Mostrando entradas con la etiqueta Juan Antonio Bardem. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Juan Antonio Bardem. Mostrar todas las entradas
lunes, 30 de diciembre de 2013
Tal como somos
A vuelta otra vez con las indeseadas desapariciones de gente del cine, el otro día se nos fue una extraordinaria actriz, Elvira Quintillá, de la que me gustaría señalar que posiblemente fue la primera que consiguió romper la idiotizada idea de que una "artista de cine" tiene que poseer una belleza fuera de lo común. A ella no le hacía falta, igual que Fernando Fernán-Gómez parecía sacado de un planeta sin cabida para los galanes. Ellos fueron los protagonistas de la primera película dirigida por dos señores que luego cambiarían la historia del cine español para siempre; porque a su manera, Bardem y Berlanga demostraron que se podía escupir sobre un sistema social, político y de valores repugnantes y hacerlo pasar por una afable comedia "apta para todos los públicos". Pero es que habría mucho que escribir sobre ESA PAREJA FELIZ, primero por su terrorífica crítica, más de sesenta años antes, a lo que estaba por venir, que es el intercambio de cerebros por tarjetas Visa (entiendan esto como quieran). Entonces era un jabón que traía consigo un sorteo mediante el que una pareja afortunada recorrería Madrid durante un día, se le colmaría de regalos, cenas, espectáculos... y luego seguirían siendo igual de pobres, que diría Azcona, que aún no había entablado contacto con Berlanga. Es cierto que comparada con la mayoría de trabajos posteriores de sus creadores, ESA PAREJA FELIZ tenga una pizca menos de enjundia, pero no seríamos justos si no reconociéramos el valor (de valentía) de dos seres humanos tan inconscientes como para que la risa del público sea provocada por reírse de una vida, la suya propia, miserable. Aunque, claro, siempre habrá alguien que se volverá loco de alegría cuando le regalen un fusil submarino...
Saludos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...
¡Cuidao con mis primos!