A estas alturas del viaje, creo que debe ser bien sabido mi aversión casi paranoica a los inexplicables resortes que mueven ese Mr. Potato, desmontable y ridículo, que es el cine español.
Como no voy a exponer otra vez los motivos (que son infinitos y aburridos), daré un par de pistas que sí que me parecen fundamentales. Comenzando por lo que no se ve. Es decir, lo que sólo se intuye, aunque sea un secreto a voces. No hay que ser muy listo para darse cuenta de la vergonzante transposición de motivos, caracteres, tics, agobios y limitaciones con el que la televisión (elemento enfermo, al menos en España) ha ido contaminando las grandes pantallas (cada vez más pequeñas). Subproductos de consumo rápido y supersónico olvido donde el costumbrismo más chabacano y los personajes absolutamente planos, arquetípicos de no sé qué "españolismo" que yo pensaba ya más que enterrado, se dan de la mano sin pudor ni reflexión. ¿Que quieren resucitar el espíritu de Martínez Soria y los mandamientos del "landismo"? Vale. Está claro que el espectador debe decidir, pero es que todos los apoyos van a mierdas como TORRENTE o EL PENALTY MÁS LARGO DEL MUNDO, por ejemplo.
De eso, precisamente de toda esa porquería que los buenos cineastas han tenido que tragar por la mentecatería de unos productores más parecidos a promotores inmobiliarios que a otra cosa, sabe, y mucho, Enrique Urbizu. Uno de los casos más singulares en este mundillo surrealista.
El chaval debuta casi como niño prodigio (otro más) con una cosa llamada TU NOVIA ESTÁ LOCA; se mete de lleno en una ambiciosa tontería (a mí me parece horrible) como TODO POR LA PASTA; como no podía ser de otra manera (hablamos de los vomitivos años 90), le realiza dos encarguitos al productor que más daño le ha hecho al cine español desde F. Iquino (que ya es decir): el iluminado Andrés Vicente Gómez.
Sin embargo, el tipo tiene talento. Primero, Polanski se fija en él para que le adapte El Club Dumas a lo que finalmente sería THE NINTH GATE, que no pasa por ser lo mejor de Polanski, pero ya es algo para un tipo tan machacado como Urbizu. Con ese nuevo impulso, Urbizu prepara una película que adelanta su particular visión del thriller: LA CAJA 507. Con el gran Antonio Resines antes de ser abducido por ese engendro de Tele5. A ésta le cayeron un par de goyas y un reconocimiento unánime. Pero lo mejor estaba por llegar.
En 2003, y flanqueado por sendas almodovarieces y amenabarismos, Urbizu hace una película que, al menos a mí, me dejó impactado largo tiempo: LA VIDA MANCHA.
LA VIDA MANCHA es un western en toda regla y lo podía haber firmado el mismísimo Eastwood, por lo crepuscular, por lo contenido y por lo durísimo que se revela el relato tras una finísima capa de normalidad. Lo insólito es que la acción transcurre en la actualidad, en una ciudad de provincias cualquiera y tiene como integrantes a un camionero en apuros financieros, su joven esposa y un bar donde se realizan timbas ilegales de póker.
Pero aún hay más (o debería decir: aún queda lo más fuerte). Urbizu descubre a uno de los actores más infravalorados de nuestro cine: José Coronado. Que cual Gary Cooper patrio, realiza un soberbio trabajo que yo no había visto nunca por estos lares.
Coronado construye uno de esos personajes "imborrables", a imagen y semejanza del abandonado sheriff de HIGH NOON o el John Wayne zorro y desencantado de THE SEARCHERS.
Lección de cine. Bofetada sin manos a la absurda administración de films. Pero también, y más importante, gran referente para cineastas futuros que decidan sumergirse en el difícil mundo del cine "de género". Porque no sólo de experimentación vive el cinéfilo.
Saludos manchados.
2 comentarios:
Bueno ,bueno tendre que visionar dicho film,la verdad es que la caja 507 me sorprendio por su realizacion y por el cambio de registro de sus actores principales (resines y coronado)habituales de la comedia,que se amoldaron perfectamente a sus persionajes y fueron muy creibles.
Esta es un pedazo de película. Me gustó más que LA CAJA 507, no se ven trabajos tan minuciosos en este país.
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