlie Brooker, que además firma él mismo el guion junto a Bill Bridges. "USS Callister" comienza de manera gozosa, con un maravilloso homenaje a Star Trek, presentando a la nave del título y su tripulación, comandada por el capitán Daly (un soberbio Jesse Plemons, capaz de resultar adorable, inquietante, anodino y terrorífico al mismo tiempo), en algo que parece un episodio de alguna serie antigua, tanto por los modificados sonido e imagen, pero que nos lleva bruscamente a otro sitio, una empresa de programación donde Daly es un tipo apocado y gris, aun siendo reconocido como un genio programador y responsable de un mega-sistema-juego llamado "Infinity". Y es necesario detenerse aquí, y dejar a quien no la haya visto que paladee y descubra esta diabólica muestra de realidades paralelas y juego de las apariencias. Tan sólo resaltar el estupendo trabajo del elenco, especialmente Jimmi Simpson y Cristin Milioti, además de una ambientación exquisita y una más que solvente partitura de Daniel Pemberton. Dirigía Toby Haynes, ampliamente bragado en series británicas de reconocido prestigio, y su capacidad para mantener el suspenso hasta el final también es de agradecer en cualquier episodio autoconclusivo.
No se la pierdan...
Saludos.

sábado, 22 de abril de 2017

El espejo roto #12



Y, bueno, aparcamos de momento la serie BLACK MIRROR (me reservo el especial de Navidad para más adelante) con uno de sus capítulos más incomprensibles y extraños. A simple vista, y sin querer destacar mucho sobre propuestas similares dentro de la misma serie, Hated in the nation podría haber sido un estupendo largometraje, o incluso una serie en sí misma, pero como capítulo independiente es decepcionante, se hace interminable (y no lo achaco a sus 90 minutos de duración) y es bastante aburrido. Una supuestamente apasionante radiografía de los haters (subraza de gilipollas con demasiado tiempo libre), que aquí llevan al extremo su actividad de descalificación pública, ganándose que alguien se tome la justicia por su mano y los asesine uno a uno. Ya digo, el planteamiento te hace revolverte en el asiento, pero dura poco; la cuestión moral está pobremente desarrollada y deriva en un mediano thriller, de los que en esta misma década hemos visto mejores ejemplos. Un capítulo ambicioso, que se apoya en el talento visual de James Hawes (Penny Dreadful, Doctor Who...) y la presencia de la estupenda Kelly Macdonald, pero cuando uno lleva una hora viendo la función apenas puede hilar cómo empezó con cómo presumiblemente acabará.
¿Esperaremos una cuarta temporada?... Pues por supuesto...
Saludos.

miércoles, 19 de abril de 2017

El espejo roto #11




Sin ser desdeñable, el episodio titulado Men against fire puede que sea el más flojo de esta tercera temporada de BLACK MIRROR. Un instrumentalizado juego de equívocos al que se le coge el truco demasiado rápido, y que finalmente tampoco supone una gran revelación que no hayamos visto antes. Todo el interés se centra en los primeros minutos, que nos trasladan a un lugar en guerra (sospechosamente balcánico), donde unos soldados parecen ser la única esperanza de los lugareños, solo que en lugar de ser atacados por otro ejército lo son por unos extraños mutantes, las "cucarachas", que les roban la comida y transmiten enfermedades. La premisa es convincente, y Brooker pretende hacernos creer que veremos un típico film de terror, con criaturas horrendas y abundante hemoglobina, pero, pasados unos minutos, la historia da un giro radical y se centra en la figura de un soldado que sospecha que, quizá, los enemigos contra los que luchan no sean exactamente las "cucarachas", e incluso que la realidad misma sea completamente diferente a su día a día. La moraleja, más simplona y pedagógica que en episodios anteriores, nos dice que desconfiemos de las verdades absolutas, al tiempo que ejerce una cierta (y certera) crítica sobre esos colaboradores internacionales que tanto "bien" hacen en zonas de conflicto.
Un capítulo entretenido, pero olvidable.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!