Mostrando entradas con la etiqueta Jack Cardiff. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Jack Cardiff. Mostrar todas las entradas

lunes, 7 de octubre de 2024

El escritor y su público


 

Ésta iba a ser una semana dedicada por entero al western más reciente, género al que algunas veces siento que no dedico todo el espacio y tiempo que debería. Más o menos va a ser así, pero me gustaría empezar la semana recordando la figura de Maggie Smith, que falleció recientemente, y que, pese a acumular una carrera larga e insigne, podría decirse que obtuvo un reconocimiento unánime con una edad en la que la mayoría de actrices tienen casi imposible encontrar papeles de enjundia. Es por ello que me he acordado de un film de 1965, al que rodea un curioso halo de artefacto extraño, pese a su inequívoca vocación popular y comercial. Lo primero que llama la atención de YOUNG CASSIDY está en su dirección, atribuida en principio al insigne director de fotografía (y discreto cineasta) Jack Cardiff, aunque es vox populi que éste era un proyecto lárgamente acariciado por John Ford, que en su retirada tuvo a bien ensalzar los valores de su "patria adoptiva", Irlanda, por lo que adquirió los derechos de las autobiografías del autor Sean O'Casey, controvertido dramaturgo conocido por su fuerte compromiso con el nacionalismo irlandés y los derechos de los trabajadores. Ford comenzó el rodaje, pero su avanzada edad lo obligó a retirarse al poco tiempo, delegando en su colega y amigo Jack Cardiff, que factura un film más que digno, repleto de la socarronería de Ford. El protagonista, John Cassidy (trasunto de O'Casey), es un joven y entusiasta aspirante a escritor, que intenta en vano salir de la pobreza sin renunciar a sus férreos valores, lo que le granjea no pocas enemistades, y deja su sueño literario en un fracaso constante. Justo hasta que conoce a una joven bibliotecaria, que parece la única persona capaz de ver su potencial. Protagonizada por una celebridad como Rod Taylor, supuso uno de los primeros papeles importantes de Maggie Smith, que viene a ser el contrapunto al interpretado por una joven Julie Christie, que parece quedarse con el joven apuesto, obviando su faceta literaria, a la que mira con condescendencia.
Película a descubrir, o ejemplo de esos films semienterrados por el tiempo, que mantienen su vigencia intacta, pero han quedado rezagados en filmografías tan exigentes y excelsas como la de su principal valedor, cuya sombra se extiende indisimulada por sobre su metraje.
Saludos.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Rincón del freak #88: Si te ríes es que va a matarte (La soledad del asesino 12)



THE LIQUIDATOR (no confundir con la película kazaja estrenada el año pasado ni con la traducción española de THE ADJUSTER, de Atom Egoyan), sin ser de lo mejor del entrañable Jack Cardiff, es un entretenimiento camp lo suficientemente disparatado como para hacer las delicias de cualquier aficionado a lo bizarro. Cuenta la historia de un soldado (Rod Taylor) que, con más suerte que otra cosa, salva a un superior (Trevor Howard) de una muerte segura, así que éste, ya convertido en jefe de los servicios secretos británicos, reclutará al primero como un superagente, convencido de que éste posee habilidades especiales. Tras una serie de entrenamientos, a cual más estrambótico, el desconcertado "agente" Oakes se dará cuenta de dos cosas, que su nuevo superior se ha equivocado juzgándole y que, de todas formas, la ocasión la pintan calva, así que no piensa desaprovechar ni la mansión, ni el deportivo, ni la inacabable retahíla de "secretarias" que, una a una, caen rendidas a sus pies. En clave de comedia, lo que THE LIQUIDATOR proponía era una saludable parodia de 007; la lástima es que se le notan demasiado la pobreza de medios y el excesivo convencionalismo de su raquítica trama. Eso sí, Cardiff, que era un excelente director de actores, aprovechó el feeling existente entre Taylor, sublime como playboy sin remilgos, y Howard, que vocifera y gruñe y todo lo que suele hacer Trevor Howard, claro. También estaba una Jill St. John demasiado recatada para su rol (lo siento, pero esto era así) y una explosiva Gabriella Licudi, objeto de deseo de freaks coleccionistas y caverneros... Es flojita, para qué engañarnos, pero tiene su punto si se le sabe buscar...
Saludos liquidados.

... ¿Y todo esto lo ha hecho usted solo?...
No, necesité estar rodeado de siete mil millones de personas...

¡Cuidao con mis primos!