domingo, 31 de mayo de 2009

¡Txakurra!

Txakurra es la manera más o menos despectiva que se usa en Euskadi para referirse a los cuerpos de seguridad del estado español.
Voy a hablar de la mejor película española del año.
Txakurra es la única palabra dentro de contexto que se escucha, y ya muy al final, en este preciso y escalofriante retrato de un terrorista.
A TIRO EN LA CABEZA la han masacrado, antes, a Jaime Rosales le dieron el Goya por LA SOLEDAD. Da igual, este país es así.
¿Que usted se aburre viendo una hora y pico filmada con teleobjetivo y sin diálogos audibles?... Pero es que la cuestión, la cuestión del cine, no puede reducirse a "divertido" y "aburrido"; la cuestión es: ¿Qué tiene usted ahí arriba? ¿Palomitas?
Durante mucho tiempo, muchos cineastas han coqueteado con lo que Jean Rouch diferenció del documento filmado, el cinéma vérité o los incólumes mandamientos de Dziga Vertov a principios de siglo. Se puede hacer, se hace, pero no se entiende; el público sigue con su "idea" del cine-espectáculo como un mantra en una mente hipnotizada. Esto me irrita muchísimo, así que dejémoslo estar. Rosales no sólo realiza un film único, una isla, sino que lo dota de un claro mensaje, un mensaje que no debe silenciarse y que hace, por ejemplo, que sea necesario saber qué va a ocurrir; no existe aquí (ni debe existir) el elemento sorpresa, sólo el monótono pasar de los días en la vida de un tipo que, llegado el momento, no duda en volarle la cabeza a dos hombres. Esto es así, no hay más; se puede adornar (DÍAS CONTADOS), politizar (TODOS ESTAMOS INVITADOS), maquillar (LA MUERTE DE MIKEL) o hasta desviar hacia el melodrama (LA VOZ DE SU AMO), pero me parece más difícil, más loable, más valiente, esta visión radicalísima que no elude, sin embargo, un momento de tensión ya en sus últimos y terribles minutos. Un momento filmado que lo dice todo sin usar una sola palabra, una composición de miradas cruzadas que transforma en un segundo toda la banalidad anterior en un terror visceral.
Ya me he referido varias veces desde aquí a una interesante "generación" de autores-directores de corte quijotesco (no puede ser de otra manera) en este país, que vienen dando pequeños toques de aviso. Debo decirlo una vez más: si se siguen obviando estas propuestas, enterraremos a una forma de entender el cine, y no podemos estar esperando toda la vida a un Buñuel o un Berlanga, no se puede ser tan necio. Usted, mientras tanto, siga yendo al cine para "entretenerse".
Saludos telesubjetivos.

Bullet in your head

Hace quince años fueron una revolución, ahora viven de las jugosas rentas de entonces...


sábado, 30 de mayo de 2009

Bailando con el diablo

No es la filmografía israelí un ejemplo ni de significación ni de compromiso, más bien un extraño compendio de producciones de lo más dispar, desde panfletos subvencionados pro-militaristas hasta experimentos de seis horas pretendidamente "enciclopédicos" respecto al holocausto nazi. Y de vez en cuando, casi nunca, surge una voz insobornable, crítica y valiente. Si aparte el cinéfilo está de enhorabuena por encontrarse con una obra visualmente brillante y con un más que interesante desarrollo narrativo, es posible que todos coincidamos en un nombre: WALTZ WITH BASHIR.
Habiendo tomado un pelín de distancia, ahora veo claro que esta personalísima recreación de la matanza de Sabra y Chatila jamás de los jamases podría haberse alzado con el oscar al que optaba como mejor película de habla no inglesa ¿Imaginan a los yanquis premiando una feroz crítica a su apoyo al ejército israelí por parte de un israelí? Porque ése es el punto clave, se trata de una voz israelí la que se atreve a levantarse en mitad de un silencio que ya dura demasiado.
Todo esto está muy bien, pero además hay película, una excelente película que aprovecha las posibilidades del rotoscopio para mostrar un delirante paisaje onírico donde se mezclan los recuerdos, la fantasía, la locura, los monstruos de la guerra. Un paísaje que a veces recuerda al apocalipsis según Coppola pero que ruge con voz propia, una voz que pone los pelos de punta. Sólo hay que fijarse en algunas escenas que quedarán para siempre en la retina, como el escalofriante vals al que se refiere el título o la terrible imperturbabilidad de Ariel Sharon, sin interrumpir su pacífico desayuno cuando es informado de la matanza que acaba de producirse.
Una película tan refrescante como necesaria.
Saludos bajo el fuego.

Take this waltz

Una canción que se mantiene eterna a través de los años por la unión casi mística de dos poetas.


viernes, 29 de mayo de 2009

Manga por hombro

Hoy me voy a acercar a una curiosa película que sé que cuenta con un montón de adeptos, por lo que espero no crearme demasiadas antipatías al acabar la reseña.
El director coreano Park Chan-Wook ha fascinado a medio mundo con una ultraviolenta trilogía dedicada a la venganza más visceral; comenzada en 2002 con SYMPATHY FOR MR. VENGEANCE, rematada en 2005 con SYMPATHY FOR LADY VENGEANCE y con su punto álgido justo en medio, precisamente ésta.
OLDBOY cuenta (es un decir) la inexplicable historia de un tipo al que mantienen encerrado una pila de años, un día es liberado sin más y a partir de ahí buscará venganza. Tranquilos, no voy a reventar nada, ni siquiera la propia película, sólo voy a dar mi parecer... estos mitómanos...
Lo primero es confirmar mi hartazgo sobre gran parte de la publicidad que se le da a algunos films como "el no va más", porque lo llevo oyendo toda la vida y no es más que eso, publicidad y bombo. OLDBOY se presenta en base a tres o cuatro escenas que revolverán el estómago del espectador más audaz... Vale, de acuerdo, hay una escena, ya mítica, con un pulpo y otra con un martillo... y no diré más. Yo soy de los que cada vez se impresiona menos, sobre todo si ya me han dicho que voy a impresionarme, así que prefiero quedarme con un aspecto que asoma entre las esquizoides imágenes de esta película. Y es que, al menos, en ciertos momentos, se intenta escapar de la tendencia de este último cine oriental por la amalgama de situaciones, un recurso sacado directamente del manga japonés y que sirve, más que nada, para aturdir y embelesar cuando la trama es frágil y mundana ¿Qué quieren que les diga? Pues que una vez más eché de menos una pizca de sensatez y hasta humanidad diría. El final, que pasa por ser multiaclamado, viene a ser lo mismo que Tarantino ideó para KILL BILL pero explicado... ¡No lo expliques, hombre! Pero si da igual. Es lo que no entiendo de este tipo de cine, todo el tiempo operando por la puta cara y al final lo quieren justificar... Pues mejor hubiesen buscado en Fuller o en Eastwood, que son los maestros, porque la justificación al embrollo es banal, infantil y no se la cree ni el que la ideó... En fin, y eso que no iba a hablar mal ¿eh?
Saludos viejunos.

Fat old sun

Este calmado tema fue la aportación de Gilmour a aquel reivindicable álbum que fue Atom Heart Mother; es de justicia que lo recupere en sus actuales conciertos en solitario.


jueves, 28 de mayo de 2009

El dilema

El dilema es al que me referí hace algunos días en el otro blog (y me autoenlazo por primera vez) y al que se enfrentan algunos directores con pocas ideas que sin embargo son constantemente adulados por buena parte de una crítica con menos ideas aún. Lo dije de 9 SONGS y lo digo ahora de SHORTBUS: Que a estas alturas no debería escapársele a nadie que las escenas de sexo (explícito o no) que se representan en el cine no son más que eso, representaciones. Es decir: Me parece muy bien que un tipo traslade una escena que se encuentra en cualquier producción porno y la encaje en su modernísima obra de arte y ensayo, pero tiene que haber algo más, maldita sea; uno no puede más con setecientas variaciones de criterio sobre hora y media de vacío, porque donde no hay no puede buscarse. Y creo que John Cameron Mitchell, que no lo hizo nada mal con la del travesti que llegó del frío, quiere expresar la psicosis sexual que atenaza a yanquilandia desde hace tiempo y por extensión a gran parte del "primer mundo". Ahora bien, atentos a mi descripción, a ver si me salgo de madre en algo.
Un tipo desnudo, encima de una cama, se coloca en acrobática posición de manera que el pene erecto le cuelga sobre la boca. Se masturba y se traga su propio semen. Una pareja practica un montón de posturas, pero ella nunca logra el deseado orgasmo. El montaje, calcado a la famosa escena de DELICATESSEN, desemboca en lo que acabo de decir. A partir de ahí, no entiendo nada. Hay un club (el shortbus del título) donde se montan unas orgías estupendas y hay un M.C. de lo más estrafalario que abre la mente de los presentes con extraños discursos acerca del amor libre y esas cosas... Y ya está. Bueno, hay animaciones a lo Evax, visitas al psiquiatra, fachadas del New York que le gusta a Woody Allen, música alternativa (Yo La Tengo) y muy muy buen rollo, como un capítulo de Mujeres Desesperadas enseñando cacho, donde todos los problemas tienen solución si tienes estilo y nunca vas demasiado bien peinado, no vaya a ser que sospechen que eres de esos que dan sermones sobre televisores de caoba o fotomontajes de bodas en ranchos y...
... saludos.

Magic bus

Soberbios...


The Who - Magic Bus

miércoles, 27 de mayo de 2009

Los vigilantes de la pantalla

Antes que otra cosa, perdón por el título, se me ha ocurrido mientras buscaba fotos y esas cosas.
Sí, el otro día vi WATCHMEN y salí vivo, no fue para tanto, ni frío ni calor, ni para lo bueno ni para lo malo. Lo primero que pensé después de verla fue que Zack Snyder debería (lo digo por su bien, sin acritud) rebajar sensiblemente su pretenciosidad y dedicarse al entertainment de calidad, que ahí sí que se le ve hábil. Los discursos filosóficos, al no tener ni puta idea de cómo se dirige a los actores en una mera conversación a dos, le vienen holgados, no hay quien se los crea. La película es demasiado larga, pero se tiene la sensación de que todo va deprisa, prisa por llegar al final; entre medias, algunos efectos para dar lustre y guiños (no hacía falta) dedicados a los amantes del cómic original. Es decir, que a lo mejor la cosa hubiera ido mejor en un formato serie; así era el cómic y así se lograba crear su misteriosa atmósfera; comprimirlo todo en dos horas y media lo hace pesado y ligero a la vez, no sé si me explico: el tedio domina casi todo el metraje, pero la sensación es de que Snyder tiene que decir muchas cosas, lo que acaba derivando en que no cuenta casi nada. De hecho, cambiarle el final por la cara... no sé, de verdad... es que no tiene sentido.
Lo más destacable, lo único por lo que se puede ver esta cosa, es por la impecable caracterización de los personajes; realmente parecen sacados directamente de las viñetas. Mi favorito (ya lo era) es El Comediante, de una complejidad moral apabullante y la clave para entender una trama que se ramifica hasta el infinito (hablo del cómic, claro). Evidentemente, El Comediante tiene un peso cero en la película, ni siquiera se aprovechan los excelsos monólogos de Rorschach, ligeramente sugeridos muy al principio.
En fin, creo que está clara mi postura: una película que no me explico cómo ha funcionado en taquilla si no es por el márketing, pues es capaz de decepcionar a toda clase de público, al que sólo quiere ver deslumbrantes efectos con una bolsa de palomitas en la mano tanto como al que le cambió la vida allá por finales de los ochenta un tipo melenudo y con cara de pocos amigos. Un genio llamado Alan Moore.
Saludos vigilados.

Watching me, watching you

Gran interpretación en directo de un tema menos conocido de estos juglares de hoy.


martes, 26 de mayo de 2009

¿Bueno? ¿Malo?... ¿Las dos cosas?

Hoy no tengo muchas ganas de extenderme, ni felicitando ni condenando, así que hablaré de un estreno reciente... Espero que capten la ironía...
A ver, GOOD, que empezando por el nombre ya nos ponemos a encoger los hombros y a fruncir los labios hasta formar lo que comúnmente se conoce como "boquita de piñón"...
Y es que la cosa pinta rara, porque el texto teatral del que está sacado es uno de los más aclamados de la historia, pero que alguien me explique qué aporta un director ¡brasileño! con sólo un flojito melodrama como bagaje ilustrando el profundo dilema moral de un tipo que ¿sin darse cuenta? pasa de abnegado profesor de universidad, padre y esposo que cuida de su anciana madre a todo un oficial de la SS, que se va a vivir con una alumna y que, para rematar, tiene como gran amigo de toda la vida a un psiquiatra judío... Me lo expliquen...
Bueno, intento dejar mis prejuicios y, sin muchas esperanzas, me pongo a verla. GOOD es la obra de un tipo que no tiene ni puta idea de dirigir; un impostor que se ha dedicado a refreír algunos momentos clave de este tipo de cine (SCHINDLER'S LIST, pero con muuuuucho azúcar) y que además hace aparecer y desaparecer personajes por arte de magia, desconociendo, supongo, que ése es un recurso cojonudo en teatro pero un suicidio en cine. Habría que ser, como poco, Robert Altman... que no es el caso. Aun así, hará pasar un rato entretenido a l@s seguidores/as de Viggo Mortensen, que no roza ni de lejos sus últimos y magistrales registros con el maestro Cronenberg (¿ven como el director influye?) pero que intenta llevar él solo todo el peso (que tampoco es mucho) de una trama francamente desaprovechada. Al final se ve que el tipo debió ser consciente de que la película no pasará a la historia y, curiosamente, cierra el film con un magnífico plano secuencia de tres o cuatro minutos muy "wellesiano" y que vale más que la hora y media anterior... ¿Qué se le va a hacer? Bueno, que ya me he extendido demasiado...
Buenos saludos.

Buena

Morphine fue una de las formaciones más sorprendentes durante buena parte de los 90; no tenían guitarras, usaban un bajo con dos cuerdas y su jazz-rock tenía joyas como ésta. Se nos fue el extraordinario talento de Mark Sandman, pero hay que seguir escuchando sus discos.


lunes, 25 de mayo de 2009

El otro

Bien, después de una intensa semana, volvamos a la normalidad... o no.
Hagamos algo que cuesta mucho trabajo: hablemos bien de una peli española.
Y es que hay una nueva, reducida y heterogénea camada de jóvenes cineastas que van recogiendo elogios poe todo el mundo (¿Es que todo se reduce a los oscar y los Goya?). Porque YO, el rotundo debut del mallorquín Rafa Cortés, una insobornable cinta de marcado psicologismo, fue galardonada con el FIPRESCI en Cannes'o7, que no es moco de pavo, digo yo. Antes fue premiada en Rotterdam y en Málaga ¿el resultado?: ínfima recaudación en taquilla y el ostracismo más absoluto. Mejor subvencionamos MENTIRAS Y GORDAS o, como me recuerda el amigo Álex en el otro blog, MORTADELO Y FILEMÓN... ¡Viva el cine español! ¡Viva González-Sinde! ¡Viva Eduardo Campoy! ¡Y viva la madre que los parió!... Bueno, que me voy por donde no debo.
Y es que YO es un ejemplo de coherencia, riesgo, radicalidad, intenciones y talento. Una historia rodada con cuatro duros, en exteriores, con actores amateur (si exceptuamos a Álex Brendemühl) y unas interesantísimas y múltiples referencias, que pasan por el costumbrismo provinciano y feroz de Chabrol, la quietud de Bresson, el suspense psicológico de Hitchcock y hasta una nueva vuelta de tuerca al Ripley de Patricia Highsmith... Casi nada, vamos. YO, aparentemente simple, guarda varias cargas de profundidad que, eso sí, exigen un público con brio observador, que no pretenda que se lo den todo hecho y que sepa leer entre líneas. En realidad, si nos atenemos al cascarón narrativo, Rafa Cortés no nos cuenta prácticamente nada especial, si acaso atisbamos que el protagonista, un alemán que llega a un pueblo de Mallorca para trabajar full-time en el chalé de otro alemán adinerado, maquina una supuesta trama por sí solo; así, una reconocible cotidianidad se transforma en una espeluznante historia repleta de fantasmas que nunca estuvieron y de miradas cruzadas, excluyentes. En definitiva, YO es la historia de un hombre que busca ser aceptado y que por el camino pierde, casi por completo, su propia identidad. Una estimulante propuesta que no nos podemos permitir el lujo de enterrar, le pese a quien le pese.
Mis saludos.

Me, myself and i

Los hippys del rap y toda una declaración de principios.


domingo, 24 de mayo de 2009

Contra el crono

A pesar de lo que muchos allegados (y no tanto) piensan, nunca he puesto en duda la capacidad de fabulación de Guillermo del Toro, más bien he puesto de manifiesto mi irritación por su acomodaticia carrera, y lo que es peor: el hacer pasar ese tipo de cine por verdaderos trabajos de autor ¿Que su comercialidad le da mil vueltas a los bodrios en serie de los yanquis?... Sí, claro; pero no por ello es más original. Sus propuestas son ilustraciones de la sempiterna lucha entre el bien y el mal con la victoria final del bien, con algunas salpicaduras gore de su primeriza etapa y un sentido del humor bonachón y reconocible. Lo mismo de siempre pero bien vendido, vamos.
Pero del Toro tiene una primera película hecha en México, con cuatro duros y un puñado de excelentes actores que luego serían más o menos habituales en su filmografía. En CRONOS, la falta de medios alimenta la extensa imaginación del mexicano; donde luego hay fuegos de artificio digital, aquí se exprimen con audacia de principiante las posibilidades del sonido fuera de campo y, por encima de todo, una tensión coherente e insoportable que remite al primer Cronenberg, del que del Toro se confiesa rendido admirador.
CRONOS cuenta una historia demencial, puro serie B: Un alquimista medieval inventa un artefacto mecánico que encierra un extraño insecto capaz de renovar infinitamente la vida de quien lo usa. El único problema es que el insecto de marras necesita ingentes cantidades de sangre. Y, sí, ya sé lo que están pensando, que lo del vampirismo aquí está un poco cogido por los pelos, pero no me lo parece a mí tanto; me resulta más creíble (y sobre todo más fascinante) una cierta idea del vampirismo en tanto que correspondencia vital, con el monstruo ávido de sangre que puede otorgar a cambio una no-muerte, o muerte en vida. Aparte, hay una resolución de lo más original (y que no desvelaré aquí), que plantea algunos dilemas morales bastante interesantes que a algún estudiante de filosofía le puede resultar cuando menos curioso.
Parece mentira, pero son casi veinte años los que han pasado desde que esta gran película fue presentada en Sitges; luego pasó lo que pasó y que vengo denunciando desde el comienzo del blog, que le dieron dinero a un friki... y eso suele ser contraproducente. Y ya sé que han faltado muchos títulos en este monográfico, pero quería obviar a los obvios y buscar lecturas ligeramente sugerentes sobre este excitante tema. No se preocupen que amenazo con volver, que dijo otro.
Saludos en la yugular.

Herbert & Williams

Y para rematar el monográfico, una curiosidad de la net y no por ello exenta de calidad. Se trata de un videomontaje en el que los más clasicones habrán descubierto a la inigualable Esther Williams y sus piruetas coordinadas por Busby Berkeley. Mientras, en la parte musical, uno de los últimos grandes descubrimientos: Matthew Herbert y su tremenda Big Band. A disfrutarlo...


sábado, 23 de mayo de 2009

Pesadilla sin fin

Corrían los aciagos años noventa cuando Abel Ferrara, que sólo había sido considerado como el émulo underground de Scorsese, decidió retratar concienzudamente sus propios demonios. Así que dejó de estilizar la figura del gangster neoyorquino y mostró la gran pandemia del hombre moderno: sus adicciones.
THE ADDICTION continúa el infierno desatado en BAD LIEUTENANT y que está presente en otros títulos menores, como BODY SNATCHERS o DANGEROUS GAME. La diferencia, en este caso, viene dada por una particularísima visión del vampirismo, la adicción a la sangre, poco menos que correspondida con otras adicciones más comunes y que todos tenemos en mente, máxime si hablamos de Ferrara.
No creo que la intención de Ferrara fuera una simplista historia de terror, su logro es transmitirnos el "mono" de una mujer (tremenda Lili Taylor, ¿qué ha sido de ella?) que ha sido mordida por una vampira sin motivo aparente. Es esta adecuación neblinosa, inexplicada, la que dota a un film en principio mil veces visto de una fuerza inusitada. El vampiro mostrado como un vulgar yonqui, la sangre comerciada como heroína o cocaína, las víctimas seducidas, atrapadas e indefensas.
A mucha gente le fascina la breve intervención de Christopher Walken como Grand Vampire, pero no me convence a mí demasiado, no por falta de calidad, sino por interrumpir bruscamente el fascinante deambular de esa vampiro-yonqui que no puede reprimir su nueva adicción, pese a saber que debe matar para ello. Y todo filmado en un blanco y negro crudo, casi expresionista; donde se sustituyen castillos y páramos por callejones y sombríos locales, el mundo inequívoco de Ferrara.
Es una hemorragia de satisfacción el saludarles una vez más.

Standing in the way of control

Estos tipos pegaron fuerte hace un par de años con su mezcla de soul-punk... Y es que todo vale...


viernes, 22 de mayo de 2009

Vendo enanitos verdes

Algunas veces, la falta de presupuesto, unida a la falta de prejuicios logra momentos únicos, irrepetibles. Vi VAMPIROS EN LA HABANA prácticamente cuando se estrenó, en un pase por TVE (la de entonces, hará 22 o 23 años) y recuerdo quedarme patidifuso con aquella animación epiléptica, llena de imperfecciones, tan lejos del canon Disney, tan punk ¿por qué no? Y aquella historia absolutamente inverosímil que le daba la vuelta por completo al mito vampírico, con un dicharachero sentido del humor típicamente caribeño que se mezclaba sin pudor con tramas gangsteriles y todo un mosaico panfletista sobre los momentos previos al derrocamiento de Machado.
La trama es un delirio. Resulta que las organizaciones mafiosas, digo vampiras, de ambos lados del Atlántico se disputan el invento de un científico, vampiro asimismo, radicado nada menos que en La Habana. Dicho científico ha estado suministrándole Vampisol (así se llama el brebaje) a su sobrino Joseph Amadeus von Dracula, Pepito para los amigos; un trompetista juerguista, mujeriego y amigo de revolucionarios, todo por la causa. El film, aparte de su trillada trama, merece la pena sobre todo por sus sorprendentes detalles, que la llenan de frescura e imaginación. Es posible que haya envejecido regular, pero sigue siendo objeto de culto entre una inmensa minoría de frikis (nótese el detalle de la curiosa coincidencia entre el nombre del brebaje y una discográfica especializada en música subterránea).
Notable también la magnífica banda sonora a cargo del gran Arturo Sandoval.
Juan Padrón, artífice de esta curiosa película y animador de contrastada carrera, repitió hace cinco o seis años con MÁS VAMPIROS EN LA HABANA, con bastante menos fortuna que ésta, instalada definitivamente en el subconsciente guerrillero de toda una generación.
Una transfusión de saludos.

Low

El mejor tema de los míticos Cracker. Todavía los estamos esperando por aquí.


jueves, 21 de mayo de 2009

Perdóneme, pero sus dientes están en mi cuello

Ésa es la divertida coletilla que acompañaba el título original de una película que aquí se llamó EL BAILE DE LOS VAMPIROS.
Y es que THE FEARLESS VAMPIRE KILLERS supuso la confirmación del talento y versatilidad de un joven Roman Polanski justo antes de su gran obra maestra, ROSEMARY'S BABY. Moviéndose con agilidad entre la comedia satírica, la desmitificación bárbara y el terror kitsch (si es que eso existe), Polanski presenta un dinámico e imaginativo collage de situaciones que a veces rozan incluso al slapstick más descarado. Algunos gags no tienen nada que envidiar a Keaton, Chaplin o los Marx; la maravillosa fotografía de parajes helados de Douglas Slocombe, de tono casi expresionista; unas interpretaciones magníficas, conscientes del tono paródico y sin caer en la vulgaridad o la falta de respeto en los clásicos que le sirven de inspiración, mayormente producciones de la Hammer.
Con todos esos ingredientes, Polanski narra una típica historia de vampiros que no tiene nada de típica; empezando por ese profesor chiflado, empeñado en demostrar sus teorías vampíricas, que viaja con su sobrino (Polanski) hasta una pequeña aldea y se instalan en una posada de la que cuelgan numerosas ristras de ajo... La hija del posadero es raptada por un peculiar vampiro y estos estrafalarios personajes van al castillo, donde todo se desmadra. Un jorobado gruñón guarda el sueño diurno del erudito conde Von Krolock y su hijo, un vampiro homosexual que se enamora del personaje de Polanski. Imperdible la gran escena del baile final con los dos "héroes" infiltrados entre un montón de vampiros y que serán descubiertos... Descúbranlo ustedes mismos.
Saludos desde el catafalco.

Dreaming of you

Nunca serán lo bastante cool para el NME, pero a mí me gustan...


miércoles, 20 de mayo de 2009

Ansiedad...

En la historia del cine hay casos curiosos, prácticamente anécdotas, y otros casos inclasificables, marcianos e inexplicables. Y si no ¿qué me dicen de la saga de los Scott? Porque una cosa es que don Ridley realizara tres obras maestras al principio de su carrera y luego pasara lo que lleva pasando desde entonces, y otra es que su hermanísimo, Tony, se apuntara al carro, incluso superando la marca.
Y es que lo de Tony Scott no tiene nombre. Autor (es un decir) de lindezas fascistoides como TOP GUN, BEVERLY HILLS COP 2, DAYS OF THUNDER o la maravillosa THE LAST BOY SCOUT... no sé, pero algo tuvo que pasar en la familia Scott entre 1982 y 1983, eso seguro; porque sólo un año después de aquel acontecimiento irrepetible que fue BLADE RUNNER, el hermanísimo decide debutar con una obra francamente notable. Y es que THE HUNGER la podría haber firmado perfectamente Cronenberg. Una excitante vuelta de tuerca al mito vampírico acerca de una coleccionista de arte (impresionante Catherine Deneuve) que posee el Ankh, un amuleto egipcio que le otorga vida eterna a cambio de sorber la sangre a cuanto incauto pille. Pero THE HUNGER ahonda interesantemente en otra clase de vampirismo, el emocional. Porque Deneuve también colecciona amantes, con los que comparte la eternidad hasta que se desenamore de ell@s (sí, bisexualidad a mansalva) y los convierta en decrépitos vegetales que no pueden morir pero tampoco vivir. Todo ello con un hiperestilizado deje de videoclip (eighties, baby) que no rechina entre tanto tótem y baño de sangre; y que completa el perturbador triángulo nada menos que con David Bowie demostrando que actúa mejor que muchos "profesionales" y Susan Sarandon en uno de sus primeros papeles relevantes.
Lo dicho, uno de los debuts más potentes de aquella época y la confirmación, veinticinco años después, de que Tony, igual que Ridley, deben conceder una entrevista a Oprah y desvelar de una puta vez qué pasó a partir de ahí...
Saludos hemoglobínicos.

Caravan

Otros que se quedaron en el verano loco de Madchester.


martes, 19 de mayo de 2009

What if?

Sí, queridos indéfilos, incluso en yanquilandia existen curiosos casos de autoría más allá de la copia disimulada, y aun siendo un extraño homenaje desmitificador y hasta único en su especie. Es lo que ocurrió hace algunos años con SHADOW OF THE VAMPIRE, una insólita película en la que se nos cuenta una historia de cine dentro del cine y dentro del cine de nuevo. Porque ¿cómo llamaríamos, si no, a la (supuesta) representación del enigmático rodaje de NOSFERATU? Porque podemos ver a Murnau, excelentemente interpretado por un John Malkovich en estado de gracia, dirigiéndose con todo su equipo de rodaje al Este de Europa, donde le espera su "hallazgo"; evidentemente Max Schreck... ¿o no? Porque se nos sugiere que bien pudiera tratarse de un verdadero vampiro, el mismísimo Nosferatu accediendo a ser filmado a cambio de un joven cuello.
Es ésta una película francamente contradictoria; a veces creemos asistir a un espectáculo fundacional digno de los Taviani, con evidentes influencias del NOSFERATU de Herzog, para luego imbricarnos en típicos guiños de Hollywood, casi de comedia muda. Es decir: a ratos fascinante y a ratos insoportable. A destacar, muy por encima de cualquier otra consideración, la apabullante caracterización de Willem Dafoe, capaz de tapar por sí solo una preocupante falta de ritmo narrativo y algunos fallos de guión imperdonables. Algo que se explica en la errática carrera de su director, Edmund Elias Merhige, que realizó nueve años antes la extrañísima BEGOTTEN y cuatro después de la que hoy nos ocupa se dejó tentar por el mainstream y firmó SUSPECT ZERO, un blockbuster pretencioso. Desde entonces nada de nada... ¿tendrá algo que ver un rodaje "accidentado"?
Saludos colmilleros.

Fuerte

O les amabas o simplemente no les entendías, pero no se puede hablar de indie español sin ellos, porque realmente fueron seminales.


lunes, 18 de mayo de 2009

Mis chupasangres favoritos #1

Bien, indéfilos, llegó el momento de iniciar el prometido monográfico. Éste irá dedicado a un género dentro de otro género... o no; porque una peli de vampiros no tiene por qué ser necesariamente de terror.
Voy a recorrer algunos momentos importantes del cine "vampírico", muy subjetivamente, quizá demasiado; en todo caso, algunos de los films que más me han gustado. Y vaya por delante que no estará la más grande, NOSFERATU, que ya comenté tiempo ha. Espero que éstas no desmerezcan.
Bien. Algún día, algún "experto" con galones y, sobre todo, cojones, colocará a Neil Jordan donde se merece: en todo lo alto y por encima de "algunos otros"... y dejémoslo ahí. Porque Jordan es uno de los directores más coherentes, teniendo en cuenta su dilatada trayectoria, que puedo recordar ahora mismo. Mientras tanto, el irlandés seguirá siendo considerado como "solvente" e "imaginativo"... demasiado poco para su enorme genio.
En INTERVIEW WITH THE VAMPIRE, todo esto es desatado al ser capaz Jordan de dotar de credibilidad, magnetismo y atmósfera la correcta novela de la correcta Anne Rice, una escritora que vive de chuparle la sangre a los vampiros... ¿? Además, tiene la osadía de dejar en manos de Tom Cruise el que posiblemente sea el vampiro más complejo que se haya mostrado en pantalla; un monstruo que adoramos con dulce repugnancia, digamos. Cruise tiene tres grandes papeles en su vida: aparte de Lestat, el charlatán mediático de MAGNOLIA y su reciente y polémica intervención en TROPIC THUNDER; lo que viene a dotar de mayor mérito aún la dirección de actores de Jordan. Ahí estaba también Brad Pitt dando digna réplica, que no es poco; la única actuación relevante de Antonio Banderas desde que abandonó a Almodóvar o la desasosegante presencia de un fantasmagórico Stephen Rea, actor fetiche del director.
Una suma de valores casi infalible, un extraño cuento a través de las épocas y, probablemente, el comienzo de una moda que dura hasta las propuestas más recientes, la de los vampiros como modelo estético y hasta ético; una como moda que encandila y subyuga hasta al más reticente y/o profano, que ya quedan pocos.
Saludos chuperreteaos...

Otis

Esta semana es especial, así que no voy a buscar ninguna justificación para los videos, sólo voy a guiarme por gustos. Magma es un legendario grupo francés poco conocido en España, sus directos son apoteósicos y repletos de extraños y soterrados mensajes; os dejo con una reciente versión de uno de sus temas más celebrados, el que dedicaron a la memoria del gran Otis Redding. Si buscáis emociones fuertes os recomiendo la versión de 1984, con un derroche vocal espectacular del señor Vander; sin embargo, creo que ésta es superior en el plano instrumental.


domingo, 17 de mayo de 2009

Mientras nieva sobre la ciudad

COEURS es el título que Alain Resnais ideó para la adaptación de ASUNTOS PRIVADOS EN LUGARES PÚBLICOS; una adaptación que deja de ser tal en el momento que el maestro francés deja al descubierto el trazo teatral que recorre todo el film.
En COEURS, Resnais se disfraza de Altman, pero también de Oliveira y, como no, de Lubitsch ¿Cómo? Sencillo de decir y difícil de realizar. Resnais propone un nudo gordiano en base a seis personajes en busca desesperada de alguna correspondencia por parte ajena; se buscan, se separan, se miran, se hablan, se disculpan, se añoran... pero algo no les permite colmar sus deseos, la historia de siempre. Pero hay algo inasible en la forma de contar de Resnais y que le hace turbador hasta en lo más mundano. Los personajes parecen ratones en un laberinto (atención a los planos cenitales), atrapados en una de esas esferas en las que nieva si se agitan (la nieve, incesante, es el nexo común) e intoxicados por una especie de resignación de la que saben que no podrán huir. Hay un borracho orgulloso que se niega a aceptar la derrota, una mujer que asiste a continuas citas a ciegas, un solterón enamorado de su compoañera de trabajo, una compañera de trabajo beata que guarda más de una sorpresa y un camarero de esos que tantas veces han asentido a nuestras ebrias gilipolleces sin inmutarse. Pero quedarse en estas descripciones sería quedarse en alguna comedia romántica tontorrona programada para navidad; en cambio, hablamos de Resnais, lo que asegura una gran profundidad psicológica, más allá de apariencias y lugares comunes.
Por cierto, la semana que viene va a estar dedicada monográficamente a un tema apasionante, lo que no deja de ser una novedad en este cajón desastre.
Saludos públicos en lugares privados.

Checking in, checking out

Mucho antes de la fiebre Americana, estos tíos se salían con temazos como este a lo Roger McGuinn.


sábado, 16 de mayo de 2009

La inmortalidad al alcance de la mano

En fin, hablemos hoy de la mejor película del año, que ya toca.
Por supuesto, WALL-E ganó el oscar a mejor película de animación, pero si ésta es inalcanzable en todos los sentidos ¿no debería ser considerada como una película más?
No sé, no lo entiendo; o es que yo soy muy revolucionario o muy tonto, o no sé. El caso es que hacía mucho tiempo que un film no me emocionaba tanto, desde EL VIAJE DE CHIHIRO, supongo (significativo ¿no?). Y no estoy de acuerdo en el absurdo empeño de separar la primera parte como magistral y la segunda como simple family entertainment. No ¿Acaso el bodrio que resultó premiado como mejor película guardaba un mensaje trascendente en su insufrible metraje? Porque yo no me enteré. Entretenimiento; dejen de tenerle miedo a esa palabra, porque WALL-E es, esencialmente, muy pero que muy entretenida, un aluvión de sensaciones que transportan al espectador de la sonrisa más franca al puro estremecimiento dramático; de la risa hilarante al terror apocalíptico. WALL-E es el perfecto trasunto de aquel Charlot enamorado y pazguato de THE KID o THE GOLD RUSH; y hay en su oblicua mirada, una mirada artificial, más significación y humanidad que en cualquier actorzuelo, con o sin método.
No exagero, hablamos (y permítamelo por esta vez, Mr. Eastwood) de uno de los films más importantes de los últimos tiempos, porque, acrobacias digitales aparte, WALL-E propone una honda reflexión desde sus nada ingenuas imágenes, en el invariable y monótono trabajo de un humilde robot basurero en un planeta donde ya no vive nadie, con una cucaracha como única compañía, con un curioso "síndrome de Diógenes" que le hace guardar cualquier objeto que atrae su atención. Y luego en el contraste de EVE, el pulcro robot enviado en busca de algún rastro de vida, limpio y mortífero. WALL-E es una película de aventuras, sí; y de animación, por si fuera poco. Está facturada a la sombra del gigante Disney y serán muy pocos los pequeños que no la hayan visto. Pero si me preguntan a qué me recuerda WALL-E la respuesta es invariable y automática: Sólo el maestro John Ford puede contar tanto y tan bien en tan poco tiempo. Y si no me creen vean HOW GREEN WAS MY VALLEY y déjense llevar por su propia imaginación. Por cierto, aquélla le arrebató el oscar nada más y nada menos que a CITIZEN KANE... ¡Cómo ha cambiado la cosa!
Saludos robotizados.

I robot

Guuuuuauuuuu... Esto en directo suena francamente intimidante...


viernes, 15 de mayo de 2009

Edición de material alterado

¿Que por qué este título? Bueno, la pregunta es: ¿Habéis visto EL REY DE LA MONTAÑA? Película española, con director desconocido, actor encasillado, chica moderadamente sexy, escena sexual metida con calzador, secundarios de saldo, invalidez narrativa, suspense a base de primeros planos de resuellos, bonitos planos de la sierra patria, disparos, un malo que no se ve, gente que nunca hace lo que debe y muchos, demasiados minutos para algo que se despacha en un corto.
Y, aun así, no me mosquea haberla visto.
¿Por qué? Bueno, digamos que mantengo mi teoría de que el único milagro que pueda (hipotéticamente hablando) salvar el desastre del cine español provendrá, si acaso, de los manoseados usos y costumbres del "género". Y es que, ya que carecemos de una identidad propia y reconocible, al menos copiemos con gusto; y como no se puede copiar a Bergman o a Kubrick conformémonos con reinventar DELIVERANCE o DUEL en plan MARCIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAL... Ruíz Escribano, pa servirles.
Total, que la película tiene su gracia porque te hace querer saber más aunque algo dentro de ti te avisa de que no va a terminar bien, así que algo de humor no vendría mal, pero no hay; y otro algo de incorrección moral, pero tampoco hay.
En fin, que te quedas con las ganas de decir bien alto: ¡Una buena película de género hecha en España! Pero sólo puedes mascullar: ... hmmmmm... a ver si veo de una puta vez WATCHMEN y acabo de cortarme las venas... (sorbito de Bloody Mary, vistazo al ventanal).
Saludos montañosos.

King of the mountain

Maravillosa. Una diva en espléndida madurez.


jueves, 14 de mayo de 2009

La cruda falsedad

Normalmente suelo dejar para otros con más paciencia y recorrido el basar gran parte del análisis de un film en el ingrato territorio de los detalles meramente recopilatorios; dícese de años, músicas, guiones, actuantes e interactuados. Labor, a mi juicio, más propicia para quien compila a modo de coleccionista; no digamos para quien "pasa por", sólo por poner una carátula, una fecha y otras wikimemeces. El propósito que claramente me marqué en este pequeño espacio fue otro muy distinto: subjetividad a mansalva, mala leche cuando proceda y una confianza ciega en los instintos embriagados por los perjúmenes del bendito celuloide.
Así, alguien tendría más valor que yo para comentar BIG FISH, la cual me da pena descalificar por varios motivos: su espléndido derroche visual; el magnífico trabajo de los actores; su ensoñadora banda sonora (Pearl Jam incluido)... y hasta un más que agradecible esfuerzo de un tipo tan subrepticiamente maniqueo como Tim Burton, primero por quitarse de encima el hedor de PLANET OF THE APES, una de las películas más absurdas de la historia, y luego por intentar su enésimo "No-Burton", es decir, un acabado reconocible aunque no explícitamente contiguo a sus obsesiones llenas de siniestros personajes y situaciones que acaban por revelarse más cotidianas de lo que parecían. Y mucho de ello hay en BIG FISH, quizás menos tenebrista, un poco más esperanzador, girando sobre la imposible recuperación del amor paternal. Una buena piedra de toque para desembarazarse de ciertos fantasmas, a no ser, claro, que se mantenga la tendencia a tropezar con la misma piedra; porque con tanta metáfora uno no sólo pierde la idea inicial, sino que termina por pensar que Burton sufre un curioso mal: la redención nunca satisfecha.
Les dejo, por tanto, a esos amigos de la cábala estadística el último examen acerca de un film que me resulta imposible decalificar, porque a veces me parece la obra de un visionario y otras un deslavazado collage sin pies ni cabeza.
Saludos sin usar cebo.

Market square heroes

El "pez" más grande del rock... no hay duda.


miércoles, 13 de mayo de 2009

Copia/pega

Hay sólo unas cuantas películas, muy pocas, que hacen, por sí mismas, que el ser humano de a pie pueda entender claramente el verdadero cometido de un arte casi siempre tachado de frívolo.
El cine es arte cuando quiere serlo, un arte aglutinador de las demas artes, un arte total que coloca al espectador frente a sí mismo, sus obsesiones y miserias, sus grandezas y aspiraciones. El problema venía dado ya desde el principio: la taquilla, los presupuestos, los egos encontrados, la impotencia del creador ante las mundanas reclamaciones de productores y público.
Pero nada de eso debe importar si hay un motor rotundo, tal como el desarrollado por F.W. Murnau nada más llegar a ese monstruo de grandes e insaciables tragaderas.
SUNRISE es, ochenta y dos años después, una de esas películas; y si no hubiese existido no sé qué habría sido de la babosa reputación de toda una interminable sucesión de "creadores" cinematográficos que, a mi entender, no han hecho más que copiar y pegar, pues una mente en blanco tiene todo un tapete de posibilidades en este trozo directamente transplantado de la realidad. Ahí está todo: lo tontos que somos, lo débiles que somos, lo solos que estamos... Murnau recrea una historia sencilla para mostrar a Sísifo caer rodando por la ladera de la ciudad prometida, una megalópolis que aterra con sus fauces abiertas; donde terminan los sueños, donde se ahogan las vanidades. El maestro alemán remite directamente a Sófocles, pero quien quiera ver verá; y podrá ver sin problema el infierno en la tierra de Dante, los sentimientos diseccionados de Balzac o la pantanosa iniquidad de Dostoievski. Uno aprende mucho tras ver SUNRISE, pero de lo que más se aprende es de uno mismo y de los demás, de ese peligroso juguete sin libro de instrucciones que es la vida.
Un monumento inmortal a lo más sublime y a lo más bajo, a una maraña entrelazada de instintos y callejones sin salida.
Saludos amanecidos.

Pájaro sunrise

Bueno, la vida sigue, como casi siempre ¿Y quién puede asegurar que estos recién llegados no tomarán el testigo de Antonio?


lunes, 11 de mayo de 2009

¡Subtítulos al poder!

Es que ésa es la única frase que me ha parecido coherente a la hora de generalizar lo que me ha transmitido una película que seguramente no pasará a la historia pese a ser una de las mejores que han salido el año pasado de yanquilandia.
Y es que TROPIC THUNDER es uno de esos escasísimos ejemplos de cine consciente de sí mismo, de qué lugar le toca ocupar con gran cuidado de no usurpar los que no le pertenecen. No se trata sólo de una comedia gamberra para hacer caja; no cuando su razón de ser es, precisamente, una feroz e implacable crítica hacia esos artefactos "Made in..." que pretenden ser serios y sólo provocan risas (en el mejor de los casos). La más que improbable peripecia del rodaje cutre y desmañado de uno de estos artefactos, la patética sumisión a la todopoderosa decisión del magnate-productor, la conciencia plus ultra de no poder escapar a cierto ensimismamiento perteneciente al divismo despertado en Hollywood. Todo ello conforma ingeniosamente un puzzle que descoloca en todo momento al espectador sabihondillo y que hace pensar, increíblemente, en una industria (o al menos parte de ella) vuelta contra sí misma, buscando deseperadamente un trozo de originalidad incluso a costa de ahondar explícitamente en sus propias miserias. Y si no me creen, sólo tienen que echar un vistazo a un Tom Cruise irreconocible en el mejor papel de su carrera (tenía que ser una parodia) o a Robert Downey Jr. haciendo suyo el irrepetible camaleonismo de un Lon Chaney con una dificultad añadida: su excelente mímesis verbal es capaz de hacerle pasar por negro ¿Otro oscar hurtado? Por eso lo de los subtítulos; verla doblada es un crimen imperdonable. No hay que ser muy listo para querer desollar al artista que se ha inventado el título en español (Una guerra muy perra)...
En fin, que Ben Stiller se ha ajustado los parámetros de ZOOLANDER y ha logrado lo impensable: dar un vuelco a la idiotizada comedia paródica parodiando un cine que pasa por serio ante las narices de demasiadas personas.
Y no me he vuelto loco; es magnífica.
Saludos tropicales.

El Guincho

Atención! Vuelven los ritmos tropicales, y este tipo va a dar mucho de qué hablar. Ojo!


domingo, 10 de mayo de 2009

Neodesarrollismo

Sí, porque muy pocos parecen haber entendido que el cine es una cosa y el glamour otra muy distinta; las más de las veces incompatibles.
Ha habido mucha tela que cortar en este país acerca de la conveniencia de un discurso más dulcificado tras la supuesta tregua de la transición. El problema viene cuando uno ahonda en vez de quedarse en la superficie. En Madrid, no todo el mundo esnifa coca en los servicios de un after de La Castellana, ni tiene un Corvette rojo con un disco de Najwajean, ni le persigue un narco ruso, ni toma Chivas con leche rizada, ni se quita la camiseta marcando tableta... en fin. No es que pueda o deba caber un "neorrealismo" español en plena democracia, pero sí un "neodesarrollismo", justo donde acaba la ficción del glamour y empiezan los bloques del patronato, los cocidos humeantes frente a la tele, los coches con cuatro iteuves y la ropa de mercadillo. Todo esto lo entendió perfectamente Fernando León, un más que interesante director en peligroso declive creativo y que dio, al menos, un par de zarpazos a un acomodaticio cine comercial; porque, curiosamente, tanto LOS LUNES AL SOL (su gran obra maestra), como BARRIO, abarcando diferentes ámbitos, partiendo de diferentes edades, fueron masivamente reconocidas por el público y multipremiadas en cada festival al que acudían. BARRIO intensifica el discurso adolescente allí donde la exagerada HISTORIAS DEL KRONEN sólo rascaba por encima. La sencilla historia de tres chavales de barrio (menuda denominación de origen) aburridos un verano cualquiera, atrapados entre bloques del patronato, comiendo cocido frente a la tele, y con una moto acuática atada en la puerta del bloque... ¿Posible elemento surrealista? Ni por asomo. Quien la haya visto no creo que haya encontrado mucha frivolidad en un film seco, aspero e incómodo, que se resuelve en un final simplemente desolador.
PRINCESAS me decepcionó muchísimo, así que somos muchos los que esperamos como agua de Mayo un resurgir de este buen cineasta, más cerca de Erice que de Almodóvar, lo que no deja de ser, cuanto menos, significativo.
Saludos desde mi barrio.

Arcade Fire

Les vi en directo cuando nadie les conocía y la verdad es que son impactantes, un espectáculo en el escenario.


sábado, 9 de mayo de 2009

Y todo pasa tan deprisa...

Hoy les voy a recomendar vivamente una película, después de verla tendrán la sensación de haber hecho algo bien.
Ya dije en su momento (y esto es un clásico que se repite cada año) que los oscar se habían convertido, otra vez, más que en un certamen en un absurdo muestrario de perdedores de lujo. Por ejemplo, me mantengo en la opinión de que no se hizo el año pasado nada por encima de WALL-E o que lo de Heath Ledger por un papel con la cara pintada me parecía excesivo aunque inevitable. Y luego estaba Richard Jenkins.
A Jenkins le recuerdan, sobre todo, los pocos fans (yo no me incluyo) de A DOS METROS BAJO TIERRA; a excepción de ello, y en espera de un próximo reconocimiento, su currículum, sin llegar a ser mediocre sí que deja bastante indiferente, compuesto en su mayoría por títulos comerciales. En dichos títulos podemos establecer una curiosa similitud entre esa interminable lista de tipos grises, de mediana edad, sin atractivo físico, con un punto amargo y la magistral interpretación que eleva THE VISITOR hasta un punto que probablemente Tom McCarthy, su director, ni se esperaba. THE VISITOR no toma el pelo con un discurso paternalista tipo "¡Qué malos son los liberales! ¡Qué buenos son los inmigrantes ilegales, aunque acaben expulsándolos!". No. THE VISITOR es, sobre todo, una lúcida reflexión acerca de la verdadera valentía; no la falsa valentía a la que tan mal nos ha acostumbrado Hollywood, donde cualquiera empuña una pistola y salta de un helicóptero. Aquí, la valentía es la asunción por parte de un tipo que "lo tiene todo hecho" de que realmente ¡REALMENTE! no ha hecho nada; y que el tiempo se acaba; y que sólo hay un camino: ayudar a quien realmente lo necesita; y que lo único que de verdad nos asusta son nuestros propios sentimientos; y que la imagen de un tipo sin gracia ni estilo tocando el djembé en el metro te humedece los ojos porque aún queda algo de magia en el cine...
Hermosísima.
Saludos con el ritmo en el cuerpo.

Never miss a beat

Estos tíos cada vez me caen mejor...


viernes, 8 de mayo de 2009

Aún más al este del Edén

Hmmmm... bueno. A ver, es que este blog no tiene secciones definidas, ni siquiera un archivo digno por el que un visitante pudiese guiarse... Así que los datos los voy dando yo a salto de mata, como va saliendo. Primero: la única peli de Spielberg que había comentado anteriormente fue DUEL (EL DIABLO SOBRE RUEDAS); me parece Spielberg un director tan obvio, tan encajable, que casi no me hace falta ya ni mencionarlo. Eso es bueno para mí, porque así me evito disquisiciones morales y metafísicas acerca de "aquel" Spielberg, dinámico y comercial, y "este" Spielberg, riguroso, serio, sombrío... y, sí, comercial otra vez.
Seamos serios; Steven Spielberg, y mucho menos a estas alturas, nunca va a hacer BLUE VELVET, ni FANNY Y ALEXANDER, ni A CLOCKWORK ORANGE, ni LES AMANTS REGULIERS... No nos engañemos. El hecho de que, por ejemplo, MUNICH sea técnicamente perfecta no la dota de alma, ni siquiera de cierto empaque emocional; todo ese espumarajo de tramas, conflictos, traiciones, mala uva, conspiraciones, nos queda tan lejos como la supuesta importancia, a día de hoy, del robo del Dioni... Al menos aquello tenía más gracia, mientras que Spielberg parece haber perdido todo rastro de sentido del humor. Una cosa de la que parece no haberse enterado es de que no por intensificar el drama una película va a terminar siendo "más seria", y el ejemplo perfecto está en la obra maestra que comenté ayer; claro que PLÁCIDO es intemporal, mientras que ¿cuánta gente ha visto MUNICH dos veces?
De todas formas, no seamos crueles ni frívolos, Spielberg es un grande y a su lado palidecen otros "hijos de la industria". Mientras ellos intentan dar con la clave que hizo grandes títulos como JAWS o E.T., este señor va por otro camino muy diferente: fusionar entretenimiento y autoría. Difícil dicotomía a mi modo de ver, pero si hay alguien preparado para buscar el Grial es él, en ningún caso Soderbergh o Nolan, simples "hijos de".
Saludos olímpicos.

Editors

Munich...


jueves, 7 de mayo de 2009

Rigor natural

No, no es que me afecte demasiado a estas alturas que se abra un debate acerca de la validez actual de nuestros cineastas, pero llevo unos días con la mosca tras la oreja ¿Por qué? Pues porque nadie aporta soluciones, habiendo gente cuyo trabajo, ni más ni menos, es ése. Otros, cuando menos, y teniendo en cuenta una dilatada trayectoria, podían mojarse y decir la verdad; pero entiendo que estar al amparo de unas cuantas subvenciones deja a más de uno con una preocupante sequedad mental.
A todo esto, llámese vorágine, sinsentido o descalabro, resulta que el cine en España actuó como feroz crítico y opositor al asfixiante régimen que durante cuarenta años trató a este país con mano de hierro. De acuerdo, ya no hay franquismo (afortunadamente), pero eso jamás podrá justificar el acomodaticio tufillo desprendido por gran parte de los así llamados intelectuales. Y de ello podrían decir mucho Rafael Azcona y Luis García Berlanga. En el cartel de PLÁCIDO puede leerse: "Berlanga vuelve". Algo tan demencial cuarenta y ocho años después que no podemos menos que sonreír maliciosamente. Sí, Berlanga volvía, volvía a destrozar la hipocresía y la desvergüenza de un sistema sin sistema por sistema; de una sociedad cobarde y acobardada a partes iguales, y de unos cuantos "detallitos" que iban forjando poco a poco lo que ahora somos: un pálido reflejo de aquellas miserias. Porque PLÁCIDO gira en torno a una idea fundamental: la miseria y la servidumbre que crea. Ha pasado el tiempo y pocas veces se ha visto un eslogan tan estremecedor y genial a partes iguales: "Cene con un pobre"... Lo que puede ser visto como un inocente acto de piedad beata, es convertido por Azcona y Berlanga en una sucesión de vomitivos actos de desigualdad social, donde un hombre se ve envuelto en kafkiana desesperación al no poder pagar una letra de un miserable motocarro y donde el que comía caliente cada día expiaba sus culpas en Navidad, compartiendo mesa con un mendigo; dando por hecho, por tanto, que los mendigos deben existir en "su" orden natural de las cosas.
PLÁCIDO pertenece al extenso puñado de obras maestras que filmó este dúo irrepetible e inverosímil, y tanto por acción como por intención. Intelectuales, sí, claro, pero no por ello ciegos. Que aprendan.
Saludos, fun fun fun...

Plácido Domingo

Magistral. Sin duda, mi pasaje favorito de Parsifal. Me pone la carne de gallina...


miércoles, 6 de mayo de 2009

Palomitas con mantequilla

Y al fin dieron con la veta. Y la explotaron. Y la volvieron a explotar. Y vaya si la explotaron.
Los que hemos sido coleccionistas de comics de superhéroes estuvimos dando hasta algún que otro número 1 por ver al fin a ... bueno, no perdamos los papeles, un número 1 no se da así como así; sobre todo tras ver en qué se ha convertido el asunto diez años después.
Y es que sólo contábamos con los precedentes de Superman y Batman, irregulares precedentes, pero intuíamos que se podía forzar un poco más la máquina y ofrecer un producto digno, fiel y trepidante. Así que en 2000 asistimos (yo al menos) a todo un ejercicio de aspiraciones colmadas.
X-MEN prometía sensaciones fuertes desde su comienzo, con la inolvidable escena del campo de concentración; poco a poco se nos iban introduciendo los personajes y veíamos cómo todo era respetado minuciosamente (trajes, superpoderes, idiosincrasia). Era el comienzo de una nueva forma de entender el cine de entretenimiento. Lobezno, el verdadero motor, encontraba justa mímesis en un actor entonces desconocido, ahora rifado y hasta con una precuela exclusiva estrenada este año. No le van a la zaga Tormenta, Cíclope, Pícara... Por no hablar del profesor X y, sobre todo, Magneto, brillantemente interpretado por ese monstruo que es Ian McKellen y que dota a su personaje del justo grado de sadismo, sin el cual no tendría sentido.
En definitiva, una entretenidísima película (cuidado, no pretendan ir más allá) con doble lectura, pues, aunque se veía venir, tras su merecido éxito nos han bombardeado incesantemente con auténticas morrallas sin nada que ofrecer (Dejemos de lado a Batman, please) y con un único afán: exprimir a la gallina antes de que la fórmula se agote.
Cosas buenas de todo esto: Bueno, el mundo del cómic es tan vastísimo y tan variado que si se sabe mirar en la dirección adecuada se pueden encontrar verdaderas joyas esperando a ser adaptadas. A mí, por ejemplo, y con toda su irregularidad, me gustó bastante un cierto camino emprendido por CONSTANTINE. Hablaré de ella, no lo duden.
SaludoX.

Generation X

¿Punk-pop? ¿Glam-rock?... Bueno, son los orígenes de Billy Idol en UK; echando un vistazo a su posterior carrera en USA quedan despejadas las dudas... Glam-pop, si acaso...


martes, 5 de mayo de 2009

El telúrico ascenso de lo informal

Era de prever que tras un significativo y forzado acallamiento de los fusiles de la subversión, elementos cuasimágicos que emergen sólo cada quince o veinte años, la incorrección política acabaría por transformarse en un compendio de obsesiones, las del tipo de clase media al que nadie ha enseñado a ser "maduro" y abandonar el dulce refugio del no compromiso, ese mundo autóctono de derechos sin deberes. Lo vemos en algunas series de TV (animación sobre todo), pero también en cómo cambian los comportamientos a nivel social, pasando abruptamente del quinceañero crítico al treintañero sometido por las leyes del consumo que él cree selectivo, pero que sólo es una (otra) forma encubierta de hacer rebaños dóciles.
Y ahora la película. KNOCKED UP habla de transplantar a uno de estos especímenes directamente al mundo real a partir de la experiencia de ser padre, y lo que conserva inteligentemente la apariencia de aquellas comedietas juveniles de principios de los ochenta consigue insuflarnos, casi heróicamente, una especie de nueva esperanza por una generación que parece (al menos lo parece) abocada al despilfarro inconsecuente y... bueno, a la inconsecuencia en general.
Ya me descolocó bastante la alabanza que del cine de Judd Apatow se hace desde las sesudas y por mí admiradas páginas de Cahiers España, así que me abalancé automáticamente sobre esta película, a ver qué me había estado perdiendo. Y no me defraudó. KNOCKED UP sigue la estela de series como THE SIMPSONS o FAMILY GUY, sólo que prefiere eludir el nonsense propio de dichas producciones y ahondar en el porqué de las consecuencias; algo que aplaude el aliviado espectador, tan acostumbrado al "porque sí" de la comedia tontuela americana.
Véanla. Sobre todo porque no le vaticino un buen futuro al bueno de Apatow, al que veo convertido en anodina franquicia de risas enlatadas de aquí a poco. Ojalá me equivoque, pero como diría el gran Luis Aragonés "Es que tengo el culo pelao"...
Saludos de un papi treintañero.

Target

El grupo más soso de la historia, disfrútenlo...


lunes, 4 de mayo de 2009

Bajo una palmera, en Islandia

Voy a dar cuenta de una película de la que debo adelantar que me entusiasma aunque no quiera; la que más me gusta, hasta el momento, de su discutible director, el irregular M. Night Shyamalan.
Es éste un tipo capaz de sorprenderme e irritarme a partes iguales; puedo decir de él que es un niñato con suerte y, seguidamente, rendirme ante alguna que otra cosa que, actualmente, sólo parece estar a su alcance en el cine comercial americano.
Dicho esto, a nadie se le escapa que SIGNS es, probablemente, su título más discutido y menos reconocido. Creo que es un error. Porque SIGNS pertenece a ese reducidísimo círculo de films suicidas que se inscriben sin empacho alguno en una fatídica tradición de "films comerciales de género" y, sin embargo, increíblemente, SIGNS, pese a una narración algo autista (quizá su mayor defecto), tiene unos cuantos momentos simplemente incomparables. Y son incomparables porque llevo viendo pelis de invasiones extraterrestres toda la vida (y ya son unas cuantas) y ninguna había logrado que me tragara, aunque fuera ilusamente, que aquello podría pasar algún día. A Shyamalan le da igual (o eso creo) ponerle un casco de papel de plata a Mel Gibson mientras la tierra está siendo invadida; así como depositar en un mero bate de béisbol la última esperanza de una reducida familia a la que el hábil guión va guiando hasta el sitio más reducido, una especie de última isla donde ya no se puede retroceder, sólo creer y resistir. Esto hay que percibirlo, claro; si no, toda la película es otro subproducto más dedicado a recaudar para La Máquina. Y, sin embargo, insisto, creo que es el trabajo más fascinante de su autor, especialmente en ese tramo, justo antes de la escena final, en el que aún no creemos nada de lo que se nos está contando, donde pensamos que el tipo ha vuelto a meter la pata por jugar a ser el más cool de la clase. Justo ahí, los incrédulos protagonistas (y nosotros con ellos) están viendo en la tele unas imágenes en directo; hay gente que corre, coches pitando... nada que no hayamos visto antes. Entonces, el alienígena aparece de sopetón, fugazmente, como si tal cosa. Es un segundo que estremece por cómo está narrado, con ese magnífico gusto por lo inverosímil hecho carne. Como si nos enviaran una postal desde Islandia y sólo viéramos palmeras...
Saludos desde el maizal.

Signos

Una para los nostálgicos... A mí me gustaban...


domingo, 3 de mayo de 2009

El mar, la mar

Una de mis primeras entradas fue, de forma casi ineludible, la que dediqué a esa maravilla llamada EL VIAJE DE CHIHIRO, ya un clásico imperecedero; y su autor, el gran Hayao Miyazaki, el más grande de los animadores (directores, qué coño) vivos.
Ahora bien, quien espere encontrar algún rastro de aquel Miyazaki épico y desbordante quedará automáticamente decepcionado con su nueva entrega. Miyazaki dice que se retira, pero eso ocurre desde hace unos doce años, justo después de acabar LA PRINCESA MONONOKE; y a mí me da que pensar, sobre todo viendo el retorno a "sus" orígenes. Porque PONYO EN EL ACANTILADO es, o debe ser, para los que crecimos viendo HEIDI, justamente eso: el adiós definitivo del maestro a una forma de narrar, más como potente aviso que como mero goce visual y narrativo.
En PONYO... no hay tensión entre el bien y el mal, sólo algunos malentendidos que ayudan a que el relato avance sin problemas. La historia no puede ser más simple: un niño encuentra un pez que resulta ser una princesa marina con ganas de juerga; su padre va en su busca y, mientras tanto, el pececillo toma forma humana.
Olvidemos MONONOKE; olvidemos CHIHIRO y hasta EL CASTILLO AMBULANTE; la emoción que se respira en PONYO es otra muy diferente, es el aliento olvidado de la infancia, una descomunal tarea emprendida por el maestro japonés para lograr (y lo logra) que volvamos a ser niños durante hora y media, justo el tiempo que Miyazaki necesita para formular su arrebatador embrujo.
Quizá (seguro) no sea su mejor película... ¡y qué más da! Uno se siente mejor persona después de verla... ¡Y es más barato que un balneario!
Saludos... sniffffff!

La mer

Toma temazo. NIN en concierto y una auténtica barbaridad del que considero que es el mejor disco de los convulsos 90's.


sábado, 2 de mayo de 2009

Sangre y nieve

Ya no podía dejar pasar más tiempo sin referirme a esta cinta sueca que es capaz, por sí sola, de demostrar varias cosas que parecían, hasta ahora, indemostrables.
Por un lado, podemos respirar tranquilos: hay vida después de Bergman. Luego, se puede hacer una película de terror CON ADOLESCENTES y no tratar a los mismos de idiotizados sacos de hormonas que sólo reclaman basura de consumo rápido como CREPÚSCULO y otras lindezas. Y por si todo esto fuera poco, Tomas Alfredson se permite algo que cada vez parece más difícil: innovar. Porque LAT DEN RÄTTE KOMMA IN (DÉJAME ENTRAR, en español) contiene varios frentes que palpitan a lo largo de su fascinante metraje. No sucumbe en ningún momento al esclavismo digital; mantiene al espectador en tensión sin que nadie chille histéricamente y sin sustitos gratuitos; logra una estética gélida, pétrea, en la que se mezclan las pesadillas bergmanianas (es inevitable) y la crueldad neutra de Gaspar Noé; parecería como si al amigo Kaurismaki le hubiese dado por especificar su tendencia al "género", aunque (y esto es importante) amplificando su mala baba.
La historia es sencilla porque la hemos visto representada miles de veces en pantalla. Es una historia de vampiros ¿Qué la hace especial entonces?, supongo que la conciencia de ser lo que es, sin eludirlo. Alfredson sabe que lo sabemos todo sobre la mitología vampírica, así que prescinde (afortunadamente) de tomarnos el pelo. En un momento dado, el lánguido protagonista (¿cuántos no van a verse reconocidos?) no puede más y pregunta a la inquietante niña-vampiro: ¿Eres un vampiro? ¿eres vieja? ¿estas muerta? Es decir, hace lo que cualquier persona haría en el improbable caso de encontrarse con un vampiro: curiosear.
La película, multipremiada allá donde ha sido presentada, contiene algunas escenas que harán palidecer a los que siguen pensando que RESERVOIR DOGS es sádica, aparte de algunos momentos de extraña belleza sumergida, momentos que nos descolocan y nos hacen preguntarnos si realmente es terror lo que vemos o una inteligente propuesta específicamente modernista y deliberadamente rompedora.
Y acabo poniendo los dientes largos (nunca mejor dicho) a los que aún no la hayan visto. La escena con la que se cierra el film es de las que va a permanecer en nuestras cabecitas durante mucho tiempo. Donde el cine se ha ridiculizado cientos de veces, en el uso de la cámara lenta como elemento de énfasis narrativo, Alfredson se muestra como un magistral y consecuente constructor de imágenes. Sólo esperen a ver al chico chapotear alegremente en una piscina; a partir de ahí...
Saludos nocturnos.

Hot hot heat

... Que me dejes entrar, hombre...


... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!