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viernes, 4 de abril de 2025

Películas para desengancharse #138


 

Un promotor de boxeo, una autocaravana, un ex KGB, un ladrón ludópata, un mafioso con querencia porcina, tres muertos de hambre y un perro que se ha tragado un patito de goma, un judío que no es judío pero cree que es judío, un tipo que recibió seis balas y usó dos para completar su dentadura, un gitano ininteligible y un gigantesco diamante, tan valioso como escurridizo. Esa ensalada imposible le sirvió a Guy Ritchie para conformar la que creo que es su mejor película; un bombástico cruce entre el thriller desordenado de Tarantino y un sentido de la comedia puramente británico. Grotesca, hilarante, por momentos brillante, SNATCH es esa película que un director consigue rodar una sola vez, pero que es mejor que abandone inmediatamente como modelo, bajo la amenaza de autoparodiarse. A ello contribuye decisivamente un reparto absolutamente estelar, que incluía a grandes nombres como Brad Pitt, Benicio del Toro o Denns Farina, un por entonces emergente Jason Statham, y grandes sorpresas como el entonces desconocido Stephen Graham y un Vinnie Jones con una vis cómica que no vimos venir, básicamente por ser un rompetibias en la Premier. No es que fuese el colmo de la originalidad, y su discutible montaje tiene momentos que pueden hacer sangrar pupilas poco entrenadas, pero si no se le pide más de lo que puede ofrecer es uno de esos títulos que ha conquistado su lugar por derecho propio. A lo mejor es que estábamos ante un One Hit Wonder y no nos dimos cuenta.
Saludos.

martes, 7 de noviembre de 2023

Títulos y resultados


 

Hay que hacer un esfuerzo para no sentirse repelidos por esa extraña obsesión de algunos cineastas por "nominar" sus películas en el título, como si el mero hecho de ver su nombre ahí impreso ya supusiera un reclamo suficiente. Es una práctica tan absurda, que ni siquiera creo que afecte positiva o negativamente, sino que identifica una pomposidad bastante anticuada, si me apuran. Lo digo porque GUY RITCHIE'S THE COVENANT es una buena película, de las más sólidas, serias y bien dirigidas de su autor, un tipo que suele tirarse petardos bajo los pies mientras dirige, por ilustrar algunas de sus mayores lindezas. Pero conviene puntualizar, por ejemplo, que el guion no puede ser "interpretado", porque algunas certezas ofrecidas no son más que dogma panfletario de teletienda. Ahora bien, como película de acción bélica, probablemente estemos ante una de las mejores de los últimos años. Y lo digo porque lo he dicho muchas veces: su discurso es infantil y conductista, pero me lo he pasado pipa durante dos horas. La excusa es la amistad trabada por John Kinley, un sargento norteamericano y Ahmed, el traductor que le es asignado en su última misión en Afganistán, en la que es gravemente herido, y es precisamente este intérprete quien arriesga su vida para trasladarlo durante 100 kms. en un terreno infestado de talibanes. Sin embargo, al despertar ya en casa, Kinley se entera de que Ahmed tuvo que esconderse junto a su familia, convirtiéndose en presa prioritaria de los talibanes. Aparte de su espectacularidad técnica, de una sobriedad más que agradecible, hay que destacar el gran trabajo de Jake Gyllenhaal, pero sobre todo del sorprendente Dar Salim, que compone un personaje complejo y de gran profundidad sentimental.
Lo dicho, no se harán tesis sobre ella, pero es un entretenimiento absolutamente magnífico, y de eso también tiene que haber, cómo no.
Saludos.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Conducción temeraria


 

Si hay algo que confirma WRATH OF MAN, es que Guy Ritchie no debe alejarse demasiado de la testosterona, las palabrotas y el cuñadismo. Estoy seguro de que ustedes conocen, igual que yo, a un montón de gente que no puede dilucidar por sí misma entre el bien (lo correcto) y el mal (lo incorrecto), por la sencilla razón de que carecen de capacidad analítica, y por ello son altamente influenciables. La premisa de esta película es una, y después otra, y finalmente otra distinta, lo que necesariamente no la hace compleja, sólo gratuitamente enrevesada por simple escamoteo y solapamiento de información. Comenzamos viendo la introducción del recién llegado, cómo los "veteranos" le vacilan, y cómo terminan saliendo trasquilados. Es el momento de las apariencias, de que casi nadie es quien aparenta ser. Luego, el guion pega un salto mortal hacia atrás, para mostrar el verdadero motivo por el que este tipo hiperprofesionalizado se ha metido a simple guardia de furgones blindados. A eso le llamo yo el momento de las excusas, porque Hollywood (y aunque sea Guy Ritchie) necesita identificar, no ya a los buenos, sino a los que actúan por códigos de moral ímprobos. Con todo ese tramposo bagaje, Ritchie tiene lo que siempre le ha hecho falta para sostener sus enclenques guiones: cabezas de turco. Así las cosas, y sin ser un pestiño infumable, a este farragoso thriller le hubiese venido bien un poco de humildad, de no creerse mejor de lo que es, y de haber repartido un poquito los cupones de culpabilidad cuando llega la hora de las tortas. Lo curioso es que ni siquiera se trata de un guion 100% original, pero ese es un dilema que les contaremos mejor mañana...
Saludos.

viernes, 11 de octubre de 2019

Fenómenos paranormales



Y es que si hace tan sólo un par de semanas daba cuenta aquí mismo del (moderado) buen sabor de boca que me produjo EL REY LEÓN, no puedo decir lo mismo de la puesta al día que Guy Ritchie ha ideado para ALADDIN. Decepcionante film, desconectante film, autocomplaciente film, y cualquier cosa que pueda imaginar cualquiera que viese CERDOS Y DIAMANTES y deba hacerse a la idea de que el señor tras la cámara (y es mucho decir esto) es el mismo. No sé qué es esto, excepto una copia del original que, a excepción de lo que hace Favreau, no aporta nada que justifique el porqué de la imagen real... Y he aquí el quid de la cuestión, ya que lo que se nos quiere hacer pasar por real tiene menos realismo que la versión animada, y la extraña sensación que queda es de alteración de lo filmado. Me encantaría que alguien cogiera el toro por los cuernos y se atreviese a realizar un documental sobre el "hueso decapado" de este tipo de producciones, cómo se va añadiendo cada vez más argamasa hasta que lo ofrecido es inidentificable. No creo que eso ocurra, porque debe ser más difícil acceder a los archivos de la Disney que a los del Pentágono. Mientras tanto, crucen los dedos y recen sus oraciones, porque la caja de Pandora ya está abierta de par en par... y es rentable.
Saludos.

sábado, 23 de diciembre de 2017

Soy un truhán...



¿Se les ocurre otro cineasta capaz de convertir la leyenda de Arturo, Camelot, Excalibur, los caballeros de la mesa redonda y todo lo demás en una trifulca entre pandilleros de Brixton? Sí, amigos, Guy Ritchie ha imaginado un Arturo a la moda, su moda, que incluye pantalones ajustados, chaqueta abierta, pelo engominado, barba cuidadosamente descuidada y una jerga tan rápida que no e da tiempo a repasar los errores. El cine de Ritchie es así, siempre lo ha sido, y al menos no nos hace perder el tiempo prometiendo algo que no es capaz de dar. Su cine no es sutil, no es refinado y no es nada intelectual; pero tampoco es lento, aburrido ni tramposo. KING ARTHUR: LEGEND OF THE SWORD es cine de aventuras, en el fondo muy clasicote, con algunos desbarres bastante cachondos, como el arranque y el desenlace, que parecen sacados de la saga ideada por Peter Jackson. Entre medias, los típicos duelos verbales que Ritchie ha ido afilando desde LOCK & STOCK, algo de ritmos urbanos... ¿?... y algunos chistes francamente divertidos. Insisto, es una nadería hecha con medios, con un puñado de estupendos actores (cuenten nada menos que a Neil Maskell, Jude Law o el ascendente Charlie Hunnam) y un guion tan delirante que es capaz de incluir (ejem) a David Beckham con una narizota de goma... A estas alturas ¿quién da más?...
Saludos.

viernes, 1 de abril de 2016

El sobrinillo



Vamos con un blockbuster.
A Guy Ritchie le ha dado la manía de poner al día algunos mitos clásicos, ya le tocó a Sherlock Holmes y ahora es aquella mítica serie, ignota para mí, que fue "El hombre de C.I.P.O.L."... que siempre me ha sonado a palabrota fea, no sé por qué... El caso es que THE MAN FROM U.N.C.L.E., que era su nombre original, narraba las trepidantes aventuras de un agente de la CIA, Napoleón Solo, y otro de la KGB, Illya Kuryakin, que son reclutados para trabajar juntos pese a sus insalvables diferencias "estilísticas". Tras este agotador baile de siglas, Ritchie cuenta con el nuevo "Hombre de Acero", Henry Cavill, y el "solitario" Armie Hammer, o lo que es lo mismo: dos roperos empotrados que desearían tener carisma y sentido del humor, pero han de conformarse con la percha. La pareja queda complementada por la exótica Alicia Vikander, actriz danesa en franca progresión, y la longilínea australiana Elizabeth Debicki, que da vida a Victoria Vinciguerra, la pérfida y maquiavélica señora detrás de la conspiración que amenaza con reactivar el desequilibrio entre soviéticos y americanos a base de jarabe nuclear.
La película está bien, entretenida, y tiene unas bonitas localizaciones; el "cara a cara" inicial entre los dos agentes es ingenioso y está bien rodado, pero luego todo es mucho más convencional y previsible. Es decir, que alguien asume su originalidad en base a un pastiche, tan sólo porque recrea exquisitamente o deja de lado la tentación digital, algo de lo que no estoy totalmente seguro, pero que parece que el director británico se está tomando muy en serio. En definitiva, entretenimiento de calidad y una buena oportunidad para retomar una serie de la que nuestros padres nos hablaron un día con entusiasmo... Como un tío le hablaría a su sobrinillo, claro...
Saludos.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Rincón del freak #175: La fe como fuente de inspiración



Me ha pasado en varias ocasiones. Hablo de cine (poco, porque sólo se me suelta la lengua cuando he bebido). Me aconsejan. Mal hecho, porque siempre que me aconsejan lo hacen sin escucharme. No lo digo porque mi criterio sea la panacea, sino porque yo JAMÁS aconsejaría a nadie en contra de su propio criterio... Y para conocer el criterio de alguien, primero, que yo sepa, hay que escucharlo. Y si yo te hablo mal de Almodóvar no intentes arreglarlo yéndote a Guy Ritchie ¿? Primero porque no pega, y luego porque tras el "Bueno, la buscaré y a ver qué tal", subyace un deseo de primacía que nada puede hacer olvidar. Mi deseo era el siguiente: "Voy a ver REVOLVER, le voy a dar una oportunidad. A la peli y al señor que me la ha recomendado completamente contra natura"... O a lo mejor es que lo que intentaba era defender a Almodóvar poniéndome enfrente su antítesis... O quizá quería demostrarme que poseía un gusto más ecléctico que el mío...
Nevermind. REVOLVER es una puta mierda se coja por donde se coja. Es aburrida, es presuntuosa, tiene algunos de los personajes más ridículos que he visto en mi vida... y encima sale Ray Liotta tomando rayos UVA... Demasié p'al body. Un montón de gente diciendo paridas sin sentido, con música de Satie de fondo... y luego David Guetta (o su primo)... y luego Satie... ¿Por qué? Pues porque el que no tiene absolutamente nada que decir lo dice engolando la voz, a ver si es más creíble... Sí, así fue la recomendación...
Saludos.

domingo, 13 de junio de 2010

Naturalización del costumbrismo

Sí, efectivamente; no sé si se me había escapado en alguna parte, pero he de admitir que, contra todo pronóstico, me ha encantado la versión y puesta al día de ese tipo llamado Guy Ritchie acerca del inmortal personaje creado por Sir Arthur Conan Doyle. SHERLOCK HOLMES no es sólo un lavado de cara, ni siquiera uno de tantos tristes e impersonales espectros que copan la cartelera cada año y que sólo sirven de penoso desprestigio para el original. En lugar de eso, Ritchie se coloca tras la cámara y da paso al talento interpretativo de un Robert Downey Jr. en estado de gracia, perfectamente respaldado por Jude Law y con la sorprendente némesis de Mark Strong, al que luego vimos en KICK ASS también haciendo de malo muy malo. SHERLOCK HOLMES es un producto de entretenimiento inteligente, para todos los públicos y con la dosis justa de incorrección que le permite transitar distintos territorios sin que sufran ni su endiablado ritmo ni su exquisita puesta en escena, que recrea un Londres victoriano de impecable detallismo visual. Sin inventar nada, Ritchie se ha basado con buen ojo en el cómic de Lionel Wigram y es capaz de ofrecer un jugoso relato repleto de humor inteligente, brillantes diálogos y pocas concesiones a la megalomanía, algo cada vez menos habitual en el cine comercial. Mención aparte merece la polémica composición de Downey Jr.; elogiado e incomprendido a partes iguales y que viene a engrosar la ya interminable lista de personajes que este gran actor va sumando cada año.
A mí me ha encantado, y para el año que viene ya tenemos la impepinable continuación, que promete emociones fuertes con el mítico Moriarty a la cabeza; veremos si el invento no languidece por exceso.
Saludos sospechados.
... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!