miércoles, 16 de julio de 2008

Formalismo adquirido

Me imagino a Wes Anderson como ese Marcial Ruiz Escribano que vemos los miércoles por la noche en la puerta de su casa, junto a una silla de madera y un botijo. Una minimalista base de operaciones desde la que perpetrar cada semana sus desternillantes consejos; que, bien mirados, no difieren demasiado de la realidad, pero pertenecen a un mundo propio, el de la burla, que no podemos llevar a cabo cotidianamente.
Hasta ahí, podemos estar tranquilos. Es una situación aceptada y que no nos plantea mayores dificultades. El problema con el cine de Wes Anderson es el siguiente: ¿Con qué tipo de mirada debe acercarse el temerario espectador?
DARJEELING LIMITED sigue los pasos de RUSHMORE, THE TENENBAUMS o LIFE AQUATIC. E intentaré explicarme.
Es posible que la cosa en E.E.U.U. esté más malita de lo que pudiéramos pensar; que sea urgente una reeducación a todos los niveles habida cuenta del brutal retroceso que el intelecto medio yanqui ha sufrido en los últimos 20 o 30 años. Y no sólo de capacidad pensante hablo, sino de la emocional. Es como si, de repente, la gente no pudiese sentir por sí misma y se crearan programas "reeducativos", donde todo va mascadito y triturado. Fácil, incoloro e inodoro.
No es de extrañar le perplejidad que me producen las ¿comedias? de Anderson. Lo primero es que no me hacen gracia, pero sí que veo una cierta intención transgresora en su tratamiento desquiciado de unos personajes a la deriva, dubitativos, repetitivos hasta la exasperación. No consigo engancharme a esa supuesta inteligencia motivadora, pues siempre me parece que Anderson podía haberse desarrollado más ampliamente ante un público más "culto", como pudiera ser el francés. Me da la impresión de que Anderson siente verdadera vergüenza de su sociedad y se retrae ante los que considera víctimas de la misma. Sus películas bien pudieran ser un reflejo deformado de esa sociedad infantilizada y agotada hasta el extremo, sólo que, en un extraño camaleonismo, dan la sensación de verse ellas mismas superadas por esa gigantesca circunstancia que se llama U.S.A.
Como artefacto grotesco y bien facturado, lo cierto es que DARJEELING LIMITED funciona bien, y en algunos momentos es incluso divertida, si te hacen gracia el paleto de Owen Wilson, los recursos gestuales de Adrien Brody o el fastidioso intento de Jason Schwartzman de incorporar el pétreo humor de Buster Keaton. Demasiado barullo para tan poca cosa; porque lo cierto es que la historia tampoco es nada del otro mundo. Aunque, eso sí, como cronista de lo extravagante, el Sr. Wes Anderson, siempre y cuando afile algo más su discurso, podría estar considerado como un caso único en esa cinematografía tan dada a lo vano que es la norteamericana.
Saludos especiados.

2 comentarios:

Eduardo dijo...

No puedo sino estar en desacuerdo.

OJO, QUE METO SPOILER!!!!

La película tiene vários puntos en los que se evidencia su verdadera intención.
En el corto previo:
- La visita de su mujer. No consigue quitarse de encima una vida que ya no es la suya
- La vista de París. Un golpe claustrofóbico en la ciudad luz en la que vive. No conseguimos ver más allá de la pared de enfrente.

En la película:

Los hermanos comienzan el viaje con la idea de cambiar su rumbo ligeramente. Con su plan hecho (por el asistente), con sus billetes, con sus días contados, con sus planes paralelos. La idea es "espiritualizar" la vida. Pero llegan al primer pueblo y se dedican a consumir, como hacen TODOS los turistas del mundo.
Conforme avanzan en el viaje, el enfrentamiento espacial les hace ver cosas nuevas. Al final, su trágica experiencia les da una señal. Es ahí donde se libran de su mayor preocupación. Las maletas de papá.
Esa escena de la carrera al tren es la que define la ruptura, la liberación de todos los fardos que arrastramos y el conseguir hacer una vida que quizá es la que todos nos planean para ellos seguir con la suya (la madre)

En fin, muy mal redactado, pero espero que se pille la idea

También me gustó Barbet Schroeder como mecánico...

Capri c'est fini dijo...

Aux Champs Elysees... te hago mi pequeña reflexión como respuesta a tu comentario en mi blog. Si te interesa, ahí está a tu disposición. Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!