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lunes, 8 de julio de 2024

Ni en vivo ni en directo


 

Como un parto, o casi. Más de nueve meses destripando el festival de Sitges, que para eso el señor Salas ha dispuesto un cartel inacabable, más propio de una programación anual que de los pocos días en los que queda patente que priman los intereses comerciales que los puramente artísticos. Creo que es hora de ir a otra cosa, atestiguando esa máxima que nos viene a decir que para encontrar algo de oro hay que cribar mucha mi... arena. Sea como fuere, he logrado no encadenar un año con otro, que ya sería el remate, y pulsar el "pause" con uno de los platos fuertes de esta edición, aunque ya puedo decir que ni el mejor, ni el segundo, ni el tercero. Aun así, me queda claro que LATE NIGHT WITH THE DEVIL es un fenomenal ejercicio de estilo, con un guion no tan bueno como su galardón indica, pero sí una excepcional puesta en escena (al menos mientras aún no nos hemos acostumbrado a ella) y un actor superlativo, David Dastmalchian, que nuevamente me parece un pelín desaprovechado. Saldadas las (pocas) cuentas, estamos ante un film epatante, al que no le importa mostrar sus cartas, puesto que ello forma parte de la siniestra función preparada por los hermanos Cairnes, de quienes pude ver su lejano segundo trabajo, la correcta SCARE CAMPAIGN. Aquí, invisten el relato de terror con el cansinismo de un found footage que afortunadamente es anecdótico, y sólo sirve para dar la impresión de que asistimos a la emisión en directo de uno de esos "late nights" en los años setenta. No les desvelaré mucho de su impactante trama, pero sí he de señalar que el film se maneja mejor en la construcción que en la ejecución, y al menos culmina un final medianamente original, fiel al trampantojo que constituye todo su argumento. Una película de terror que utiliza los elementos de otra época para erigirse como una de las propuestas más interesantes de los últimos tiempos, que no es mucho ni poco, sino un toque de atención a la peligrosa deriva de eso del "terror elevado".
Y dentro de nada ya saben...
Saludos.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Un buen susto



SCARE CAMPAIGN es una modesta peliculita, estrenada hace un par de años, que abundaba en uno de los temas más recurrentes del cine de terror de los últimos tiempos: la confusión entre realidad y ficción, para desorientar a un espectador cada vez más avisado. Si partiésemos de la estupenda LA CABAÑA EN EL BOSQUE, la lista de títulos similares es interminable, aunque se pueda salvar a muy pocos, es cierto; y quizá esto provenga de la dificultad de hacer creíble lo que no está dentro del organismo de la película, sino que es "representación dentro de la representación". Shakespeare lo explicó muy bien hace mucho tiempo, y ahora nos ha dado el emperre de volver a ello, probablemente por una crisis de ideas originales galopante, sin más. Esta es una película pequeña en todos los sentidos, agradecida por concentrarse en apenas 75 minutos e incluir el humor como vía de escape; porque si bien es un film de terror, su premisa invita a la reflexión y a la sonrisa sorprendida. Se trata de un equipo de televisión responsable de un programa en el que se coloca a una persona, sin saberlo, en una situación terrorífica, como si estuviera dentro de una película, solo que con unos efectos especiales a lo bestia, que lo hacen absolutamente creíble. Temiendo las bajas audiencias, la jefa decide probar un experimento arriesgado, que es contactar a unos tipos muy inquietantes a través de la deep web para un último y espectacular programa. La gracia está en que todo lo que vemos siempre son representaciones, tan retorcidas que incluso engañan a parte del equipo, solo que hay un momento en que a lo mejor lo que está sucediendo es real, y no sabemos quién lo sabe y quién no... No es que sea una obra maestra, ni mucho menos, pero sirve para desconectar un día de estrés.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!