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lunes, 20 de julio de 2020
Buscar o ser encontrado
THE NIGHTINGALE es la segunda película de Jennifer Kent, tras su aclamado debut, THE BABADOOK. No es una película fácil de digerir, las segundas películas suelen ser desconcertantes, y salir indemnes de ellas es un magnífico indicio para confiar en la solidez de una carrera incipiente. Desmarcándose del tono onírico y alucinado de aquélla, THE NIGHTINGALE es una historia más física, de marcada brutalidad, y con un sorprendente uso de los tiempos narrativos, que son muchos a lo largo de sus más de dos horas. El arranque no hace prisioneros, con una especie de reserva en Tasmania, comandada por un grupo de soldados, al cargo de otros tantos convictos europeos, confinados en el nuevo continente. Allí, Clare, que es irlandesa, malvive junto a su marido y su hija recién nacida, a la espera de poder conmutar una pena que se les sigue alargando; sin embargo, el teniente que rige el puesto tiene una fijación malsana con Clare, chantajeándola para poder poseerla.
Prefiero no seguir contando más, pese a que la escena clave sucede en los primeros veinte minutos, o quizá por eso, pero sí indicaré que es una escena particularmente dura e inesperada, pero que marca decisivamente el resto del film. Kent se revela como una magnífica contadora de emociones, pero se descose en cuanto debe narrar convencionalmente, y en esa descompensación la película sufre y se convierte en un fuelle, desinflándose por momentos para volver a coger aire y enjundia. Es una crónica de aquel tiempo, a principios del XIX, y una historia de venganza y justicia, en absoluto complaciente; no esperen ningún tipo de endulzamiento, y sí mucha sangre, barro y cosas aún peores.
Podría haber sido mejor, al menos un poco más corta, pero Kent sale indemne del segundo largo, y no es poco.
Saludos.
martes, 28 de abril de 2015
Y dentro de nosotros, las sombras
Les voy a recomendar una película vivamente. Les voy a recomendar THE BABADOOK.
THE BABADOOK es el primer film de la australiana Jennifer Kent, y no creo que pueda rodar nada mejor; la reto a que lo haga, porque THE BABADOOK, señores, es muy muy buena, y los que siguen este blog saben que no suelo referirme a ningún film en este término. Pero debo insistir, porque he visto muy pocas películas de terror (y sin terror) que exploten con tanta inteligencia, pasión y veracidad lo que están intentando contar, y sea lo que sea lo que estén contando. En rápidos trazos, estaríamos ante la enésima historia de fantasmas "insidiosos", que no dejan en paz a los pobres moradores de una casa (siempre amplia y siempre con sótano), que hacen ruidos extraños, que pasan velozmente como una sombra y que son peores que el PP en materia de desahucios... Pero siempre me hago una pregunta, y es ¿pero qué diablos pasa con los acosados por dicho ente maligno? ¿cuál es de verdad su vida? ¿es que no cabría la posibilidad de que, al derribar la cuarta pared, lo que se nos está escamoteando es eso y por tener que mostrar al fantasma forzosamente? Lo que ha ensayado Kent es complicado de explicar, porque por encima del monstruo, lo que da miedo de verdad es el progresivo deterioro al que se ve sometida una mujer (excepcional Essie Davis), que perdió a su marido cuando la llevaba al hospital a punto de dar a luz, y que se ve incapaz de educar a su hiperactivo hijo (un inquietante y muy veraz Noah Wiseman). Es decir, lo que yo veo es más la tortura psicológica, que quizá podemos identificar con una especie de posesión demoníaca, aunque el inteligente guion consigue hacernos dudar sobre qué tipo de amenaza supone el siniestro personaje, aparecido de la nada, de un libro aparecido de la nada. No es precisamente su desenlace lo más brillante, sino la capacidad para hilvanar un relato complejo, sórdido y bastante desalentador, además de un maravilloso (ojalá siente cátedra) uso del sonido, sin efectos ensordecedores ni músicas a lo bestia; de hecho, los mejores momentos de este magnífico film son los que ocurren en completo silencio, creando una atmósfera de extrañeza que no desaparece en ningún momento y que incluso sirve para que asistamos a un insólito punto de vista (yo no lo recuerdo antes), que es, ni más ni menos, el del propio monstruo...
Si sólo pueden ver una película esta semana, tiene que ser ésta...
Saludos.
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... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
¡Cuidao con mis primos!