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viernes, 17 de septiembre de 2021

Reflexiones, razonamientos y todo lo contrario


 

Más furgones blindados asaltados. ARMORED fue una película de 2009, que pasó más o menos justamente desapercibida. En realidad, nunca pretende ir más allá de lo que es, un thriller entretenido, con rostros conocidos y su cuota adecuada de acción. Todo para ilustrar un apresurado relato sobre un grupo de guardias, que ante un transporte especialmente cuantitativo, cree idear un golpe perfecto, ocultando el dinero (nada menos que 42 millones) y fingiendo un asalto que nunca ocurrió, para posteriormente dividir el dinero. Por supuesto, nada saldrá como lo esperado, y es aquí, en el punto crucial, donde se produce un extraño fenómeno. De repente, el guion de James V. Simpson se vuelve intolerablemente descabellado, sin nada de ingenio, y fiándolo todo a la argucia de que las casualidades existen, aunque son demasiadas en un metraje que no supera la hora y media. Curiosamente, es en el pretendidamente intenso tramo final, cuando el director húngaro Nimród Antal coge los mandos y filma las únicas escenas interesantes, en una angustiosa cuenta atrás que amenaza con hacerlo saltar todo por los aires. Matt Dillon mantiene el tipo, Larry Fishburne se pasa de excesivo y Jean Reno parece un figurante que pasaba por ahí, mientras el coprotagonismo le queda grande a Columbus Short, y relega a un segundo plano al estupendo Skeet Ulrich, en otra mala decisión de casting. 
Es como un RESERVOIR DOGS de cuarta categoría, aunque puede servir para una tarde de bostezos garrapiñadas...
Saludos.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Rincón del freak #76: Lo que no te mata... a lo mejor te deja hecho trizas



Pobre, pobre Nimród Antal; recién bandeado de las intimidantes filmografías húngaras, donde el viejo sabueso Tarr imparte lecciones con la estaca de Gabor en la mano izquierda. Mal asunto para un tipo capaz de escribir y dirigir una película tan fascinante como KONTROLL sólo para, sin solución de continuidad, marcharse a Yanquilandia a poner la cámara en videoclips de hora y media para bebedores compulsivos de Red Bull, amantes de la aguja, pequeños pinzones sin ojos ni corazón. Balbuceaban algunos ante el estreno de este PREDATORS, sin gana ni entusiasmo, acostumbrados ante el cartel promocional de letras diagonales y la ausencia de un referente claro en según qué instilador de cultura, por básica que ésta fuera. Sí, PREDATORS ha pasado total, completa y absolutamente desapercibida; y justamente, digo yo. Es una mala película porque ya estaba hecha, y mejor; y es mala porque se inventa cosas que no te hacen pensar en nada, excepto en que te están tomando el pelo; y peor, porque usa y abusa de ese recurso tan ridículo que consiste en presentar una serie de personajes pintorescos (el ruso cabezacuadrada; el árabe ladronzuelo; el negro con prejuicios; el japonés con katana; Danny Trejo con machetes...) a los que el bicho de turno se irá hilvanando de uno en uno, que es lo que mola. Lo de la coña marinera de la cacería humana es para reírse... o llorar; porque tiene su gracia que esto no suponga explicación alguna a preguntas que, por otra parte, nadie ha hecho ¿Que es una nadería para recaudar?, pues por supuesto ¿Que Adrien Brody se ha encallado peligrosamente?, que le pregunten a Nicolas Cage de qué va eso...
Saludos deglutidos.






... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!