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sábado, 9 de diciembre de 2023

El verano de tres años


En 1976, una Concha Velasco (ya Concha) más madura y asentada, protagonizaba LAS LARGAS VACACIONES DEL 36, aunque debemos aclarar que estamos ante un film coral, repartiendo protagonismos en un extenso y excelso reparto. Con un magnífico guion escrito por Manuel Gutiérrez Aragón y Jaime Camino, también director, asistimos a los momentos previos al estallido de la guerra civil, que pilla a varias familias de veraneo en un pueblo de la sierra de Barcelona. Desconcertados, deciden prolongar dichas vacaciones, a la espera de que la situación se normalice, sin sospechar que el conflicto habría de alargarse durante tres años. Certera alegoría sobre cómo la guerra afecta también indirectamente, termina siendo un estremecedor fresco de idiosincrasias, llegando a incluir a los afectos al bando nacional que no se fían y también se esconden en la casa familiar, donde chocan con la ideología republicana. Película eminentemente de actores y actrices, tiene momentos durísimos, como el viejo maestro, al que han "contratado" para que los niños mantengan las clases en casa, rogando a estos por un poco de comida, o el esperpéntico "banquete" proveniente de un amigo francés, que les ha enviado trufas, mostaza y champagne, pensando más en su buen gusto que en el hambre atroz, que se va convirtiendo casi en un personaje más de esta película, merecedora de una revisión.
Saludos.

lunes, 2 de mayo de 2022

Retablo de facinerosos


 

Se nos ha ido Juan Diego. Grandísimo actor, de fuerza y carácter, de camaleónica versatilidad. Paisano mío. No nos cansaremos de proclamar lo grande que ha sido, que siempre será, Juan Diego; por sus películas, pero también por su compromiso político, de ideas muy alejadas de cualquier divismo de escaparate. Y de sus muchas películas, muchas, las mejores probablemente, ya han aparecido por este sitio, aunque quedan muchas para brindarle un merecido homenaje. Está, por ejemplo, DRAGON RAPIDE, en la que el actor daba vida nada menos que a Franco, justo en los días, fatídicos y anteriores, de la sublevación militar que desembocó en la Guerra Civil. Película algo irregular, pero que se nutre de la precisa erudición del guion de Román Gubern, crece sustancialmente en el momento, ya avanzado, en que Juan Diego se hace con el protagonismo absoluto, componiendo un Franco psicopático y tonadillero, dotando al personaje de una gran complejidad de matices. No se hizo aquí con el Goya, precisamente en la primera edición de los premios, aunque sí estuvo nominado, y de hecho el film ganaría un total de dos. Tan sólo un par de brochazos para entender el estupendo guion, que hubiese necesitado una dirección menos fiduciaria que la de un esforzado Jaime Camino. Vemos a Franco y su mujer, tristes ante el gazpacho de verano; después, tras enervar a sus pelotas cercanos, rehúsa hablar con el presidente de la República, haciendo ver que no está. Todo un valiente. Finalmente, ya en Tetuán, se acaricia el pecho mientras toma un baño; en la otra habitación, Santiago Ramos mata unos mosquitos con la babucha, con el sobresalto consecuente...
Y sí, pónganla también en las escuelas.
Saludos.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!