jueves, 19 de junio de 2025
A la deriva
viernes, 29 de marzo de 2024
Cuestión de prioridades
lunes, 1 de noviembre de 2021
Sombreros en la nieve
lunes, 12 de octubre de 2020
Al principio de la escapada
La última película de Diao Yinan, uno de los realizadores chinos más interesantes de la actualidad, se titula NAN FANG CHE ZHAN DE JU HUI (EL LAGO DEL GANSO SALVAJE), un demoledor descenso a las veleidades y martirologios de los bajos fondos de una ciudad que, como sus habitantes, no parece tener descanso, y siempre hay tiempo para un trapicheo más. Maestro del ritmo, Yinan embarca a sus personajes en una espiral de crimen y corrupción, partiendo del asesinato de un policía en una antológica escena, en la que literalmente se imparte una clase sobre cómo llevar a cabo toda una red organizada de robos (el encadenado con la policía organizando sus redadas es hiriente e hilarante al mismo tiempo). Ahí descubrimos al personaje central, Zhou Zenong, un tipo mortífero y huraño, pero al que iremos descubriendo una cualidad que no parece abundar: la honestidad. Perseguido por la policía y por las bandas mafiosas, Zhou sólo busca una importante suma de dinero para su mujer, que padece epilepsia, despreciando incluso su propia seguridad. Sin embargo, en lugar de su mujer, quien aparece a su encuentro es una prostituta, que podría ser también policía. El valor del guion reside, además de poner en valor la figura del hombre solo contra todos, en la precisa radiografía de esa China hundida que tan pocas veces vemos, y que tanto le da quien defiende la ley o la quebranta. Además, aunque no sea una sorpresa, el trabajo de fotografía es impresionante, contribuyendo a unas coreografías tan violentas como memorables. Aunque lo que cuenta es sumamente sencillo, su riqueza formal la puede hacer más confusa de lo que es, pero no hay duda de que estamos ante una grandísima película.
Saludos.
domingo, 9 de agosto de 2020
Rincón del freak #416: ... y vendrán tiempos peores...
Hace poco me enfrenté (es el término adecuado) a un artefacto tan extraño, que aún me cuesta decidir en qué términos ponerme a definirlo. Lo primero que me vino a la mente fue la Hammer, pero la mítica productora británica no merece que yo la emparente con lo que es apenas un frankenstiniano bodrio, rodado, recortado y montado sin orden y concierto. La cosa en cuestión ya se tuerce desde el título, pues al ser una coproducción entre (ojo) China, Rusia y Yanquilandia, cada cual ha escogido lo que más le convenía, incluso eso. Parece ser que se titula THE MYSTERY OF THE DRAGON SEAL, aunque también aparece como THE IRON MASK 2, seguido de JOURNEY TO CHINA... Pfff... Y de hecho tiene una predecesora, surgida en el país de Putin, que narraba las aventuras de un cartógrafo en Transilvania... Si no han entendido nada, yo tampoco, y menos tras ver a Schwarzenegger vestido como Barry Lyndon, o a Jackie Chan con melenas. Ambos son productores de esta basura, y se reservan unos papeles intrascendentes, que terminan por resultar ridículos. Todos los actores están doblados, todos los paisajes (¡todos!) están generados por una computadora anacrónica, el montaje corrió a cargo de un babuino con alzheimer, y la excusa argumental parece salida de un sketch de ese gran programa de humor que es "Sálvame". Todo el mundo se va a China porque se trafica con té...
Saludos.
lunes, 9 de marzo de 2020
Amor, odio y todo lo demás
Con el virus dichoso a cuestas, no es por esta cuestión, pero queda concluido hoy el repaso que desde hace ya varias semanas estábamos dando al cine chino más reciente. Y lo hacemos con uno de los más personales cineastas del país asiático, Jia Zhang Ke. Un director que merecería un apartado para él solo, pero cuya última película nos devuelve a un narrador tan vigoroso como impredecible, en constante movimiento entre los márgenes de los géneros. JIANG HU ER NV (LA CENIZA ES EL BLANCO MÁS PURO), comienza como un episodio de A TOUCH OF SIN, narrando la complicada historia de amor entre una mujer y un mafioso; sin embargo, Jia transita hacia una poética seca y distante, la impuesta por el ingreso en prisión de ella durante cinco años, y la completa transformación de todo su mundo a su salida. Incluso ahí no cesa Jia de mutar el relato, invirtiendo una vuelta a los grandes angulares de NATURALEZA MUERTA, hasta meterse literalmente en los pensamientos y sentimientos de su protagonista, una superlativa Zhao Tao.
Una película nunca fácil de abordar, incluso áspera de explicar, pero que confirma el descomunal talento de Jia Zhang Ke, tan inquieto como en sus numerosos cortos, y tan contestatario como en sus documentales.
No es una gran obra maestra, pero casi.
Saludos.
lunes, 2 de marzo de 2020
Esbirros de esclavos
Partiendo del mito bíblico de la gran bestia creada por dios, y que se volvió en su contra en lugar de proteger a los seres humanos, el documentalista Zhao Liang nos introduce, sin medias tintas, en el corazón de otro inmenso monstruo: las minas de hierro de la Mongolia interior. BEHEMOTH se detiene en el infernal proceso de extracción y reconversión, y lo yuxtapone a los cuerpos derrotados, enfermos, de los mineros, en un terrible viaje sensorial que nunca excluye las consecuencias físicas. Rodeados de vapores venenosos, los mineros no pueden escapar a una miseria tan arraigada, que sólo puede acabar con la muerte. Sólo cabe reprocharle que lo mostrado es tan rotundo, tan incontestable, que no hubiese necesitado de ningún agregado veladamente poético, como el que subrayan las palabras del propio Zhao Liang, mientras segmenta la pantalla formalmente, como en un sueño, cuando es la realidad la única pesadilla. Esclarecedores son , también, los últimos minutos del film, a modo de devastadora coda, en la que vemos el resultado de la descomunal producción minera. Por un lado, los trabajadores enfermos, prácticamente moribundos, que son ignorados por su propio país. Por el otro, el verdadero interés de ese país: construir cientos de miles de viviendas que quedan sin habitar para siempre. Entre esos inabarcables edificios, un hombre recoge papeles de avenidas vacías, porque como se nos recuerda, el paraíso, sobre todo, debe estar limpio...
Saludos.
lunes, 17 de febrero de 2020
La dignidad quemada
KARAMAY es el nombe de una populosa ciudad china, pero también danombre al siniestro y trágico incendio que en 1994 segó la vida de más de 300 niños, mientras participaban en uno de tantos eventos dedicados a ensalzar la "maravillosa" dictadura comunista. KARAMAY es el título del monumental documento (casi seis horas), exhaustivo documento, que no sólo glosaba la tragedia y sus terribles consecuencias, sino que ponía en solfa la repugnante actuación de las autoridades presentes en ese acto. Cuesta hasta decirlo, porque a servidor el tema de la infancia siempre le ha podido sobre cualquier otro, y además porque esto no es una ficción. Cuesta decir, por ejemplo, cómo dichas autoridades huyeron al momento, pasando incluso por encima de los pequeños que intentaban salir, sin conseguirlo. Por no hablar de la pésima pseudo-investigación que el gobierno usó, a modo de pantomima, con tal de ocultar lo anteriormente descrito. Y para finalizar, el nulo caso que este gobierno dedicó a tantas y tantas familias destrozadas, que un día no pudieron más y salieron a protestar (sí, a protestar en China), y se prestaron valientemente a participar en este durísimo y emotivo documental, sobre todo para desenmascarar a los cobardes, que es lo menos, aunque no les vaya a pasar nada...
Saludos.
lunes, 10 de febrero de 2020
El ojo te ve
Otro nombre a tener muy en cuenta de la última hornada de directores chinos es el de Xu Bing, autor de una película absolutamente fascinante, tanto en su forma (sobre todo en su forma) como en el trasfondo de lo que cuenta. QING TING ZHI YAN (LOS OJOS DE LA LIBÉLULA) está estructurada como un monstruoso mosaico a partir de innumerables imágenes captadas por cámaras de vigilancia, satélites o simples personas que "pasaban por allí". Ya es estimulante descubrir cómo diablos se hace para disponer de todas estas imágenes y lograr un todo medianamente cohesionado, pero aún más cuando vemos que la intención va más allá, al elaborar incluso una ficción que maride con dichas imágenes. Ahí quizá pierda algo de interés, y creo que el discurso podría haber sido más rotundo lindando con el documental, pero el director nos hace entrar en una vida que en realidad está siendo expuesta desde demasiada distancia para tomar relevancia. Como sea, es un film que se arriesga al indagar en nuevos modelos expositivos, y por ello es otro nombre a tener en cuenta sin ninguna duda.
Saludos.
lunes, 3 de febrero de 2020
Los explotados
Tres años después, Xin Yukun filmó un intenso cruce entre western, thriller y denuncia social (si es que estos géneros no estuvieron siempre unidos) que le une a gran parte del último cine coreano, o a luminarias de su país como Diao Yinan. BAO LIE WU SHENG (EL SILENCIO DE LA IRA) parte dela precaria situación de una región minera, de la que aflora la injusta permuta de los beneficios, al estar todo controlado por unos implacables caciques, que se enriquecen a marchas forzadas. Sin embargo, un suceso aparentemente nimio hace tambalearse este sistema plegado sobre sí mismo. El hijo de un granjero desaparece, después de que sea el único de su pueblo que se niega a firmar una concesión de terrenos; tras una cruenta pelea con un matón, pierde la capacidad de hablar, pero logra dejar ciego de un ojo a su agresor. Obligado a huir, tanto como la obligación de buscar a su hijo, va destapando todas las capas de corrupción, que le llevan hasta el temible gángster, que además de retener al niño también ha secuestrado a la hija del abogado que ha declarado contra él. Con este monumental embrollo, Xin Yukun filma con nervio y brío, pero con menos reflexión de la que merecería un trasfondo tan oscuro. Es un estupendo film cuando hay peleas imposibles y acompañamos al desolado protagonista, pero luego se le notan los agujeros de guion, tapados en su mayoría por un mar de miradas chungas y actos irresponsables. Todo ello con abundante carne de cordero, que ya les aviso que si no les gusta, como es mi caso, lo pueden pasar francamente mal...
Saludos.
lunes, 27 de enero de 2020
Buscando al muerto
Con XIN MI GONG (EL ATAÚD EN LA MONTAÑA), de 2014, iniciaba su andadura como realizador Xin Yukun, oriundo de Mongolia y estudiante en la Academia de Cine de Beijing. Con las formas de un thriller convencional, el guion se va enroscando diabólicamente hasta conformar un laberinto tan intrincado que hace dudar a la percepción misma del espectador. Lo que se pone en cuestión es la casualidad, o "causalidad", de unos asesinatos que se producen casi al mismo tiempo, pero en lugares diferentes. La posible interrelación entre dichos crímenes hace sospechar al oficial que los investiga que puede haber intereses ocultos, pero la opacidad de las familias, unida a la inconveniencia de mostrar signos de dolor en público, dificulta la tarea, hasta el punto de que los sospechosos van cambiando a medida que se refuerzan o se destruyen sus coartadas. Una excelente ópera prima, que se presentó en Venecia y ganó en Varsovia, con el defecto de no encontrar una concreción que la haga más accesible, pero con una inteligente y sutil dialéctica, mezcla de suspense narrativo y denuncia social.
Saludos.
lunes, 20 de enero de 2020
Paso a paso
De entrada, una película sobre la terca peregrinación a la ciudad sagrada de Lhasa, por parte de una mujer que prefiere dejarse la poca salud que le queda en ese tortuoso camino, antes que en un hospital, no puede salir bien. Sin embargo, el director de origen tibetano Sonthar Gyal (del que se pudo ver en el último San Sebastián LHAMO AND SKALBE), explora todas y cada una de las posibilidades de un relato que va creciendo en significado a medida que se nos hace partícipes de este "viaje a ninguna parte", que termina siendo el único viaje posible. ALA CHANGSO arranca así, enemistándonos con una mujer demasiado convencida de su religiosidad como para perder el tiempo en médicos, por lo que embarca a su familia en un descabellado viaje a pie, ejerciendo un durísimo ritual que no le permite avanzar más que unos cientos de metros al día. Pero, racionando inteligentemente la información, nos damos cuenta de la complejidad encerrada en cada alma humana; en este caso, porque ella está casada en segundas nupcias tras la muerte de su anterior marido y padre de su único hijo, que no acepta la nueva figura paterna. Abruptamente, la mujer fallece, y el relato cobra otra dimensión, aún más rotunda y esclarecedora, virando el protagonismo a ese hombre, que decide continuar el camino interrumpido, y quién sabe si hacer florecer una vida totalmente nueva. En el delicado borde que separa la emoción de la sensiblería más gazmoña, ALA CHANGSO, antes que una tópica lección de vida, es un humilde acercamiento a las motivaciones de unas creencias que no siempre logramos entender.
Hermosísima.
Saludos.
lunes, 13 de enero de 2020
Aquí y allá
Me parecía necesario incluir en este apartado de cine chino reciente una película como THE FAREWELL, que no es esencialmente una producción del país asiático, sino una coproducción, pero que retrata acertadamente muchos de los males más desconocidos de una sociedad que suele aferrarse con hermetismo a un sistema de valores incomprensible para Occidente. En este caso, la historia arranca en Estados Unidos, con una familia de origen chino que reibe la noticia de que la abuela sufre un cáncer terminal, por lo que deciden viajar, aunque con la intención de ocultarle dicha enfermedad, y encubrir su viaje a costa de la boda forzada del nieto mayor como coartada de dicha reunión, pero la nieta, de marcado carácter occidental, se enfrenta a toda su familia, pensando que es una crueldad mantener las apariencias con tamaña falsedad. Lulu Wang firma su película más personal hasta la fecha, guardándose las cargas de profundidad con un inteligente tono que abarca la coralidad bien entendida, un fino humor y lo complicado que resulta ponerte en el lugar del otro cuando sus ideas chocan frontalmente con las tuyas. Una buena película, de modestia franca y con un puñado de interpretaciones absolutamente fabulosas. No es ninguna obra maestra, pero se ve con el grado justo de emotividad, aludiendo a, por ejemplo, aquel buen primer cine que hacía Ang Lee.
Saludos.
lunes, 6 de enero de 2020
Saturno devora a sus hijos
Aunque es "El coloso", esa imponente pintura que se creyó durante mucho tiempo obra de Goya, el que preside la portada de XIONG NIAN ZHI PAN (NOSOTROS LOS TRABAJADORES), debería haber sido otra del maestro aragonés, por cómo logra meterse el documentalista Wenhai Huang en las entrañas del demoníaco sistema económico chino. Durante nada menos que seis años, recopiló un material valiosísimo pero imposible de estrenar en su país, y que estalla en casi tres horas de intenso documento, a la vez denuncia de unas condiciones deplorables e inhumanas. El film se abre con un monstruoso carguero que está siendo construido en un astillero, y durante quince minutos se recrea en mostrar el durísimo trabajo de los obreros, los imperceptibles cambios en hermosos planos generales. Abruptamente, el título inunda la pantalla y el film comienza en su verdadera dimensión, que es bajar a la tierra e introducirse en los hogares cochambrosos, en las asambleas semiclandestinas y hurgar en un estado de la miseria tan aceptado como ocultado por un gobierno que no admite ninguna subversión.
Necesaria y clarividente.
Saludos.
lunes, 30 de diciembre de 2019
Una rabia que resuena a lo lejos
JIA NIAN HUA (LOS ÁNGELES VISTEN DE BLANCO) demuestra la sensibilidad y talento de Vivian Qu, rara avis del cine chino actual, una directora que antes fue productora (de Diao Yinan, nada menos), y antes se marchó una larga temporada a Estados Unidos, donde se formó en cine y publicidad. Y cuesta decir que estemos ante una cinta proveniente del país asiático, dada la sorprendente versatilidad con la que la directora moldea esta terrible terrible historia, sin caer en obviedades ni sensiblerías. Ésta es una historia muy dura, y por eso parece necesario incitar más que narrar, y veo muchísimo del cine, por ejemplo, de Clint Eastwood, su crudeza atemperada, su rechinante sentido del humor y, más que nada, la cualidad de pasar de un estado de ánimo a otro sin que el montante se resienta. Es la historia de un hombre influyente, con poder, pero apenas le veremos unos segundos. Un hombre que se lleva a dos niñas a un motel en una zona costera. Pero en un acto de justicia, este hombre es irrelevante, y Qu se centra en la complicada figura de Mia, la joven que atendía el motel esa noche. Y parecería que Mia sólo pueda existir por y para el esclarecimiento de un asunto tan terrible, pero ella tiene sus propios problemas; y aquí el film se acerca, por ejemplo, a Farhadi, su versatilidad para mostrar lo cotidiano en lo extraordinario, lo que se traduce en un descorazonador retrato (uno más) de esta China implacable con sus víctimas. Lo es hasta el liberador y apabullante plano final, más que bello, necesario.
Necesaria película.
Saludos.
lunes, 16 de diciembre de 2019
Terremotos del alma
No es ninguna tontería afirmar que Pema Tseden se encuentra entre los nombres más relevantes del cino chino reciente. Su cine es de una depuración extrema, pero lo es aún más la simplicidad y compromiso con cada historia que quiere contar, aunque todos sus films giran en torno a un tema común: la progresiva decadencia de la sociedad tibetana. En este sentido, THARLO es una obra maestra indiscutible, y un exponente deslumbrante de inducción sin subterfugios narrativos. Este demoledor film se abre con el largo recitado de un casposo panfleto maoísta a cargo de Tharlo, un humilde pastor de ovejas. Se lo recita al jefe de policía a petición suya, ya que admira la prodigiosa memoria del pastor, justo antes de proceder a hacerle su primer carnet de identidad, lo que ya es una declaración de intenciones. Sin embargo, Tharlo no tiene foto, por lo que debe acudir a un fotógrafo. Pero el fotógrafo, ante el aspecto desaliñado del pastor, le pide que vaya a una peluquería a lavarse su largo pelo. Y en la peluquería, la joven que le atiende lo invita esa noche a ir a un karaoke. Sin saberlo, Tharlo está ante lo que es, sin paños calientes, su paso a la autodestrucción. Pema Tseden filma con calma y rigurosidad esta pequeña pero importantísima odisea, devenida caída en desgracia, con la extraordinaria interpretación de Shide Nyima, que borda su papel, cuando en realidad es un famoso presentador en la televisión tibetana. Una especie de alegoría sin género, con la que puedes reír, llorar o temblar de pavor; con la que puedes rastrear a Murnau y a Rossellini, a Dostoievski y a Kafka. Una película tan diferente a la norma, que cuesta creer que ese trozo de un lugar tan remoto como el Tibet sea tan cercano a todo lo que conocemos.
Obra maestra absoluta.
Saludos.
lunes, 9 de diciembre de 2019
La vida en un cuarto 2
Cuatro años después, Liu Jiayin filmaba la que continúa siendo su última película. NIUPI ER radicalizaba aún más la visión de la joven directora, distribuyendo en nueve únicos planos fijos sus más de dos horas de duración. Centrándose en la preparación de unos dumplings, el film sigue todo el proceso, desde el relleno hasta la masa, mientras los tres integrantes de la familia discuten sobre todo lo que nos es negado visualmente. El trabajo, la economía, el disgusto por una hija a la que creen (y así tratan) como una inútil, ya que es incapaz de ningún trabajo manual. Todo lo que, en fin, solemos tener delante de nuestras narices, pero tan pocas veces nos es mostrado en una pantalla más ocupada de nimiedades y absurdos a los que hace pasar por importantísimos. Diez años han pasado desde entonces, y no parece que volvamos a tener un nuevo trabajo de Liu Jiayin, que en diversas entrevistas en el Festival de Cannes, donde obtuvo un premio en la "Quincena de realizadores", declaró que dejaría el cine y se dedicaría a impartir clases de literatura. Una lástima.
Saludos.
lunes, 2 de diciembre de 2019
La vida en un cuarto
¿Qué puedes filmar si eres una estudiante de cine de apenas 23 años en China? Probablemente, lo que más cerca tengas. Eso debió pensar Liu Jiayin cuando rodó NIU PI (CUERO DE BUEY), radicalísimo film, hecho con una cámara de baja calidad, con la propia cineasta y sus padres como únicos protagonistas, y con una única localización: el pequeño y opresivo apartamento donde malviven los tres. Lo que Liu Jiayin consigue es lo que a tantos y tantos cineastas profesionales se les escapa, una inmersión hasta la asfixia emocional en la realidad, sin dejar claro si es un documental ni "contar" nada frontalmente. Hay algo de lo que el padre se avergüenza de su hija, aparentemente su altura, pero intuimos algo menos ordinario. El padre, que no cesa de discutir, con la madre, con la hija, con el mundo allá fuera, que se nos obliga a imaginar. Discusiones por todo, por el dinero, sin tregua en las comidas, filmadas íntegramente a lo largo de 23 planos estáticos, muy conscientes de sí mismos. Más que una película, una experiencia; e insisto: la maravillosa sensación de asomarnos al vértigo de lo real.
Liu Jiayin volvió a rodar, 4 años después, la segunda parte, pero se lo contaremos la semana que viene, por supuesto.
Saludos.
lunes, 25 de noviembre de 2019
Jurando en arameo
La susodicha PIERCING I, de 2010, ya adelantaba al cineasta que llevaba dentro Liu Jian. De formas rabiosas, personajes de una pieza y discurso catártico, esta sorprendente ópera prima hablaba de esos perdedores que de repente cobran conciencia de su miseria y se revuelven contra el sistema. "Muy punk", que diría otro, pero no es menos cierto que lo más interesante del cine de Liu Jian se encuentra en la modulación, servirse de las formas del thriller para indagar en las llagas de un sistema herido. Los dos presuntos protagonistas son dos vagos, aburridos de no hacer nada, enfrascados en largos parlamentos que no hacen más que reafirmar su inmovilismo. Así, un suceso inocuo da paso a un inopinado acto de venganza, y esto al descubrimiento de toda una red mafiosa, instalada en el corazón de los mismos servicios públicos. Liu Jian se atreve a destapar las cloacas de una ciudad cualquiera en China, y lo hace con hardcore de fondo, precisamente el movimiento que siempre ha sido tocahuevos por mirar en la dirección que nadie lo hace. Valiente, interesante y aperturista propuesta, cómo no.
Atentos.
Saludos.
lunes, 18 de noviembre de 2019
Eclosiones de la ruptura
Parece una broma mal elaborada, o un giro inadecuado. Pero al pensar en el término "animación china", simple y llanamente, no nos sale nada. Probablemente no lo hayamos pensado lo suficiente, pero puede que esa gigantesca vara de medir, a la que aludíamos semanas atrás, contenga más pistas de las que creíamos. Y el ejemplo más claro es lo que de "representación" tiene el cine de animación; como una representación de la representación, que ayuda a llegar donde la imagen "real" no puede ¿Es posible que a China le haya asustado la posibilidad directa de contar historias desde lo imaginado? A usted, espectador occidental, le parecerá una fruslería, pero no hablamos de un país occidental, ni de un país cualquiera, sino de una inabarcable maquinaria de pensamiento único, que aún en plena era de la tecnología se resiste a desmoronarse como tal. La película en cuestión tiene sólo dos años y fue la gran sensación del festival de Berlín, aunque más por lo insólito de su propuesta que por su calidad intrínseca, que sería motivo para otro debate. HAO JI LE (QUE TENGAS UN BUEN DÍA) continúa el camino inciado (¡siete años atrás!) con PIERCING I, aglutinando las obsesiones de Liu Jian (sexo, crimen, venganza, redención, consumismo...) en una narración muy al estilo tarantiniano, subvirtiendo las líneas temporales y optando por el giro inesperado y el mosaico argumental en una historia de gangsters, perdedores, cirugía plástica y karaokes con fideos. Otra cosa es el apartado técnico, mejorable en la cinemática y uso del color, que no se intuyen deliberados sino impuestos, pero que en conjunto abren la posibilidad a que la animación empiece a florecer en un país que ha quedado incomprensiblemente al margen de este tipo de cine. Estaremos atentos.
Saludos.
¡Cuidao con mis primos!